𝟐𝟐
— No le digo esto a cualquiera — me imitó Gaku levantando el mentón de Hayanari — Por favor, esfuérzate. Eres más de lo que crees.
Los demás rieron, en especial Osoro.
Caminé con rapidez molesto:— Cállense, idiotas.
— Oh Heiwa, yo creo en ti — dramatizo ahora Dairoku — Para mi que ellos se traen algo entre manos —ensanchó una sonrisa juguetona.
— Es cierto — le siguió el juego Osoro, quedé indignado — ¿Ya se han besado o han tenido citas, eh? — golpeó suavemente mi hombro.
Los colores subieron a mis mejillas.
— I-idiotas.
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