52| Ecuacion de Dirac 🧠
—Hyung —lo llamó Jimin. Yoongi emitió un sonido para hacierle notar que lo estaba escuchando, su cabeza se sentía en paz, no quería levantarla de donde la tenía apoyada, el hombro del menor era suave y reconfortante. —Hay algo que quiero mostrarte hace un tiempo.
—¿Y qué es? —preguntó en voz baja.
Jimin recorrió con cariño la palma de su mano, Yoongi sonrió al sentir el tacto. Sus ojos permanecían cerrados a la espera de que su menor continuara hablando —Tienes que ir a mi casa —un beso fue a parar a sus cabellos negros —Lo que quiero mostrarte está allá.
—No se diga más —levantó la cabeza y miró los ojos castaños de Jimin, la dulce sonrisa que adoraba ver estaba ahí presente —Vamos ahora.
El menor se levantó, atrayendo consigo el delgado cuerpo de Yoongi. Le costaba creer como es que ese hombre podía alegrar su día con pequeñas acciones, lo triste, es que su corazón aún se sentía incompleto, algo faltaba, y él sabía perfectamente qué era. —Tomaremos el transporte público, creo que estaríamos llegando en media hora.
Jimin empujó la puerta de su hogar con una mano y se hizo a un lado para dejar entrar al pelinegro. La casa parecía estar cubierta con una fina capa de tinieblas, tenía un aura oscura, muy en contraste a como era el departamento que compartía con Hoseok, el cual gracias al ventanal, la sala de estar siempre estaba inundada de luz. Yoongi esperó a que su menor apretara el interruptor de encendido, y solo así, pudo apreciar por completo su alrededor.
—Puedes sentarte si quieres —dijo Jimin con notoria vergüenza.—No tardaré mucho.
Yoongi frunció el ceño ante el repentino nerviosismo de su acompañante, hizo caso omiso de la sugerencia sobre tomar asiento, así que mientras Jimin desaparecía por las escaleras hacia el segundo piso veloz como un rayo, él eligió ver las fotografías colgadas en la misma pared que sostenía el televisor, frente al sillón. Muchas de ellas eran de un bebé con mejillas regordetas y sonrosadas, a veces aparecía sobre un colchón mirando con ojos astutos hacia la camara, en otras, un hombre de bastante parecido a Jimin lo sostenía en brazos, ambos sonreían, felices. Sin embargo, hubo una imagen de entre todas las que habían, que llamó la atención de Yoongi, en el cuadro se podía ver a un Jimin de aproximadamente diez años de edad, mirando sonriente hacia el foco y con un diploma gigante entre las manos.
Aquel diploma decía en letras cursivas "Primer lugar en competencia científica para jóvenes y niños" pero lo que más llamó la atención del pelinegro, fueron las grandes ojeras que presentaba la mujer que lo acompañaba, tenía una mirada triste y preocupada, Yoongi supuso que debía ser la madre del menor, justo en el momento cuando sus problemas familiares estaban comenzando.
Quiso desviar la vista al no poder evitar que sus propios problemas se le vinieran a la mente, pero justo cuando creía que lo tenía todo bajo control, una fotografía enmarcada al lado de un macetero sin vida en su interior, volvió a colocarle los pelos de punta. La imagen era tan grande que resultaba imposible no mirarla, le resultaba extraño que no hubiera sido lo primero que vio al entrar.
Ahí estaba Jimin con su vestimenta inusual, usando chancletas con pantalones de chandal, al igual que lo hacía Taehyung. Yoongi deseó acercarse a la imagen y decirle a aquel niño de quince años que sonriera, que su luz era demasiado hermosa como para permanecer apagada, que aunque ahora no viera una salida, muy en el fondo sí la había.
Que se quitara ese delineado, y que mostrara al mundo su precioso eyesmile.
Pero no hizo nada de eso, por el simple hecho de que su cuerpo se quedó paralizado admirando el profundo cambio de Jimin, ahora era todo lo opuesto a esa fotografía, era el ejemplo vivo de que es posible cambiar para mejor.
—¡Hyung! —el grito agudo de su menor lo hizo volver a la realidad —¡Sube!
Yoongi pestañeó repetidas veces para despejar su mente, caminó hacía la escalera y subió hasta el segundo piso, arriba, ingresó en la única puerta que encontró abierta. Escapar del living lo alivió en lo más profundo, no entendía como la madre de su menor era capaz de convivir con esos recuerdos constantemente.
El interior de la habitación era todo lo contrario al resto de la casa, poster científicos inundaban cada pared, tenía incluso una matraz de laboratorio con una planta hidroponica en su interior. Y lo mejor de todo, es cada particula del aire olía a Jimin.
—Tal vez tú seas mucho mejor que yo con las palabras, estás estudiando una carrera humanista después de todo, y la escritura es una de las formas más bonitas que tienen las personas para expresar lo que sienten ¿no? —el pelinegro asintió, tenía toda la razón en eso, pero no entendía a donde quería llegar.
Jimin tomó su mano y lo guió hacía el escritorio, donde había una caja roja que resaltaba por sobre todas las otras cosas —Pero yo no me limité a eso, la ciencia también puede hacerlo ¿sabes?
Yoongi ladeo la cabeza, no estaba entendido nada —¿En serio? ¿cómo?
Su menor tomó la caja con sumo cuidado y la abrió, dejando ver en su interior el anillo más hermoso que había visto en su vida, era muy parecido a uno de compromiso, delicado y sin tanto adorno, pero con algo que reconoció de inmediato; una ecuación científica, no supo decir cual, pero ya le emocionaba oír su significado.
—¿Y esto? —preguntó levantando la vista.
—Es la Ecuación de Dirac en un anillo ¿la conoces?
—No ¿de qué trata?
—Esta ecuación es la más hermosa de la física cuántica. Describe un fenómeno de entrelanzamiento cuántico, el cual afirma que si dos sistemas interaccionan entre ellos durante un periodo de tiempo y luego se separan, se pueden describir como dos sistemas distintos, pero de una forma sutil, se vuelven un sistema único. —Jimin aguardó hasta ver un atisbo de entendimiento en el rostro de Yoongi —Lo que le ocurre a uno, le sigue afectando al otro, incluso a años luz de distancia.
—¿Y si están en extremos opuestos del universo?
—La conexión seguirá siendo la misma, instantánea.
Yoongi quedó helado con la explicación, incluso las partículas tienen cierto grado de compartimiento humano, o es que, en realidad, la humanidad desea tomar como ejemplo a seguir aquel comportamiento —Jimin ¿esa es tu forma de decirme que quieres estar conmigo?
Un leve sonrojo cursó las mejillas de su menor —Sí, es mi forma de decirte que así funciona la relacion que experimento contigo, el "amor". Yoongi hyung, sé que no es el mejor momento para pedirte esto, pero quiero que tengas la seguridad de que puedes contar conmigo para lo que necesites, después de todo, una relación está hecha para ser un lugar seguro, un lugar donde puedas llegar y desahogarte a libre disposición, sabiendo que dos brazos siempre estarán dispuestos a recibirte sí así lo deseas, incluso si cada uno elije tomar un camino distinto en la vida.
Yoongi bajó la mirada hacia el anillo, pasó su dedo índice por la superficie y sonrió, Jimin intentaba solucionar todo con su amor, un amor puro, científico e infinito, lleno de energía para compartir con quienes lo rodeaban, el pelinegro quería creer que estaba funcionando, pero bien sabía que necesitaba mucho más que amor para solucionar esto. Necesitaba hablar con ella, y mientras no lo hiciera, todo lo demás quedaría en segundo plano, y él no quería relegar a Jimin.
—¿Puedo probármelo? —preguntó en voz baja, siendo abrumado a más no poder con sus sentimientos.
—Por supuesto —Jimin sacó la argolla de su caja y tomó el dedo anular de Yoongi —Este anillo representa todo lo que esa ecuación dicta y mucho más —le besó el dorso de la mano y luego buscó sus labios, el pelinegro se dejó llevar, adorando la sensación que florecía en su pecho cada vez que Jimin lo sujetaba de la cintura para besarlo. Suspiró cuando se separaron, y juró por toda la eternidad, que las palabras que pronunció Jimin fueron las más hermosas de todas —Hyung ¿quieres ser mi pareja?
Ni siquiera era necesario pensarlo.
—Sí, Jimin, jamás te diría que no. Pero antes, tengo que solucionar algo.
Hola gente bonita ^^
La historia ya está por terminar, lamento no haberla actualizado durante tanto tiempo xdd
Ahora mismo me siento como el cometa Halley, aparezco una vez cada 75 años, pero no volveré a desaparecer hasta terminar este fic, lo prometo. Así que...quizás en 4 o 5 caps más me vuelva a ir djkdnd
Se me cuidan 🤝
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