Capítulo Seis
Historia Original de LYSDijoElRM
GULF
Tomando el té.
Ahora ellos estaban tomando
el té.
—Bueno, señora, fue un gusto, pero Gulfie y yo tenemos algo que hacer. –se levantó —muchas gracias, ojalá se repita –dió una reverencia.
Ella rió —¿oíste, Guuulfie?
Quiere que se repita. Eso está
bien –se levantó, recogiendo
las tazas. —Espero que sí, –me guiñó el ojo.
Por dios, ¡me guiñó el ojo!
Luego de encontrarnos en esa posición bastante implícita, le expliqué que sólo éramos amigos jugando. Chicos siendo bros. Supuse que me creyó, pero, invitó a Mew a tomar el té y... ¡¿Por qué acaba de guíñarme el ojo como si tuviéramos un secreto compartido del que no sé?!
🟢🟡🟢
—¿Estás bien, bro? –Mew se burló, acomodando su cámara.
—Ya no me molestes con eso. Mi mami me pone muy
nervioso a veces.
—Ya, no te molestaré pero
cambia la expresión, o no
servirá para la foto.
—Perdón, perdón... –suspiré
—Mira, que esta es mi primera vez siendo modelo, así que, entiéndeme.
Él sonrió y caminó hasta mí, puso sus manos en mis hombros —Gulfie, tranquilo. Se tú mismo y relajate, ¿necesitas que te ponga en contexto? ¿Decirte de qué va la historia para que puedas hacer una mejor interpretación?
—Mmm. Creo que eso estaría
bien –asentí —¿De qué se
trata su historia?
—Jake es el protagonista, el
chico más serio y directo de
toooodo el instituto. Tiene un super cuerpazo y las chicas mueren por él, es deseado y codiciado...
Sonreí —Vaya, ella no mentía
cuando dijo que doy la talla –
presumí.
—Ya, pero aquí viene lo bueno. Jake se siente asfixiado cada vez que una chica se le acerca con interés amoroso. Él no sabe porqué le pasa eso, pero es la razón de su constante rechazo hacia ellas.
Fruncí el ceño, tratando de
meterme en la piel del chico
okey.
—Más tarde, aparece en
escena Rick, un chico sumamente guapo y, tal vez,
tan esbelto como él. Entonces, sucede en él algo que no había pasado antes, algo que lo hace dudar de todo lo que creía, algo.. –él picó mi pecho. —que cambia su rumbo para siempre.
—¿Y qué es?
—Ah~ vas a tener que leer el
libro cuando ella lo muestre
en la feria de la escuela.
—Eso es trampa –me crucé
de brazos.
—Bueno, Gulfie ¿continuamos? –palmeó mis
hombros.
—Si.
Estuvimos tomando bastantes fotos. Él a veces paraba y las revisaba. Era gracioso ver las muecas que hacía de conformidad o desagrado.
—Creo que con esas están,
Gulfie.
–Qué bueno porque ya estoy cansado –bostecé, estirando mis brazos —Ya me voy a casa.
—¿Qué? ¿No me invitarás a
cenar? –se acercó a mí con
una sonrisa ladina.
Lo observé por un momento.
—¿Sabes? Pensé que eras un
chico serio.
—Mmm, un poco.
—Pero claramente eres algo
pícaro, ¿no es así?
—Soy culpable.
—Okey –señalé el camino —
Te invito a cenar.
MEW
—Te advierto que no sé qué
cosa habrá hecho mami –
avisó, entrando a la casa —pero da igual lo que sea, voy a tener que ponerlo al microondas, y cuando metes
algo al microondas, sabe a
todas las comidas juntas.
Me reí de eso e ingresé. La luz estaba apagada y él la prendió.
Puedes sentarte en el sillón,
iré a cambiarme primero.
—Si no te molesta, quiero
guardar mi cámara también –
la alcé.
—Cierto, no hay problema,
vamos –subió las escaleraas y lo seguí, —No hagamos
mucho ruido, mami debe estar durmiendo.
Asentí y cubrí mi boca. Si quería evitar reírme en su cara, tenía que acostumbrarme a que le diga
a su madre de ese modo tan
dulce.
Entramos y fuí por mi
mochila.
Él, demostrando ser un
descuidado y apurado, tomó el borde de su ropa con remera y saco por igual, para sacárselo todo junto.
Seré sincero: Maldita sea esos
abs, ¿qué rayos comía este
chico? Se supone que es dos años menor que yo, pero tiene más fibra también.
Espero que no haya escuchado el click de mi cámara.
—¿A tus padres no le importa que andes tan tarde fuera de casa? –preguntó ya sin ropa superior. Él me miraba
bastante inocente, pero yo...
No puedo decir lo mismo. —
¿Mew? –volvió a llamar
cuando me distraje.
—Ah, no, no. –guardé mi
cámara y tomé mi mochila. —Ellos ya saben.
—¿Saben?
—¿Qué habrá cocinado tu
madre? En verdad tengo
muuucha hambre –sobé mi panza —Dejame ir a ver
mientras te cambias, ¿puedo?
Sonrió y asintió —Adelante.
Si me haces el favor –uff,
claro que te hago el favor,
—¿podrías calentar la comida?
—Dalo por hecho. –aferré mi
mochila en mi hombro y salí
de la habitación.
Dejé la mochila en el sillón y fui a la cocina. Sobre la
mesada, había comida china.
Reí, seguramente su madre
pidió un delivery.
Del, la madre de Gulf, parecía una mujer muy comprensiva con su hijo, pero se ve que no era de mucha cocina. Bueno, por lo menos lo intentaba.
—¿Y? –Gulf llegó. —Oh, vamos, delivery otra vez. –sujetó el envase y lo leyó. —
Viejo, tengo un cementerio de
ramen en mi estómago ya. –
reí por eso y me miró —Pero
hey, me encanta. –sonrió.
Nos sentamos en el sillón a comer y vimos un poco de tele.
Me sentí muy bien ahí, pero
me tenía que ir.
—Le enviaré las fotos a Goy. El lunes veremos cuál eligió, ¿ansioso?
—Algo. sonrió de lado. ¿Sabes? Pensaba que esto sería pesado porque lo estaba
haciendo obligado –se alzó de
hombros —Pero fue divertido, Mew, en verdad lo fue.
—Digo lo mismo. No lo de obligado, lo de que fue
divertido –él rió. —Me llevo buenas fotos –guiñé el ojo, aún sabiendo que no lo
entendería. —Nos vemos en la feria.
Llevo buenas fotos...
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