17. ¡HEY, CAPITÁN!
— ¡Buenos días, capitán! —saludó Tamera al verlo entrar en el gimnasio.
— Buenos días, chicos —respondió.
— Oh, cap, antes de que se me olvide informarle; Bondo no estará en los primeros minutos del entrenamiento, tuvo que ir a la enfermería.
— ¿Está bien?
— Bueno...
— ¡Arima le pateo la entrepierna! —gritó una voz al fondo que hizo reír al resto del equipo.
— Si, eso pasó.
— En mi defensa, fue su culpa. —acusó el chico pelinegro. Arima, sentado en el piso con un espejo en la mano izquierda y un delineador en la derecha peligrosamente cerca de su ojo, completaba la segunda línea sobre su párpado sin siquiera molestarse en separar la vista de su reflejo para defender su nombre.
— Si... bueno, tal vez el tuvo algo de culpa.
— ¡Escondió mi collar, era obvio que lo golpearía!
La placa militar en el cuello de Arima brilló celosamente como si intentará culpar a su secuestrador. Hitoshi decidió que Bondo ya tenía demasiado con la patada y Arima ya había pasado un mal rato con la pérdida de su collar, así que decidió ahorrarse el regaño.
— Gracia por dejar a uno de mis jugadores paralitico. ¿Aún no llega Inasa?
— Nop.
— ¿Y el entrenador?
— Tampoco.
— Empezaremos el entrenamiento cuando lleguen; procura no enviar a nadie al hospital en el transcurso.
— Lo intentaré, cap.
Arima siguió con la misión de trazar líneas sobre sus párpados mientras Shinso caminaba al sitio designado para dejar las cosas extras durante el entrenamiento. Antes de dejar su celular miró la hora.
— ¿Tienes cosas que hacer después? —le preguntó una voz detrás de él que le hizo sobresaltar.
— ¿Cuando llegaste?
— Hace unos minutos. —respondió Inasa, dejando su botella de agua en el mismo lugar— ¿Ya te dijeron lo de Bondo?
— ¿Te refieres a que quedó paralitico gracias a Arima? Si, ya me enteré.
El chico de cabello corto rió, viendo a lo lejos al resto del equipo bromear y pelear entre ellos.
— ¿Entonces, tienes cosas que hacer?
— Tenía un entrenamiento con Denki, pero le enviaré un mensaje de qué tal vez salga tarde de la práctica.
— No sabía que eran amigos, hasta el otro día que vino a la práctica.
— Nos conocemos desde niños.
— ¿Entonces han crecido juntos? ¿Como una especie de hermanos sin lazos de sangre?
— No tanto así, somos unidos a nuestra manera.
— Ja, y yo que te imaginaba como el hermano sobreprotector. Si lo fueras, definitivamente le hubieras roto la nariz al idiota de Souya.
— ¿Quién?
— Souya ¿recuerdas?
Hitoshi lo miró con una ceja levantada pidiéndole silenciosamente una explicación.
— El ex novio de Kaminari. —contestó.
— Oh...
"Todas mis relaciones están destinadas al fracaso"
Denki ya había dejado en claro que había tenido parejas anteriormente, pero Shinso jamás se había detenido a pensar en ello.
— Creo que no lo conocí. —admitió al final.
— ¡Es imposible, amigo! Todo aquel que conozca a Kaminari también conoce al bastardo de Souya. Lo lleno de pintura el día de la fiesta en la UA, ¿recuerdas? Ese infeliz lo humilló frente a todos.
Por un minuto Hitoshi se sintió mareado por todas las emociones que lo invadieron.
¿Que ese idiota había hecho qué?
Antes de poder comprender la confusión e ira que estaba sintiendo en ese momento, él entrenador Takashi llamó la atención de todos y les pidió que se reunieran.
Inasa le dio una palmada en el hombro y corrió hacia el hombre mientras Shisno sentía una notificación llegar a su celular
Desbloqueo el aparato y frunció el ceño ante el mensaje que había recibido del mismo chico del que hablaban con anterioridad.
"Hoy no podré ir a entrenar. Lo siento"
— ¡Hasta mañana, chicos! —canturreó Tamera saliendo del vestidor con su mochila en hombro; Hitoshi se despidió con un vago gesto de mano y terminó de guardar sus cosas.
— Nos vemos mañana, cap —se despidió Arima, aún con el cabello húmedo por la ducha y sin rastro de maquillaje en el rostro—. Te regale una iguana mañana por tu nombramiento oficial.
— No le regalaras una iguana. —lo detuvo Inasa igual de listo para irse
— ¿Entonces un escarabajo?
— No, nada de insectos.
— Mmm... ¿un conejo?
— ¡No! —gritaron ambos al uníson
El de cabello corto suspiro y se despidió con la mirada de su amigo antes de pasar un brazo por los hombros de Arima y arrastrarlo a la salida mientras le explicaba porque no debería de estar por ahí regalando seres vivos.
Hitoshi tomó sus pertenencias y salió del vestidor, siendo como siempre el último en irse.
El regreso a su casa fue silenciosos y aburrido, siendo únicamente acompañado por las canciones que se reproducían en sus audiculares y los gatos callejeros que se encontraba por las calles.
— No. —le dijo su padre al verlo llegar con un gato pardo en brazos.
— ¡Pero, papá...!
— Ya hablamos de esto, Hitoshi; es el gato de la vecina, no puedes adoptarlo cada vez que lo veas por la calle.
— Si puedo.
— Claro que no. ¡Shou, ayúdame con tu hijo!
El nombrado apareció bajando de la escalera, intercambió un par de miradas con su esposo y luego miró al gato.
— ¿Tiene dueño?
— No...
— Entonces no los quedamos.
— ¡Shouta!
— El niño dijo que no tenía dueño.
— ¡No le creas!
Aizawa rodó los ojos y tomó al minino; el animal, acostumbrado a pasar por esa escena cada vez que Hitoshi lo atrapaba en una de sus escapadas, únicamente miró aburrido a todos los presentes.
— Iré a regresarlo.
— Yo iré a comprobar que lo regrese.
Sus padres salieron de casa, Shinso sonrió por lo absurda que había sido esa escena y subió a su habitación para dejar sus cosas.
Estaba por bajar a la planta principal cuando su celular en el escritorio vibró anunciando una nueva llamada entrante, y sin molestarte en revisar de quién se trataba contestó.
— ¡Monoma oxigenada Neito, al fin respondes!
— ¿Denki?
— ¿Hitoshi? ¡Oh, mierda! Me equivoqué.
— ¿Le ibas a marcar a Neito?
— ¿No...?
— Eres horrible mintiendo
— ¡Lo se!
— No esperes que te responda, sus padres suelen quitarle el celular por las noches.
— Apenas está anocheciendo.
— Padres estrictos, ya sabes.
Escuchó al rubio bufar del otro lado de la línea y luego murmurar algo indescifrable.
— Como sea, siento haberte marcado por accidente, nos vemos luego, ¿si?
— Espera —pidió, sin saber realmente porque—. Amm... ¿te encuentras bien? Digo, fue raro que cancelaras la práctica de hoy.
— Solo tuve algunos percances. Nos vemos lue-
— Espera
Algo en el tono de voz del menor le decía que estaba desesperado por colgar esa llamada, pero Hitoshi no quería que terminara.
Tal vez era porque se había acostumbrado a la presencia del rubio o porque simplemente Kaminari estaba actuando extraño, incluso el día anterior se había ido de su casa con una excusa tonta que nadie le creyó. Da igual, quería escuchar un poco más su voz.
Entonces, recordó el asunto que llevaba rondando en su cabeza toda la tarde.
— Hoy me enteré sobre Souya... no eh podido sacarme el tema de la cabeza. Siento mucho que hayas tenido que pasar por algo así.
— Oh... él
— Si... solo quería disculparme por no estar ahí cuando todo sucedió, tal vez no habría sido de mucha ayuda, pero... no lo se, tu siempre estás aquí cuando las cosas suceden, así que me gustaría hacer lo mismo.
— Toshi...
— Como sea, fue una tontería despertarte recuerdos dolorosos. Lo siento.
— No te preocupes... de todas formas, ya no duele. Era cierto cuando te decía que todas mis relaciones están destinadas al fracaso, Souya solo fue un ejemplo más, aunque, si soy sincero, me alegro que todo haya terminado. Confundí mis sentimientos por Souya y me obligué a creer que lo amaba, cuando en realidad estaba estúpidamente enamorado de... bueno, de él no.
— ¿Confundir los sentimientos? Si, suena como un error.
— Lo es...
— Bueno, creo que mis padre volvieron, ¿nos vemos mañana?
— Sobre eso... lo siento, mañana no podré verte tampoco.
— Oh... ¿todo bien?
— Si, solo algunos percances.
— Está bien... entonces, hasta luego, Denki.
— Hasta luego, Toshi....
No me gustó para nada este capítulo porque en realidad no estaba planeado, pero prometo que la siguiente actualización lo compensa...creo
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