— ¿Por qué me pidieron que viniera? — repetí pero esta vez con un poco más de firmeza.

— Queremos que seas una de nosotros — dijo Gaku-kun ya cansado de tener que esperar tanto para poder decir eso.

— ¿Por qué?

— Nos recuerdas a nosotros, pasamos por lo mismo que tu... Heiwa—Dijo Umeji con un poco de tristeza en su voz.

— ¿En serio? — pregunté impresionada, ¿Ellos? ¿Era cierto? Los miré con desconfianza, no podía creer en todo lo que me dijeran, no los conocía.

— Sí... Sufrimos el abuso de esas idiotas varios meses hasta que Osoro-sama nos sacó del abismo que nos consumía. El nos ayudo a ser lo que somos ahora, ya no tenemos miedo — contestó Hayanari con una increíble admiración al líder. Asentí.

— L-lo pensaré sinceramente. Disculpen que les diga pero no confío en ustedes — mi tono de voz cada vez bajo por miedo a que me dijeran algo malo.

 — Lo entendemos perfectamente pero deberías de sentirte afortunada, no hacemos esto con cualquier persona. Si quieres que te demostremos que queremos que seas parte de nosotros lo haremos, ayudamos a las personas que pasaron por lo que nosotros pasamos — dijo Osoro con total serenidad y un poco de suspicacia en su voz, él tampoco confiaba en mí del todo. 

No dije nada y me marché.