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33| Un celoso empalagoso 🧠

Maratón 3/4

Hoseok metió la llave en la ranura y abrió la puerta, dejando ver el desastre en el interior del lugar, los restos de pizza que se comieron antes de salir continuaban sobre la encimera de la cocina, la ropa seguía esparcida por todas partes y el pantalón que cayó cerca del arenero de manchas ahora tenía un tierno adorno café y oloroso sobre el. Yoongi miró a su amigo sintiéndose culpable, diciéndole con una sonrisa de gomita que él mañana se encargaba de llevar todo a la lavandería.

Entraron con Jin a la rastra y con un gruñido de esfuerzo, Hoseok lo dejó sentado en el sillón —¡Yo dormiré con Hoseoki oppa!— chilló Yongsun luego de ser la última en ingresar y cerrar la puerta, se aferró al torso del pelirrojo por detrás, asustando a su amigo por el repentino toque, la cartera de la chica salió volando de sus manos, y ahora estaba en un lugar perdido del departamento, encontrarla mañana sería una completa odisea.

El castaño levantó la cabeza al oír eso y la miró como si le hubieran ultrajado hasta el alma —No, malparida, yo dormiré con Hobi hyung— le respondió Taehyung en medio de balbuceos y tropezones por la ebriedad, ya no era un secreto que durante la noche logró formar una buena relación de amistad con el pelirrojo. Hoseok solo suspiró rendido y se quitó a Yongsun de encima, caminó hacia su habitación pensando que no lo seguirían, creyendo que todo era un show sin sentido, pero grande fue su sorpresa cuando Seokjin se levantó de donde lo había dejado y Yoongi tuvo que sostenerlo en mitad del camino para que no se estampara contra el suelo por lo brusco del levantamiento.

—A un lado, tarados— Jin se abrió camino entre los amigos, empujando a Yoongi y llegando hasta la habitación antes que cualquiera de ellos —La cama es mía— se tiró sobre el colchón con los brazos y las piernas abiertas, ocupando gran parte de la cama de dos plazas. A Seokjin nunca le interesó dormir con Hoseok, él sólo quería la grata comodidad que podía ofrecerle el lecho a su cansado cuerpo luego de tanto bailar y tomar.

—¡Ninguno dormirá conmigo porque yo dormiré en el sillón!— terminó por gritar su amigo, cerrando la puerta de la habitación, dejando a Jin encerrado ahí dentro junto con Taehyung y Yongsun para que pelearan por la cama entre ellos. Él ya no quería verse envuelto en disputas sin sentido, dormir en el sillón no sonaba tan mal si lo decía en voz alta.

Yoongi entró a su respectiva habitación y volvió a salir con una frazada de algodón entre sus manos para dársela a su amigo pelirrojo, él la tomó entre sus brazos y se fue hacia el gran sillón que ocupaba la sala de estar como un cachorro regañado —Ni en su propia casa uno puede dormir en paz— refunfuñó mientras se tendía a lo largo y cubría todo su cuerpo con la manta. —Pésima idea el haberlos traído.

—Trágatela— le dijo el pelinegro antes de despedirse de su amigo con un beso en la frente —Para que la próxima vez no se te ocurra algo similar. Te quiero.

Hoseok formó un puchero con sus labios y le susurro un "yo también" bajito, tierno y muy suave. Antes de volver a entrar a su habitación se aseguró de que tanto el ventanal como la puerta del departamento estuvieran bajo llave, cerró la caja de pizza que seguía abierta y se llevó una botella de agua, estaba seguro de que al día siguiente sería lo primero que Jimin y él necesitarían, porque la resaca convertiría su existencia en una pesadilla llena de dolor.

—Hyung...no tengo ropa para dormir— murmuró Jimin sentado en una esquina de la cama cuando lo vio entrar. La cortina de su ventana estaba abierta, dándole una visión hermosa de las estrellas, y bajo esa tenue luz que ingresaba por ahí, Jimin tenía un aspecto sereno, casi angelical e irreal.

—Mi ropa de dormir es el doble de mi tamaño— le dijo Yoongi. Dejó la botella en la mesita de noche y se agachó para rebuscar en los cajones de su closet, recordando con verguenza abrumadora el día en que Jimin llego a visitarlo y él solo estaba en ropa interior —Tal vez esto te quede— dijo sacando su remera de dormir favorita y un pantalón que nunca ocupaba.

Se cambiaron dándose la espalda, sonriendo como adolescentes en la bruma del enamoramiento, sintiendo en sus corazones la timidez característica de dos amantes que yacen juntos en un mismo lecho por primera vez. Yoongi no solía dormir con pantalones, y en estos momentos se le estaba haciendo horriblemente complicado superar la verguenza que sentía, y se percató de que se había tardado demasiado cuando oyó a Jimin preguntarle suavemente si sucedía algo.

—Nada que tenga demasiada importancia— Yoongi bajó el cierre de sus pantalones y los dejó caer, percibiendo en el acto que Jimin volvía a girarse para no incomodarlo.

—Puedo dormir en la sala— al oír eso, el pelinegro se dio vuelta bruscamente, casi tropezándose con sus pantalones que estaban enrollados como serpiente en sus tobillos —Es decir...no quiero incomodarte, hyung— Yoongi negó furtivamente con la cabeza y se acercó a Jimin, quien seguía sentado en la cama, pero esta vez, arropado con un pijama improvisado que le dio Yoongi.

—¿Qué estás diciendo?— subió sus manos hasta tocar la afilada mandíbula de su menor, recorrió con delicadeza cada centímetro de su piel, sonriendo con dulzura al tocar la cicatriz que resiente el uso de los lentes protectores —No me incomodas, es solo que...para mi, es nuevo esto de...dormir con alguien. Nadie sabe que me acuesto solo con una camisa y ropa interior— bromeó, intentando sacarle una sonrisa a su menor. No era del todo cierto, porque Hoseok sí lo sabía, pero aparte de él, nadie más lo hacía.

—¿Ni siquiera tus exs?

—Ni siquiera mis exs— sonrió con verguenza al sentir las manos de Jimin posarse tímidamente en su cintura, si alguien no frenaba esto en cualquier momento iba a morir, los latidos de su corazón estaban que se salían de su pecho.

—¿Y Hoseok?

Yoongi ladeó la cabeza, confundido —¿Qué tiene que ver Hoseok?

Jimin sonrió y negó con la cabeza —Estoy ebrio, no me hagas caso— el pelinegro observó sorprendido la forma en que Jimin dejaba caer la cabeza en su estómago y suspiraba, como si estuviera ocultando y reclamándose algo —Pero me doy cuenta, hyung, Hoseok no es solo un amigo para ti, y eso...no sé explicarlo— se abrazó aún más a su vientre, ocultando su rostro y pidiéndole silenciosamente que no se alejara.

Oh, pero Yoongi sí que sabía como explicarlo, lo entendía perfectamente. Jimin estaba celoso, y algo muy dentro de él le decía que era un celoso empalagoso.

—Tienes razón, Hobi no es sólo un amigo para mí— el pelinegro hizo que su menor deshiciera el abrazo para que él pudiera hincarse a su altura y mirarlo directamente a esas obres castaños que había comenzado a amar sin pedirlo, pero que ahora no quería dejar de hacerlo —Hoseok lo es todo, es todo lo que me queda, todo lo que tengo— Jimin desvió la vista al oír eso, sintiendo en su pecho la opresión que tanto temía —Pero él no es quien me gusta.

Los ojos castaños volvieron a mirarlo con curiosidad, reflejando en la iris un muchacho de pasado tormentoso con ansias de mejorar día a día, Yoongi se acercó al rostro de su menor y lo besó con la calidez que emana una fogata en pleno invierno, sonriendo en lo más profundo de su ser al percibir que Jimin le correspondía con el mismo cariño —Quien me gusta es una persona muy inteligente pero que me ha ocultado un par de cosas— pasó la palma de su mano por los rubios y suaves cabellos, llegando hasta la afilada mandíbula para levantarla y volver a besarlo —Alguien que me deja decirle cerebrito en honor a su conocimiento, y alguien a quien quiero seguir besando por el resto de la noche.

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