Historia Original de @LYSDijoEIRM

MEW

—Estabas con Gulf hace rato. –murmuré cerca de Mike, pues el profesor de matemáticas estaba explicando uno de los temas.

Mike no me dió mucha atención, su mirada puesta
entre el pizarrón y su
cuadernillo –Sí, estuve, al rato te cuento todo. Necesito
entender esta porquería.

—¿No pensaste en ir a las
clases particulares como te
dije?

—Los profesores particulares
son una pérdida de dinero y a veces no te lo enseñan como en la escuela, lo que lo hace más difícil. No pagaré por algo que de igual forma no voy a entender de manera gratuita.

—Mmmh –me puse a copiar
también, pero no prestaba
atención a lo que decía el
profesor, en serio necesitaba
saber qué cosa habló con él,
que cosa estaba haciendo Gulf. —Mikie.

—Tú deberías hablar con Gulf. –dijo aún copiando. — Pero te advierto que ese chico es más complicado que las matemáticas y más cabeza hueca que yo haciéndole frente a ellas.

—¿Pasó algo malo?

—Qué te cuente él, Mew.
Intento escuchar, ¿sí?

—Si, lo siento... Pero debería abordarlo en la salida o-

—Suppasit, si tan interesado está en cuchichear en mi clase, pase al frente a explicarlo usted e interrumpame con razón. –el profesor alzó la voz.

—No, lo siento.

Dejó pasar mi interrupción y
siguió con la clase.

Mike me dió un codazo y
deslizó un papel hacia mi lado.

"No en la salida. Yaya está aún en la escuela y probablemente no le permita hablarte"

Tomé el papel y respondí:

"Permitirle mis huevos"

El lo leyó, y contestó:

"Ya ves cómo es Gulf, no sé si entendió que Yaya no le
conviene"

"Sé cómo es. Por eso no la
dejará sola, porque no parece
que ella tuviera a alguien más realmente"

Me miró y señalé con la cabeza hacia atrás nuestro.

D'Angelo disimulado, giró la cabeza como si le hubieran
dicho que Anne Hathaway
estaba ahí, para mirar a Yaya.

Ella movía su lapicera de un
lado a otro en su libreta y no
parecía prestar atención a la
clase. Mientras que su grupito hablaba de vez en cuando, tampoco prestándole atención a ella; incluso su compañera de banco se volteaba a hablar con las demás.

Ahora me pregunto, ¿por qué
los profesores siempre hacen
callar a algunos y a otros no?

Pienso...

—Está calladita, qué milagro.

Asentí, ella alzó la mirada y
me miró.

Por unos segundos, antes de
que pusiera una expresión de
superioridad en su rostro y se enderezara para mirar al
pizarrón, me pareció ver unos ojos bastante tristes... ¿Por qué siento pena por ella ahora?

—¿Estaba viéndote, viste? Es
obvio que le carcomes el ego
–Mike dijo cuando miramos al frente, rió bajo.

—Sí, bueno, yo también estaba viéndola, ¿qué dice eso de mí?

-Ah... Supongo que lo
mismo... Pero la cordura en
lugar del ego.

Yaya Urassaya, aún a estas alturas, no dejamos de competir, ¿no es así?

GULF

Al fin el timbre de la salida
sonó e intenté guardar
rápidamente mis cosas para
dirigirme al salón de Yaya y
esperar que estuviera aún ahí.

Realmente tenía que hablar
con Mew, quizás él termine por despejar mi mente sobre este asunto de la... Atracción.

—Sushar, ¿seguro que puedes con la maqueta? –una de mis compañeras le preguntó a Aom.

—Si, segura. –ella lo sostenía
con fuerza, viéndose tan
pequeña a comparación de esta representación del
universo.

Era obvio que no podía.

—Okey, entonces te la
encargamos –No les dieron real importancia y se
marcharon.

El proyecto era en grupo,
¿cómo van a dejar a esta
miniatura de chica con ese
armatoste sola?

Tienes que ir rápido antes
de que Mew se vaya, Gulf.

Gulf, no, no, no pierdas
tiempo.

Ah, este chico nunca me
escucha.

—Ao, ¿quieres ayuda? –antes de que contestara, tomé la maqueta y la sostuve por ella, era ligeramente pesada. —Uy, sí está pesadita.

—Ay, gracias. –sacudió sus brazos para liberar el dolor —Gracias en serio, me
pesaba bastante. Utilizamos
materiales muy sólidos, no
queríamos que fuera tan
ordinario.

—Y ahora les pesa esa decisión, eh? –bromeé.

Ella, tan cordial, se rió por
cortesía ante mi mal chiste. —Gracias, así no me siento tan tonto por haber dicho eso.

—Es un buen chiste. Oh,
espera, déjame llevar tu
mochila, por favor.

—No, está bien el peso extra.
Pero guíame un poco porque
esto tapa mucho mi vista.

—Claro.. Uhm, permiso
sostuvo mi brazo y caminó,
guiándome a su lado. Se la
veía un poco avergonzada.

—Ao..

—¿Si?

—Somos amigos, ¿no?

—Ah, espero que sí

Sonreí —Genial entonces. ¿Me guías hasta el salón de Mew? Prometo seguir ayudándote con esto después.

Ella me miró y también sonrió.

—Claro, Gulf, pero hasta ahí puedes dejarlo si quieres.

—No, no te preocupes, puedo
con esto.

—Uhh, okey.

Caminamos hasta allá y al
llegar, bajé la maqueta al
suelo. Aom me ayudó, y me
asomé por la ventana de la
puerta. Por suerte, el profesor recién los liberaba de la clase.

Me aparté, pues empezaron a
salir los estudiantes.

—¡Gulfie! –Yaya salió y me
vio —Perdón por hacerte
esperar, pero el profe estaba
explicandonos sobre el trabajo practico.

—No te preocupes, igual
estaba esperando a Mew.

—Ah... –soltó aire —Bueno..
Entonces esperaré aquí
también –miró tras de mí —¿Y ella qué hace aquí?

—Estoy ayudándola. Espera
con ella un momento mientras hablo con él, ¿sí?

—¿No puedo oír acaso?

—No... –dije con algo de pena —Perdoname, pero es privado con él y-

—Entonces ¿incluso ya tienes secretos con él? –sonó molesta. —¿Sabes qué, Gulf? Mejor me voy sola a casa, diviértete con tus nuevos
amigos. Ya veo que cuando te haces de gente nueva, te olvidas de quienes estuvieron
siempre contigo.

—Espera, Yaya, no es así –quise detenerla pero me
esquivó y caminó a paso
rápido.

—Ya...

No, no, no. No pensé que se fuera a enojar así o
malinterpretarme.

—¿Gulf?

Miré a Mew —Lo siento,
hablamos despues. –¡Lo siento! –salí corriendo hasta donde Yaya. No podía dejarla ir así.

MEW

Por supuesto que vino por ella.

—Vaya, bonita, ¿qué haces
varada aquí?

Miré a mi costado, Aom parecía perdida, mirando
hacia dónde Gulf se había ido.

—Ah, no.. Eh, yo, yo, uhm, me
detuve a descansar, pero ya me iba –Se agachó a levantar
esa cosa en el suelo, pero se
notaba que le costaba.

—¿Quieres ayuda, linda? –
Mike se agachó a recogerlo y lo levantó, tambaleando un poco —Wow, no creí que
fuera tan pesado.

—Ay no, ¿te pesa mucho? En
serio, puedo llegar bien a casa, no te preocupes.

—¿Piensas llevar eso hasta tu
casa? –intervine.

—¿Creen que no llegaré? –
preguntó preocupada.

—Apenas puedo levantarlo yo. No digo que seas débil, pero...

—Lo llevaremos entre los
dos –Sujeté el frente y la
cargamos juntos. —¿Vives
muy lejos?

—Unas cinco cuadras.

—Perfecto, vamos
–caminamos.

—Guianos, preciosa. –pidió
Mike.

Ella agachó un poco la cabeza, dejando que su cabello cubriera algo de su cara, podría jurar que las palabra de Mike la ponían colorada.

—S-Sí –sujetó mi chaleco por detrás —Permiso. Vamos por acá. –caminó —Muchas gracias, chicos.

—Ah, es difícil caminar para
atrás, tenía miedo de tropezar, pero supongo que Aom lo hará bien.

—Siempre un placer, bonita.

—¿Sabes que mi nombre es Aom? –preguntó, casi
capciosa.

—Sí, ¿por qué? Es molesto
para ti que te llame así? Lo
siento, no fue mi intención.

Mike quiso asomar su cabeza
por la maqueta, pero ésta era
bastante alta.

—N-No, no es que me
incomode...

—Entonces ¿puedo seguir
llamándote así?

—Si es lo que haces con
todas, no.. –susurró, pero yo pude oírla y estallé en risa, provocando que nos detuvieramos.

—¡Hey! ¿Qué? ¿Qué dijo? –
preguntó Mike, quejándose un poco porque casi hago que se golpee con la maqueta.

—Nada, nada. –respondí,
viendo la mirada penosa de
Aom. Volvió a mirar al frente
y de nuevo caminamos.

Sin dudas, a ella le gustaba.

Creería que a él también, digo, es una chica linda, pero, ¿él iría en serio?

Por ahora, sería mejor
hablar de otra cosa, ya que no podía ver la expresión de
ninguno —Entonces, Mike, ¿no vas a tomar en cuenta eso del profesor particular de
matemáticas?

—Ya te dije.

—Okey, okey, no insistiré.

Aom se detuvo y nos miró, Mike de nuevo trató de asomarse.

—Uhm, perdón que me meta,
pero, si necesitas ayuda con
matemáticas, mi hermano es
muy bueno en la materia, y de hecho está estudiando el
segundo año del profesorado. Él podría ayudarte si quieres.

—¡¿Tú hermano?! –Mike se
movió un poquito para verla. —Digo, tipo, este hermano
tuyo vive contigo o algo así.

—Ah, sí.. Uhm.. –jugó con sus dedito —Él es mi tutor legal, así que, vivo con él.

—¡Me parece perfecto! Yo buscando un profesor particular y tu apareces como el angelito que eres, y me das esta oportunidad, qué lindas son las coincidencia, ¿eh? No me importa cuanto cobre, lo necesito con urgencia.

—¿De qué hablas? Si tú no
estabas ¡¡Uh!! –Mike empujó
toda la maqueta hacia mí y
tuve que sostenerla.

—Retenla un momento que
voy a atarme los cordones y a
ver si estando en ello te callas la boca –dijo con fingida
inocencia.

Bajó e hizo una pantomima
con sus cordones.

—Entonces aprovechando que vamos para casa, te lo
presento, ¿sí? –Aom sonaba
más contenta y confiada.

—¡Perfecto, bonita! –Mike
aguantó de nuevo el peso de su lado. —¡En marcha!

Caminamos de nuevo bajo la guía de la muchacha que ahora había puesto a Mike más alegre que cuando se ganó ese cupón de todo lo que pueda comer en McDonalds.

Cuando llegamos, bajamos la maqueta un momento para estirarnos mientras ella tocaba a la puerta.

Al rato, un chico salió de ahí.

Parecía recién despierto, ya que sus cabellos estaban
desordenados, su cara un poco sucia, y por supuesto, traía boxers.

—Aom, ¿y estos chicos qué? –
preguntó con voz ronca.

Ella dio un aplauso —Vinieron a ayudarme con la maqueta, pero mejor aún, uno de ellos necesita ayuda con matemáticas. Podrás practicar tu didáctica como querías, mientras lo ayudas. –El nos escrutó a los dos —¿No es eso genial, Drake?