16. ¡HEY, CAPITÁN!
— ¡Denki, cuidado!
— ¿Eh-?
El balón se estrelló otra la cara del rubio.
Shinso hizo una mueca de dolor y Monoma rió.
— Auch.
— ¿¡Estas bien!?
— Si, solo me tomó desprevenido.
— Estás muy distraído el día de hoy.
— Lo siento, tengo muchas cosas en mente.
— Tomemos un descanso ¿quieres?
El menor asintió y caminó junto al mayor hacia el escalón donde Neito se encontraba muriendo de risa. Shinso se sentó entre ambos para evitar cualquier posible agresión.
— Hitoshi ¿puedes volver a golpearlo? No tome foto.—pidió el rubio cenizo entre carcajadas llevándose una mirada fulminante de parte del contrario.
— Fue un accidente.
— ¡Pero se vio tan bien! ¡Dios, necesito hacer una camiseta con esa imagen!
— Jodete. —Bufo el menor, apoyando su barbilla y mejillas en ambas manos y los codos en las rodillas.
— No comiencen una pelea. —les pidió el pelivioleta poniéndose de pie—. Mejor vayamos adentro, mis padres no están pero ayer dejaron algunos dulces en la cocina.
Y como si de palabras mágicas se trataran, en menos de un minuto ambos rubios ya se encontraban dentro de la casa empujándose uno al otro para ver quien llegaba primero a la cocina.
— ¡Yo primero!
— ¡No, yo primero!
— ¡Quítate maldita rata eléctrica!
— ¡Tu quítate rubia oxigenada!
Hitoshi suspiro. Debería conseguir nuevos amigos.
Intento rodearlos y evitar meterse en la disputa, pero durante su intento un cuerpo más pequeño choco con su pecho y le hizo tambalearse un poco.
Tanto Denki como Shinso se estabilizaron, el primero para no caer sobre el mayor y el segundo simplemente para no perder el equilibrio.
Kaminari miró con las mejillas rojas y la mirada fulminante a Neito quien no parecía ni un poco arrepentido de haberlo empujado.
— Tienes razón, tú primero.
— Hijo de-
— a buscar mi celular arriba; no se coman todo.
Y cual rayo Monoma desapareció escaleras arriba.
Denki se aclaró la garganta y se separó unos cuantos pasos de Hitoshi, demasiado nervioso por la accidental cercanía.
— Lo siento...
— Descuida, ¿estas bien?
— Si, ¿y tu?
— Si, no pesas mucho. —ladeó la cabeza y sonrió por algún pensamiento interno—. Eres como un gato. —comparó, desordenando el cabello rubio y retomando su camino.
Kaminari estuvo seguro de que su corazón dejó de latir en algún momento.
O estaba latiendo demasiado rápido.
No lo sabe, con Hitoshi Shinso jamás se sabe.
— ¿Avellana o cereza? —lo escucho preguntar desde la cocina.
— ¿Eh?
— El postre. —explicó—. ¿Avellana o cereza?
— Cere-
— ¡Yo quiero avellana! —Monoma bajo corriendo las escaleras, pasó a su lado con una sonrisa burlona y se fue a la cocina.
Denki sacudió un poco la cabeza para borrar todos los pensamientos que pasaban como relámpagos por su mente; respiro profundo y se fue a reunir con los demás.
— Elige el que quieras. —le indicó Shinso señalando una charola con diferentes trozos de tartas.
Kaminari se lavó las manos y tomó un trozo de cereza mientras Monoma recargado en la barra que los separaba del comedor contaba como el día anterior a Kendo le había explotado la tinta de su pluma en la cara.
— No nefefitaba maz pafa pafeced galmata —hablo después de morder su tarta.
Hitoshi se contuvo de reprimirlo por hablar con comida en la boca y en lugar de eso rió por la imagen que se hizo de la historia; a su lado escucho a Kaminari también reír y no pudo evitar mirar por unos segundos más de los necesarios la sonrisa del rubio.
Que linda era.
— Lo ufiko mafo ez que... —pasó el bocado— su unifórmame quedará manchado para siempre.
Volvieron a reír por el cambio de tono en la voz del chico y este siguió comiendo con normalidad.
Las risas apenas comenzaban a cesar cuando el celular en el bolsillo de Denki sonó anunciando una llamada, el rubio se disculpó y salió de la cocina para contestar; Neito apenas lo perdió de vista se arrojó a su amigo pelivioleta.
— Así que Kaminari ¿eh?
— ¿Qué?
— Aprende a disimular, cariño.
— No te entiendo.
— Hitoshi, no hay algo que grite mas "por favor cásate conmigo" que ver a alguien mientras se ríe.
— Yo no hacia eso.
— Si lo hacías.
— Claro que no, ademas, te puedo ver a ti mientras te ríes y eso no significa que quiera casarme contigo.
— Ignorare lo último, por qué obvio todos quieres casarse conmigo. —Shinso rodó los ojos—. La diferencia aquí, querido amigo, es que los ojos te cambian completamente cuando vez a la rata eléctrica.
— ¿Era necesario el insulto?
— ¡Estoy aceptando tu relación con el cargador portátil, confórmate!
— En primera, deja los apodos, y en segunda, no tenemos ninguna relación que debas de aceptar así que deja de ver cosas en donde no las hay.
— Recuerda que el primer paso es la negación.
— No estoy negando nada porque no hay nada que negar.
— ¿Seguro?
— ¿A que quieres llegar con esto?
— Digamos que si Kaminari te pidiera salir... ¿aceptarías?
— ¿Te has vuelto cupido?
— Solo contesta, Toshi.
Shinso suspiro rendido ante la insistencia de su amigo, sabía que no se rendiría hasta no obtener una respuesta.
— Mira, Denki es lindo, es infantil y gracioso a su modo; estar a su lado se siente bien, y si, si me pidiera salir me lo pensaría dos veces y posiblemente aceptaría; pero...
— ¿Pero...?
— El es demasiado brillante, muchas veces no puedo seguirle el ritmo y aun sigo sin saber cómo es que funciona su cabeza. Estar con él sería frenarlo; necesita a alguien que brille con su misma intensidad y que pueda seguirlo a todas partes, en todo el tiempo que llevo conociéndolo jamás e podido hacer algo así...jamás e podido ser esa persona.
Shinso sintió su corazón oprimirse.
Saberlo dolía; oírlo y aceptarlo lastimaba.
— Pero... aún sabiendo eso, si Denki te pidiera salir.... ¿seguirías aceptando?
Hitoshi sonrió con tristeza.
Era un idiota.
— Si, seguiría aceptando.
Denki salió de la cocina viendo el número desconocido en la pantalla de su celular, cuando estuvo lo suficientemente lejos de sus amigos contestó la llamada llevando el celular al oído.
— ¿Hola?
...
— Ah, si, ¡hola!
...
— ¿Hitoshi? Estoy con él ahora, ¿quieres que te lo...? ¿no?
...
...
— ¿Seguro que hablas de Hitoshi?
...
— Pero... no, no puede ser...
...
...
— Okay.
...
— Bien, te veré ahí.
...
— No no le dire.
...
— Adiós.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro