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Capítulo 56


Mushi ordeno que cada DDL soltara cincuenta semillas. Y las mando en diferentes direcciones. Lo primero era determinar donde se encontraban las embarcaciones enemigas. En el tiempo restante ubico a los DDL formando un perímetro sobre la zona que tenía que proteger.

Enseguida venia la parte más aburrida: esperar. Mientras los DDL se movían con lentitud hacia los lugares que les ordeno y los aerodeslizadores exploraban las cercanías no se le ocurría nada para pasar el tiempo además de escuchar música mientras miraba el cubo holográfico que a medida que exploraba aumentaban las dimensiones en su interior.

En una ocasión se distrajo con un juguete que ingreso sin que nadie se diera cuenta y cuando su hermana se enteró lo regaño por un poco más de una hora. Y en otro momento, se quedó dormido, sus enemigos aparecieron y aniquilaron a sus flotas que no poseían verdadera autonomía.

Alzando su vista Mushi pudo ver como todos se encontraban haciendo algo. Había personas dirigiendo combates en sus cubículos, examinando mapas, planeando estrategias e incluso consultando a los adultos.

Mirando hacia el lugar donde su hermana dirigía todo, pudo ver como Latispora revisaba documento tras documento. Detrás de ella se encontraba el tablero de puntajes. Ese era el lugar en donde cada una de sus contribuciones estaba representada en cifras. Esta era la forma en como los adultos los evaluaban y determinaban si alguno se había colado entre los jóvenes seleccionados.

Al parecer mediante eventos como este y expediciones en lugares peligrosos de Lhimkio eran seleccionados los altos mandos que ayudaban a su padre.

Mushi era de forma relativa el más joven entre los que habían sido seleccionados. Algunos Ubax y Endur tenían menos años, pero eso se debía a su corta expectativa de vida. De ser comparados bajo los mismos parámetros de por ejemplo cien años, la siguiente persona más joven tendría siete. Sin embargo, al pequeño lepiota poco le importaba esto. No era consciente de lo increíble que era su presencia en este lugar.

Para Mushi participar en la guerra tenía una connotación diferente. Esta era la forma de alejarse del concepto de que estaba solo. Había crecido acostumbrado a siempre estar acompañado de Shimu y su nueva villa le parecía vacía sin importar cuantos juguetes, mascotas o sirvientes hubieran. A diferencia de sus amigos que constantemente se distraían con cosas nuevas y llamativas, aprovechando su inmadurez para olvidar en el fondo de sus recuerdos al amigo que perdió su vida salvándolos. Mushi veía a su hermano en cada superficie que reflejaba su cara. Como un recordatorio de que ahora estaba solo. Una pequeña semilla de odio hacia su ineptitud, cobardía y en especial hacia los insectos empezó a germinar dentro de su corazoncito.

Ningún adulto se enteró. Por más que trataban de ayudarle a sobrellevar la perdida de Shimu, nadie en ningún momento imagino que su propia cara le recordaba todos los días que su hermano estaba muerto.

― ¡Bip! ¡Bip! ¡Bip!

Un punto rojo apareció en el cubo holográfico y pronto se le unieron varios más. Se trataba de la representación de las naves enemigas. El sistema era capaz de recibir órdenes por comandos de voz, pero no hablaba de vuelta.

Viendo que los enemigos se aproximaban por el lado derecho de su formación llamo a todos los aerodeslizadores de vuelta a excepción de los que habían encontrado a los enemigos. De hacer eso se darían cuenta de donde estaba.

La flota enemiga consistía de un orbitador, dos T1, 5 águilas y 15 halcones.

El orbitador era una embarcación que parecía un huevo. Estaba diseñada como una fortaleza aérea que funcionaba para albergar otras naves. Su forma circular le permitía reaccionar contra ataques en cualquier dirección.

Los T1 tenían un nombre complicado que fue abreviado. Pero en la sala de guerra los jóvenes le decían Pizzas debido a su forma triangular. Estas embarcaciones estaban diseñadas con una gran plataforma abierta que cubría una gran superficie de la nave. En estos barcos aéreos quinoids con características de aves se encontraban listos para tomar vuelo al comenzar los combates.

Las águilas y los halcones eran unas naves bastantes peculiares. Recibían su nombre por la forma que tenían. Parecía los picos de las aves con las que compartían nombre. En apariencia su única diferencia era que los halcones tenían diente tomial. En cuanto a su funcionalidad eran bastante distintas.

Las águilas eran naves lentas pero muy resistentes. Su arma principal estaba diseñada para corto alcance. Por lo general son utilizadas para abrir huecos en escudos o causar daños estratégicos a embarcaciones enemigas.

Los halcones por su lado son agiles y rápidas. Son las encargadas de proteger a las demás embarcaciones y de eliminar a otras naves pequeñas que busquen acercarse.

Ambas naves son de uso unipersonal. Versiones mucho más modernas utilizadas en islas más altas son acompañadas por droides.

Mushi agarro su cuaderno de dibujos y empezó a delinear las siluetas de las naves enemigas. Ver el combate en 2D le facilitaba entender la situación.

En el centro de la formación enemiga se encontraba el orbitador y a sus lados volaban las pizzas. Las águilas y halcones que salieron para acabar con los aerodeslizadores de Mushi estaban regresando al orbitador.

El pequeño lepiota pondero las posibles formaciones que podía tomar teniendo en cuenta las limitaciones de sus naves. Su objetivo era destruir el orbitador, si eliminaba la fuente de combustible y refugio de las águilas y los halcones su victoria estaba garantizada.

El problema recaía en las naves que tenía disponibles. Los DDL's poseían poderosas armas principales, pero eran demasiado lentos como para poder rodear a sus enemigos a tiempo. Las semillas por su parte eran mucho más rápidas, pero ni sus ataques ni defensas eran relevantes. Los aerodeslizadores eran naves exploradoras más que de batalla.

Dibujando al orbitador y a las dos pizzas Mushi entendió que no se podría acercar al huevo sin antes inmovilizar a los T1. El número de águilas y halcones dentro del orbitador eran la mayor incertidumbre.

Por un momento pensó en mandar a todas las semillas a atacar, pero si sus enemigos contaban con suficientes águilas para destruir sus DDL's y el orbitador resistía 5 horas, los quinoids ganarían.

Soltando un bostezo y estirando sus manos Mushi miro a su alrededor. No entendía como es que todos disfrutaban tanto estas cosas. Volvió su vista al cubo holográfico pensó en lo genial que sería tener un dragón se comiera a todos sus enemigos por él.

En ese momento se ilumino.

― ¡Hermana! ― gritó Mushi.

Latispora levanto la cabeza y al ver la mano levantada de Mushi se levantó y empezó a caminar hacia su cubículo.

―Lati ¿puedo quitarle el cañón de energía a los dientes de león y cargarlo entre varias semillas?

―En teoría si se puede, pero no veo que ventaja ganaríamos con eso― respondió Latispora un poco sorprendida con la pregunta de su hermano.

― ¿Me das permiso para desmantelar tres dientes de león? ― pregunto Mushi consolidando su nuevo plan.

― ¿Estás seguro de que lograras lo que planeas? Si fallas no solo nos penalizaran por la derrota, sino que nos castigaran por desperdicio de recursos.

―No veo ninguna otra forma de detenerlos― respondió Mushi.

Latispora miró el cubo holográfico de su hermanito y aunque encontró una estrategia que tenía una probabilidad de éxito del 80%, permaneció callada. Su padre le había ordenado no ayudar a Mushi. Todo esto era parte de la experiencia de aprendizaje, si ella lo ayudaba estaría perjudicando el desarrollo de su hermano.

―Muy bien, pero si no funciona me tienes que entregar tus postres durante todo el mes.

Las palabras de Latispora sembraron duda en la mente de Mushi ¿era capaz de lograrlo? Un mes de postre era como dos cada día, eso sería mucho.

―Y si lo logras te daré mis postres durante dos meses.

Los ojos de Mushi se abrieron eso era dos veces más que mucho. De saber multiplicar sabría que le estaban ofreciendo un poco más de ciento veinte postres.

―Trato hecho Lati― dijo Mushi sonriendo por primera vez en mucho tiempo.

Dando las ordenes necesarias empezó a desmantelar los tres DDL's. Los otros dos estaban en el curso esperado que tomaría la flota enemiga. El momento en que llegaran empezaría la batalla.

Por la falta de tiempo las marionetas de madera terminaron quitando las armas de energía de los DDL's de forma burda. Aun funcionaban, pero reinstalarlas costaría bastantes recursos y tiempo.

Colocando las armas sobre cinco semillas ordenó a las aproximadamente doscientas naves de cada DDL que partieran en la dirección de los dientes de león que aún estaban intactos esperando a los enemigos.

A la media hora las tropas de los quinoids aparecieron en el horizonte. La lentitud del orbitador le había dado tiempo a Mushi de acercar sus tropas y las armas de energía. De no ser los DDL's mucho más lentos habría optado por la estrategia de rodearlos.

Ordenándole a los dos dientes de león que soltaran todos sus aerodeslizadores Mushi los organizo en una formación que se asemejaba a un objeto que había visto en uno de los libros de su hermana.

Los dientes de león permanecían en el centro mientras que las semillas formaron anillos alrededor de estas.

Y justo en ese momento una oleada de halcones y águilas salió del orbitador como si los estuviera escupiendo. Las dos pizzas se llenaron de soldados, todos esperando la oportunidad para ganar méritos de guerra.

Las dos flotas enemigas pronto chocaron. Los quinoids no utilizaron ninguna formación en especial. sus naves parecían un rio desbocado intentando crear caos por doquier. Su confianza en su superioridad numérica los había hecho complacientes.

Las pérdidas en el lado de Mushi eran de 5 a 1, pero había logrado algo que no había planeado conseguir: todas las naves de los quinoids especializadas en duelos aéreos estaban concentradas en el combate.

Por lo que la entrada de su haz bajo la manga fue ininterrumpida.

Lo que parecían tres serpientes voladoras aparecieron por la retaguardia de los quinoids. Los soldados sobre las T1 reaccionaron de inmediato lanzando poderosos hechizos y proyectiles que lograban destruir varias naves de un solo golpe.

Descendiendo en picada las semillas que habían tomado una formación alargada esquivaron los ataques de sus enemigos. Quinees se vieron obligados a tomar vuelo para poder seguir agrediendo a sus contrincantes.

Separándose las tres serpientes, cada una de las formaciones de naves se dirigió a toda velocidad hacia sus objetivos.

Los soldados quinoids al atacar a las formaciones que se dirigían hacia sus embarcaciones por estar más cerca cometieron el error de desproteger el orbitador.

La formación de naves, que se movían como una serpiente, cuando se acercó lo suficiente al enorme huevo pronto empezó a expandirse como si tratara de comérselo. Las armas de autodefensa de esta fortaleza voladora pronto se vieron ocupadas intentando eliminar a tantos enemigos como podían.

Y sin que nadie lo viera venir las cinco semillas cargando el arma de energía del DDL atacaron a quemarropa. La poderosa arma al estar tan cerca atravesó el escudo como si se tratara de papel causando estragos. Y antes de que los quinoids pudieran reaccionar las cinco semillas se adentraron en el considerable hueco que habían abierto, activando la autodestrucción del arma de energía.

― ¡Boom! ―

La repentina explosión del orbitador dejo anonadados a todos los que lo vieron y mientras la mayoría de los guerreros quinoids estaban aturdidos intentando comprender lo que acababa de suceder, las otras dos formaciones de serpientes ejecutaron la misma acción contra las dos pizzas.

― ¡Boom! ―

― ¡Boom! ―

El cielo fue bautizado en fuego. Aquellos que sobrevivieron pronto ordenaron la retirada. Su moral por el piso.

― ¡Eso fue increíble! ― gritó Helvella desde el asiento en el que veía como procedía la guerra.

―Ahora solo toca enseñarle a Mushi que a punta de suicidios no se puede ganar.

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