Maratón 1/4

En el medio de la estancia había un escenario desmontable con dos micrófonos en el centro y un gran cartel en la parte superior que decía "Felicidades al equipo de baloncesto" el DJ estaba instalando su instrumental en una esquina, listo para reproducir música bailable durante toda la noche.

—El centro estudiantil realmente se esmeró— dijo Jimin asombrado al observar la forma en que las luces de colores se encendían y le daban al lugar un toque de adrenalina oscura y peligrosa. Caminaron juntos como grupo hasta apoderarse de una mesa, sabían de sobra que a la larga la iban a necesitar, porque como mínimo, solo uno de ellos no saldría ebrio.

—Uy, la barra ya está disponible, a esto le llamo eficiencia— Yongsun se acomodó su vestido y alisó una arruga invisible que tenía en el torso —¿A quién de ustedes se le ofrece un trago? El barrista está bien guapo— sonrió traviesa y los miró en espera de su respuesta.

Todos levantaron la mano, pero solo Jin fue con ella a buscar los pedidos. Yoongi la vio coquetear con el hombre que preparaba los tragos como si fuera una amigable conversación sobre el clima, pensativo, desvió su visita para toparse con el rostro varonil de Jimin que miraba todo con absoluto detalle, Hoseok y Taehyung conversaban sobre algo que el pelinegro no alcanzaba a oír, se preguntó si algún día él tendría esa facilidad para coquetear, realmente le gustaría saber que estaba haciendo las cosas bien y que no vivía debajo de una roca, aunque desconocía lo que era prioridad para su menor.

—Vodka para Yoongi y Jimin oppa, Martini para Taehyung— Yongsun volvió a donde estaban ellos con una bandeja de plástico  negra y dejó todo sobre la mesa mientras murmuraba para quien era cada trago —Cerveza para Hoseok y Whisky para Seokjin y para mí.

—Y agua— el mayor apareció detrás de la chica con dos botellas de líquido transparente y las dejó bajo la mesa —Para más tarde.

Yoongi recibió el vaso, pero lo dejó a un lado disimuladamente, primero debía subir al escenario para la supuesta ceremonia, no quería que el mundo le diera vueltas allá arriba mientras recibía la medalla. Por el rabillo del ojo notó que Taehyung hacía lo mismo, pero sus demás amigos no tuvieron objeciones, en tres segundos Jimin y Jin ya habían vaciado sus respectivos vasos.

Cuando el recinto ya estaba totalmente lleno, todo se oscureció y dos luces blancas iluminaron el escenario, apuntando hacia los dos micrófonos solitarios que habían ahí, tanto las personas que estaban sentadas como quienes permanecían de pie a la espera de la música, subieron su mirada justo a tiempo para ver al Presidente del Centro Estudiantil subir con gracia por los pequeños escalones que habían a un costado, detrás de él iba la rectora de la Universidad, Kim Heesook.

—Quiero darle la bienvenida a cada una de las personas que están aquí— comenzó Jungkook con voz melódica luego de recibir un leve asentimiento de cabeza por parte de la rectora —Me honra anunciar que el día de hoy entregaremos las medallas de oro a nuestro querido equipo de baloncesto de la Universidad Nacional de Seúl.

Una corrida de aplausos de dejó oír a lo largo de la estancia, provocando que Yoongi se sintiera avergonzado y tuviera el instinto de ocultar su rostro detrás del brazo de Jimin, oyendo de paso la suave risita de alegría que él dejaba escapar.

Luego de que los aplausos cesaran, la rectora tomó la palabra —Es por eso, que nos gustaría invitar coordialemente a cada integrante del equipo a subir a este escenario— sacó una hoja de la carpeta que traía en sus manos y comenzó a nombrarlos uno por uno —Capitán del equipo, Min Yoongi— el pelinegro se levantó de su asiento y antes de ir al llamado le dio una fugaz mirada a Jimin, viendo en sus hermosos ojos la misma astucia que vio el día de la competencia, cuando le dijo con toda la seguridad del mundo que ellos ganarían —Bang Chan, Kim Woojin, Kim Youngjo, Lee Seoho, Choi Minki, Kang Dongho, Kim Taehyung y el entrenador Choi Daeyong.

Caminó junto con sus compañeros hacia el escenario, siendo el último en subir pero el primero en recibir la medalla de oro, Jungkook le mostró una sonrisa de dientes grandes y bonitos contagiando a Yoongi en el proceso, él bajó su cabeza y dejó que colgaran la medalla en su cuello, siendo acompaño por aplausos y vítores de alegría.

A su lado derecho, Choi Dayeong estaba más sonriente que nunca, luciendo con orgullo su respectivo premio y alabando al equipo que entrenó a punta de gritos. La forma peculiar que tenía su entrenador de darles ánimos fue lo que los llevó a ganar la competencia, cada uno de ellos albergaba a un mini Choi dentro de sus cabezas gritando humillaciones a diestra y siniestra cada vez que se equivocaban.

—Capitán Min ¿le gustaría decir algunas palabras?— le preguntó la rectora al terminar de entregar las medallas. El pelinegro miró a Bangchan, sabiendo que su compañero tenía más ganas de hablar que él.

—Me gustaría darle esa oportunidad a otra persona— dijo lo suficientemente fuerte para que Heesook lo escuchara. Ella asintió, alejándose del micrófono. Yoongi le hizo una seña a su compañero con la cabeza, indicándole que pasara al centro, Bangchan sonrió emocionado y se inclinó repetidas veces antes de tomar el micrófono entre sus manos.

Mientras oía a su amigo narrar lo emocionante y compleja que fue la competencia, el pelinegro buscó una cabellera rubia entre el gentío, dando con esa preciosa sonrisa que lo traía atontado. Cada vez que Bangchan soltaba alguna estupidez, toda la audiencia reía, incluyendo a Jimin, quien dejaba caer su cabeza hacia atrás, provocando que su nuez de Adán subiera y bajara, creando una imágen muy obscena en la mente del pelinegro, que sin duda no debería estar pensando algo como eso arriba de un escenario.

Si ser sexy y provocar una erección en medio de un lugar público justo cuando toda la gente te está mirando es un pecado, Jimin definitivamente se merecía el infierno completo. Y con traslado incluido.

Yoongi nunca se imaginó que una persona pudiera ser tantas cosas a la vez, él con suerte y sabía escribir bonito, tenía un poco de habilidad para el diseño digital y una que otra para el rap improvisado. ¿Pero Jimin? el menor parecía ser una reencarnación de esas personas que vivieron en la antigua Grecia, donde todos tenían múltiples profesiones. Y Yoongi lo confirmó al ver el increíble paso de baile que dio Jimin para finalizar su espectáculo de estilo libre, recibiendo aplausos y alabanzas de las demás personas.

—¿Hay algo que no sepas hacer?— le preguntó cuando Jimin llegó a su lado algo tambaleante producto del alcohol pero muy sonriente.

Jimin fingió pensar —Mm...no sé conducir— se había tomado más de tres vasos de vodka, pero al aparecer aún podía formular una respuesta decente. Yoongi no pudo evitar reír, haciendo que sus encías salieran a la luz y le dieran un aspecto infantil.

—Hyung, ven a bailar conmigo— Jimin le tomó la mano e intentó llevarlo de vuelta a la pista de baile. El pelinegro extrañaría el cómodo asiento que se consiguió en la barra mientras su menor dejaba hasta el alma en la pista, no entendía cómo es que tenía tanta energía.

Mientras caminaba siguiendo a Jimin, miró hacia la mesa que lograron conseguirse al inicio y vio a su amigo conversando y riéndose con Taehyung, Hoseok no solía tomar más de una botella de alcohol, pero el castaño ya llevaba una torre se vasos a sus pies, Seokjin y Yongsun no se veían por ninguna parte, así que Yoongi supuso que lo más probable es que estuvieran bailando entre el gentío.

Se detuvieron en un espacio relativamente vacío y Jimin se giró hacia él para sujetarlo de la cintura y comenzar a moverse al ritmo de la música. Yoongi rodó los ojos e hizo lo mismo, adoraba ver a su menor relajado y contento, sin tener que estar escondiéndose ni huyendo de algún lugar.

—¡Oye!— le gritó al oído para hacerse oír por sobre el ruido de la fiesta —¿Quieres dormir conmigo hoy?

Jimin abrió los ojos lo más que sus rasgos asiáticos le permitían, levantó una ceja y lo miró interrogativo, creyendo que lo que oyó fue producto de su ebriedad y de lo fuerte que estaba la música. Yoongi solamente le guiñó un ojo, coqueto, y lo agarró de las solapas de su camisa para besarlo y demostrarle que la oferta era completamente cierta. En su mente, para cuando termine la fiesta Jimin no tenía cómo volver a su casa, no conducía, y si se iba en taxi probablemente no pueda ni siquiera meter la llave en la cerradura de la puerta debido a lo ebrio que estaría más adelante.

«Así que...¿Por que no aprovechar y pasar la noche juntos?»

Yes, hay maratón >:)

En mi escuela es cierre de trimestre, y luego de dos semanas de sufrimiento con proyectos y ensayos, nos dieron tres días de vacaciones. Así que de hoy al jueves estaré subiendo un cap por día ❤

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