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01. ¡HEY, CAPITÁN!

Hizashi bostezo, caminando a paso perezoso y atando su cabello en una coleta desordena. El sueño aún lo envolvía y la tranquilidad de la casa lo hacía querer regresar a su cómoda cama con su amado esposo, sin embargo, su turno para hacer el desayuno marcado en la pizarra de la cocina le impedía regresar a su habitación.

Saco los vegetales del refrigerador y los lavo; prendió la estufa, coloco la tetera y rebusco algunas cosas necesarias en los cajones y compartimentos de la cocina. Estaba a punto de prender la radio cuando unos pasos bajando las escaleras llamaron su atención; tomó la espátula y rogó por que fuera un integrante de sus familia y no un pirata fantasma zombie asesino.

— Bueno días papá. —saludó Hitoshi. El hombre bajo su "arma"

— Hola cariño, ¿no es muy temprano aún para que estés despierto? —preguntó, pues sabia que su hijo debería de seguir durmiendo hasta que su alarma sonara minutos después.

— Debo de llegar antes a la escuela; tengo reunión con mi equipo para hablar sobre el partido amistoso que tendremos con Ryonan.

Hizashi sonrió, decir que estaba orgulloso del gran basketbolista en el que se había convertido su hijo era poco. Hitoshi no solo era bueno jugando, era organizado con todo lo que tuviera que ver con el club y cuidadoso con su salud y la de los demás jugadores; todo un ejemplo a seguir si se lo preguntan.

— ¿Como va todo en el club?

— Normal, supongo —se encogió de hombros mientras tomaba asiento en uno de los bancos altos de la barra que separaba la cocina del comedor—. Para ser mi primera vez como capitán de un equipo creo que no lo estoy haciendo del todo mal.

— Te aseguró que eres el mejor capitán que Shohoku pudiera tener.

Hitoshi suspiro, a veces creía que no se merecía toda la admiración que sus padres ponían en el.

— No lo se; siempre pensé que Inasa debería de haber tomado el puesto de capitán.

— ¡Eso no es cierto! —reclamó— Shouta me dijo que en el último partido incluso los de nuevo ingresó aprecian profesionales; sabes liderar un equipo, Toshi, y quitarte el crédito es insultar a todos aquellos que han aprendido de ti.

Hizashi se estiró un poco, desordenó el cabello de su hijo y le sonrió.

Las mejillas del menor se tiñeron un poco ante el alago pero igual sonrió pequeño, agradeciendo tener el apoyo de sus padre en cada paso que diera.

— Hablando de "aprender" —comentó—. Kaminari estará un poco más por aquí estos días.

— ¿Debo comprar antialérgicos?

— Nada de conejos, le hice firmar un acuerdo.

— Perfecto, pero ¿por que vendrá?

— Me pidió que le ayudara a mejorar en el básquetbol.

— No sabía que estaba interesado en el deporte.

— Ni yo —admitió—. Me dijo que se había inscrito a un torneo.

Mic frunció el ceño, dejando por un segundo de mover la comida en el sartén.

— No recuerdo que haya eventos escolares próximos, ¿seguro que mencionó un torneo?

— Si, estoy seguro.

Después de pensarlo por varios minutos Hizashi prefirió dejarlo pasar, después de todo nada impedía que Kamianri tuviera actividades deportivas fuera de la escuela.

— ¿Entonces le ayudarás?

— No me molesta. —se encogió de hombros—. Ademas, me parece buena idea practicar con alguien más antes del partido.

— Ahora que lo dices; también me agrada la idea de que pases más tiempo con Denki, sin conejos de por medio, claro.

— ¿A que te refieres? Con lo de Kaminari, no lo de los conejos, se muy bien lo de los conejos.

Hizashi rió levemente, tomando un plato y sirviendo una porción de comida.

— No lo se. —confesó—. Sólo creo que la gente con personalidades opuestas deberían conocerse más, al final te puedes llevar una sorpresa ¿no?

— Me he llevado muchas sorpresas con Kaminari, mi expediente en el hospital esta de testigo.

— ¿Sabes? Yo también lleve al hospital a tu padre varias veces.

— ¿Eh?

Esta vez la risa del rubio fue más escandalosa ante la confusión del menor. Hitoshi ladeó la cabeza cual gato confundido al no entender la indirecta implícita.

— Ignora a tu padre —hablo una voz perezosa.

Aizawa recién despertado caminó hacia ellos, con los ojos cansados y el cabello desordenado; al llegar a su lado besó la cabeza de su hijo y saludó a su esposo.

— ¿Acaso no recuerdas la vez que te di pimienta en vez de canela? —recordó Hizashi haciendo sonreír al pelinegro ante el.

— ¿Enserio pasó eso?

— Durante una de nuestras citas cuando aún éramos estudiantes. —contestó el hombre tomando asiento en otro banco—. Estábamos en un restaurante familiar cuando Hizashi se confundió de recipientes y me termino cerrando la garganta con pimienta.

— Terminamos en el hospital y cuando fui a comprarle algo a la tienda de obsequios me quedé encerrado en el elevador.

— Fue muy gracioso.

Hitoshi no pudo evitar reír ante la imagen de sus dos jóvenes y torpes padres en una desastrosa cita, le parecía algo tonto e incluso divertido, pero también le pareció lindo, pues la forma en que ambos hombres sonreír aún cuando el recuerdo no fuera el mejor demostraba el cariño con el que guardaban aquellas desastrosas memorias.

Le gustaría alguna vez sonreír como ellos.

— Bueno, dejemos las historias para después, ahora hay que desayunar para no llegar tarde. —dijo Hizashi, colocando los platos frente a ellos y apagando la tetera.

Shinsou fingió buscar los cubiertos e ignorar el momento cuando su padre se estiró sobre la barra y le exigió a su esposo en un susurro su beso de buenos días; pero igual su sonrisa no se borró.

En verdad esperaba poder encontrar a su persona especial, aún cuando esta lo enviara al hospital por accidente.

El balón golpeó su cara y el piso su trasero.

Y como era de esperarse, sus amigos se rieron

— ¡No se rían, animales! —gritó, levantándose y limpiando la suciedad que había dejado el balón en su rostro, sin embargo, sus amigos hicieron caso omiso y siguieron desbordándose en carcajadas.

— P-perdón Kami, pero eres ¡pésimo! en esto. —comentó Sero para después volver a reír.

¡Incluso Bakugo-odio la maldita vida-Katsuki estaba sonriendo!

¿Tan malo había sido su intento de canasta?

— Horrible. —contestó entre risas Mina, como si le hubiera leído la mente.

Se sentó completamente derrotado en el suelo de la cancha mientras un puchero aparecía en sus labios. Odiaba el basketball.

— Vamos Kami, no te deprimas, sigue intentándolo.

— No, con ustedes cerca sólo terminaré humillado y sin autoestima.

— No necesitas de nosotros para terminar humillado, idiota.

— Ya chicos, dejen a Denki. —intervino Kirishima, como siempre, siendo la voz de la razón en el grupo—. Lo está intentando.... a su modo, pero lo intenta.

— ¡Eso no ayuda!

Otra nueva oleada de risas apareció. Denki se levantó y caminó hasta la banca en donde se encontraban sentados sus amigos y después de dejar un golpe bien merecido en el hombro de Sero, se sentó delante de ellos con un nuevo puchero.

— Ustedes son crueles.

— Claro que no. —contradijo Mina—. Estamos aquí apoyándote ¿recuerdas?

— Están aquí burlándose.

— Es tu culpa Bro, no las dejas muy fácil. —se burló el pelinegro—. Aceptaste un partido de basketball contra el capitán del equipo ¡y tú no sabes jugar! ¿Como pretendes que no nos riamos ni un poco de eso?

— ¡Deberían apoyarme!

— Te apoyamos... pero si nos piden que apostemos no pienso perder mi dinero a lo idiota.

— ¡Sero!

— Ya, ya, perdón.

Denki infló levemente las mejillas en un gesto infantil de molestia.

— Para que lo sepan, no perderé.

— ¿Ah, no?

— ¡No!

— ¿Y por qué tanta seguridad?

— Porque ya le pedí a alguien que me ayudara.

— ¿A uno de los jugadores del equipo? ¿Aceptó aún sabiendo que ibas contra su capitán —preguntó extrañado el pelirrojo.

— No es un miembro del equipo, bueno, no nuestro equipo al menos.

— ¿Entonces de quien se trata?

— Shinso.

— ¿Quien?

— Mi vecino. Shinso Hitoshi

— Espera. — lo detuvo Bakugo, repentinamente interesado en la conversación—. ¿No es el hijo del profesor Mic y de Aizawa sensei?

— Sip, ellos también son mis vecinos ¿ya les dije que tiene una bonita casa?

—¿No es el chico que estudia en Shohoku?

— Ah si, le dieron una beca, por eso no estudia aquí con sus padres.

— ¿Y no es el capitán de su equipo?

— Sip, a inicio del ciclo escolar lo nombraron capitán.

— ¿Y le pediste ayuda?

— Es bueno jugando y nos conocemos desde niños ¿que tiene de malo?

— ¿Acaso el sabe que tus habilidades en el deporte son nulas?

— ¿O que no sabes agarrar el balón?

— ¿O que ni siquiera sabes deletrear basketball?

— ¡Oigan eso es cruel! Y para tu información, Mina, si se deletrearlo; mira: B- A- S- ¿K?- E-B- ¿A?- ¿LL? ¿Basketball?

— Denki. —lo llamó Kirishima con un tono más serio—. Lo que dice Blasty es real; le pediste ayuda al capitán de uno de los mejores equipos a nivel prefectural, la escuela Shohoku hizo pedazos a nuestro equipo en el torneo de primavera y es una de las favoritas para ganar las nacionales este año y Shinso está a la cabeza del equipo; no puedes molestarlo por una tonta apuesta, además, el nivel entre ustedes dos es abismal, un solo entrenamiento te dejará sin energías para el resto de tu vida.

— Ríndete y pierde la apuesta. —hablo Bakugo—. Es lo mejor.

Denki miró el balón a unos metros de él. Le dolía el golpe que había recibido en el rostro, le dolían los pies de tanto saltar y correr y le dolía las manos por el constante impacto del balón. Odiar el basketball

Miró a sus amigos y sonrió.

— Tienen razón. Lo dejare.

Y más tarde, parado enfrente de la puerta de Hitoshi después de tocar el timbre, se sintió culpable por no decirles la verdad.

El no se rendiría.

— Ah, Kaminari, eres tu.

— ¡Hey, capitán!

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