38. ¡HEY, CAPITÁN!
Denki supo que las cosas no habían salido del todo bien cuando vio a Hitoshi subir a su habitación de forma callada y evasiva ignorando su propia fiesta.
Al otro lado de la sala Monoma intercambió una mirada con él, sabiendo perfectamente lo que había puesto en tal estado al mayor. Kaminari regresó la mirada hacia donde su novio había desaparecido segundos atrás, preguntándose si sería lo correcto ir a buscarlo.
Entonces, como si Neito estuviera al tanto de su indecisión, tomó la iniciativa y fue en busca de su mejor amigo.
— ¿Todo bien por allá? —le preguntó Mina al ver su mirada perdida por las escaleras.
— Si, todo bien... —contestó, aún dudando de sus acciones.
Tal vez Hitoshi necesitaba un minutos solo. Tal vez necesitaba hablar con alguien. Tal vez ni siquiera él sabía lo que necesitaba.
La serpiente se puede encargar de esto, pensó, dejando que él rubio tomara en sus manos la situación mientras el ponía orden en sus pensamiento.
Había evitado pensar en ese día por mucho tiempo y ahora no sabía cómo actuar.
— Entonces, Denki, ¿el gato de peluche que tienes en tu habitación en realidad le pertenece a Shinso? —preguntó Kirishima retomando la conversación que anteriormente tenían.
— Ah, si, una vez me dormir en su habitación y cuando desperté estaba tan somnoliento que rapte a su gato en el camino.
El recuerdo le traía nostalgia. Parecía que había sucedido hace mucho.
— Una vez yo me quede dormido en la habitación de Bakugo y lo único que me lleve fue un golpe por dormirme encima de su cuaderno de matemáticas. —dijo Sero con un puchero que hizo reír al resto.
La conversación siguió fluyendo con naturaleza. El rubio fingía prestar atención mientras su mente divagaba entre sus pensamientos y sus manos rodeaban nerviosamente su vaso de soda.
Tal vez solo estaba malinterpretado la situación y todo había salido mejor de lo que hubiera podido imaginarse.
Tal vez Monoma ahora estaba riéndose a sus espaldas por lo idiotas que fueron por preocuparse de algo tan absurdo.
Lamentablemente, ese solo era un sueño lleno de positivismo. Un sueño que se esfumó justo cuando la anécdota que estaba contando Mina en ese momento quedó al aire cuando un estridente golpe en la planta superior llamó la atención de varios invitados.
Apenas un par de segundos después del ruido Monoma bajo las escaleras molesto y callado, sin hacer contacto con nadie y saliendo de la casa apenas pudo cruzar la sala.
No tenía que ser un genio para saber que las cosas allá arriba tampoco habían salido bien.
— ¿Todo bien con Hitoshi? —preguntó Satori a su amigo después de ver al festejado actuar extraño y refugiarse en la planta superior.
— No lo se... —contestó Neito.
— Deberías ir a ver.
— ¿Eso crees?
— Eres su mejor amigo, si no estás ahí cuando algo sale mal en su fiesta de cumpleaños ¿entonces quien estará?
Monoma asintió en silencio, dejó el vaso de soda que sostenía en su mano sobre el mueble más cercano y le dijo al capitán de Ryonan que volvería en unos minutos.
Era obvio que Hitoshi estaría en su habitación, pero aún así tardó varios minutos en tocar la puerta aún sin saber qué reacción recibiría de parte del mayor.
— Hey, Toshi... —lo llamó después de no obtener respuesta—. No se si recuerdes las leyes generales de la física de cumpleaños pero en resumen si eres el cumpleañero no puedes dejarnos allá abajo fingiendo que nos gusta socializar.
Otra vez no obtuvo ni un solo ruido del otro lado de la puerta.
— Me veo en la necesidad de pasar a la habitación aún sin tu aprobación para comprobar que sigues con vida; te advierto que si te estás cambiando te tomaré una fotografía y se la regalaré a Kaminari en navidad.
Y cuando el silencio volvió a inundar el pasillo el rubio suspiro y giró la perilla para pasar a la habitación.
Honestamente se esperaba una escena un poco más dramática, algo así como un mueble roto o media habitación destrozada, sin embargo, con lo único que sus ojos se encontraron fue con la imagen de su amigo acostado boca arriba en su cama mirando al techo sin expresión alguna en su rostro.
— Muy grosero de tu parte no responder.
— ¿Y Denki?
— ¿Vengo a ver porqué luces tan patético en tu cumpleaños y me preguntas en donde esta la rata eléctrica? Eres un pésimo amigo, Hitoshi.
— ¿Donde está? —volvió a preguntar ignorando el berrinche.
— Allá abajo, donde tú deberías estar.
— Bien, ¿puedes cerrar la puerta?
— Wow, me halagas, pero yo no te veo de esa forma.
Shinso rodó los ojos y Monoma obedeció la indicación. Él mismo se daba cuenta que debería de tomar la situación con más seriedad y dejar de bromear con cada palabra que soltaba, sin embargo, su mecanismo de defensa no parecía estar de acuerdo.
— Entiendo que las fiestas no son lo tuyo, pero enserio nos esforzamos por decorar el lugar; Kaminari casi se engrapa una mano con los globos de-
— ¿Por qué no me lo dijiste?
— ¿Sobre la engrapadora?
— Deja de bromear, Neito. Hablo del maldito colegio, ¿por qué no me lo dijiste?
— ¿Cómo sabes que yo lo sabía?
— ¿Acaso no es así?
— Si... pero me sorprende.
— La otra vez dijiste que las cosas se pondrían feas con tus padres cuando me fuera, ¿te referías a esto, no?
Monoma suspiro sabiendo que era imposible evitar esa conversación.
— No me correspondía decírtelo, además, es más que obvio que no esperaba una reacción cómo está.
— ¿Y que reacción esperabas? ¡Me acaban de decir que estoy inscrito en una escuela en otro continente!
— Pues definitivamente no esperaba que actuaras como un idiota.
— ¿Un idiota? ¿Cómo se supone que tome la noticia sin comportarme como un idiota? ¡Tengo una vida aquí, Neito! Tengo a Denki, te tengo a ti, tengo a mi equipo y a mis padres; ¿esperan que haga una maleta y me vaya sin mirar atrás?
— ¡Si! Justo eso esperamos. Esperamos que tomes un avión y triunfes en el maldito mundo, perdónanos por ser tan egoístas.
— ¡Tuvieron que preguntarme antes!
— ¿Sabes por que no lo hicieron? ¡Porque eres una jodida sombra de lo que puedes ser! No crees merecer ser capitán, no crees merecer a tu equipo, dudas de merecer a Denki y dudas de merecer todo lo que has logrado. Te refugias en la miseria con miedo de salir y fallar cuando en realidad vas por la vida triunfando sin darte cuenta, por eso debemos arrojarte al precipito sin avisarte, porque eres solo una sombra de lo grande que puedes llegar a ser.
— No necesito ser "grande", no necesito irme al otro lado del mundo y definitivamente no necesito tu maldita opinión.
— No la necesitas y no la quieres, pero soy el único que te está diciendo la verdad a la cara.
— Aveces eres un idiota, ¿sabes?
— Y tu todo el tiempo eres un cobarde.
Con las lágrimas cosquilleando en los ojos, Monoma se dio media vuelta y salió de la habitación cerrando la misma puerta con más fuerza de lo normal.
Jamás habían tenido una pelea tan grande. Incluso en sus peores momentos habían sabido solucionarlo sin llegar a siquiera levantarse la voz.
Pero siempre había una primera vez para todo.
— ¡Idiota! —gritó, sin saber realmente a quien insultaba. Miró la carta abandonada sobre su escritorio y se dejó caer nuevamente en su cama.
Le estaban pidiendo que dejara toda su vida para ir a un país desconocido a vivir. Estaba agradecido con sus padres por el regalo y el esfuerzo que le dedicaron a ello, pero también estaba aterrado con la idea de fallar en un lugar lejos de su hogar y todas las personas que amaba.
¿Cómo esperaban que reaccionara?
Wow, enserio el final llego más rápido de lo que pensaba.
Las siguientes actualizaciones le pone punto final a esta historia y el tiempo paso tan rápido que casi ni me di cuenta que ya acabo, enserio siento que todo paso en un suspiro. No quiero ponerme sentimental ahora porque llenaría una piscina de lágrimas y porque para eso están los agradecimientos y la nota final.
La última actualización la subiré el fin de semana para que todos podamos llorar en paz, además, después del último capítulo subiré los agradecimientos donde -aparte de un montón de palabras cursis para ustedes- habrá datos curiosos de la historia, una escena perdida que -por misterios misteriosos- nunca pude incluir en algún capítulo y un par de extras que ya les explicaré de que van, además de un apartado para que me puedan insultar y arrojar objetos imaginarios y las cuentas de sus terapeutas, solo para darle un buen cierre a esta aventura.
Nos vemos en un par de días con pañuelos y helado!
Gracias por todo el apoyo!
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