Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Parte Única


I.

(Aquí les dejo la canción que saldrá en el oneshot. Recomiendo escucharla cuando aparezcan las letras de la canción para darle el ambiente o para poder entenderla
Pd: canción de Davy Jones para los de celular jeje;)


Aaron no podía más. Ya no lo soportaba.

Masculló con dolor al sentir como la áspera soga arruinaba aún más sus manos. El agua salada del mar, combinada con la de la lluvia no ayudaba tampoco, es más, hacia que aquellos rasguños ardieran con más vehemencia.

Se limpió con el dorso la agua acumulada en su boca y nariz, terminando la simple pero dificil tarea de asegurar las sogas. Con una rápida mirada observó todo el barco, completamente vacío.

Trató de no pensar en eso y cuando pudo corroborar que todo estaba en su sitio, se enderezó para poder volver a cubierta.

Caminó unos cuantos pasos, unos ochos según él, hasta que la mojada madera haciera resbalar en sus propias botas. Como pudo se afirmó de lo que sea, soltando un fuerte quejido al sentir sus heridas en contacto una vez más.

Se afirmó el tricornio sobre su cabeza y se arrastró hacia la habitación del capitán, cerrando con rapidez la puerta detrás de él.

Abrió su boca para dejar escapar su aliento y se recostó en la pared, completamente empapado por la tormenta.

Cerró los ojos un momento, dejándose llevar por los brazos de Morfeo, agudizando la sensación de fuego que le daba las velas a su alrededor.

-×-

—Capitán Francis, ¿llamó por mí? —Tan pronto como entró pudo ver al joven en su escritorio, lleno de aquellos tatuajes que se le hacían hermosos, casi hipnóticos.

—Ah. —El denominado Francis dejó la elegante pluma en aquel papel y fijó sus ojos ámbar en su segundo al mando, Aaron.

Verde esmeralda y dorado se encontraron con tanta pasión como antes. Pasión silenciada.

—Sí, te llamé.

Aaron ladeó su rostro en señal de duda, sus cejas levantadas al ver como el capitán se movía del asiento, confrontándose hacia él directamente. Era más pequeño que él, más atlético, así que tuvo que ligeramente bajar el rostro para observarlo mejor.

El destello de los pendientes de Francis brillaban con la misma intensidad que su mirada, y una vez más, cayó hipnotizados por estos.

Francis, en un silencio raro para su cargo, pero no raro para Aaron -que lo conoce-, levantó con cuidado su fina mano, pasándola hacia el rojo cabello de su acompañante, ganándose un suspiro de sorpresa de parte de él.

—¿Francis ... ?

Luego hizo caer la mano hasta su mandíbula, contorneando lo fuerte que era, aparte de sentir el escozor de la barba. Lo próximo que supo de Francis fueron sus suaves labios contra los suyos. Un beso fuerte, casi animal.

El pelirrojo no pudo más que corresponder el beso, frunciendo ligeramente el entrecejo por el desconcierto, pero disfrutándolo de igual forma. Había ... algo diferente en el beso. Algo ... triste, melancólico.

Las manos de Francis se aferraron a su rostro, su respiración entrecortándose más a medida que el tiempo avanzaba. Pudo jurar sentir las saladas lagrimas en su boca.
Afirmó como pudo al capitán, acercándolo más a su fornido cuerpo, acariciando con sutileza los mechones largos y castaños de este.

—Aaron ... — Susurraba entre el beso, junto con otras palabras que no podía ni quería entender.

Después de eternos minutos se separó de los ahora hinchados labios, juntando nuevamente la esmeralda mirada con la ámbar.

Quitó con lentitud el sombrero, despojando a Francis de cualquier rango, de cualquier preocupación, de cualquier cosa que le atormente. Ahora estaba él.

La mirada desesperanzada que le dedicó lo hipnotizó aún más.

- x -

Cada día que pasaba, había un marinero menos en el barco. Se turnaban para las rondas, pero aún sufrían las bajas. Hubo un momento en él que todos aguardaban a su final en los camarotes del barco.

El día, que meses antes le pudo haber parecido perfecto para navegar y sentir el calor en su piel, ahora le daba nauseas. Afirmó su frente con la fina madera del timón, en un intento para poder relajar a su corazón y las crecientes ganas de vomitar. Su nuca sudaba y sus palmas temblaban.

Cada noche de niebla, los marineros rezaban, suplicaban a que esto terminara y que fuera un sueño. Que llegarían a su destino en un abrir y cerrar de ojos.

No iban solos a ningún lado, no los podían separar, pero aún así desaparecían. Ya hace días que no se veía al capitán del barco. Los que quedaban decían que se había tirado al mar.

Aaron no estaba seguro de esto.

Cada jornada que pasaba, dejaba la poca cena que conseguía a las puertas de la habitación de Francis. Y cada día esa comida se pudría. Pero eso a él no lo detenía. Era puntual para él.

La noche número treinta y cinco había llegado, se decía Aaron. Marcó con una blanca equis el número en su camarote; distinguiendo las manchas de la tiza en su mano.

—Hey, amigo. Te toca la guardia.

Pasó sus ásperos dedos por la reciente marca, borrándola en un movimiento. No sabía por qué lo hacía, o por qué lo sentía, pero sabía que ya no había necesidad de contar más.

Le agradeció al marinero por el aviso y se puso su viejo tricornio, caminando casi en una marcha lúgubre hacia las afueras. La niebla ocupaba todo el lugar. El viento lo recibió con fiereza y un escalofrío recorrió su espalda desde su nuca.

Acomodó su chaqueta en silencio y fijó su mirada hacia la habitación de Francis una vez más.

Escuchaba las olas romper y volver a crearse, las correas chocar entre sí y las velas ondear en majestuosidad.

Caminó sin ordenarlo, en paso tranquilo y lento, pero sin sentirlo. Hubo un momento en el que ni siquiera pudo distinguir sus pies del suelo.

Aún sin poder acercarse completamente a su destino, pudo sentir una caja musical, o más bien escucharla. Su sonido inundó sus oídos, privatizándolos de cualquier otro ruido. Luego, después de que la corta melodía se detuviera, la voz de Francis, rota, solitaria y melancólica lo llamó una vez más.

"Cruel and cold like winds on the seas
Will you ever return to me"

Su mano, moviéndose por si sola, abrió la puerta casi como si fuera la cosa más pesada del mundo.

"Hear my voice sing with the tide
My love will never die"

Al entrar, casi como si la escena se repitiera, pudo divisar al joven capitán en su escritorio con esa expresión criptica en el rostro.

"Over waves and deep in the blue
I will give up my heart for you"

La mirada de Francis era vacía, pero a la vez profunda, como el mar. Como si pudiera perderse en ella.

"Ten long years i'll wait to go by
My love will never die"

La ropa estaba hecha pedazos, su brillante tricuerno de cuero tirado a un lado de la habitación. Su rostro pálido y enfermo, pero aún así, para Aaron, se veía hermoso.

No fue hasta que sintió las uñas de Francis enterrarse sobre su carne, que pudo ver lo muerto que estaba.

Pero lo último que vio fue los bellos ojos de su capitán.

- x -

Inhaló tanto que dolió, su pecho subiendo y bajando con rapidez insana para él.

Dirigió un tembloroso brazo sobre su frente para poder limpiarse el aún húmedo sudor, acomodando sus rojos mechones.

Su respiración temblorosa hacia ruido en su mente, tratando de calmarse a sí mismo.

"Es sólo un recuerdo, ya pasó." Se repetía una y otra vez, levantándose con cansancio y pesadez del destrozado suelo, refregando sus ojos con su pulgar para poder traer algo más de tranquilidad a sí mismo.

La melodía aún se repetía en sus pensamientos. Pero hace tiempo que dejó de importarle.

Salió de sus recuerdos al sentir el ya conocido ruido de madera rompiéndose, pero no llego a procesarla antes de encontrarse de un segundo para otro a un costado del camarote.

—Mierda, mierda, mierda ...

Abrió la puerta, tropezándose dolorosamente con el marco de esta. Abrió sus brazos para poder mantener el equilibrio, afirmándose del barandal de la elegante escalera con rapidez. Se impulsó a si mismo en su propio eje para poder subir.

Ya arriba, tomó el timón como pudo, sintiendo la fuerza de las olas en este. Con todo su esfuerzo trató de poder contrarrestarlas. Escupió el agua de mar que se colaba por su boca.

En un momento de calma, ocultó su vista con su antebrazo, evitando así que la marea de la ola llegara hacia sus ojos.

Retrocedió un poco por la fuerza del viento, quitando su protección improvisada contra la sal del mar.

—Oh, mierda ...

A lo lejos vio un barco, casi destruido, incluso se atrevería a decir podrido, acercándose con una rapidez impresionante hacia él.

Dio apresuradas zancadas hacia el timón nuevamente, girándolo hacia su derecha con toda su fuerza, pero al momento de ver como este se destrozaba, su corazón paró.

Como si fuera en cámara lenta, levantó la mirada hacia el barco que ahora estaba a segundos de impactar.

Una vez que lo hizo, Aaron pudo observar cómo el mástil y las velas se destruían, cómo la punta del barco se rompía al impactar con aquella punta del navío contrario.

Gritó lo más que pudo para que terminaran el ataque, para que se dieran cuenta que sólo era uno, que no era realmente una amenaza. Pero no se detuvo.

El mástil, ya destruido y apenas afirmándose de las cuerdas, cayó sobre su cuerpo.

No pudo más que atinar a tirarse a un lado, cayendo a lo que quedaba del suelo. No lo pudo disfrutar mucho, ya que el tirón de las cuerdas amarradas a su cuello le llenaron con dolor y gritos. Entre maldiciones y sollozos, trató de liberarse de sus opresoras.

"Come my love be one with the sea
Rule with me for eternity"

En un segundo ya estaba en el agua.

Rodeó la soga con sus manos, pero sin poder aligerar la presión que esta ejercía sobre su tráquea. Casi era como si el barco le estuviera ahogando con él.

"Drown all dreams so mercilessly
And leave their souls to me"

Abrió sus verdes pupilas, sin importarle el escozor que llenó sus sentidos. No podría importarle, no si, con ayuda de la iluminación de la luna, pudo observar a alguien entrar a la marea.

"Play the song you sang long ago
And wherever the storm may blow"

Trató de hablarle, de que le escuchara, pero su sentimiento de salvación y de extraña alegría se detuvo como su corazón al escuchar nuevamente esa voz.

"You will find the key to my heart
We'll never be apart"

La melodía resonó con mas fuerza en él, sus tímpanos rebotaban y su mente se puso en blanco. Sus manos dejaron de hacer fuerza contra la soga, liberando lo poco de aire que tenia en sus pulmones.

"Wild and strong you can't be contained
Never bound nor ever chained"

Como si no estuviera en el agua; reconoció la calidez de aquellas manos una vez más. Sus hermosos ojos brillaban con más fuerza en el agua, aquellos ojos melancólicos ...

Cerró sus parpados nuevamente y accedió a la presión de sus labios contra los suyos, sus manos ya no respondían.

"Wounds you caused will never mend
And you will never end"

La paz inundó todo su ser, casi podía sentirse flotar entre nubes.

Y cuando sintió las uñas desgarras su pecho y corazón, no pudo sentir más que felicidad, hipnotizado por aquella canción.

Pero al sentir el tirón de sus entrañas, toda ilusión desapareció. La soga alrededor de su cuello se tensó con fuerza descomunal y su sangre pintó el mar. Sus pulmones dejaron de funcionar.

"Cruel and cold like winds on the seas
Will you ever return to me"

Lo único que pudo ver fueron las lágrimas de aquel tritón de ojos amarillos.

—Tú eras el último, Aaron.

"Hear my voice sing with the tide
Our love will never die"

<¥>
Hello! Que puedo decir, esto lo escribí de corrido en una noche al escuchar la canción de Davy Jones.
No sé si servirá como un especial halloween o que de miedo realmente pero se vale soñar chicos JAJAJ
Ojalá lo hubiesen disfrutado como yo al hacerlo.

¡Gracias por leer!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro