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Jungkook bajó del edificio y se acercó al auto estacionado en la entrada, abriendo la pierta para ver a Min con una ligera sonrisa y el cigarro entre los labios.
-Hola- Soltó Yoongi con la voz rasposa.
El mayor tragó duro y sonrió a modo de saludo antes de sentarse en el lugar del copiloto, sintiendo las manos sudadas y el corazón latiendo a mil por hora.
-¿A donde vamos?- Preguntó el menor encendiendo el motor.
-No lo sé- Susurró Jungkook haciendo al contrario reír mientras soltaba el humo por la nariz.
-¿Me has invitado a salir y me has pedido que venga a recogerte, y no pudiste pensar a donde ir?- Rió haciendo a Jungkook sonrojar levemente.
-Pagaré yo- Bufó cohibido haciendo sonreír enternecido al menor.
-Hay un autocine que está pasando películas animadas a las afueras de la ciudad- Propuso Yoongi viéndolo de reojo. -¿Quieres ir?-
Jungkook asintió rápidamente, dando el pie táctico para que el menor comience a conducir y fije su mirada en la calle y no en él.
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El sol se había puesto, el cielo estaba cada vez más oscuro y la pantalla reflejaba Enredados, haciendo reír a la gente en sus autos mientras comían las palomitas del establecimiento.
Jungkook se dedicó a ver el perfil del menor con suma atención.
Se había afeitado, juraría que tenía un ligero maquillaje y el perfume que se había puesto era demasiado dulce.
Le costó darse cuenta que ninguna de esas cosas le desatradaba.
Yoongi tenía las piernas separadas, la camisa arremangada y la cajetilla de cigarros se marcaba en sus pantalones, haciendo que Jungkook lleve su mirada a su entrepierna y muerda su labio inferior con hambre.
Se acercó a él y lo tomó por las mejillas, volteando su rostro para poder verlo de frente, haciendo que Min lo vea confundido pero no se aparte cuando el mayor juntó sus labios.
Correspondió dejándose llevar ¿Cuál era el punto de apartarlo si él tanto quería aquello?
Pasó sus manos por su nuca y lo pegó más a él, sintiendo las manos ajenas bajar desde sus mejillas, por su pecho, hasta su cintura.
Se separaron al cabo de unos largos segundos, agitados y sonrojados, sin apartarse demasiado, solo lo suficiente antes de volver a besarse.
Yoongi acabó a horcadas sobre los muslos ajenos, pegandose más y más, buscando el calor del contacto mientras su lengua acariciaba el labio ajeno en busca de entrar.
Jungkook abrió la boca para darle paso, cuando un oficial golpeó la ventana haciendo que se separen rápidamente.
-Hay niños- Fue lo único que dijo antes de marcharse.
Yoongi se sentó en su lugar y rió agitado entre dientes, haciendo a Jungkook reírse sin poder evitarlo.
-Deberíamos irnos, pequeño hetero- Rió Min haciéndolo asentir.
-Vamos a comer algo- Tragó duro al encontrarse viendo el bulto en los pantalones ajenos. - Controlate, Kook, Dios-
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