Capítulo 23
Historia Original de @LYSDijoEIRM
GULF
Cómo saber si soy gay, yahoo
respuestas.
Ndeah.
Busqué en Google fotos de
chicos. ¿Tengo que decir lo
tonto que me sentía?
Obviamente no me pasaba
nada.
Quizás... Ay qué vergüenza...
¿Fotos de chicos en ropa
interior?
Bueno, a ver, de verdad la tenían de ese tamaño?
Supongo que es sólo para
vender la prenda.
Esperen, estoy viendoles el..
No, no. De todas formas, no
siento nada. Son sólo chicos
para mí.
Bufé y llevé mi cabeza hacia
atrás.
¿Entonces no lo soy? ¿Porqué Mew me hizo sentir así?
Okey, quizás tenía que ir un
poquitin más a fondo.
Sabía que en Twitter podía
encontrar videos así. No me
pregunten cómo.
De nuevo, reproduje uno de
ellos y lo apagué enseguida.
No, definitivamente no quería ver eso y para nada era excitante.
Me tiré en la cama, claramente no me gustaban los chicos...
¿Serían los besos?
Quizás me gustaban los besos.
Sólo debía ponerlo a prueba.
MEW
Mike entró de repente a la
habitación y despegué mi
mirada del celular.
—¿Ya te aburrió Best?
—Tú no conociste a Yaya en la secundaria.
—¿Qué?
Se acercó a mí y me mostró
su celular —Tú ya la conocías
desde primaria.
Tomé su celular y lo miré de
cerca —¿De dónde sacaste
esta foto? –miré hacia mi
armario, no es posible que
haya descubierto esas cosas,
las había guardado bien.
—No importa de dónde,
importa que ya la conocías de
antes.
—¿Y eso qué?
—¿Cómo que y eso qué? Ahora todo tiene mucho más sentido, ella también te conocía de antes y por eso dijo que ya estaba harta de ti. Por favor dime que no quieres acercarte a Gulf para molestarla.
—¿Crees que yo haría algo así? ¿Qué te pasa? –pregunté
molesto.
—Sólo fue una posibilidad, no me dices nada. Creí que era tu mejor amigo.
—¡Lo eres!
—Me cuentas sobre el beso
que prometiste no contar, pero no esto, ¿qué tanto te lo tienes que guardar?
—¡¿Yo ya los conocía a ambos, okey?! –tomé mi almohada y la abracé.
—¿Qué? Dijiste que no conocías a Gulf.
—Te mentí –desvíe la mirada, no podía mirarlo.
El se sentó frente a mí —¿Qué
es esto?
—No es algo nuevo ver a Gulf tras ella, lo ha hecho desde que la conozco.
—¿Y por qué tanto rencor
hacia ella?
No quería llorar, no quería
llorar...
—Ella ha sido tan mala
conmigo, Mikie –abracé la almohada —Pero era una niña, no puedo seguir
guardandole rencor ahora.
—Aún así lo haces.
—No puedo dejar ir las cosas
que odio, lo siento. Lo intento, pero no puedo.
—¿Ella ha cambiado?
—Sí... Un poco, creo.
—¿Y Gulf?
—No podía entender cómo
alguien tan mala podía tener
un amigo, mientras yo no
tenía nada.
—¿Por qué él no te recordó?
—Era pequeño –sonreí —Él
venía a buscarla con su papá y se iban juntos de ahí. Pero en los últimos años, él venía solo. Casi acabando la primaria, creo que esa vez fue la primera vez que hablamos. Ese día fue bastante bueno también.
FLASHBACK
—¿Y Mew, averiguaste lo que te dije? Estoy cien por ciento segura de que ellos engañaban a tu mamá.
—Dejame en paz, Yaya –
esperaba en la vereda a que mi padre viniera por mi.
—Te lo digo, el nacimiento de tu hermano es raro. Nueve
meses, ¿no es mucho antes a la muerte de tu mamá?
... —Lo es.
—¿Entonces? Se los preguntaste? ¿Cómo es que ella se fue a vivir tan rápido a la Casa?
—Ella es amiga de mamá.
—¿Y? Yo digo que se acostó con tu papá, no sabes cómo nacen los bebés?
—Sí lo sé. –dije molesto. —Yo
sé, sólo déjame en paz por una vez.
—¿Entonces sí le fueron infieles? ¿Les preguntaste?
—¿Por qué te importa tanto a
ti?
—No sé, sólo me parece
interesante.
—No es interesante. –la miré
—me incomoda mucho las
cosas que me dices.
—Ah, ¿no vas a llorar ahora, o sí? –se cruzó de brazos —Yo
no lloré cuando me quitaste a
todos mis amigos.
—¿Es por eso? No fue mi
intención.
—Nadie te prestaba atención
hasta que tu mamá enfermó
–rodó los ojos —peor aún se pusieron cuando se murió. Acaparaste toda la atención ¿Eso te encanta, o no? Antes yo la tenía toda.
—¿Crees que esto me divierte?
—No lo sé, Mew, supongo que estoy aburrida durante las
clases. Incluso los maestros
tienen que tener más paciencia contigo. Mi hamster murió hace unos días también y nadie me toma en cuenta por ello. –se alzó de hombros —igual no me hagas caso, para alguien tan solitario, debe ser bueno tener un poco de atención aunque sea.
—¿Podrías dejarme? –la miré
y fruncí mi ceño con horror —
Yaya, estás sangrando –señalé
bajo su falda.
—¡¿Eh?! –miró hacia abajo y
comenzo a gritar.
La docente que se encargaba de cuidarnos a la salida, se acercó a ella.
—Linda, linda, quédate
tranquila, ven conmigo –se
apresuró a llevarla a dentro.
Yo me paré, estaba con mis ojos bien abiertos, en shook. ¿Se moriria ella también?
🍁🍁🍁
Hola
Miré a mi costado —Hola.
—¿Eres compañero de Yaya?
—Si.
—¿Ella aún no sale?
—Salió, pero tuvo que volver a
entrar.
—¿Está bien? –miró hacia
adentro.
—No sé, ella sangraba.
—¿Eh?
—Pero la maestra dijo que
estaba bien. —me alcé de
hombros.
—¿Era la nariz?
—Le sangraba la pierna –pasé
mi dedo por la mia, mostrando el hilo de sangre que noté.
—Uy –jugó con sus dedos —
Espero que esté bien.
—Siempre vienes por ella.
—Es mi amiga.
—¿Por qué?
Pareció impresionarse por la
pregunta —Porque así somos.
Abulté mi labio —Ella es cruel.
—No lo es.. A veces lo es, pero
no significa que no pueda ser
mi amiga.
—¿También te trata mal a ti?
—No.. Bueno, a veces. Es que
se enoja mucho si las cosas no
salen como las espera.
—Definitivamente estará muy
enojada ahora.
Él suspiró —Bueno, ahora sé
que debo prepararme –dijo
con algo de gracia.
—Si te trata mal, ¿por qué le
perdonas?
—Porque no puedo no hacerlo. No puedo... Uhm... Estar mal con nadie, creo...
—Qué bonito.
—Ah gracias.. –juntó sus manos y su carita se tornó roja.
—Soy Gulf, por cierto. Seamos amigos también, si quieres.
Me alegré —Me llamo-
—¡Gulf! –Yaya salió de dentro —Espera, mis papás vendrán por nosotros. –me miró y tomó su brazo, alejandolo de mi. Gulf le prestó total atención despues de eso, y no era por lástima. Se notaba el cariño en sus ojos. Él siempre la miraba con adoración y cuidaba de ella.
FIN DEL FLASHBACK
—Supongo que es lo que
espero, lo que siempre quise.
—¿Pero no volviste a hablar
con él?
Negué —Después de eso, tuve una discusión con... Mi papá, y ya no dejé que fuera a buscarme, me iba solo a casa. No me lo volví a cruzar.
A demás, estaba con Yaya, y
prefería no acercarme a ella.
—¿Entonces él te gusta?
Recosté mi mejilla contra la
almohada y cerré mis ojos.
—¿Qué importancia tiene? Ni siquiera éramos compatibles.
A pesar de que Gulf fuera consciente de la clase de personas que lo rodeban, él era incapaz de guardarles
rencor; ya sea a su chismoso
amigo Ubon, a la fastidiosa
Yaya o al chico que robó su
primer beso.
En cambio yo, por más que lo intenté, no puedo dejar ir el
odio.
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