13| Bacteria en el lavado 🧠
Una semana después, Yoongi había mantenido su promesa de almorzar diariamente con los dos amigos. Con Taehyung solían encontrarse en el área científica y juntos iban a comprar el almuerzo, luego buscaban una mesa para tres y se sentaban a esperar la llegada de Jimin. En ese transcurso, Yoongi había descubierto muchas cosas de sus dos menores, una de ellas era que la abuela de Taehyung tenía una pequeña tienda de pasteles, otra que Jimin solía vestirse igual a su amigo cuando eran más pequeños, pero que dejó de hacerlo porque descubrió otro estilo que le fue mucho mas cómodo.
Incluso preguntó por Taemin, el sujeto con el que su menor discutió el otro día, pero cada vez que eso salía a la luz, Jimin cambiaba rápidamente el tema, dejando a Yoongi con una intriga del tamaño de una montaña.
—Ahí viene— dijo Taehyung, levantando su mano para que Jimin pudiera verlos y sonriendo como un niño pequeño que ve a su padre. Ahora mismo estaban en la cafetería esperando la llegada del menor, habían comprado comida liviana y tres malteadas de fresa porque estaban en oferta.
—Necesito ir al baño y extrañamente no hay ninguno abierto en esta área— lloriqueó Jimin cuando llegó al lado de ellos. Dejó sus cosas -incluida su característica bata- sobre la mesa y se sentó al lado de Yoongi, colocándolo sus nervios en alerta en cuestión de segundos.
—Ve a orinar a un arbusto— sugirió Taehyung con una sonrisa traviesa.
Jimin solo rodó los ojos y le tiró al rostro una servilleta en forma de bolita que había sobre la mesa —Sucio— murmuró entre dientes, provocando que Yoongi sonriera disimuladamente.
—Ve al baño de mí a— el pelinegro no alcanzó a terminar su frase debido a un estridente y agudo sonido que emitió el parlante que estaba colgado justo en la entrada del comedor. Luego de triturar los tímpanos de cada estudiante por un par de segundos, se oyó la voz de una mujer mayor.
—Queridos alumnos, habla la directora de esta universidad, Kim HeeSook— hubo una breve pausa donde la mujer parecía buscar las palabras correctas para dar la información. Todos se miraron entre ellos, muy confundidos, nadie entendía el porqué de repente estaban oyendo a la rectora —Un estudiante de ingeniería genética cuya identidad me reservaré, dejó caer accidentalmente una bacteria en uno de los lavados del área científica.
Al oír aquello, Jimin se golpeó la frente con la palma de su mano y murmuró en voz baja un "idiota" transmitiendo en su voz la tortura por la cual estaba pasando al retener sus ganas de orinar.
—Es debido a eso que la universidad cerrará durante el resto del día— una oleada de quejidos se dejó oír a lo largo de todo el comedor, las clases podían ser agotadoras e incluso podías llegar a odiarlas, pero eso no significaba que desees perderlas, porque era muy perjudicial —Tendrán una hora para salir de aquí, luego de eso, cada lavado será sanitizado para que ustedes puedan volver mañana sin problemas. No queremos que nadie se enferme. Gracias por su atención.
El menor se pasó la mano por sus rubios cabellos, tirándolos hacia atrás —Mini Jimin, tendrás que aguantar hasta llegar a casa— dijo mirando hacia su entre pierna, donde un pequeño bulto sobresalía. Yoongi evitó mirar hacia ese lugar o terminaría ahogándose con el aire.
—Podrías venir al departamento que comparto con Hoseok— sugirió el pelinegro mientras guardaba el resto de su almuerzo en su morral y evitaba mirar el rostro de Jimin que estaba cubierto con una pequeña capa de sudor —Queda a siete minutos de aquí.
—¿En serio?
—Sí— le dio el último sorbo a su jugo de frambuesa y sonrió de medio lado para darle seguridad, pensando que Jimin se refería a la distancia —Hobi quiso que el departamento quedara cerca de donde yo estudiara.
Jimin emitió una pequeña risita y negó con la cabeza —No, quiero decir ¿De verdad puedo ir a orinar a tu departamento?
Se levantaron de donde estaban sentados y Taehyung le propinó un golpe en el brazo a su amigo —¡No lo pienses dos veces!— subió y bajo sus cejas, una señal que solo ellos dos entendían y que hizo que las mejillas de Jimin tomaran un leve color carmín —Te vas a orinar en los pantalones si no vas.
Se mezclaron con los demás estudiantes que también iban saliendo y llegaron a la entrada de la universidad, Yoongi le dijo a Taehyung que fuera con ellos pero el chico castaño quería ir a ayudar a su abuela con su tienda de pasteles, casi nunca podía estar con ella por lo complicado que se encontraba con sus clases, y ahora que tenía un poco de tiempo, sin duda lo ocuparía en la persona que dedicó su vida en criarlo.
—Nona Jiwoo hace unos pasteles deliciosos — le dijo Jimin mientras caminaban en dirección hacia el departamento, se contoneaba de una forma extraña por culpa de todo el líquido en su vejiga, provocando que el pelinegro riera disimuladamente.
—Mm...Yoongi hyung— lo llamó Jimin desde el baño, con voz dudosa —No es por nada, pero nunca me dijiste que tenías un gato.
El pelinegro dejó ambos morrales en el sillón y juntó su entrecejo —¿Qué? ¿Un gato?— caminó hasta el baño y en el marco de la puerta vio el cuerpo esbelto de Jimin —¿Cómo que un gato? Nosotros no tenemos un gato.
El menor se dio la vuelta y dejó a la vista el interior de la estancia, sentado muy comodamente sobre la tapa del inodoro, un gato blanco con manchas negras se limpiaba el lomo con la lengua.
—Jung Hoseok, te voy a matar— murmuró Yoongi en voz baja, haciendo que Jimin suelte una pequeña risita plagada de diversión. Se acercó al gato y lo tomó entre sus brazos para bajarlo de la tapa, realmente necesitaba orinar, y con ese animal ahí, era imposible.
—Seguro tu amigo tiene una muy buena explicación para esto— dijo Jimin, pidiéndole con la mirada al mayor que saliera del baño para poder hacer sus necesidades. Había aguantado por bastante tiempo.
Yoongi entendió la indirecta y salió al pasillo con el gato siguiéndolo desde atrás, el animal se quedó sentado afuera de la puerta del baño, mirando y esperando a que la persona en el interior saliera.
El pelinegro le marcó a su amigo y lo primero que oyó cuando Hoseok le contestó, fue el pitido característico del término de clases. Su amigo seguía en la universidad, un poco antes y Yoongi lo hubiera llamado en mitad de una lección.
—Jung— dijo Yoongi, con el celular pegado al oído —Me puedes explicar ¿qué mierda hacía un gato sentado en la tapa del inodoro?
—Existir.
«Vaya, Jimin tenía razón, que buena explicación» pensó sarcásticamente.
—¿Qué? ¿Cómo que existiendo?
—Pues sí, el gato está existiendo...— su amigo pareció percatarse de algo y se interrumpió a si mismo y a su vaga explicación —¿Qué estás haciendo en el departamento a esta hora? Usualmente llego antes que tú ¿pasó algo en tu universidad?
Yoongi se tocó el puente de la nariz —Sí, pero nada grave. Es decir, a un estudiante se le cayó una bacteria al lavado— murmuró —No es una bacteria mortal, pero tampoco quieren a toda la universidad enferma de lo mismo, así que cancelaron las clases por el resto de la tarde para que ellos pudieran desinfectar todo.
Hoseok se mantuvo en silencio por un rato —Hyung ¿te das cuenta de lo ridículo que suena esa explicación?— dijo risueño —¿Cómo "se te cae" una bacteria a un lavado? Primero que todo ¿qué carajos hacia ese tipo con una bacteria en un lavado universitario? De todas formas, eso no debería afectarles, porque el tubo del lavado llega al alcantarillado, no a los otros baños.
—¡Suena más lógico que tu respuesta de "Existir"!— replicó, totalmente divertido —Y no sé, quizás solo cancelaron las clases por precaución, porque si un estudiante se enferma por culpa de una bacteria que había en el laboratorio puede demandar a la universidad.
Jimin salió del baño y el gato volvió a entrar —Está en la tapa otra vez— dijo el menor mirando a Yoongi con una sonrisa inocente.
—¿Estás con alguien?— preguntó su amigo al otro lado de la línea.
El pelinegro se hizo a un lado y dejó pasar al menor, sintiendo la fragancia masculina que dejaba a su paso —Sí, estoy con Jimin.
—Ohhh bueno, cuiden a manchas por mí, llego dentro de un par de horas— Yoongi ni siquiera alcanzó a responder, su amigo ya había cortado la llamada.
Miró hacia donde estaba Jimin y sintió los característicos nervios en su estómago, lidiar con la presencia del menor durante toda la tarde sería una ardua tarea.
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