Harina.
— Nawuebona pues... — se quejo Venezuela abriendo el microondas y hizo una mueca de disgusto — La burla.
— ¿Eran tuyas, mana? — Preguntó Colombia comiéndose la arepa que había estado en el microondas.
— No hay respeto en esta casa... Pensé que había puro love aquí — Empezó a buscar el budare para hacer unas arepas ella.
— Pero hay pan también — Dijo Ecuador sacando una bolsa de pan de uno de los gabinetes.
La mayor solo le lanzó una mirada molesta y saco un poquito de harina PAN que había agarrado prestado de Colombiano sin decirle para montar su arepa.
— Sin mi arepa no vivo.
.
.
.
No coman las arepas que no son suyas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro