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17| Lo sospechaba 🧠

Yoongi metió la llave y abrió la puerta del departamento —¿Seguro que no quieres pasar?— le pregunto a Jimin —Sólo está manchas.

Oyó la suave risa que emitió el menor y algo se removió dentro de su estómago —Seguro— se quedó en el marco de la puerta, sonriendo como siempre solía hacerlo, Jimin era la persona más expresiva del universo entero —Tengo que volver a casa y terminar un artículo sobre nuestro último experimento.

Yoongi miró disimuladamente las clavículas marcadas del menor, preguntándose que se sentiría pasar su mano sobre ellas —De acuerdo— se despidio de él y lo vio caminar por el pasillo hasta llegar al ascensor y desaparecer por el. Con nostalgia y un con poco de decepción, cerró la puerta, a veces tenía el leve presentimiento de que Jimin estaba huyendo de algo, nunca permanecía demasiado tiempo en algún lugar en específico, a excepción de la universidad, claramente.

Negó con la cabeza para intentar disipar sus locas teorías y se dedicó a buscar las cosas que necesitaba para estudiar. Leyó, escribió, borró y reescribió durante toda la tarde, hasta que su estómago gruñó fuertemente, avisándole que si no comía algo iba a desmayarse en cualquier momento. Justo cuando colocaba su plato de comida a calentar, Hoseok apareció por la puerta cargando una carpeta llena de papeles.

—Hola, hyung— lo saludó, dejando todo en el sillón y sentándose en el —Estoy muy cansado— lloriqueó mientras se quitaba la chamarra que traía puesta y la colgaba en el respaldo, quedando únicamente con su playera blanca y los pantalones.

Yoongi le acercó un vaso de agua y volvió por su plato de comida, como Hoseok había llegado, tomarse un breve descanso le sentaría bastante bien —¿Y el proyecto?— le preguntó mientras se llevaba un poco de arroz a la boca.

—En casa de Yongsun nona, ella lo llevará a la universidad— dejó el vaso al lado del sillón y lo escudriñó con la mirada —Es raro que estés vestido un fin de semana ¿saliste a algún lugar?

Yoongi se atoró con un grano de arroz que se fue por el camino que no debía —Te odio— lo maldijo entre dientes, tosiendo e intentado recuperar el aliento bajo la escandosa risa de su amigo —Pero sí, salí con Jimin— le dijo aún medio ahogado.

Hoseok sonrió travieso y se inclinó en el asiento —¿A dónde fueron?— Yoongi sabía que al pelirrojo no se le escaparía ningún detalle, lo conocía mejor que nadie y se daba cuenta cuando él estaba mintiendo u ocultando algo. De cierta forma, gracias a eso es que su amistad funciona a la perfección, Hoseok es casi un brujo.

—Al parque— le sostuvo la mirada por unos segundos y luego la desvió, no podía con la presión de tener que contarle que quizás se estaba enamorando —Hay dos cosas que no te he dicho— murmuró.

Hoseok saltó del sillón y se sentó frente a él, totalmente emocionado —Ya lo sé, te conozco, hyung— le tomó la mano con cariño y formó una preciosa sonrisa, de esas que tienen estructura de corazón y dos pequeños hoyuelos en las mejillas.

—En realidad, no sé quién besó a quién, pero pasó— dijo Yoongi, sonriendo y recordando ese día en el balcón —Jimin y yo nos besamos.

—¿Y qué sentiste?— le preguntó su amigo, teniendo un brillo especial en sus ojos castaños, astutos y vivaces. Por muy cansado que estuviera, siempre sería el oído de Yoongi.

El pelinegro llevó su mente a ese día y se encogió de hombros, todavía era muy pronto para afirmar algo, pero tampoco podía negar las millones de sensaciones que eso le provocó —Me gustó— susurró, evitando mirar a su amigo a los ojos —Me sentí feliz.

Hoseok le tomó el rostro, mirándolo con tanto cariño que Yoongi se sintió mareado —Hyung...

—Creo que me estoy enamorando, Hobi— volvió a susurrar el pelinegro, sintiendo en sus ojos las lágrimas acumuladas y la forma en que luchaban entre ellas para salir.

Su amigo se inclino para poder besarle la frente —Me alegro que lo hayas aceptado— con sus pulgares recorrió ambos pómulos de Yoongi, evitando que las lágrimas cayeran, no había motivo alguno para estar triste —Y que me lo hayas contado.

—Te hubieras dado cuenta de todas formas— bromeó el pelinegro.

—Lo sospechaba— Hoseok le guiñó un ojo y quitó sus manos, ambos sabían automáticamente que esa relación extraña de tener sexo ocasional debía parar, ni siquiera estaba la necesidad de colocarlo en palabras, porque se conocían y se complementaban tan bien, que casi funcionaban como un mismo individuo.

—¿Y por qué no me dijiste nada?— inquirió Yoongi, levantando su plato vacío y dejándolo en el fregadero, más tarde tendría que lavarlo.

—Porque quería que lo descubrieras tú mismo, yo no podía presionarte si no estabas seguro de lo que sentías.

Yoongi solo rodó los ojos, se esperaba obtener una respuesta así —Aunque...hay una cosa que me inquieta— confesó, volviendo a tomar asiento en su lugar y mirando a su amigo a los ojos.

—¿Qué cosa?— preguntó Hoseok, ladeando la cabeza en señal de duda, él creyó que todo estaba yendo bien.

—¿Es normal que una persona tenga que irse apenas llega?— le preguntó Yoongi —¿O que nunca quiera permanecer por mucho tiempo en un lugar?

Su amigo juntó el entrecejo y frunció los labios en forma de patito, el pelinegro sabía que esa era la forma que tenía su rostro de expresar el hecho de que estaba pensando o buscando una solución, siempre que se sentaba a resolver ejercicios matemáticos o de dibujo, tenía la misma mueca —Yo creo que sí— dijo con un poco de duda —Es normal no querer permanecer ahí si no conoces el lugar ¿por qué lo preguntas?

Yoongi se encogió de hombros —Es solo que, las veces que Jimin ha venido, siempre tiene que irse muy pronto— delineó distraídamente una cicatriz antigua de rasguño que tenía el brazo de Hoseok —Pareciera que esta huyendo de algo.

—No puedo ayudarte mucho con eso, porque nunca lo he visto— dijo su amigo -Pero sí puedo decirte que a eso se le llama apego, quieres que pase más tiempo contigo, y si se va te sientes triste o con un vacío extraño.

—Eso es mentira— murmuró Yoongi por lo bajo, sabiendo perfectamente que su amigo tenía razón.

Hoseok lo regañó con la mirada —Hyung...

—Tal vez un poco— cedió el pelinegro —Pero insisto en que es raro.

—¿Y si se lo preguntas?— sugirió Hoseok. Nunca fue bueno dando consejos o formando teorías, él era práctico, funcionaba acorde a lo que veía y a lo que le servía. Pero Yoongi negó con la cabeza, imaginando la respuesta que le daría su menor, o con lo que saldría para desviar el tema.

—Jimin nunca me responde algo que se relacione con él. Y lo entiendo, porque es parte de su privacidad, pero todo es muy extraño.

Su amigo asintió con la cabeza y se paró del asiento —Si llegan a tener una relación, deben mejorar eso— hizo sonar los huesos de su columna vertebral y se metió al baño, sacando a manchas de ahí para poder ocupar el inodoro.

Yoongi solo sonrió, ignorando las idioteces que decía su amigo acerca de las relaciones de pareja, el pelinegro sentía que aún le quedaba mucho camino por recorrer con Jimin si querían llegar a eso. O quizás ni siquiera estaba en los planes del menor, y era él quien se estaba haciendo ilusiones del tamaño de un buque.

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