Cuando doblaron la calle, Jimin le tapó los ojos y rio entusiasmado —¿Qué haces?— le preguntó Yoongi, confundido y sin saber hacia donde avanzar al no ver nada. 

—Confía en mí, hyung— susurró Jimin en su oído, le dio un pequeño empuje con la cadera y el pelinegro trastabilló, avanzando hacia adelante otra vez. Frunció los labios y se dejó guiar por su menor. No tenía idea de adónde iban, cuando salieron del departamento, Jimin no le quiso contar nada, solo le prometió que se iba a divertir, y en cierta parte, Yoongi quería creerle, necesitaba olvidar por unos segundos el hecho de que su madre había vuelto, pero cada vez se le hacía más imposible, en sus clases perdía la concentración, olvidaba los temas que debía estudiar, dejaba de oír al profesor par comenzar a vagar sobre el mismo problema una y otra vez.

No podía seguir con la misma rutina o terminaría perdiendo los exámenes finales, los cuales cada vez estaban más cerca.

—Levanta un pie, hay tres escalones delante de nosotros— Yoongi hizo lo que Jimin le indicaba. Luego de que algo parecido a una campana de negocio sonara sobre sus cabezas y el ruido ambiente de personas hablando llegara hasta sus oídos, Jimin volvió a hablar —Estira tus manos con las palmas hacia arriba.

Al hacer aquello, sintió que alguien depositaba tres cosas de estructura rectangular sobre ellas. Jimin quitó sus manos antes de que Yoongi entrara en pánico y le permitió ver qué era, el pelinegro se encontró con tres cajas de diferentes colores, una era rosa, la otra morada y la última parecía ser turquesa cercano a celeste, la chica frente a él estaba sonriendo, portando un delantal negro, como los que usan en las peluquerías cuando las personas van a tinturarse el cabello. Miró a su alrededor y efectivamente estaban en una de ellas —¿Jimin?— cuestionó en voz baja sin saber muy bien qué decir, levantó sus manos mostrando las cajas y buscó la mirada del menor, pidiendo explicaciones. 

—Vas a tinturarme el cabello. 

—¿Qué? ¿Estás loco? ¿Quieres terminar como un payaso? 

Jimin rio —No, hyung, sé que puedes hacerlo— caminó hacia una silla giratoria y se sentó en ella —Eujin te ayudará si es que lo necesitas— la chica asintió al oír su nombre. 

—El cabello de tu amigo ya es rubio, por lo tanto no necesita tanta decoloración, salvo para aplicar el turquesa, pero eso lo veremos más adelante, por ahora solo tienes que aplicar los otros dos colores donde tú quieras— le tendió unos guantes negros y tres pocillos donde depositar la tintura. Lo apremió con una mirada astuta y divertida, Yoongi no sabía en qué estaba pensando cuando aceptó seguir a Jimin sin pedirle explicaciones. Mientras vaciaba el contenido de las cajas con torpeza, maldecía a su menor entre dientes, oyéndolo reír divertido con cada cosa/insulto que salía de su boca. 

—Después quiero que me acompañes a casa— le dijo Jimin. —Hay algo que quiero que veas. 

—Después de esto te voy a matar— bromeó en respuesta, revolviendo la tintura como la chica le sugirió que lo hiciera, cada una en su fuente —Si quedas como un pavo real no es culpa mía. 

Jimin le guiñó un ojo a través del espejo gigante que estaba frente a ellos —Si eso pasa, seré el mejor pavo real que puedas tener. 

—Idiota— sonriendo, dejó de lado los pocillos y tomó el primer mechón de cabello -su primera victima- y comenzó con la tragedia en la que voluntariamente Jimin se dejó envolver. 

¿Qué tan mal había quedado luego de cuatro horas de arduo trabajo por parte del pelinegro? Bueno, eso depende de la persona que lo mire. Un peluquero profesional sufriría una pérdida inmediata de conciencia al ver el resultado final, pero a Jimin parecía encantarle de forma inocente y genuina. Esos tres colores adornaban su cabello con original extravagancia, y aunque Yoongi quisiera negarlo, se había divertido bastante. Jimin hablaba sin parar acerca de cada cosa que se cruzara por su juguetona mente -la mayoría eran cosas científicas, en una ocasión le dijo que las moléculas caminaban*-, mientras él sacaba la lengua en total concentración para hacerlo lo mejor posible. Eujin solo miraba la escena preocupada, viendo en silencio como poco a poco el cabello rubio de Jimin pasaba a tener secciones multicolor. 

Se había divertido, sí, pero el vacío extraño seguía instalado en su pecho. 

—Bueno, no pareces un pavo real— acomodó un par de mechones que seguían húmedos por el reciente lavado —Soy mejor peluquero de lo que creí. 

—Estoy de acuerdo contigo. ¿No quieres tomar un curso de peluquería?

—No bromees, tengo suficiente estrés con la universidad. 

Salieron del lugar cuando el cabello de Jimin estuvo completamente seco, Eujin le dio algunos consejos sobre qué productos utilizar o de que forma lavarse el cabello para que la tintura dure más tiempo, su menor agradeció todos y cada uno de los consejos, pero Yoongi sabía, que probablemente no aplique ninguno de ellos, ya lo conocía lo suficiente como para saber que era una de esas personas a las que tu le decías algo y ese consejo le entraba por un oído y le salía por el otro.

—Creo que Taehyung y Hoseok ya resolvieron el problema que se traían —comentó el pelinegro luego de cerrar la puerta del local.

—¿Estaban enojados? 

—No exactamente ¿Taehyung no te contó nada?

Jimin enredó sus dedos con los de Yoongi para poder caminar a la par, uno al lado del otro —Se supone que iba a hablar con él ese día en que volvió tu mamá —Yoongi recostó el peso de su cuerpo en el brazo del menor y cerró los ojos, adoraba saber que lo tenía cerca, que pasara lo que pasara, Jimin se quedaría ahí, firme como un roble. —Pero ni siquiera alcancé a saludarlo cuando Hoseok me metió a su auto hablando a mil por hora.

—Me alegro que ese día te haya obligado a ir con él. 

—Yo también, hyung, me habría dolido más saber que no pude estar contigo.

Moléculas caminando

La cosa color medio naranja que parece tener dos patitas se llama "molécula miosina", la cosa verde y redonda es endorfina, y la miosina literalmente camina para llevarse esa proteína, video disponible en multimedia, no es necesario ver los dos minutos, con ver un par de segundos ya se entiende. Se decía que era "la felicidad caminando" pero varios medios comenzaron a desmentir ese deicho.

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