En el océano de Thalassa Laxus se encontraba con su visor cubriendo su cabeza por completo. Un traje especial para la presión se ajustaba a su cuerpo. Este traje hacia que el individuo no tuviera que gastar energía intentando sobrevivir en las profundidades del mar.

― ¿Estás segura de esto? ― pregunto Laxus. Por primera vez mostrando algo de preocupación por Lilith.

―Totalmente segura, si me quedo aquí puedo apostar que aprovecharías para abandonarme― respondió Lilith ajustando el casco que había comprado. Al igual que Laxus llevaba un traje que se pegaba a las curvas de su cuerpo.

―Entonces no te quejes― dijo Laxus oprimiendo un botón que cerro la recamara en la que se encontraban.

Al oprimir el botón de al lado la compuerta que apuntaba hacia el exterior de la zona de terrestres empezó a moverse. Lilith reviso su casco y traje varias veces. Había decidido acompañar a Laxus a pesar de las advertencias, pero el hecho de que no se hubiera dado por vencida no significaba que no estuviera nerviosa.

― ¡Flush! ―

Apenas se abrió la compuerta el agua los golpeo como si los quisiera aplastar. El cuerpo de Lilith se golpeó contra una de las paredes haciéndola soltar un gemido de dolor. De haber utilizado una mejor cámara de transición no habría sucedido eso, pero al encontrarse en los barrios marginales esta recamara fue lo más cercano que encontró Laxus para acabar con la misión lo antes posible.

Asesinar a Gargaton.

El más reciente miembro de Bimalen. Un Orkhan que alguna vez fue un gran general. Que con el objetivo de tumbar la monarquía para comenzar un gobierno 'democrático' realizo un golpe de estado hace quince años. Dejando una de las ciudades fortaleza a las afueras de la capital imperial en escombros. Lastimablemente para algunos y por fortuna para otros el golpe de estado fracaso.

El día antes de su ejecución Bimalen lo rescato. El Orkhan desapareció, pero no sin antes dejar un mensaje en su celda, escrito con su propia sangre.

'El imperio caerá'

Según Gurlwarlg: Gargaton ya no conserva los mismos ideales de cuanto intento volver el imperio una república. Ahora no es más que un terrorista que busca ver en caos el imperio Orkhan.

Saliendo de la recamara Laxus y Lilith empezaron a nadar por la ciudad de Agultis. Las zonas diseñadas para los habitantes nativos eran muy diferentes a lo que se acostumbraba a ver en la superficie.

Saliendo de la ciudad que parecía un arrecife de coral pronto se vieron nadando hacia la llanura abisal. Se dirigían hacia la fosa oceánica más cercana. Estas enormes depresiones submarinas estaban interconectadas por todo Tellurus y comúnmente se le conocía a todo el entramado de fosas abisales como la cicatriz oceánica.

La mayoría de las ciudades submarinas se ubicaban alrededor de zonas volcánicas activas de la llanura abisal, otras como Agultis se especializaban en comercio con los terrestres por lo que eran construidas sobre el talud continental.

Al parecer Gargaton estaba planeando atraer alguna de las criaturas del fondo abisal para atacar alguna de las ciudades cercanas o incluso a Agultis. Una sola ciudad de estas podía albergar a varios cientos de millones de criaturas marinas. Fallar significaba la muerte de todos.

Luego de nadar por varias horas el cuerpo de Lilith no pudo más. Aunque los elfos eran más fuertes que los humanos tanto de forma física como mágica, Laxus era un elegido. La diferencia entre los dos era inmensa.

―Te dije que no aguantarías― dijo Laxus deteniéndose.

―Es. Pera. To. Mo. Un. Po. Co. De. Aire. ― respondió Lilith esforzándose para respirar.

― ¿Estas dispuesta a cargar sobre tus hombros las muertes de todas las personas que perecerán si no llegamos a tiempo? ― pregunto Laxus con su voz indiferente.

El cuerpo de Lilith se contrajo al escuchar esas palabras sin emoción alguna. Pero era la verdad, si por su culpa Laxus no llegaba a tiempo muchas personas podrían morir.

< ¿Qué mierda pensaba hacer Gurlwarlg si no hubiéramos aparecido en su tienda?> pensó Lilith sin decir nada en voz alta. Su madre le había enseñado que una dama no decía palabras soeces.

―Pu. Edes. Irte. Yo. Te. Se.gui.re. más tarde. ― respondió Lilith sin darse por vencida con su objetivo de permanecer junto con Laxus.

―Bueno, por lo menos esta en mi conciencia que no te abandoné― dijo Laxus antes de salir disparado por el agua.

La poderosa corriente de agua ocasionó que el cuerpo de Lilith perdiera estabilidad y diera vueltas por varios segundos.

―Ya. Veras. No. Te. Desharás. De. Mi. con. Facilidad. ― dijo la elfa mientras estaba de cabeza.

Moviéndose muchísimo más rápido, como si hubiera nacido en el agua, Laxus llego en poco tiempo a la fosa abisal. Al no ver nada fuera de lo normal a sus alrededores se sumergió de inmediato.

Entrando a la profundidad donde la luz de ninguno de los tres soles de Tellurus llegaba, Dinamo cambio de su forma esférica a su apariencia de pollo, iluminando varios metros a la redonda.

Toda clase de criaturas, animales y monstruos marinos se les acercaron atraídos por la brillante luz, pero Laxus supo cómo disponer de cada uno de ellos sin lastimarlos.

Sintiendo las corrientes de agua Laxus notó un poderoso movimiento que provenía de las profundidades. Moviéndose hasta el lugar, en donde predijo que aparecería lo que estuviera subiendo, decidió esperar. Y antes de ver a la criatura supo que se trataba de un leviatán.

El enorme animal clasificado por algunos como una serpiente marina y por otros como un dragón oceánico era en realidad una ballena. Una enorme ballena con un cuerpo tan largo que la hacía parecer una serpiente. Llegaba a medir 8 metros de largo y hasta 78 de largo. Grandes protuberancias alrededor de su cuerpo se utilizaban para almacenar aire, cada doce años tenía que salir a reabastecerse. Pero esta no era su característica más llamativa, ni sus seis largos bigotes, ni los tríos de grandes aletas que tenía repartidos por su cuerpo, su característica más admirable era la velocidad que llegaba a alcanzar.

― ¡Fush! ―

La colosal criatura apareció. Se había tornado violenta. Un breve escaneo con su energía le permitió a Laxus conocer el porqué. Grandes y largas heridas, al parecer de látigos, cubrían su cuerpo. Un ser de gran tamaño que a comparación del leviatán parecía minúsculo también fue detectado por el escaneo de Laxus.

―Gargaton― dijo Laxus abriendo sus ojos.

El Orkhan parecía una ballena asesina súper evolucionada. Tenía siete metros de largo y dos de alto; cinco si se tenía en cuenta alguna de sus tres aletas dorsales.

Su cuerpo poseía cuatro aletas laterales y una gran cola que le permitía impulsarse con gran fuerza en el agua. Las aletas pectorales eran las más grandes y habían evolucionado tomando la forma de una mano, con dos dedos y un pulgar opuesto. Las aletas que salían de su vientre eran más cortas que las pectorales, y la forma de una mano de tres dedos era apenas discernible.

El poderoso miembro de Bimalen pertenecía a la raza que controlaba casi la mitad de los océanos de Tellurus. En su mano derecha cargaba un látigo eléctrico, al parecer hecho con la piel alguna anguila. Y como la gran mayoría de las razas acuáticas no llevaba vestimenta.

― ¡Tss! ―

El brazo eléctrico de Laxus se materializo. En sus dedos parecían brillar anillos.

― ¡Fuu! ― con el movimiento de su brazo derecho una carga no mortal impacto el cuerpo del leviatán.

―Encárgate de ella Shield. Dinamo, dale energía a Shield para ver si puede salvar a la cría en su vientre.

Shield tomo su forma robótica, pero esta vez de casi diez metros de altura. Y Agarrando al leviatán por la cabeza empezó a alejar su cuerpo con cuidado.

― ¡No soy una batería! ― se quejó Dinamo antes de seguir a su hermano.

―.... ― Los gritos enojados de una ballena o un delfín se escucharon.

―Lo siento, pero no entiendo tu idioma― dijo Laxus apareciendo frente a Gargaton.

―Terram― fue lo único que dijo Gargaton antes de atacar.

Una serie de explosiones eléctricas iluminaron el foso abisal. Se movían tan rápido y los golpes eran tan fuertes que el combate cubrió varios kilómetros en todas las direcciones. De no ser por el control de Laxus sobre las corrientes eléctricas quien abe cuantos animales habrían perdido la vida.

―Tienes muy mala suerte de que estuviera pasando por aquí― comento Laxus con una pequeña sonrisa.

Gargaton tomó lo que pensó era una burla como una ofensa y maldiciendo a Laxus en su idioma de ballena o delfín se lanzó de nuevo sobre el humano. Una nueva oleada de golpes y explosiones inundo el lugar. Cuando se separaron el látigo de Gargaton estaba destrozado. Laxus parecía estar en buenas condiciones, pero la energía de su brazo intentaba consumir más de su cuerpo. Sus ojos se habían tornado azules y pequeños pedazos de su piel empezaban a ser desintegrados. Hilos de sangre salían de las minúsculas heridas de su cuerpo. El traje que se había puesto desapareció en el primer ataque.

―Perdóname― dijo Laxus con tristeza.

―No quería recurrir a esto.

Su voz a duras penas llegaba a donde el Orkhan.

―Pero no voy a poder controlar mi poder por más tiempo.

El hecho de haber tenido que manejar las corrientes eléctricas de los ataques de ambos había sido bastante difícil, colocando gran estrés sobre su cuerpo. De no estar rodeados por agua, Gargaton habría visto lágrimas en los ojos de Laxus.

―Tengo que salvarlos a todos y tu estas en el camino.

Laxus movió su brazo eléctrico y utilizando la mayor cantidad de energía que podía controlar cerró su puño apuntando a Gargaton.

― ¡Puff! ―

El poderoso ser marino desapareció como si nunca hubiera existido.

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¡Hola!

Gracias por leer mi novela.

La cuarentena está cuasi terminada aquí en Colombia, así que no podré escribir todos los días. Mañana con el capítulo 53 confirmaré cuántos días a la semana podré actualizar nuevos capítulos.

Mis mejores deseos, Daniel

Para los que me puedan apoyar y quieran leer hasta 10 capítulos por adelantado, crear alguna criatura o personaje que aparecerá en la historia también pueden seguirme en Patreon:

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