Respiré con pesadez. No creí que el entrenamiento sería tan estricto, al parecer era la única que estaba cansada, ellos parecían frescos como una lechuga. 

— No sé si reírme o llorar porque tendremos que trabajar mucho —dijo Hokuto-kun con diversión. 

Lo miré mal y me recosté en el pasto haciéndome un poco de cosquillas.

— No... Creo... Lograrlo — intenté recuperar bien el aire. Sé que estaba siendo pesimista, pero vamos, estos chicos parecen haber nacidos con un gran condición física y resistencia.

— Con esa actitud claramente no — habló Umeji con seriedad, se puso de cuclillas y me miró directamente a la cara — Heiwa, si no pones de tu parte y buena actitud no lograras nada. Te queremos ayudar porque pasamos por lo mismo y que tengas más seguridad de lo que realmente eres, no eres basura como lo dicen las estúpidas. Eres alguien fuerte aunque no lo creas, solo que tu solo ves lo que el mundo ve: Falsedad e imperfecciones — apreté mis labios un tanto avergonzada, agaché mi cabeza, tenía razón.— No le digo esto a cualquiera — levantó mi cabeza con una suave sonrisa — Por favor, esfuérzate. Eres más de lo que crees.

Mi corazón se descontroló.