28
Su clase de educación física estaba por iniciar.
Danielle le escribió a Hanni avisándole que se fue a la enfermería porque se sentía un poco mareada.
Haerin le dijo a Minji que estaría en la biblioteca porque tenía que estudiar.
Ambas se saltaron las clases con éxito, sin levantar sospechas.
Todo iba acorde al plan.
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Pasaron 5 minutos hasta que escuchó unos pasos sigilosos entrando al camarín.
—¿Por qué demoraste tanto?
No se demoró, es solo que Danielle lo sintió como una eternidad.
—Porque Yunjin me encontró —respondió arqueando una ceja con gracia al ver el ceño fruncido de Danielle—, y se me pasó el tiempo hablando con ella.
La mayor se puso roja, no tanto por los celos, que fueron evidentes para ambas, sino porque sabía que Haerin estaba disfrutando molestarla.
Avanzó a pasos grandes hasta quedar frente a la coreana, apuntándola con el dedo.
—¡¿Y por...?!
—¡Chicas! Ahí están —Hyein apareció y Danielle tuvo que retroceder.
—Hasta que llegas —reclamó Haerin—, no soportaba tenerla más.
Ellas estaban en aquel camarín para organizarse con un tema pendiente, por eso Hyein también se había escapado de clases.
¿O acaso pensaban que...?
Ilusos.
—Tampoco es agradable tenerte cerca, Kang.
—Se detienen ahí —Hyein las miró con reproche—. A lo que vinimos. ¿Cuál es el plan?
¿El plan? Bueno, no tenían uno como tal, pero por supuesto sí la finalidad: que Minji y Hanni fuesen novias.
Okey, okey, eso era mucho. No dependía de ellas si terminaban en una relación amorosa o no, pero... podrían darles un empujón.
El trío quería armarles una cita.
Sabían que Minji no se la pediría directamente a Hanni, y esta mucho menos. Pero sabían también que ambas anhelaban estar a solas otra vez.
—¿Las engañamos?
—¿Cómo así? —preguntó Marsh.
—Les decimos que nos juntaremos las cinco en un lugar a cierta hora específica, pero nosotras nunca llegamos.
—Es buena idea —concordó la de ojos gatunos—, ¿pero qué nos asegura que cuando se den cuenta que es una trampa no salgan corriendo? O bueno, que Hanni salga corriendo —ladeó un poco la cabeza—. Mmh... ¿tal vez si las llevamos a un lugar cerrado?
—¿Las encerramos? —cuestionó Danielle, boquiabierta.
—No, estúpida. Me refiero a un cine o algo así —negó Haerin.
—Igual podrán abandonar la sala... —Lee hizo una mueca, pensativa—. ¿Qué tal si las llevamos a una playa, así... ¡super lejísimos! Le pedimos a Minji que nos lleve a las afueras de la ciudad y cuando estén instaladas, nosotras nos marchamos con el auto y les decimos que solo iremos por ellas si se comprometen a tener una cita agradable esa tarde...
—Eso es enfermamente... ¡increíble! ¡Muy bien, Hyeinnie! —Danielle le acarició la cabeza y esta la miró feo, como diciendo "No soy un perro".
—No es mal plan, pero ¿cómo carajos nos llevamos el auto? Minji es la única que sabe manejar.
Lee bajó los labios, desanimada. No había pensado en ese detalle.
—¿Quién dijo que Minji es la única conductora aquí? —Dani infló el pecho, orgullosa.
—¡¿Sabes manejar?! —exclamó la menor, con una sonrisa.
—¡Jamás iría en un auto conducido por ti, Marsh!
Diferentes reacciones, por supuesto.
—Sí, sé manejar. Mecánico y automático —le hizo una burla a Haerin—, solo que aún no he sacado la licencia por tiempo.
—Está bien, no creo que nos detengan.
—Si me llega a pasar algo por tu culpa, Marsh... Oh, te haré la vida imposible —la amenazó, pero esta se rió sin importarle.
—Entonces, ¿qué tal este fin de semana? —preguntó Hyein, ignorando su discusión.
—Yo puedo —respondieron ambas y se observaron con disgusto.
—Perfecto, solo debemos confirmar con Minji y Hanni y estamos listas.
—Esperen... —Danielle sacó su celular, marcando un número desconocido para las otras dos—. Hola, sí, gracias. Sí, eso mismo quería saber. ¿Hay? ¡Perfecto! Sí, a la cuenta, gracias —Hyein y Haerin no entendieron absolutamente nada, Dani cortó—. Listo, tenemos de viernes a domingo una cabaña arrendada en la playa lejos de aquí.
—¡¿Qué?! —Hyein se colgó de un hombro de la más bajita, quien le golpeó la mano.
—¡Auch, Hyein! —se quejó Haerin.
—Explícate, Marsh.
—Mi padre es dueño de varios hoteles y ese tipo de cosas, así que pensé que quizás sería agradable tener un fin de semana de amigas... y bueno, Haerin.
—Y biñi y Hiñin —repitió molesta.
—¡Dani, eso es fantástico! —Hyein la abrazó bastante contenta—. A veces se me olvida que eres rica.
Danielle rió y sin ser muy obvia, miró a la de ojos gatunos. En el fondo quería verla igual de emocionada que a Hyein.
—No tiene sentido —se burló la coreana mayor.
—¿Qué? —las más altas arrugaron las cejas.
—Se supone que solo iríamos a dejarlas a la playa y luego nos devolveríamos hasta que acabara su cita —negó—. Y ahora estaremos las cinco allí metidas... Eso no será una cita.
La australiana se adelantó.
—Niñita aguafiestas —rodó los ojos—. Aguafiestas y tonta. Por supuesto que pensé en eso, y tengo un plan para dejarlas a solas —Hyein la vio con ojos brillantes, Haerin con molestia—. Las dejaremos en un lugar cualquiera de la playa mientras nosotras nos dirigimos a la cabaña que queda a unos kilómetros, y luego, después de que se hayan besuqueado y hecho sus cosas, pasaremos por ellas para ir otra vez a la cabaña.
Se alzó de hombros, como si fuera una genia.
—Muy bien pensado, unnie —alagó Hyein, y la otra apretó los dientes.
—Gracias, Hyeinnie. Me alegra poder usar mi cabeza. No como otras...
—Oh, cállate, Marsh.
—¡Antes de que comiencen otra vez! —las separó—. Me largo, aún debo ir a clases —Hyein pasó entre ellas sin cuidado.
—¡Yo te voy a dejar! —saltó Danielle.
—¡No, yo! ¡Yo fui su unnie primero!
—¡Pero a mí me quiere más!
—¡Mentira!
Lo gracioso fue que Hyein ya había salido del camarín sin esperar por ninguna.
Se observaron con intensidad antes de salir corriendo tras la menor.
La idea de Dani y Hae era volver a esconderse en algún lugar de la escuela para no asistir a la tediosa asignatura de educación física, pero al estar gritándose en los pasillos, fueron rápidamente cuestionadas por un profesor que las obligó a volver a sus clases, sino, las anotaría.
Rendidas, llegaron hasta la maestra de deporte, dando excusas baratas del por qué llegaron tarde.
***
Sudorosas, cansadas y con la falta de oxígeno torturándolas, el cuarteto se tuvo que acostar de espaldas en el piso para poder recomponerse.
—¡Jodida clase! —Hanni se pone una mano en el corazón, notando lo furioso que latía.
—C-Creo... creo que me voy a morir —dijo Haerin, a duras penas.
La clase había pasado de jugar partidos amistosos de baloncesto a una potente sesión de cardio, muy intenso. Sus pulmones parecían desinflarse de lo agotadas que estaban y era desagradable cómo la tela de sus ropas se les pegaba a la piel.
—Pensé que el cardio era lo mío —susurró Minji, limpiando su frente—, pero me equivoqué...
—Vayan a ducharse, chicas —llegó la profesora, mirándolas desde arriba con reproche—. Apúrense, vamos.
Se levantaron como pudieron, Minji, quien era la con mayor resistencia, logró correr hacia los camarines antes de que se llenaran. Las otras tres las siguieron, Hanni gritando exageradamente que necesitaba una ducha, obligando a las demás a cederle el paso por el show que estaba dando.
Haerin y Danielle quedaron entre las demás adolescentes, deseando morir por sus sudorosas pieles. La extranjera analizó la situación. No iba a poder meterse a una ducha en al menos media hora con la cantidad de personas allá adentro. Estaba jodida.
—Puedes ducharte conmigo, Hae —su vista se fijó a un lado, una pelinaranja coqueta con el brazo extendido hacia Haerin, quien rió avergonzada y con las mejillas teñidas de rosa.
—Eres una boba, unnie —le golpeó sin fuerza en el hombro, sonriente.
Danielle hizo una arcada, pero Haerin la ignoró.
—Lo digo en serio —continuó Yunjin—, así nos ahorramos tiempo.
—A ver, lorax —se interpuso Marsh, tirando torpemente a Haerin de la playera—, relaja tus hormonas porque esto es una escuela, no un prostíbulo lésbico.
Yunjin rió, no notando la exigencia real en sus palabras, pero antes de que pudiera decir algo más, Danielle arrastró a la menor fuera de ahí, sin una mínima gracia.
—¡Suéltame, ¿qué haces?!
—¡Te estoy ayudando! —no se separó de ella y siguió caminando—. Iremos a los camarines de antes —explicó y la expresión facial de la más baja se relajó—, así no tendremos que esperar a que las duchas estén desocupadas y de paso dejas de hacerte la tonta con Huh.
¡Celosa, celosa, celosa! Era la única melodía que sonaba en la cabeza de Haerin, pero no diría nada para no espantarla.
Llegaron al lugar y Kang fue directo a encender el agua, esperando que se calentara.
—¡Y no estaba celosa de Yunjin!
Haerin, con su mano regulando la temperatura, carcajeó exageradamente, cerrando los ojos.
—¡Ni siquiera dije algo! —respondió, limpiando una lágrima falsa.
—¡No te burles!
Enrojeció, se había hundido so-li-ta.
La menor, por obvias razones, comenzó a reír más fuerte, más escandalosa, logrando penetrar profundo en la paciencia de Danielle, que en un impulso, la empujó dentro de la ducha, logrando que Haerin quedara bajo el chorro de agua, pronto empapada hasta los calcetines.
Ahora fue el turno de Danielle de reír. Sí, se había excedido un poquito, pero lo que tenía frente a sus ojos era un gato mojado con expresión atónita, una imagen demasiado entretenida para ella que valió el riesgo de ser asesinada.
—¡Danielle Marsh! —la jaló del pelo logrando que esta gritara de dolor mientras era adentrada al agua junto a ella.
Ambas chillaron insultos, tirándose del cabello tal cual pelea callejera.
—¡Déjame!
—¡Tú partiste, Marsh!
Ninguna pensó en la maravillosa idea de cerrar el grifo, por supuesto.
—De... detente —pidió en un susurro luego de unos largos segundos de batallar, cansada y dejando de ejercer fuerza, regulando su respiración.
Haerin se rindió, haciéndole caso.
Se miraron bajo el agua, frente a frente, Haerin parecía una modelo con el cabello empapado, y sus mejillas rojas por el vapor parecían más bonitas que nunca.
Danielle tuvo que hacerlo, tuvo que besarla.
Haerin le correspondió con desesperación y pronto comenzaron a sacarle las prendas a la otra sin cuidado, sin pensarlo, sin poder controlar sus más oscuros deseos. Quedaron el ropa interior, sus uniformes fuera de la ducha estilando agua.
No es que iban a tener sexo en los camarines del baño, pero aprovechando que se encontraba allí, debían asearse bien.
—Ponla más caliente... —susurró la menor sobre su boca, sus brazos rodeando el cuello contrario, sintiendo cómo sus senos bajo su sostén hacían contacto con los de Danielle. Mantenía los ojos cerrados, perdida en la ardiente boca de la australiana.
—¿El agua o a ti, Kang? —se burló, pero se arrepintió de inmediato cuando esta le mordió los labios.
—El agua, estúpida.
Marsh llevó la manija un poco más hacia la izquierda, sintiendo que el agua subía de temperatura. Pasó sus manos por la cintura de Haerin, con su vista fija en su piel. Le parecía increíble lo que era tocar un cuerpo femenino, delicado y suave, mucho más cómodo que un abdomen masculino con bello que le parecía sinceramente repugnante ahora mismo.
Subió una mano al escote de Kang, sin besarla todavía. Pasó sus dedos por el borde del brasier, hundiendo sus dígitos en la parte mínimamente expuesta. Ella tenía lo mismo, también tenía tetas, por supuesto. Ya se había masturbado muchas veces, incluyendo el masajeo de senos, pero a Danielle le pareció muy distinto tener unos pechos ajenos bajo sus manos, como si fuera algo nuevo.
Haerin se sonrojó por la forma en que Danielle la deleitaba, notando sus facciones interesadas, y sin lograr devolverle la mirada, demasiado concentrada en sus pechos. La mayor lamió sus labios, quería besarlos. Era extraño para ella sentirse así, tan... curiosa, con tantas ganas de experimentar.
Llevó sus manos por detrás de la estrecha espalda ajena, deteniéndose en el seguro. Preguntó en silencio, recibiendo un asentimiento tímido como respuesta.
Lo hizo sonar y puf, el brasier había caído al suelo, dejándola con la boca abierta.
—¡Danielle!
—¡¿Qué?! ¡No he hecho nada, no he tocado nada! —se asustó.
—¡Pero no las mires así!
No pudieron evitarlo y ambas estallaron en risas, solo ellas dos y el extraño, pero agradable ambiente que se volvió un poco más íntimo que los anteriores.
Pronto Dani calló, volviendo sus fisgones ojos al pecho de Haerin. Esta vez, no esperó y llevó una de sus manos al seno derecho de la chica, quien mordió sus labios atenta a sus movimientos.
Danielle rozó la punta de su dedo contra su pezón, antes de cerrar su palma completa, agarrando todo su seno con fuerza. Haerin gimió sin mirarla, avergonzada.
Ella pareció entusiasmarse por su reacción, pues ahora tenía ambas de sus manos en el busto de la castaña, jugando con las areolas y apretando con sus pulgares la parte de abajo, esa suave zona que parecía una almohada.
—Dani... —tiró la cabeza hacia atrás.
—¿Qué? —se burló, acercándose más—. ¿Quieres que pare?
Haerin no pudo responder porque Danielle ya estaba entre sus tetas, ahora saboreándolas con la boca. Lamió, mordió, dejó marcas y tapó los labios de la castaña con su palma para que no las descubrieran.
Mas en un punto Haerin la separó con firmeza, rogándole que se detuviera porque no sabía si aguantaría mucho más. ¿Orgasmo por un toqueteo de tetas? Sí, existía, los pechos son una de las partes más erógenas del cuerpo debido a las terminaciones nerviosas que hacen fácil su estimulación. Al menos, ambas estaban informadas.
—¿No quieres correrte? —preguntó confundida cuando Hae le puso una mano en el pecho.
—M-Me da vergüenza —admitió, colocándose un poco más abajo del chorro para distraerse.
—No seas ridícula, ¿por qué te daría vergüenza? —Dani la tomó de la nuca, ladeando la cabeza y acercándola lento mientras buscaba sus belfos—. Además, quiero verte, gatita... —sonrió ladina, atrapando las manos de Hae antes de que esta la golpeara por burlarse de ella—. ¿Me dejas? —formó un puchero, recostándola con cuidado en la pared.
El agua ahora era todo lo que refrescaba a Danielle de lo caliente que se sentía. Tan bien, tan excitante, que ni se le pasó por la cabeza que estaba básicamente rogándole a una mujer por chuparle las tetas.
Y es que se sentía tan curiosa, intrigada del cuerpo femenino en sus propias manos. Quería describir y averiguar cada reacción que pudiese obtener de Haerin...
Kang no habló, pero asintió, dando su permiso. Danielle no perdió el tiempo y unió sus labios, ahogando sus quejidos mientras sus manos no se despegaban de sus pechos, los cuales terminaron en su boca otra vez. Dejó mordiscos cuidadosos cerca de sus clavículas y su lengua moviéndose violentamente contra sus pezones.
Si bien no tenía experiencia con mujeres, tenía su propio cuerpo, por lo que supo tocarla en los puntos exactos y estimularla diversamente.
No bajó sus manos hacia la entrada empapada de la menor porque eso lo dejaría para otra vez (sí, tenía muy claro que necesitaría un segundo encuentro luego de esto), pero sí dejó besos húmedos en su cuello, marcándola y logrando por fin que Haerin se viniera bajo el agua, gritando entrecortada su nombre con sus piernas temblando. Tuvo que apoyarse en el hombro de la extranjera para no caer, la mitad de su cuerpo aún apoyado en la pared.
Danielle sonrió orgullosa, fascinada por los increíbles que eran los espasmos de la muchacha, y todo gracias a ella y su habilidosa boca.
—Mierda... Marsh —lloriqueó y Dani la sostuvo de la cintura, girándola hasta que la espalda de la chica quedara pegada a su pecho, haciendo que el agua les quitara el sudor y los fluidos.
Mientras pasaba sus palmas por los muslos de la coreana, limpiando todo el desastre, le dio pequeños besos en el cuello, espalda, y cuando Hae giró un poco el rostro, le besó los labios.
La campana indicando que el recreo había llegado a su fin no les importó en lo más mínimo, bañándose juntas entre mimos que parecían poner fin a su rivalidad.
Porque uno no le chupa las tetas a su rival, ¿no?
Haerin, esa tarde, aceptó sus sentimientos hacia Danielle, ya no siendo solo aliviar la tensión lo que buscaba en la australiana.
Y Danielle... Bueno, ella descubrió que llevar el control en el sexo era bastante entretenido.
NO ME CONVENCE PARA NADA ESTE CAP, LO MEDIO DETESTO 😭😭 no me gusta, siento que todo está raro, y quiero borrarlo, pero ustedes son los que me ruegan por actualización como enfermitos (los amo vvs), entonces no sé qué hacer. 😭😭
ns gays, no me convence, lo repito, pero les dejaré la última palabra a ustedes: ¿lo borro y lo vuelvo a subir un tiempo después, ya mejorado (o de plano lo cambio completamente), o lo dejo así y se tragan la mierda de capítulo? 😭😭
agradecería, como siempre, sus sinceras opiniones. SINCERAS WEONES, OJO PIOJO. no le mientan a su madre.
en fin, una disculpa por estos mensajes llenos de emojis y gritos que les dejo, es que me encanta hablar weas. chao (respondan).
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