Darthañan cerró el libro sorprendido por lo que había sucedido. En el momento en que fijo su vista en las palabras sobre la página su energía interna empezó a ser succionada bastante rápido. No solo eso, él y toda su familia fueron teletransportados al lugar donde todo estaba sucediendo.

― ¡Yo soy Laxus! ― grito Theodor escondiendo su brazo derecho dentro de su camisa.

Darthañan supuso que lo que vieron sus hijos fue una versión apta para ellos, pues después de lo que había sucedido en las cavernas de los picos craneales, los pequeños se encontraban con un estado de ánimo delicado. Y por las reacciones de Theodor y Elizabeth pensó que no vieron a los trolls comerse a las personas.

―Mami ¿Por qué no hay mas humanos? ― preguntó Elizabeth extrañada al ver que en la historia aparecían varios hombres y mujeres humanos, pero en toda su vida no había visto a ningún humano aparte de su familia.

―Los humanos en su mayoría viven en las islas medias, algunos en las islas altas...

Frigglene detuvo su explicación al ver que Elizabeth no entendía bien lo que le estaba diciendo. Transformando una de sus manos en humo formó un cilindro. Alargando una uña de su otra mano separo el cilindro en tres, dejando un fino hilo uniendo los tres nuevos cilindros que formaban una especie de torre.

―Todo esto es el imperio de Almawarth― Frigglene empezó a explicar.

Theodor se acercó para escuchar la explicación.

― Hay miles de islas flotantes por todo el imperio.

― ¿Cuál es la más grande? ― preguntó Theodor sentándose sobre las piernas de su mamá.

―Esa sería la isla imperial, que se encuentra arriba― contestó Darthañan señalando la parte superior del cilindro que se encontraba sobre los demás.

― ¿Y dónde estamos nosotros? ― volvió a preguntar Theodor.

―Aquí abajo― Darthañan señalo el ultimo cilindro.

― ¿Y qué...

― ¡Theodor! ― Elizabeth gritó al ver que su hermano no paraba de interrumpir.

― ¡Hmm! ― Theodor cruzó sus brazos y le sacó la lengua su hermana.

Elizabeth lo ignoro y le pidió a Frigglene que continuara.

―Las islas están divididas en tres debido que su tamaño y recursos cambian entre más arriba o abajo estén. Las que están cerca a la isla imperial se llaman las islas altas; las de la mitad son las islas medias y las más pequeñas son las islas bajas.

―Pero hay una isla casi igual de grande a la isla imperial en el fondo― dijo Darthañan.

―Se le conoce como Morgrum― agregó intentando hacer una voz misteriosa.

―Los humanos en su gran mayoría habitan las islas medias― dijo Frigglene intentando que su marido no hablara de cosas no aptas para los niños.

― ¿Por qué no vivimos en las islas altas? Si son mejores deberíamos de vivir ahí― preguntó Elizabeth realizando un buen razonamiento.

―Esa es una muy buena observación, ya que si alguien puede escoger por lo general busca vivir en las islas altas. Sin embargo, las especies más poderosas fueron las que tomaron control de las islas altas― respondió Frigglene devolviendo su mano a su forma original.

― ¿Entonces los humanos somos débiles? ― preguntó Theodor lamentándose.

―Sí, pero ustedes no son solo humanos. Como yo, los dos tienen sangre de vampiros entre sus venas.

― ¿Y los vampiros si viven en las islas altas?

― Si, la mayoría de los vampiros habitan en las islas altas.

―Un momento― interrumpió Darthañan.

―Los humanos no somos todos débiles. Hay muchos humanos que viven en las islas altas.

― Si, pero la mayoría viven en las islas medias― recalcó Frigglene.

―Puedes decir eso; no obstante, en total somos muchos más que los vampiros y el número de humanos poderosos es igual al número de vampiros que existen.

― ¿Y cuántos de esos humanos son dueños de islas altas?

Darthañan inflando sus mejillas le dio la espalda a Frigglene. Elizabeth viendo como sus padres discutían sobre las piernas de su papá vio cómo su mamá de pronto abrió los ojos y se tapó la boca.

―Amor, perdón no era mi intención― dijo Frigglene alzando a Theodor y dejándolo en el piso.

Elizabeth dio un pequeño salto y se paró al lado de su hermano. Quien mientras sus padres se reconciliaban le indico a su hermana que lo siguiera con su única mano visible.

Los dos pequeños empezaron a caminar hasta la puerta. Theodor intento abrirla una primera vez en vano; para el segundo intento tuvo que sacar su brazo derecho de entre su camisa, y saltando por fin pudo abrir la puerta.

Al escuchar la puerta los dos padres se alertaron de inmediato. Con los pequeños no podían distraerse ni un momento.

―Ya vamos a desayunar. ¿Cuántas veces tenemos que decirles que no pueden salir solos? ― dijo Darthañan dirigiéndose hacia la puerta.

Y al ver al Nerthus sentado en el pasillo, al otro lado de la puerta. Su cuerpo se llenó de energía y de un solo movimiento apareció en frente de los niños.

Frigglene que había seguido a Darthañan reconoció al Nerthus y apareciendo al lado de su marido para explicarle lo que había sucedido en el comedor.

― Hola ―saludo Theodor.

―Mira Eli, él es mi amigo...― dijo Theodor pronto dándose cuenta que se le había olvidado el nombre del guerrero.

―Eh...― el pequeño niño se inventó un nombre.

―Cuerno lobo― confirmo Theodor con una cara llena de seriedad.

―Cuerno lobo, ella es mi hermana Eli― los presentó Theodor.

Los rostros de Darthañan y Frigglene se tornaron complicados. Para los Nerthus sus nombres representaban su honor, lo que acababa de hacer Theodor podría considerarse una muy grave ofensa. Y cuando los dos pensaban en disculparse el Nerthus se arrodilló frente a Theodor inclinando su cabeza.

―Sigurd es el nombre de este cobarde―

La confusión de Theodor en verdad fue un insulto fuerte. Sin embargo, Sigurd se encontraba en un estado tal que el mismo pensó en abandonar su nombre. No lo hiso pensando en sus padres, pero era un recordatorio constante de su cobardía.

―Eli, Sigurd; Sigurd, Eli― Theodor los volvió a presentar como si nadie se hubiera dado cuenta de lo que acababa de hacer.

―Papá él es Sigurd, Sigurd él es papá.

―Mami tú ya lo conocías; Sigurd, ella es mi mamá.

Una vez termino empezó a caminar hacia el comedor. Los tres adultos se quedaron mirando su espalda confundidos.

―Buenos días― saludó Elizabeth haciendo una pequeña venia como su mamá le había enseñado y enseguida salió corriendo detrás de su hermano.

Darthañan era el más confundido de los tres, pero Frigglene pronto le explico lo que sabía e invitando al Nerthus a que los acompañara a desayunar salió detrás de los niños.

―Mucho gusto― Darthañan le ofreció su mano al Nerthus.

―Mucho gusto― Sigurd respondió mientras se levantaba.

Los dos hombres empezaron a caminar detrás de Frigglene en medio de un silencio incómodo. Cuando llegaron al comedor todos se sirvieron sus platos y empezaron a comer. La comida en la embarcación era tipo bufet por lo que había algo para cada gusto.

Theodor probo una bebida de color amarillo que le encanto. Se trataba de jugo de maracuyá, el cual acompaño con embutidos de carne. Elizabeth al probar el jugo que su hermano había escogido hizo una cara de disgusto, saco la lengua de lo acido que le pareció, por lo que prefirió jugo de naranja con un plato parecido a los panqueques de color rosado, verde y azul. Además de eso, ambos pequeños agregaron una sospechosa cantidad de queso a sus platos.

Darthañan y Frigglene se sirvieron una buena cantidad de frutas y una taza de café. Por su lado Sigurd prefirió no comer nada.

― ¿Estás diciendo que quieres ser el sirviente de Theodor? ― pregunto Darthañan por quinta vez, sin poder entender porque un ser tan poderoso como ellos quería servir bajo un niño de tres años.

Más que algo bueno le parecía algo muy sospechoso.

―Exactamente― respondió Sigurd.

―Lo que mi esposo quiere decir es que no entendemos porque una persona de la segunda magnitud quiere servir a un niño pequeño de un momento para otro.

Sigurd pasó sus dedos por su pelaje. Entendía la situación de los padres de Theodor, pero le daba vergüenza explicarles la razón por la que estuvo a punto de quitarse la vida. Por esta razón decidió ser breve con sus palabras sin explicar todo.

―No me siento cómodo hablando de mi pasado. Solo quiero pasar mis conocimientos a alguien que se hará bien con estos― Sigurd soltó un suspiro y como había hecho antes se cortó la palma de su mano.

Durante el tiempo que había trascurrido su herida se había cerrado.

―Estoy dispuesto a servirles a los cuatro si eso les da la tranquilidad― dijo Sigurd mostrándoles la palma de su mano.

― ¿Estás seguro de esto? ― pregunto Darthañan.

―Soy bastante bueno en este tipo de cosas― añadió aun sin creer que este hombre se estaba ofreciendo como el sirviente de la familia.

―Estoy totalmente seguro.

―Pues que así sea― respondió Darthañan untando la punta de cuatro de sus dedos en la sangre de Sigurd.

Frigglene se levantó y pidiéndoles una mano a cada niño, quienes estaban totalmente concentrados en la comida, ayudo a que Darthañan les colocara un punto de sangre en las palmas de sus manos. Luego Darthañan coloco un punto en su mano y otro en la mano de Frigglene, a cada quien con un dedo diferente.

Sigurd cerró la mano que tenía herida y utilizando una moderada cantidad de energía junto con Darthañan termino el contrato. Una luz blanca ilumino las manos de los cinco llamando la atención de los demás pasajeros, quienes al ver a Sigurd se asustaron e ignoraron a la pobre familia que a lo mejor estaba siendo extorsionada.

De esta forma, al entregar su sangre de forma voluntaria, la vida de Sigurd había quedado en las manos de la familia que acababa de conocer. Por ahora solo Darthañan y Frigglene sabían cómo activar el contrato, pues sería bastante trágico que alguno de los niños lo activara por accidente o por curiosidad sin conocer las consecuencias.

<Que buen día, acabamos de conseguir unaniñera de la segunda magnitud> festejo Darthañan sin decir nada.

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Hola espero hayan tenido un buen día.

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