Capitulo 122
———————— Academia Visions.
Miles caminaba por los pasillos de su academia con una montaña de libros sobre sus manos. Estaba cansando y desesperado, su expresión facial lo demostraba.
La academia Visions en algunos casos podía llegar a ser muy exigente o como Miles gusta decirle "Elitista" y por primera vez lo habían arrollado en innumerables trabajos.
Tenía clase de física cuántica y le estaba costando hallar el aula, solo le bastó unos cuantos segundos hasta ver el letrero que indicaba qué clase había en ese salón.
Y entró.
El aula estaba a oscuras, se encontraban viendo un documental. Miles intentó pasar desapercibido pero las miradas de todos los alumnos fueron en contra de él.
Al igual que la mirada de la maestra que pausó el documental.
— Señor Morales caminando en la penumbra, tarde otra vez.
— Einstein dijo que el tiempo es relativo profesora, tal vez no llegue tarde — dijo Morales confiado — tal vez ustedes llegaron antes.
Hubo un silencio incómodo que invadió por completo el aula. El joven se sintió mal al ver nadie se había reído o sorprendido por lo que había dicho.
Hasta que alguien se rio y llamó la atención de todos.
— Lo siento, el silencio fue incómodo — dijo una chica.
Tenía puesta la capucha de su sudadera que le cubría gran parte de su rostro y por la poca luz que había no se podía ver del todo.
Miles suspiró aliviado.
— ¿Te vas a quedar ahí parado? O te vas a sentar — le dijo su maestra quien volvió a reproducir el documental.
Morales caminó y tomó asiento al lado de aquella joven quien lo miró de reojo. El joven de Brooklyn colocó su cara contra la mesa con el fin de reposar y esperar que todos olvidaran el chiste que había dicho.
¿Tan malo había sido?
— Me gustó tu chiste.
— ¿Qué? — exclamó Miles sorprendido.
— Digo, no fue gracioso pero fue bueno y eso me causó algo de gracia.
— ¿Enserio?
Miles se quedó algo confundido y no era por que su chiste había hecho reír a alguien. Era porque aquella voz con la cual la chica portaba, la había oído en alguna otra parte.
Pero no recordaba.
— Disculpa, ¿te conozco? — preguntó Miles.
Aquella chica guardó silencio al oír la pregunta de Miles.
— No lo creo — exclamó, la joven se alejó.
— Es que creo que—
La maestra de Miles de interpuso entre ambos y por instinto el joven se apartó y comenzó a prestar atención a su clase, miró de reojo a la chica que estaba a su lado y se dio cuenta que evitaba verlo.
Eso era muy raro.
———————— Nueva York.
Peter había salido temprano de la escuela y se encontraba patrullando por las calles de la ciudad, paso por varias avenidas y edificios que aun seguían en reconstrucción.
Había poca actividad criminal lo cual era bueno.
Se detuvo sobre una farola y sacó su teléfono para ver sus tareas o mensajes pendientes.
— Pasar a la tintorería, dejar las fotos en el Bugle, pasar a ver a May y hablar con Miles para las sesiones, pan comido.
Volvió a balancearse y hacer piruetas en el aire, le relajaba el hacer trucos aéreos y pasar entre los edificios.
Una llamada irrumpió a su comunicador.
— ¿Interrumpo? — habló Yuri, Peter le había contestado.
— Para nada compañera, solo interrumpes que descanse de mi bella voz para los criminales.
— ¿Hablas con un tono grave a la hora de ir por los criminales? ¿O por qué cantas?
— Ah... a veces, tal vez las dos cosas. ¿Qué sucede Yuri?
— Ven a la estación en Chinatown, te lo explicaré mejor. Han sucedido algunas cosas los últimos días.
— Estoy de camino, patrulla araña fuera — bromeó el arácnido.
— Y ahí estás con eso... — colgó.
Peter tomó impulso y se dirigió al barrio chino, lugar donde el departamento de policía de Yuri se encontraba.
En la azotea de policía lo esperaba la capitana Watanabe quien salía con la excusa de fumar y hablar con el arácnido.
Pasaron unos minutos hasta que el superhéroe se apareció.
— ¡Yuri! Mi capitana de policía favorita y la única — saludó el castaño.
— Si tú lo dices — dijo entre risas Watanabe — no debería ni estar hablando contigo, debería arrestarte.
— Pero no lo harías, soy tu mejor amigo y hasta diría que el único. Además sabes que soy inocente.
— Cierto, cierto... solo cruza los dedos porque no halla otra invasión de monstruos.
— ¿¡Otra vez!?
— No, y gracias a dios que no. Es sobre otro asunto — dijo Yuri de forma seria — desde hace unos días nos han llegado informes de múltiples terremotos sacudiendo la ciudad. Hace unos meses tuvimos los mismos reportes pero pensamos que eran bromas de adolescentes y niños.
— Si, un colega me había informado sobre eso. ¿Sabes que puede estarlo ocasionando?
— No tenemos idea, contactamos con varios sismólogos de la ciudad y no han detectado nada.
Peter se quedó callado, los terremotos no se originan y desaparecen por arte de magia ya que los mismos poseen un solo punto de origen.
— ¿Podrías investigarlo? No queremos otro desastre como lo fue el Herricarrier, aun no quitan los escombros que aún hay por la ciudad.
— Lo comunicaré con mi equipo y te informaré de cualquier cosa.
— Oh, y también tenemos información referente a la explosión del Penthouse que reportó Deku.
— ¿Black Cat?
Yuri le asintió.
— El apartamento fue destruido con múltiples cargas de C4. Según mis expertos, se activaron mediante un sensor de movimiento.
— ¿Lo conecta de alguna forma con Hammerhead?
— Si y no. Aún estamos investigando eso, pero lo importante. No hallamos indicios o restos de que alguien estuviera al momento de explosión.
El arácnido se mantuvo callado.
— Gracias capitana.
Lanzó su red y se fue balanceando, debía de decirle a sus compañeros lo que le acababan de informar. En ese momento se escucharon varias patrullas de policía, miró la dirección de donde provenía percatándose que había una persecución.
— ¡No conseguirás las cinco estrellas! — y fue a detener el crimen.
————————— Mientras tanto.
El trío de amigos conformados por Ned, Adrien y Marinette se encontraban caminando por las calles de la ciudad. Charlaban entre ellos.
— ¿Un terremoto? — preguntó la peli azul.
— Es verdad, se lo comenté a Peter y ahora se los comento a ustedes.
— ¿Seguro que no era una lavadora o un mini Godzilla paseando por el vecindario? Si fue Godzilla, se lo comentaré a Izuku y él le dirá que se vaya de la ciudad — bromeó Adrien.
— No me recuerdes a la peor película de Godzilla que se creo. Es más, ni siquiera debería llamarse Godzilla aquel dinosaurio gigante del 98. Solo era una lagartija mutante — dijo Ned.
Adrien se quedó callado mientras que la catarina comenzó a reírse al ver como Leeds había dejado sin palabras al rubio.
— Ok, tienes un punto Leeds. Y volviendo al tema del terremoto, es algo imposible.
Ned se detuvo y miró a los ojos directamente.
— ¿Imposible? ¡Hemos visto de todo en el último año! O bueno "cinco años" — exclamó — ¡Universos paralelos, un electricista, un vampiro, mariposas que corrompen a la gente, monstruos musculosos, supervillanos con superpoderes, un alienígena que desapareció a la mitad del universo, una invasión de mocos, un doctor pulpo y un gato blanco!
— Uh... eso si dolió — dijo Adrien, refiriéndose a lo último.
— Pero tenemos lógica Ned — habló Marinette — en Nueva York jamás a habido terremotos o actividad sísmica descontrolada.
— ¡Y es por eso que mañana en la noche exploraré las alcantarillas y recorreré la sección de la ciudad con más actividad! — exclamó — ¿Quieren venir conmigo? Por eso los traje hasta aquí, se lo iba a proponer a Peter pero tiene asesoría con Miles.
— ¿E Izuku?
— Esta deprimido, como sea. ¿Aceptan?
Los dos parisinos se miraron entre sí, sabían que no podían negarse. Les causaba curiosidad el saber que estaba ocasionado los "misteriosos terremotos" que su amigo les decía.
— Si por que no — dijo Marinette — pero tomaremos la alcantarilla más limpia. La última vez no fue una agradable experiencia.
— Nunca lo es — contestó Ned con una sonrisa — bueno, síganme. Conozco un restaurante que prepara unas deliciosas hamburguesas y repasaremos el plan que tengo.
Ned camino dejando atrás a los otros dos.
— ¿Crees que sea real lo que diga? — preguntó Adrien.
— Tal vez... recuerda lo que dijo Izuku hace semanas. Aunque en ese entonces estábamos más enfocados con ganar el juicio y encontrar a Kasady — respondió la catarina — a todo esto, ¿cómo van con lo del juicio?
— Se está marinando... el señor Murdock dijo que aún trabaja en eso. Tenemos problema al ser declarados enemigos públicos y el juzgado fue afectado por el Herricarrier.
— Admítelo chico, eso jamás se solucionará — le dijo Plagg.
— Debemos intentarlo Plagg, o mi nombre seguirá manchado por culpa del duende verde.
El rubio recordó al monstruo en el que se convirtió Harry Osborn, un monstruo que le arrebató a la persona que más amaba. Debía de limpiar su nombre y de llevar a Harry contra la justicia.
— La próxima vez que vea a Harry, lo derrotaré y atraparé.
— Recuerda gatito — habló Marinette llamando la atención del joven — esta vez no estarás solo para atraparlo.
— Eso lo tengo claro, MyLady.
Marinette rio al oír su apodo, los dos se miraron a los ojos y sonrieron. Su tierno momento que estaban compartiendo se vio interrumpido.
— ¡Eh! ¡Vengan rápido! — les gritó Ned — ¿O quieren otra cosa?
Ambos jóvenes rieron entre sí al oír a Ned y se acercaron hacia el mientras entraban al restaurante.
Por otro lado, Izuku y Bakugo se encontraban comiendo hamburguesas en la cima de un edificio admirando la vista.
— Oh, esas hamburguesas están deliciosas — exclamó Bakugo con la boca llena.
— No deberías...
Su amigo lo fulmino con la mirada evitando que el peli verde le hablara sobre su forma de comer.
— Mejor no digo nada.
— Exacto nerd. ¿Cómo llevas eso? Lo del asunto de la gata.
Izuku le dio una mordida a su comida intentando evadir la pregunta. Kacchan se dio cuenta de ello y se enojó.
— ¡No evadas la pregunta mierderiya!
— ¡Oye! ¡Tampoco te pases!
— ¡Entonces responde cabeza de brócoli!
El chico suspiró y observó nuevamente la vista de la ciudad, agachó la cabeza un poco, tomó aire y volvió a suspirar.
— Trató de mejorar.
— ¿E? ¿Mejorar que?
— Mi vida supongo, últimamente a sido una montaña rusa cargada de muchas emociones. Hemos pasado por mucho... los últimos cinco años.
— Te recuerdo que solo es uno, ya que nos volvimos polvo y luego... — decía el rubio.
— Tu entiendes. No eres tan idiota.
Ese comentario ofendió a Bakugo pero lo dejó pasar por ahora iba a intentar entender y tener una agradable conversación con su amigo.
Claro.
A su manera.
— Como digas — el rubio le dio un sorbo a su bebida — No te desanimes, el dolor emocional llega fuerte de diferentes maneras.
— Si... no creo que a Felicia le hubiera gustado verme triste todo el tiempo. Trataré de seguir adelante, ser mej—
Bakugo tomó su bebida de forma muy ruidosa lo que interrumpió al peli verde.
— ¡¿Es enserio?!
— ¡¿Qué?! ¡A veces te pones muy sentimental y eso incomoda!
— Eres un...
— ¿Un que, Deku?
Izuku apretó sus puños y luego los relajó.
— Nada, olvídalo — contestó el peli verde — terminemos de comer y sigamos buscando.
Los dos volvieron a permanecer callados y de forma sincronizada le dieron una mordida a su hamburguesa, continuaron contemplando el paisaje en silencio.
————————— Academia Visions.
— ¿Un cero? Oh vaya... entonces unos ceros más y me tendrán que echar de aquí. ¿No es así? — hablaba Morales.
Su maestra lo miraba, en el escritorio estaba el examen de Miles con un cero de calificación.
Estaba intentando que lo expulsaran.
Desde que se había enterado que debía de asistir y permanecer en la academia durante algunas semanas o fines de semana en los dormitorios sentía que se alejaba mucho de su madre y la dejaba sola por mucho tiempo.
Y no le agradaba la idea de tener a su mamá triste casi todo el tiempo ahora que su padre ya no estaba más con ella.
— Tal vez no doy el ancho.
— Si una persona con los ojos vendados escogiera las respuestas de un examen de cierto y falso al azar. ¿Sabes que calificación podría tener Miles?
— Ah... cincuenta por ciento — respondió la pregunta de inmediato, fue entonces que pensó en lo que dijo — "¡Oh carajo! ¡¿Lo dije bien?!"
— ¡Así es!
— ¡Pero espere!
— La única forma de que todas tus respuestas estén mal es que sepas cuáles son las correctas — dijo mientras le colocaba el cien por ciento, volvió a mirarlo fijamente — Tu quieres renunciar Miles y yo no te voy a dejar.
Miles llegó a su dormitorio de la academia donde conoció a su roomie el cual estaba totalmente enfocado en su ordenador trabajando. Tomó asiento y dejó caer su libreta sobre la mesa, aún lado dejó su teléfono.
"Ahora te voy a dejar un ensayo personal, no sobre física. Será sobre ti y de qué clase de persona quieres llegar a ser."
En el encabezado de la libreta estaba escrito el título de "Grandes expectaciónes" no sabía cómo empezar. Tenía sus dudas si en colocar algo referente a su futuro camino como un héroe al igual que su padre.
Su pluma chocaba contra el papel, esperando que algo surgiera de su cabeza.
Se recargó en su silla y soltó un suspiro.
— ¿En qué clase de persona quiero convertirme? — se preguntó mirando el techo.
Su atención fue puesta sobre su teléfono al oír entrar una notificación. Miles miró quién era la persona que le acababa de mandar un mensaje y se sorprendió.
Miro de reojo su libreta y luego la ventana abierta de su habitación. Una sonrisa se dibujó en su rostro casi de forma inmediata.
———————— Calles de Brooklyn.
Morales circulaba por las calles, iba de tren en tren y de autobús en autobús hasta finalmente caminar por las avenidas. Estaba algo emocionado y era por que después de mucho tiempo su tío había vuelto de su "largo viaje" de negocios.
Tenía tanto que preguntar sobre lo que había visto en su viaje.
Dio vuelta en una esquina que daba hacia un callejón que lo condujo directamente con la escalera de incendios del edificio donde vivía su tío Aarón.
Se escuchaba música que salía de uno de los apartamentos. Subió por la escalera hasta llegar a la ventana semi abierta donde pudo ver a su tío sentando en el sillón.
Miles tocó la ventana e intentó abrirla por completo pero sus manos quedaron pegadas en el cristal.
— Oh oh... — intentó quitarlas rápidamente pero no pudo. Su cuerpo se deslizó por el cristal y rechinó llamando la atención de su tío — "¡Disimula Miles!" — pensó.
— ¿Miles? — preguntó Aarón.
— ¡Tío Aarón! — gritó nervioso Morales — ¿Qué onda, te asusté?
Su tío rio al ver la cara de Miles deslizarse por el cristal. El joven logró tranquilizarse y sus manos se despegaron al instante.
Luego de un breve abrazo y de ponerse al día con ciertos asuntos, Aarón se dirigió a la cocina para preparar unas palomitas.
Miles camino y examinó el apartamento de su tío, había pasado mucho tiempo desde que fue a visitarlo. No había cambiado mucho lo único diferente era el saco de boxeo que había en medio de la sala.
El chico iba a golpearlo pero recordó su fuerza extra que había adquirido por lo que tuvo que contenerse como Peter le estaba enseñando.
— ¿Y como va la escuela? — le preguntó su tío.
— Va muy bien, tengo muchos amigos — contestó — ¿Y tu tío? ¿Cómo fue tu viaje de negocios?
— Ah sí, hubo algunas complicaciones pero al menos terminé el trabajo — dijo Aarón — ¿Y qué me cuentas? ¿Alguna novia... o en tu escuela no hay nada bueno? Las listas son las mejores.
Miles reservó sus palabras intentando evadir ese tema.
— ¿Lo hay?
— No, no hay ninguna bro.
— Oye, no es mi culpa que tenga un sobrino que no sepa conquistar.
— ¡Oye! ¡Si se como! Solo que no lo e puesto en práctica. Además, creo que hay una chica nueva y... le gustan mis chistes. Ya ves cómo es el asunto.
— Oh. ¿Y cómo se llama? — preguntó mientras sacaba las palomitas del microondas.
El joven de Brooklyn tenía entre sus manos su libreta de dibujo y se sentó sobre el sillón.
— Apenas estamos sentando las bases.
Aarón rio mientras se sentaba al lado de su sobrino.
— ¿Te sabes lo de la mano en el hombro?
— ¿La manos en el hombro? Oh... si.. creo que si.
— Mañana vas con aquella chica te le acercas y luego dices... — su tío colocó la mano sobre su hombro — "Hey"
Miles no se resistió y soltó una carcajada por la expresión en el rostro que hizo su tío y por la forma en que lo dijo.
— ¿Hablas enserio Tío Aarón?
— Es enserio bro, es una ciencia.
— Entonces me le acerco y le digo: "Hey" — exclamó Miles imitando a su tío.
— No, no, así: "Hey" — volvió a decirlo su tío.
— "Hey" — exclamó Miles con un diferente tono de voz lo cual lo hizo fallar.
— No — su tío volvió a hacer la misma expresión facial — "Hey" ¿Seguro que eres mi sobrino?
El momento familiar se interrumpió por la notificación del teléfono de Miles. El chico miró la bandeja de mensajes percatándose que quien le hablaba era Peter.
Peter - "Oye Miles, quedamos en el edificio Chrysler como la última vez. Aquí te espero para nuestra clase de hoy aprendiz arácnido (Diablos eso fue pésimo, ignora eso último por favor)"
— ¿Es ella?
— No, debería irme tío. Aún tengo que hacer tarea.
Aarón examinó la libreta abierta de Miles observando que en él había un dibujo hecho fue en ese momento que una idea llegó a la cabeza de Davis.
— ¿Ya lo pintaste?
— ¿Que?
— Eso, ¿ya lo pintaste en algún lado?
— No bro, conocías a mi papá, tu hermano. Además, mi mamá, sabes que no me deja.
— Ven sígueme. Se de un lugar que te va a sorprender — le dijo su tío quien se levantó del sillón.
———————— Túneles del metro.
Los dos individuos caminaban por los túneles de un metro abandonado en Brooklyn. Miles llevaba su linterna alumbrando el camino por el que su tío lo estaba llevando.
— Me van a castigar por esto.
Miles había ignorado los mensajes de Peter, estaba seguro que no se molestaría si faltaba a unas clases de asesoría por pasar tiempo con su tio.
— Solo di que tu maestro de arte te obligo — exclamó Aarón.
Miles estaba mirando a su alrededor, era un túnel muy extenso el cual estaba lleno de grafitis.
— ¿Cómo sabías de este lugar?
— Hace mucho tiempo hice un trabajo de ingeniería aquí abajo, cerraron el lugar y lo vandalizaron con arte muy bueno.
Una puerta se cruzo en su camino y de forma ágil el tío de Miles cruzo por la parte superior, Miles se sorprendió un poco pero ahora era su turno.
Recordó uno de los movimientos que Peter le había enseñado para saltar y cruzar zonas angostas e intentó hacerlo.
Fallando en el acto.
Le costó pero al final logró cruzar hacia el otro lado cayendo de boca contra el piso. Se levantó casi de inmediato y miró a su tío.
— ¿Tú qué?
— Si sabia que éramos parientes.
Caminaron unos metros hasta que Aarón activó el interruptor de luz que había en la pared iluminando toda la sala gigante que había ahí.
— Wow... ¡Brooklyn! — gritó Miles, el chico miró la pared sin pintar que tenía enfrente — Está es perfecta.
Miles dejó caer su mochila, su tío hizo lo mismo y del interior de la mochila de Aarón saco varias latas de pintura en aerosol los cuales se los lanzó a Miles quien los atrapó.
— Es toda tuya Miles.
Su sobrino no perdió el tiempo y comenzó a pintar el dibujo que había hecho horas antes. La pintura fue expulsada de las latas y Miles se perdió en el arte.
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Retrocedió, observando lo que acababa de hacer.
— Wow — exclamó sorprendido su tio.
— ¿Lo ves muy loco?
— No, bro — contestó su tio.
Se hizo un silencio largo entre los dos. Tenían puesta su vista sobre aquella obra.
— Miles... se lo que quieres decir con esto. Si... sabes, de jóvenes tu papá y yo pintábamos juntos.
Miles miró a su tío sorprendido.
— ¿Qué? ¡¿Enserio?!
— Si, éramos muy buenos juntos. Un buen equipo — decía Aarón — luego sucedieron algunas cosas y se hizo policía.
— Mamá no me a contando mucho sobre ti y mi papá en su juventud.
Aarón se quedó callado y continuó hablando evadiendo lo que su sobrino había dicho.
— Era una buena persona... tú y yo lo sabemos mejor que nadie — su tío hizo una pausa, su voz se quebró un poco — aún no puedo creer que Jeff...
— Si — lo interrumpió Miles — Era una buena persona.
Aarón miró a su sobrino y le extendió el puño, Miles la choco con el.
Momentos después una notificación llegó al celular de Aarón, examinó el mensaje y de mala gana suspiró.
— Bueno, vámonos Miles. Me tengo que mover — se levantó del lugar donde estaba y camino hacia la salida.
El joven de Brooklyn recogió sus cosas y las guardó en su mochila, era hora de irse. No sin antes darle un último vistazo a su obra y tomarle una fotografía.
— ¡Vámonos Miles! — le gritó su tío.
— ¡Ya voy!
Miles camino detrás de su tío pero se detuvo casi de inmediato.
— Espera, no apagamos las luces. Yo lo hago — le dijo.
El chico se acercó al interruptor y tomó la palanca con su mano.
— Miles, bájala con cui—
Aaron fue interrumpido.
Miles bajo la palanca con mucha fuerza lo que provocó un corto circuito. La electricidad emergió de aquel interruptor y recorrió el cuerpo de Miles Morales por completo.
Salió volando hacia atrás.
— ¡Ahhh! — se quejó del dolor Miles — ¡Oh demonios!
— ¡Miles! — le gritó su tío — ¿¡Estás bien!?
Morales examinó su mano percatándose que la cicatriz donde la araña lo había mordido estaba brillando de color naranja, un brillo que desapareció casi al instante.
Su cuerpo no le dolía, pero estaba confundido por lo que acababa de ver. Su tío no lo había visto debido a que Miles estaba de espaldas.
— Si... si... — se levantó.
— Vámonos de aquí, si algo te pasará tú madre no me lo perdonaría.
Los dos caminaron hacia la salida intentando olvidar lo que acababa de pasar.
Miles no se dio cuenta pero mientras caminaban, su mano soltó pequeñas chispas de electricidad naranja para luego desaparecer por breves momentos.
Algo había despertado en Miles Morales.
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Y así es como la bioelectricidad y el camuflaje entran al chat. Solo esperemos sepa usar esas habilidades cuando llegue el momento.
Espero les halla gustado este capítulo, si fue así lo agradezco con su comentario o voto.
Sin nada más que agregar, ¡nos vemos en la siguiente parte, chaooo!
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