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▩⃕͜ꦿ૰→ 𝑻𝒐𝒅𝒐𝒓𝒐𝒌𝒊 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒐

| | : : 🌃 Entre  Sombras
ᴀᴅᴠᴇʀᴛᴇɴᴄɪᴀ: ᴛᴏᴅᴏʀᴏᴋɪ sʜᴏᴛᴏ x ᴏᴄ
ᴘᴇᴅɪᴅᴏ ʜᴇᴄʜᴏ ᴘᴏʀ: TwiwitUwU

—— 🌃 ——

Su corazón latía a mil. Su respiración estaba entrecortada, sus ojos bañados en lágrimas y ni se diga del sudor frío corriendo por todo su cuerpo.

Había sido ese sueño otra vez.

Estaba harta de aparentar que era otra persona, que era alegre, que estaba estable, cosa que no era cierta. Se representaba ante todos como una persona divertida, alegre y calmada, pero dentro de su solitario hogar era todo lo contrario.

Sus sueños, sus problemas emocionales, sus pesadillas. Aquél terrible sueño en donde ella se había descontrolado y había desaparecido a la única persona que la había apoyado; su madre.

El cuerpo esbelto de su madre siendo tragada por su propia sombra. Sus gritos, su dolor, y ella lo había causado.

Revisó la hora en el reloj de su teléfono y se recostó de nuevo en su cama llorando de nuevo. Extrañaba a su madre, pero ya no podía recuperarla, su sombra se la había llevado y ella no podía regresar.

Una sensación de nervio en su estómago le hizo directamente ir al baño. Tenía náuseas, deliraba, jalaba sus mechones negros tratando de relajarse, pero era imposible. Quería gritar y contarle a alguien sobre sus problemas, a sus amigos, porque familia ya no tenía. Su padre la rechazó por miedo, su abuela y abuelo también, la dejaron sola y le cerraron las puertas.

Relajó su respiración al mojar su rostro con el agua helada del grifo. Se sentó en el suelo y apresó sus piernas entre sus brazos, tratando de dormir las dos horas restantes que le quedaban.

Con resentimiento se levantó del suelo una vez que la alarma había empezado a sonar. Aquél irritante pitido que se repetía una y otra vez. Se miró al espejo y chasqueó la lengua. Las bolsas ennegrecidas debajo de sus ojos le daban asco, y decidió cubrirlas con maquillaje.

Asió su cabello negro con sus dedos y rizó su flequillo tenido de azul para luego sonreír con falsedad al espejo. Después de todo siempre lo hacía.

Sus uniformes y su traje de héroe ya estaban listos y guardados en su bolso. Tomó su regulador y lo puso en su muñeca y salió en dirección a la UA, a aquella prestigiosa escuela de héroes que le había abierto las puertas para ayudarla a controlar su poder.

Caminaba por las calles de la ciudad, observando cada una de las sombras que literalmente la incitaban a poseerlas. Sacudió la cabeza de manera discreta y comenzó a caminar a paso rápido para llegar a su escuela.

Detuvo su caminata y secó cualquier rastro de sudor o lágrimas que aún seguían impregnadas en su rostro, y esperó a que nadie lo notara, para luego sonreír. Lamentablemente, ella no se dio cuenta de que cierto bicolor si la había visto.

—¡Ya llegó por quién lloraban!—Canturreó la joven extendiendo una de sus manos. El bullicio de sus amigos no tardó en acaparar la atención mientras se reunían alrededor de ella

Shoto se dirigió de manera monótona a su escritorio, saludando a Midoriya en el camino. Se sentó en el plano asiento y observó con ambos ojos a su compañera de sonrisa radiante. Una sonrisa se formó de manera inconsciente cuando divisó que Matsuko colocaba un mechón por detrás de oreja, se veía tan concentrada en la actividad que incluso él aún no había terminando la suya. Para él, ella era hermosa, era totalmente bella, pero no tenía el valor suficiente como para decirle.

—Shoto—Susurró la joven pelinegra, perp el joven no reaccionó. Infló sus mejillas y le lanzó una diminuta bola de papel—. ¡Shoto!

—¿Qué pasa?

Afortunadamente, eran amigos.

—¿Podrías ser mi compañero para la actividad? Aún no consigo a mi pareja

—»Yo quiero ser tu pareja«—Pensó. Shoto seguía observándola sin ninguna emoción, la pelinegra resopló y palpó su mejilla—. Perdón, ¿qué decías?

—¿Quieres ser mi compañero para la actividad?

—¿Qué actividad?

Matsuko golpeó su rostro con la palma de su mano.

—¿No pones atención? Bueno, no importa, ¿accedes?—Shoto asintió cerrando sus ojos

La clase había pasado de manera lenta, pero no aburrida. Después de todo las clases de Mic eran un poco alocadas, y a la vez entretenidas, y las actividades no eran tan difíciles.

El muchacho seguía embobado ante la exótica belleza de su amiga. Admitía que tenía sentimientos por ella, después de todo Matsuko lo había aceptado con todo y sus inseguridades, su pasado y su pequeña—pero no tan presente—, depresión. Pero había algo que él notaba, pero que aún no se había atrevido a preguntar, y era ese extraño brazalete que ella siempre llevaba.

—Cuéntame sobre tu vida, Matsuko—Pidió recargando su mejilla en su mano. La pelinegra tragó en seco y sonrió nerviosa—. Quiero saber algo sobre ti

—Pero si ya sabes muchas cosas sobre mi.... ¿No recuerdas?—Shoto frunció el ceño

—Nunca me has contado nada de ti, a excepción de tu cumpleaños. Somos amigos, Matsuko, quiero saber algo sobre ti—El muchacho tomó su mano y acarició el dorso de ésta—. Te he contado prácticamente toda mi vida

La pelinegra tragó en seco y sus ojos se movían frenéticamente, su respiración comenzó a acelerarse y exhaló totalmente cansada.

—¿Pasa algo?—Interrogó su amigo mirándola a los ojos. Matsuko negó y le dedicó una sonrisa—. ¿Estás segura?

—.... Si... Estoy bien, m-mejor terminemos todo ésto, tal vez más adelante pueda contarte algo.... T-todavía estoy un poco dudosa sobre decirte o no, tengo miedo de que me veas mal

Shoto acarició el cabello de su amiga y le sonrió de manera dulce. La joven tenía un amor-odio por esas sonrisas, tan dulces, pero hipnotizantes, le sonrojaban hasta las orejas y hacían que se volviera torpe.

La clase de Present Mic finalmente había terminado, y era hora de la clase favorita de cada uno de los alumnos. Se colocó el uniforme de deportes y de dirigió al gimansio junto a todas las demás chicas, aún lado de sus amigas.

—Sabes, Matsuko—Llamó Jirou—. Todoroki y tu me tienen con el Jesús en la boca, ¡ya salgan, maldita sea!—La joven rodó los ojos—. Son la pareja perfecta, ya está. Ambos son fuertes, se llevan muy bien, hacen todo juntos, ¡yo quiero ver amor!

—Tal vez es amor de amigos, Jirou. Sólo es eso, nos llevamos bien—Su amiga frunció el ceño—. No hay nada más que eso entre nosotros

—Exacto, por esa razón, tiene que haberlo, se nota que le gustas, y a ti también te gusta, no te hagas la tonta

—No es un enamoramiento, querida. Bueno, si me pongo nerviosa y todo pero...

—¡Te lo dije! Dile lo que sientes, Todoroki lo va a aceptar, ¡se nota bastante!—Matsuko rodó los ojos una vez más y negó sonriente

—No quiero enfocarme en eso todavía, hay muchos secretos que ni tu ni él saben, y no me presiones con contarlos, porque no lo haré

Jirou suspiró desilusionada y comenzó su entrenamiento al lado de la joven. Matsuko activó su quirk y éste fue directamente por la sombra de la pelinegra, quién logró esquivar el ataque a duras penas.

El pequeño mechón tintado de la joven se encendió junto con el regulador y miró con determinación a su amiga, que terminó totalmente atrapada en sus dominios en un par de segundos.

—¡Matsuko-chan es asombrosa!—Exclamó Denki alzando los brazos—. ¡Mi turno!

—N-no, Denki, ¡espera!

A la joven no le dio tiempo de reaccionar debido a que ya se encontraba envuelta entre los relámpagos y descargas eléctricas de Kaminari. Quiso liberarse, pero no logró darse cuenta de que su regulador había sufrido daño por las potentes descargas eléctricas que el rubio le había mandado.

—¡Denki, no seas diota!—Intervino Jirou golpeándole la cabeza. Matsuko cayó de rodillas y tosió un poco por la reciente descarga, y preocupó a Shoto

Todoroki corrió hacia ella y le ayudó a levantarse, pero debido a la estática por parte del rubio terminó con su cabello totalmente esponjado, como un afro.

—Tienes... El cabello... Un poco alborotado—Dijo entre susurros. La clase entera había empezado a molestar a Denki golpeándole la cabeza—. Tranquilo estoy bien, puedo seguir

—¿Estás segura? No te ves muy bien

—Voy a estar bien, ¡Denki, sigamos!

El rubio eléctrico le dedicó una sonrisa gatuna a todos los que se habían burlado de él y se colocó en posición una vez más. Matsuko golpeó el suelo con la planta de su pie y un sinfin de sombras como látigos negros envolvieron el cuerpo del rubio, más de lo normal.

Matsuko se asustó debido a que recordaba que eso se provocaba cada vez que el regulador fallaba, pero no pudo hacer nada. Sus piernas seguían estáticas y no podía moverse de ahí, en cambio, las sombras seguían envolviendo el cuerpo de Denki y comenzaban a asfixiarlo.

—M-Matsuko.... Chan... Detente—La joven comenzó a asustarse y trató de moverse una vez más, pero sus manos liberaron unas manos negras que se acercaban al muchacho

La pupila de sus amarillos ojos se hizo más pequeña cuando vio lo que había liberado. No quería que volviera a pasar, no, no quería eso. No quería que su quirk se tragara a otra persona, no quería matar a nadie.

—¡Matsuko, detente!—Gritó Jirou. Pero Matsuko negó con la cabeza, dándole a entender qur no podía—. ¡Iida, llama a Aizawa-sensei!

Todoroki junto a Tokoyami trataron de detener a la joven, pero ésta con lágrimas en los ojos los detuvo.

—¡N-no se acerquen! Denki, perdóname, por favor, discúlpame, por favor.... ¡Shoto, no te acerques!

Matsuko sintió como el cuerpo de Denki comenzó a ser arrastrado hacia abajo, no, otra vez no. ¡Iba a matarlo! Las lágrimas seguían saliendo de sus ojos y el regulador se sobrecalentó, quemándole la piel.

Poco a poco la silueta de Denki dejó de notarse, y sólo quedaba un pequeño rayito amarillo en el tope de su cabeza, y finalmente, se extinguió.

—¡Matsuko, detente!—El quirk de la joven se detuvo y las sombras se esfumaron por completo. El cuerpo de Denki estaba tendido en el suelo y fue a ser atendido por los otros miembros de la clase—. Oye, mírame

—Aizawa-sensei... —Tragó saliva y volvió a romper en llanto. El mayor se limitó a abrazarla y acariciar su cabello, hasta que se detuvo totalmente

La joven se había desmayado, respirando tranquilamente.

—Iida, lleva a Kaminari a la enfermería, él va a estar bien, yo llevaré a Matsuko con Recovery Girl—Jirou quiso acercarse pero Aizawa la detuvo—. Por ahora yo me haré cargo de ella, Todoroki, quedate aquí, podrás  visitarla más tarde. ¡Todos ustedes!—Dijo refiriéndose al grupo de Katsuki e Izuku—. ¡Regresen al salón!

—Todoroki-kun—Llamó el peliverde—. Vamos, Matsuko-san va a estar bien

Todoroki dirigió su mirada hacia él y asintió mirando hacia atrás. Estaba preocupado, y quería saber si el escenario de hace poco tenía que ver con el pasado de su amiga, quería ayudarla, pero no estaba seguro de si ella querría.

—Perdón por ser una carga, otra vez—Se disculpó Matsuko apretando sus puños—. No quería que volviera a pasar... Y por culpa de eso Denki...

—Ya te dije que no fue tu culpa, Matsuko—Intervino Aizawa cruzado de brazos—. A fin de cuentas fue culpa de él, no tuya

—¡Pero por poco muere! Se repetiría la historia otra vez, terminé arrastrando a alguien a las sombras, desapareció, luego me abandonaron, ¿crees que no duele?—Aizawa suspiró con pesadez y se sentó a un lado de ella—. Extraño mucho a mamá... Pero me alegra que me haya dejado contigo

—Tu madre siempre fue un dolor de cabeza para mí. Todos los días me molestaba, imagínate cuando descubrí que me había nombrado el padrino de su hija, que fastidio—La joven sonrió y agachó la cabeza—. No llores, por favor, no fue culpa tuya...

—Pero yo maté a mamá, yo la desaparecí—El mayor volvió a negar—. Mi quirk es un desastre, es una maldición

—Controlar la sombra no es una maldición, Matsuko. Al contrario deberías sentirte muy orgullosa del poder que portas

Matsuko volvió a negar con lágrimas en los ojos, lágrimas que fueron removidas por los tersos pulgares del héroe.

—Quiero que encuentres a alguien que te haga cambiar de parecer, que te abra los ojos y que te haga ver que no es tu culpa. Y creo saber quién lo hace, pero quiero que tu lo descubras por ti misma, eres una chica muy buena, eres muy alegre, y quiero que dejes de ocultarlo

Matsuko asintió limpiando las saladas lágrimas que habían recorrido su rostro y soltó su agarre para que su padrino saliera. Recargó su espalda en el respaldo de la camilla y acarició el dorso poco chamuscado de su muñeca. Aquella pequeña cicatriz se veía rojiza, y se sentía un poco de comezón en la zona.

La puerta se abrió de manera brusca, y un Shoto con la respiración entrecortada y las mejillas totalmente rojizas, entró. La mirada azulada y grisacea del muchacho se cruzó con la suya y corrió directamente para abrazarla. Restregó su nariz en su cuello, inhalando todo aquél delicioso aroma que ella emanaba.

—Me tenías preocupado—Dijo en un hilo de voz. Matsuko estrechó su cuerpo entre sus brazos y recargó su mejilla en el ancho hombro de su amigo—. ¿Por qué no me lo dijiste?

—¿Q-qué cosa? No se de qué hablas—El heterocromático frunció el ceño y acarició su mejilla con la punta de sus dedos. Una corriente eléctrica recorrió su cuerpo y sus mejillas se tornaron rojas

Todoroki era lindo, y eso se debe admitir.

Sus rasgos finos, pero a la ves tan masculinos le daban un brillo a su rostro, aquellos brillantes y titilantes ojos de diferente color le habían gustado desde el primer principio en que lo vio. Para Shoto, ella era lo mismo, era hermosa para él. Su cabello negro, con aquél mechón azulado le encantaba. Sus ojos, amarillos, profundos, misteriosos le daban un toque místico.

—Cuéntame porqué reaccionaste así en el gimnasio, y por favor, no me niegues, no me ocultes nada, ¡quiero ayudarte! Tal como lo hiciste conmigo..

—Tal vez más adelante, no quiero que me vas de mala manera—Shoto chasqueó la lengua y tomó sus mejillas entre sus manos y la miró con total seriedad—. ¿Q-qué estás haciendo?

—Me preocupo por ti, Matsuko. Me preocupa que no quieras contarme nada, que te escondas, siempre que intento conocerte sin embargo tú... Siempre evades la pregunta—Acunó la suave mejilla entre su mano y acarició la otra con el pulgar—. Si hay inseguridades de que no eres hermosa, estás equivocada. Lo eres, eres hermosa, eres bella, no tienes que sentirte así

—Shoto... No es eso

—¿Entonces qué es? Mira mi cicatriz, es horrible, ¿verdad?—Ella negó—. Yo tengo un pasado, y no es lindo y al día de hoy mi vida ha sido turbia, pero gracias a ti he encontrado una razón plena para ser un héroe, déjame salvarte. Cuéntame sobre tu vida

Matsuko sorbió su nariz y Todoroki secó sus lágrimas con su mano. La joven tragó saliva y trató de regular su respiración, y Shoto al darse cuenta de eso, entrelazó sus manos.

—Yo... He crecido sola, pero no me importa, tengo a alguien todavía, y que me ha cuidado la mayor parte de mi vida—Sonrió con calidez y prosiguió—. Yo perdí a mi madre, y quedé a manos de mi padrino

—Yo también “perdí” a mi madre, fue difícil, ella fue la que me hizo la cicatriz—Ella negó—. Pero no tuviste la culpa

—Yo maté a mi madre, Shoto—Shoto se quedó totalmente callado, no supo reaccionar—. Yo la desaparecí. Manifesté mi quirk y terminé descontrolándome, y ella desapareció

—¡Mamá, mamá!—Gritó la pequeña Matsuko corriendo desde su habitación hasta la cocina—. ¡Mira!

La madre de la pequeña se encontraba preparando la cena para aquél día, tan soleado y azul, con una ligera y cómoda brisa. El padre de Matsuko aún no llegaba, eran apenas las tres de la tarde, y el llegaba a las seis.

—¿Qué pasa, Matsuko?—Preguntó Miryam, la madre de la niña. Se agachó y se colocó frente a su niña de ocho años—. ¿Te lastimaste?

—No, no, no, ¡mi quirk, ya llegó!—La pelinegra se sorprendió junto a su hija y observó como su sombra era controlada por su hija

Soltó una pequeña risilla cuando la pequeña apretó sus ojos tornando su rostro totalmente rojo por el esfuerzo, y comenzó a mover partes de su cuerpo, que su madre también movía al ser controlada. Estaban bailando, alegres, y la niña al intentar separarse no podía.

—No pasa nada, Matsuko, relájate un poquito—Miryam, al ser usuaria de un quirk que también estaba entrelazado con las sombras, sonrió. Pero su sonrisa desapareció en un instante

—¡M-mamá!

Los brazos de Matsuko se habían alzado contra ella, y látigos negros salieron de sus manos, envolviendo su cuerpo por completo. La niña lloró, su madre trataba de luchar pero aún seguía poseída por aquellas negras y oscuras sombras.

El reloj se había detenido, el sonido del agua hirviendo también se había detenido, y la madre de la niña ya no escuchaba nada, estaba haciendo todo lo posible por respirar. Le dedicó una última mirada a su hija y ella notó una sonrisa que no podía ser visible, y trató de relajarse, pero aún así, ninguna sombra cedió.

Gritó. Con tanta fuerza al ver que su madre ya no estaba ahí, su sombra tampoco estaba, ella se la había llevado, la había desaparecido, y ella con vida no estaba. Sollozó cayendo de rodillas al suelo, se recostó en el piso y apretó ambas manos con odio, quería arrancarlas, quería destrozarlas, desaparecerlas.

Su padre aún no llegaba, y temía por su reacción. Estaba hecha bolita en uno de los rincones de su armario, totalmente cubierta por los vestidos, pantalones y sacos, esperando a que su padre llegara. Había tomado el teléfono de su madre para hablar con alguien, no podía hablarle a su papá, le tenía miedo, pudor. No tenía abuelos, ni tíos a los cuáles recurrir, pero había una persona y ese era su padrino.

—¿Qué quieres, Miryam?—La niña sollozó y alertó al hombre—. Oye, ¿qué está pasando?

—Tío Aizawa... Ya tengo mi quirk—Del otro lado de la llamada, Aizawa masajeaba sus sienes—. D-desparecí a mamá... Ella... Ella ya no está aquí

Los ojos del mayor se abrieron de par en par y accidentalmente dejó caer los papeles que llevaba en sus manos. Interrogó a la pequeña, pero era imposible con los sollozos y el llanto, era imposible, era algo muy poco creíble.

—Está bien, relájate, ¿en dónde está tu padre?—Sin que ella se diera cuenta, Aizawa ya estaba llorando, y limpiaba el mínimo rastro de lágrimas que había—. ¿Matsuko?

—S-si le digo a él va a pegarme... Siempre lo hace...

—Está bien.... Quédate ahí en donde estás... Y yo... Yo iré por ti, ¿ok?—Ella asintió—. Nada de ésto es tu culpa, no pasará nada

La niña tragó saliva en seco y cortó la llamada en cuánto escuchó la puerta principal abrirse. Su corazón comenzó a latir de forma acelerada cuando su padre comenzó a llamarla tanto a ella como a su madre. Ella no lo quería, sólo quería a su madre, aquél hombre siempre la lastimaba a ella, y su madre siempre trataba de evitar cualquier tipo de regaño hacia su hija.

—¿Matsuko, Miryam?—La pelinegra tapó su boca y trató de respirar lo menos posible—. Ésto no es divertido, salgan, ¡ahora!

Las pisadas apresuradas subieron desde la cocina hasta el segundo piso. El estruendo de las puertas siendo abiertas con fiereza la estaban asustando, tapaba sus oídos y jaló uno de los vestidos para que la tapara. Su padre llegó a su habitación y arrasó con juguetes, ropa de sus cajones, hasta llegar al armario.

La puerta se abrió de par en par y finalmente la encontró tapada por el vestido. Relajó su tensión al ver que tan siquiera una de las personas que había llamado estaba ahí, con vida.

—Matsuko, ¿dónde está mamá?—La niña se hizo para atrás y no dejó que la mano de su padre alcanzara a tocarla—. Oye, ¿qué pasa?

—N-no te acerques...—El hombre frunció el ceño y enarcó una de sus cejas. Matsuko tragó saliva y sollozó de nuevo—. Mamá... Mamá no está

—¿Y en dónde está? Vamos, sal. No voy a hacerte daño

Claramente, esa sonrisa era una mentira. Matsuko tomó su mano y el hombre logró sacarla de su escondite.

—¿En dónde está tu madre?—Ella no contestó y bajó la cabeza—. Vamos, contesta, Matsuko

La presión podía sentirse en la habitación, Matsuko no podía articular ninguna palabra, tenía miedo de la reacción que su progenitor tendría, ¿la golpearía? O, ¿la sacaría de su casa?

—Yo... Manifesté mi quirk—Haruto enarcó una ceja—. Y-y puedo controlar.... Las sombras

—Ah, genial—Contestó sin ningún ánimo—. Pero yo no quería saber eso, yo quiero saber en dónde está tu madre, niña. ¡Contesta, rápido! Matsuko... Sabes perfectamente que no me gusta decirte éstas cosas, pero me tienes harto, ¿en dónde está tu madre?

Matsuko sollozó y de nuevo y contó lo que hizo. La reacción de Haruto al saberlo fue devastadora, y lloró, lloró con tanta rabia que el único sonido que se escuchó fue el golpe secó que fue impactado en la mejilla de la pequeña niña.

Fue una bofetada bastante fuerte y dolorosa, su piel blanca ahora estaba roja, y las lágrimas y gritos no tardaron en salir.

—¡L.. Lo siento!—Rogó Matsuko con ambos brazos frente a su rostro—. ¡No me lastimes, lo siento! N-no era mi intención... Y-yo no quise hacerlo—Se escuchaba el sonido de como ella tragaba saliva, como sorbía su nariz, se escuchaba todo su dolor—. ¡N-no!

—Eres.... Eres un maldito monstruo... ¡Vete de aquí, no quiero verte!—La niña juntó sus ojos amarillos con los suyos pero su mirada cargaba odio—. ¡LÁRGATE!

Aizawa había llegado tarde a la discusión, y en cuánto llegó todo lo que le pertenecía a su ahijada estaba destruido y en bolsas de basura fuera de la casa. Haruto estaba recostado en su cama con ambas piernas abrazadas a su pecho, y sabía que aquél hombre había dejado a su hija totalmente sola.

Buscó por horas, por todas las calles cerca del lugar. Pidió refuerzos con tal de encontrar a aquella pequeña pelinegra de ojos amarillos, quería encontrarla y debía hacerlo, ya que tenía la corazonada de que su amiga, Miryam, hubiese querido eso.

Los refuerzos hacían todo lo que podían, los héroes buscaron en cada rincón de cada callejón de la ciudad. Era una niña, ¿qué tan lejos podría haber ido? Bueno, ella quiso ir a un lugar, dónde lamentablemente la luz no reinaba.

Acostada debajo de una banca tenuemente iluminada por un farol, con sus ojitos cerrados con fuerza y apretando sus puños, la encontró.

—Vamos, sal de ahí—Sus ojitos amarillos le causaron un horrible vuelco en el estómago. Había lágrimas, y su mejilla izquierda manchada con tierra—. No vas a hacerme daño, tranquila

—Todo ésto es mi culpa... —Susurró entre sollozos—. Si yo no hubiera nacido... Mamá n-

—¿Quién te dijo eso?

¿Cómo era posible que alguien le dijera eso a una niña de tan solo ocho años? Era inaudito el nivel de autoestima que la pequeña tenía. Llamándose monstruo a si misma, diciéndose cosas que dejaban a un adulto totalmente boquiabierto. Aizawa no dudó en abrazarla y compartir su dolor, sabía que tipo de carga llevaría de ahora en adelante, sabía que tendría que apoyarla más que nada en el mundo, tendría que cuidarla como su propia hija, como la hija que nunca pudo tener junto a la mujer que él amaba.

Tu padre es un maldito hijo de perra—Mencionó Shoto mientras la seguía abrazando—. No voy a juzgarte, no tengo el derecho

—Tienes todo el derecho, Shoto. ¿Ahora ves por qué no quería contarte sobre mi vida? Es un asco total, decirle ese tipo de cosas a una niña, abandonarla, toda esa culpa quedó incrustada en mí, todas esas burlas en la escuela por parte de mis compañeros, el miedo por parte de los maestros, eso yo no podía creerlo

—Ojalá te hubiera conocido antes, me gustaría haber tenido una historia muy diferente contigo—Ella sonrió dulcemente y recargó su cabeza en el hombro de su amigo—. Matsuko

—¿Hm?

—¿Puedo preguntarte algo?—Ella asistió alzando las cejas—. Bueno, tengo miedo de lo que va a pasar, pero... Quiero que todo siga como está

—Continúa, creo que ya se por dónde va a ésto, puedes seguir

Sólo había dos palabras que reflejaban su emoción en éste momento; Fangirleo Interno—como tu en éste momento uwu—. Shoto estaba con las mejillas totalmente rojas, miraba a cualquier dirección menos hacia ella.

—Tu sabes que eres una persona muy preciada para mí, ¿verdad?—Ella asintió—. Y que encima, te aprecio bastante, pero... Me he dado cuenta de algo y por eso quie...

—Te gusto, ¿verdad?

—No, no, no... Oh, espera. Si, es eso—Matsuko sonrió y besó su mejilla—. ¿C-cómo sabías..?

—Pues, Jirou quiere vernos juntos. Se dio cuenta de que ambos teníamos algo en común, que yo te gustaba, que tú me gustabas, y creo que tiene razón—Shoto carraspeó su garganta y tomó con delicadeza ambas manos. La mirada del muchacho seguía sin mirarla a ella, estaba nervioso—. ¿Por qué estás tan nervioso?

—Es que... Nunca he estado así con nadie, nunca había recibido apoyo aparte del de mis hermanos, y eres muy importante para mí—La mano pálida de Matsuko giró su cabeza directo hacia ella—. Y me da pena voltear a verte... Porque eres muy linda, eres hermosa

Matsuko no pudo evitar sonrojars ante el halago de Todoroki, el muchacho le dedicó una de esas tantas sonrisas que derriten a cualquiera y acercó su frente para chocarla con la suya. El contacto entre sus miradas seguía presente y la joven curvó sus labios en una hermosa sonrisa.

Los párpados de Todoroki comenzaron a cerrarse al igual que los de Matsuko. La cercanía entre ambos comenzó q hacerse más pequeña, al punto de que sus alientos estaban chocando.

Sus labios cada vez estaban más cerca... Sus rostros levemente ladeados...

—¡MATSUKO-CHAN!—Lloró cierta persona abriendo la puerta

Pinche Denki.

Seguido Denki, Aizawa estaba con la boca ligeramente abierta y con los ojos totalmente abiertos. Jirou lanzaba puños al aire y el resto de la clase golpeaba la cabeza de Denki a base de coscorrones.

—Y bueno, ¿en qué estábamos?

—— 🌃 ——

Holis uwu.

Perdón por la tardanza ;-; surgieron tantaa cosas que hasta lloré y por eso me tardé escribiendo el Shot. Pero espero que te haya gustado uwu, recuerda que eres bienvenida a pedir los shots que gustes.

¿Alguien ya leyó el capítulo 271 del manga? Tengo tantas emociones, teorías que me wa morir. Y hablando de mangas, ya se acabó KNY TwT, ¿a ustedes que les pareció? Yo me quedé con tantitas ganas, pero estoy satisfecha uwu.

Muchas gracias por el apoyo qur me han brindado con las historias uwu. No pensé que llegaría lejos en tan poco tiempo, y eso que yo pensaba que escribía bien qlero xd.

En fin, les recuerdo que los pedidos están abiertos y son bienvenidos a pedir cuando gusten. Las quiero mucho y nos vemos en el siguiente shot ;3.

CofcofEsunLemmonDeHawksCofCof

Bais uwu

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