Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 35

Historia Original de LYSDijoElRM








GULF

Abordé a Yaya en la salida y
pedí hablar con ella.

Dijo que si, y Mike se alejó
junto a Mew.

—¿Qué pasa, Gulfie?

—No quiero que te enojes,
¿okey?

—Si me dices así, es porque de seguro me enojaré con lo que dirás.

—Lo que pasa es que digo
gato y tú ya empiezas a ladrar. No soportas nada que no te agrade, por eso lo digo.

—Ya me estás haciendo
enojar.

—¿En serio?

Rió y empujó suave mi
hombro —Tonto, bromeo
contigo. Anda, habla.

—Yay... Siento que esta amistad se torció para mal –ella dejó de sonreír —Y no creas que es difícil decirlo para mi, pero creo que si esto sigue así, terminaremos muy mal y muy peleados y yo no quiero eso.

—¿Qué tratas de decirme?

—He sido el mejor contigo en
todos los aspectos, pero a este
punto, logré darme cuenta que más que amigo, era tú esclavo.

—¡Es tan feo eso que dices,!sabes que no lo eres, ¿quién te hizo creer eso?

—Por qué no dejas de
preguntar quiénes me hacen
creer qué y te preguntas ¿qué me has hecho creer tú durante todo este tiempo? Lo que me has dado, Yaya, no fue amistad. Creeme, leí su
significado en el diccionario.
Pero sé que no fue así siempre, tú no fuiste así siempre, cambiaste, sólo que no lo quise ver y me aferré a la chica que eras –puse mi mano en su hombro —Qué sé que aún está ahí, y a quién quiero darle a oportunidad de salir de nuevo.

Rió seco —Eres tonto.. –miró
hacia arriba, sé que quería
llorar. Cruzó sus brazos y negó. —¿No podías hablarme en algún lugar más privado?

—No, porque sé que entonces
yo caería de nuevo con lo que
sea que me digas. Porque sé
que en privado sí estarías
llorando y no podría seguir
diciendote esto.

—¿Qué quieres que haga, Gulf? Si soy otra persona
para ti, sólo déjame y ya.

—No quisiera tener que
hacerlo. Yo quisiera que tú
intentaras ser la chica que eras, la amiga que eras. Eso
espero. Pero si tú piensas
que debo sólo dejarte y ya,
respetaré tu decisión. –bajé
mi cabeza —No quiero, Yaya,
no quiero dejarte, pero si no
estás dispuesta a mejorar por
nuestra amistad como lo estoy yo...

—No, espera, no llores, hey... –sujetó mi rostro, alzandolo. —Gulf, no llores, idiota,
¿acaso quieres hacerme llorar de una vez?

—Yaya, por favor, no quiero
que nos distanciemos. Quiero que todo sea como antes, como cuando éramos niños.

—Yo también quiero... –Negó —Lo lamento por ti, Gulfie.. Pero no puedo cambiar ya. Intenté no cambiar contigo, pero esto me consumió demasiado.

—¿Esto?

—No importa ya –me soltó —Tengo un trabajo que terminar. Adiós.

Atrapé su brazo —Yaya, esto no es así, claro que todo puede mejorar.

—¡Dejame en paz! –se soltó —Estás diciendo que no soy
buena para ti, ¿por qué me
estás reteniendo entonces?

—¡Porque te quiero!

—¡No lo hagas! –me dió un
empujón que casi me hacer
caer —Dejame. –se dió la vuelta y caminó rápido.

MIKE

Esperaba con Mew en la salida mientras veíamos a Gulf hablar con Yaya un poco más lejos. Ella cruzaba sus brazos y negaba con la cabeza. Yo sólo espero que no
me la deje de mal humor.

—Crees que fue demasiado pedir, cuando empezó a gritar.

—Hey, ¿qué hace?

Mew dió un paso hacia adelante cuando Yaya lo empujó, pero lo detuve, sujetando su brazo.

—No vayas, Gulf dijo no te metieras.

—Pero...

Yaya caminó hasta donde
estábamos —Vámonos, D'Angelo. –siguió de largo...

—Ahm, nos vemos, Mew.

Apresuré el paso hasta ella,
noté que fregaba su cara con
furia.

—Yaya, ¿estás bien? –pregunté una vez a su lado.

—¿Te parece que luzco bien?
–dijo con fastidio —¿Por qué la gente pregunta eso cuando
saben que no está bien?

—Lo siento, me refería a... –me callé cuando frenó y tomó su bolso, abriendolo y
sacando de ahí un espejito
para mirarse.

—Dios, soy un desastre.

—Te ves bien, Yaya.

Me ignoró, guardandolo de
nuevo y pasando la mano rápidamente por su rostro.

Sacó un broche, tomó su
cabello y lo fue juntando para atarselo.

—Yaya, realmente no estás
bien. ¿Segura que quieres
hacer el trabajo?

—Mientras más rápido lo
hagamos, más rápido te
desharas de mí y ya. Vamos.

Suspiré y caminamos —No me quiero deshacer de ti, ¿okey?

—Como sea, D'Angelo.

—Puedes decirme Mike.

—Si así prefieres.

—Si vamos a hablar de preferencias, dime pollito de la suerte –le sonreí, tratando de animarla.

Frunció el ceño con una media sonrisa, que más que alegría, parecía decirme cuán ridículo me ví —No me lo parece –aceleró el paso.

Gruñí, esta chica era difícil —
¡Ah! Espera, ¿podríamos pasar antes por otro lugar?

—¿Qué lugar?

—Es la casa de Aom, debo
hablar con su hermano.

—Bueno, rápido.

MEW

—¿Estás bien, Gulf?

—Si, pero no sé si Yaya lo esté.

—Hiciste tu parte, ¿no? Si no
quiere ser tu amiga, pues... –
estiré mi mano hacia él, la
miró y la tomó.

—Está bien. ¿Quieres venir a
casa?

Sonreí en grande, él estaba
invitándome —Bueno.. –miré mi uniforme —Llevo con esto puesto como dos días ya, pero me encantaría pasar a saludar a Del antes de volver a mi casa.

—Bien, a ella también le agradará verte –empezó a caminar y también lo hice.

En serio estaba caminando a su lado. A él no parecía molestarle en lo más mínimo las miradas de ahora.

Gulf tenía un corazón muy lindo, si él estaba seguro con algo, no le importaba lo demás.

Él se esforzaba por ser un adulto, pero su corazón seguía tan intacto como el de un niño.

Apreté su mano y me miró con las cejas en alto.

Nos detuvimos.

—Me gustas mucho, gatito.
Realmente me gusta estar contigo... Supongo que no
puedo culpar a Yaya por ser
egoísta con respecto a ti, porque lo único que quiero
hacer ahora es guardarte en un pequeño cajoncito y llevarlo conmigo a todas partes. Que nadie más tenga elbprivilegio de verte como yo te veo.

Me miró con sus grandes ojos. Esos ojos brillosos y hermosos.

¿Por que, por que tenía que
ser tan bonito?

Él era tan lindo, tan tierno,
que mi alma dolía.

—No sé qué decir... Acaban
de decirme que ser egoísta
conmigo estaba mal.

Solté una risa y sujeté su
mejilla —Dije que quería, no
que lo haría. Gulf, salgamos esta noche, ¿quieres?

—¿Como a una cita?

—Sí, es exactamente una cita
lo que te estoy pidiendo. –lo
solté.

Asintió —Pero no sé si mi
mami me deje salir muy tarde.

Entonces pon la hora tú. Yo
pasaré a buscarte.

—Mmmhh. ¿Está bien si le preguntamos a ella? ¿O te parece muy tonto que le
pregunte? –dijo rápido.

—No, tontito, está bien que le pidas permiso a tu mamá. –me acerqué y le dejé un beso en la frente. Cuando me separé. él traía sus ojitos cerrados.

Quise besarlo en los labios,
pero estábamos en público, y realmente él nunca dijo si era
homosexual o no.

—Ah.. Gulf.

Abrió los ojos —¿Mmh?

Tragué saliva —Sé que es algo personal y que quizás quieras decir cuando estés listo, pero... ¿Eres gay?

Detuvo la pequeña risa que soltó en un principio, mostrando sus dientes —Te
besé mucho como para decir
que soy totalmente hetero, ¿no?

—Yyy, un poco...

Reímos y negó –No sé cómo
llamarlo, pero las chicas me
gustan, y los chicos... No lo
hacen –achicó la mirada.

—Bueno, definitivamente no
te entiendo.

Se alzó de hombros y sacudió
su cabeza —A mi sólo me gustas tú, Mew.

Sujetó el cuello de mi chaleco y tiró de mi hacia él.

Gulf me besó en plena calle.

—Gulf... –yo realmente estaba sorprendido.

Como sospechaba, algunos que pasaban no nos dieron una mirada amigable e incluido se cruzaron de calle para evitarnos.

—No te fijes en ellos. Ellos no
te están besando.

Aún así, me sentía algo nervioso; muchos sabían que yo era gay y no tenía problemas en decirlo, pero
tampoco es como si lo hubiera gritado a los cuatro vientos. Y a él no le importaba.

—Una vez me dijiste que habían personas que me miraban con interés, qué no
me centrara sólo en una; pero no puedo evitar centrarme sólo en ti, ¿por qué tú los miras a ellos? –me vió con pena y me soltó —¿Hice mal en besarte en público?

¿Por qué no hablas, Mew?

Dile que no.

Sólo pude negar –Lo siento,
no es lo que quise decir... Ah,
me sorprendiste. –sonreí —
Me sorprendiste... –Ahora yo me acerqué y sujeté sus
mejillas para besarlo.

Él sonrió durante el beso, y provocó que lo hiciera
también.

—¿Que somos, Gulf? –pregunté cuando nos
separamnos un poco.

—¿Dos chicos que se gustan
mucho? –suspiró y dejó caer su cabeza en mi pecho —No me pidas una respuesta ahora. Estoy actuando sin usar mucho el cerebro.. Ni
siquiera me he quedado quieto un segundo para hablar con mami de esto, y yo hablo con ella sobre todo...

Lo abracé —Ah, sé que te abrumo, lo siento. Sólo quiero saber que no estoy
entregándome a algo que
quizás no sea lo que pienso.

—¿Y qué piensas que es esto?

—No importa.

Se separó y me miró —Eso es
algo que tú tienes que decidir
sin importar lo que yo diga, o
¿no?

—¿A qué te refieres?

—Eres tú quién decide si entregarte a esto o no. Yo no sé dónde acabará esto y no sé bien qué es esto, pero no tengo que tener respuesta para saber que lo que quiero es esto.

Asentí —Te entiendo...

Volvió a caer en mi pecho.

—Vamos a casa, tengo
hambreeeee..

—¿Comida congelada?

Rió —¿Para qué crees que te
llevo a casa?

—Ah, sin vergüenza, y yo crei que me querías ahí para
continuar lo de la escalera.

Se enderezó con rapidez,
dando un paso atrás.

—¡No era para ninguna de
las dos! ¡Estaba molestándote
nada más! Seguro mamá
también quiere verte, es todo.

—Estás todo rojo –piqué su
nariz.

—¡No es cierto!

—Si no es cierto, dame otro
beso.

—Si no es cierto, tú dame otro beso.

Me atrapó, era aceptar que me equivocaba o besarlo...

—Nunca estuve más errado en mi vida. –me acerqué pero se alejó.

—¿Así que sólo lo dices para
besarme? –dijo con una con una sonrisa —Mejor ganatelo me lanzó su mochila en la cara y se echó a correr.

—¡Gulf! –bufé, él ya estaba por llegar a la próxima cuadra y yo recién estaba
cayendo en cuenta que correría con ambas mochilas.

Sonreí viéndolo.

—Corre gatito, porque cuando el osito te alcance.

—... Te amará mucho más.

MIKE

—Drakcito, bonito de mi vida, mi corazoncito entero, sol de verano y-

—Mike, no seas idiota. –
interrumpió —¿Vienes a ver a Ao?

—Ni que viniera a verte a ti,
pero esta vez sí vengo a eso.

—¿A ver a Aomie o a mí? Me
confundes, habla bien.

—A tí, venía a pedirte algo a
tí –crucé mis brazos tras mi
espalda.

—Yaya. –él me ignoró dolorosamente y miró a Yaya.

Ok, ahora me sentía de nuevo
como ella. Ignorada.

Ella no le dió mucha importancia al saludo y sólo
alzó su mano.

—¿Le has respondido sus
cartas?

Eehhh... Esperense, ¿qué está
pasando aquí?

—No, y no quiero hablar de
eso. –Él vino a verte, no yo.

Drake hizo una mueca.

—¿Ustedes se conocen? –
preguntó

—No, yo hablo así con todos
los desconocidos. –respondió
sarcástico Drake.

Rodé los ojos —Okey, no voy a meterme. Alo que vine.

—A ver-.

—¿Podría invitar a Aom a
una cita esta noche?

Él rió como bruja —Por
supuesto que no.

—¡¿Y por qué no?!

—Considero que es demasiado pronto. Aún no te conozco del todo y no sé las cosas que podrías hacerle.

Si fuera una anime, ya me
hubiera caído al suelo de culo.

Bueno, no tan distinto a lo que siempre me pasa, pero me explico.

—¡¿Y qué crees que le haría?! No estoy pensando en asesinarla o algo así.

—Pero planeas otra cosa, no
diré la palabra.

—Tú estás confundido si crees que Aom es una niña
inocente –le dijo Yaya.

—Dejando eso de lado –la
miré con reproche y después
volví a Drake –No haría nada sin que ella lo quiera.

—Eso ya lo sé, y también sé lo
que Yaya dijo. Y no te conozco, así que, no dejaré que pase nada ahora, por más que ambos quieran.

—Eres el mayor castrabolas
del mundo, ¡Dios!

—Drake, simplemente dejalos
salir y ya. –abogó Yaya —No
conoces a D'Angelo, yo sí. Es un payaso, pero es un buen chico.

—Qué metida, Yaya, yo sé que es un buen chico –suspiró —Está bien, pueden salir.

—¡Sí! ¡Sabía que Dios existía!

—Pero con una condición –
agregó él.

—Yaya rió —También existe el diablo entonces.

Hice un puchero, mirando
hacia ella —Malvada se nace.
¿Cuál es la condición? –pregunté a Sushar. —¿Traerla a las doce? La traeré once y cincuenta y nueve.

—No. Yo voy con ustedes.

—Entiendo, dices el chiste
primero, ahora viene la
condición. –lo miré serio.

—Te lo digo en serio. Si salen,
voy a estar ahí para ver que no hagan nada raro.

Raro tu culo...

—¿Y si también me invitan
a mí? –Yaya bromeó —¿Tan
intenso eres como hermano o
sólo lo quieres fastidiar?

Ah, estoy de acuerdo con la bruja. Drake Sushar estaba
siendo pesado por puro
disfrute.

Tragué mi coraje y suspiré —
Está bien, ven con nosotros.

El se enderezó y me miró con
sorpresa.

—Lo dices en serio?

—Sí. Vendré por ustedes a las
ocho –sonreí con falsedad. —Dile a Aom, por favor. Vamos, Yaya.

Caminé y le di un empujecito a la espalda.

No pensé que fueras a aceptar así como así.

—Es lo bueno de tener amigos, Yaya –tomé mi celular y marqué. —Sirven para distraer también.


Mew va a ser la distracción para el mal tercio 🤣🤣

Si encuentran alguna error me avisan

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro