Se sentó en la silla frente al escritorio totalmente desconfiado, el mal humor se le salía hasta por los poros de la piel y eso al chico de cabello platinado no le había pasado desapercibido —Por lo que veo— comenzó Taemin con una sonrisa lasciva y juguetona, entremezclada con su falsedad —Te sorprende verme aquí.

Jimin no dijo nada, todo a su alrededor seguía igual pero distinto a la vez, la madera de los muebles era la misma, el aroma del ambiente pasó de ser inoloro a tener un suave toque de vainilla industrializada, e incluso estaba seguro de que el portafolio negro de la esquina era el mismo que tenía su padre anteriormente, lleno de papeles y archivos clasificados sobre medicamentos que tuvieron alguna falla en su composición química.

—Lamento decirte, cariño, que tendrás que responderme— le dijo Taemin inclinándose en el asiento y mirándolo directo a los ojos, cuando ingresó a trabajar con Jihyung la primera vez, Jimin estaba seguro de que ese sujeto no sería capaz de decir ni siquiera una grosería, pero conforme fue avanzando el tiempo, descubrió que era un nido de víboras bajo una fina capa falsa de amistad y cariño.

—Vine aquí por petición de mi padre— soltó Jimin, apoyando su codo en el escritorio para marcar presencia, no quería dejarse intimidar.

—Oh, claro que sí— dijo Taemin sin dejar de sonreír como si supiera el secreto de la existencia humana —Pero por orden mía.

Jimin abrió y cerró la boca, estupefacto ¿acaso su padre se había vuelto loco y dejó la empresa en manos de ese idiota? ¿o es que el chico la tomó a la fuerza? —¿A qué te refieres?

Saltó de la silla de donde estaba e hizo una reverencia exagerada hacia Jimin —Lee Taemin, jefe administrativo del personal— le guiñó un ojo y volvió a su lugar. Ahí recién lo entendió, su padre había ascendido a ese sujeto, pasó de ser el secretario chismoso a ser jefe en una de las tantas área que tenía la empresa, y todo eso en solo dos años, Jimin no entendía como funcionaba la mente de su padre.

—De igual forma, no entiendo que mierda hago aquí— gruñó mal humorado.

—¿Por qué tan a la defensiva, cariño?— al volver a oír ese viejo apodo, Jimin rodó los ojos y se levantó de su silla, estando dispuesto a salir de ese lugar para no volver nunca más, pero la mano de Taemin estampándose contra la puerta para prohibirle el paso lo obligó a detenerse —Bien, bien, comencemos otra vez— murmuró el chico muy cerca de su oído, intentando someterlo sutilmente con su cuerpo —¿Por qué tan a la defensiva?

Jimin miraba la puerta fijamente, sabiendo que si giraba su rostro aunque sea un centímetro se toparía de frente con los labios de Taemin —No tenías ningún derecho de meterte en la vida de mis padres, no entiendo cómo es que llegaste a ser jefe del personal— soltó. Luego de que todo se desatara, Jihyung expulsó a su madre de los negocios y del hogar que compartían, desconfiando incluso de que Jimin fuera su hijo legítimo, algo totalmente estúpido teniendo en cuenta que él mismo como científico fácilmente podía concretar una prueba de ADN. Luego de un par de meses, su padre se retractó de sus acciones, pero el odio y el resentimiento ya estaban instaurados en el corazón de su hijo, sintiéndose incapaz de abandonar a su madre para regresar bajo el techo de su progenitor.

Taemin quitó su mano de la puerta y guardó ambas en el bolsillo de su pantalón negro —Ambos sabemos que eso no es lo que realmente te molesta. Me odias por lo que hice, me odias por hablar, pero te conozco, Jimin, eso no es suficiente para estar así, no después de dos años, ni después de que me soltaste todo tu odio afuera de tu universidad.

Jimin se pasó la lengua por los labios, sabiendo que Taemin tenía razón, podía tener mucha aversión hacia él, pero lo que realmente lo tenía irritado y melancólico era la actitud que había tomado su hyung el día anterior y que -indirectamente hablando- era culpa de sujeto tras él por venderle la información a los periódicos.

—¿Estás consciente de que me estoy perdiendo asignaturas que son de suma importancia por estar hablando y desperdiciando mi tiempo aquí contigo?

—Totalmente— lo sintió caminar de vuelta hacia el escritorio y sentarse en la silla escandalosamente, como demostrando que era él quien mandaba —Es por eso que mientras más rápido me respondas, más rápido te podrás ir.

Jimin se dio la vuelta, tomando la silla por el respaldo y acomodándola para sentarse frente a él, si iba a tener que soportar este infierno al menos lo haría cómodo —Te escucho.

La sonrisa arrogante de Taemin salió a flote, estiró su cuerpo hacia el lado y con su mano derecha alcanzó un montón de papeles que habían al interior del archivador negro —Park Jimin ¿tienes tu currículum actualizado?— le preguntó, dejando al menor con una confusión en el cerebro.

—Aún no me gradúo— le respondió.

Una mueca de desaprobación se hizo presente en el rostro de Taemin, Jimin estaba a punto de preguntarle qué tenía que ver eso, pero una carpeta aterrizó frente a él —Me gustaría que en tu tiempo libre pudieras actualizarlo— dejó el resto de papeles a un lado y juntó sus manos a la altura de su abdomen —Como hijo de Jihyung tienes un puesto asegurado en esta empresa, pero no podemos saltarnos el protocolo, necesitamos pedirte el CV. Ahora te haré un par de preguntas que contarán como una versión barata de entrevista y todo eso se complementará con un test psicológico.

—Al menos haces bien tu trabajo— bufó Jimin, dándole un breve vistazo a las hojas que habían en el interior de la carpeta, viendo la característica estructura de un CV sobresalir en la primera plana —Pero debo decirte que no estoy interesado en trabajar para mi padre.

—Estarás en el laboratorio de la compañia, no en este edificio— le dijo Taemin, sin creer lo que escuchaba —Usarás una bata y esos lentes protectores todos feos que les gustan a ustedes— su ceño estaba fruncido y Jimin sonrió divertido al verlo expresarse de esa forma, cuando Taemin era secretario, su padre y él siempre solían hablabar para buscar una forma de que a Jimin le gustara la administración de empresas, pero él siempre estuvo ligado a la ciencia, desde muy pequeño adoraba pasar sus manos sobre grandes libros de química, admirando embobado ecuaciones que ni siquiera lograba entender debido a su corta edad. En cada conversación Taemin solía hacer los mismos gestos y decirle a su jefe que lo dejara trabajar en el laboratorio.

—Al menos deberías darme tiempo para pensarlo— definitivamente su madre no estaría para nada contenta, le llevaría tiempo llegar a un acuerdo con ella.

—¿Qué tienes que pensar?— le preguntó Taemin, inclinándose en la silla, Jimin sabía que estaba a punto de preguntarle alguna idiotez, conocía esa mirada astuta —¿No será que temes que si alguien te ve rondando muy seguido por aquí se entere de lo que pasó? ¿Tu pareja por ejemplo?

Y ahí estaba, Jimin suspiró decepcionado, ese hombre nunca iba a cambiar —Sabes de sobra que no tengo pareja. Y si llegara tenerla, con lo chismoso que eres serías el primero en enterarte.

Taemin estiró su cuerpo y distraídamente tomó un lápiz y una libreta que tenía en un cajón, la sonrisa sarnosa seguía plasmada en su rostro —Eso es cierto ¿entonces por qué no lo intentas conmigo? Tienes algo entre las piernas que me llama mucho la atención— lo miró coqueto, disfrutando del tinte rojo que se apoderaba de las mejillas de Jimin, regodeándose internamente porque era algo que solo ellos sabían.

—Solo pregúntame lo que necesito responder para irme rápido, un segundo más aquí y me volveré loco.

La leve vibración de su celular lo distrajo, antes de que Taemin dijera otra palabra, metió su mano en el bolsillo y vio el nombre de su amigo en la pantalla, ya no llevaba la cuenta de todas las llamadas perdidas que tenía de Taehyung, sólo sabía ahora no podía contestar, su amigo tendría que esperar un poco más.

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