Capítulo 30
Mientras tanto, Albella y sus seguidores se estaban devolviendo de una caverna cerrada. Como en un laberinto, habían llegado a una parte donde el túnel se dividía en otros tres caminos. Y, de forma equivocada habían seguido un sendero que no los había llevado a ningún lado.
Fue caminando con la frustración de haber perdido el tiempo que los 9, incluida Albella sintieron la presencia de más individuos. Albella levanto su mano para indicarles a todos que se detuvieran. El otro grupo descendía por el mismo camino por donde había llegado. Al sentir el número de integrantes rápidamente supieron que se trataba de otro de los grupos contra los que estaban compitiendo.
<Malditos> Albella lamento en su interior al poder oler savia en algunos de ellos. Su compañero que había quedado atrás había muerto.
Por las venas de las criaturas florales como: los ubax, endur, lepiotas y ents; corría una savia que era diferente a la que se encuentra en plantas comunes y corrientes. La savia más primitiva en pocas palabras es solo un liquito rico en nutrientes. La savia de especies florales más avanzadas transporta células, función que representa la diferencia entre el cielo y la tierra entre los dos líquidos. En términos simples y erróneos se podría considerar esta savia como sangre de color verde.
Al otro lado del camino el grupo de Enok también pudo sentir a los integrantes del grupo de Albella y a diferencia de ellos, al ver la como se dividían los caminos, rápidamente dedujeron que el equipo de flores había encontrado un camino cerrado. Los multrow prepararon sus armas; por desgracia para Enok, estos túneles no eran apropiados para utilizar los tres rifles que había comprado.
<Debí de comprar mágnums> maldijo Enok, resistiendo gritar con todas sus fuerzas.
Dos de sus hombres voltearon a verlo y sin tener que escuchar sus palabras entendió lo que querían decir. Sin pensarlo dos veces asintió con una sonrisa que parecía desquiciada. Los dos Multrow que fácilmente podrían pasar ante los ojos de los ignorantes como hombres bestia, el primero como pulpo y el segundo como caracol, empezaron a subir por las paredes.
Los multrow empezaron a caminar en silencio.
Albella y los otros que tenían armas imbuidas de fuego las apagaron. No podían darse el lujo de mostrar su posición con tanta facilidad. Aunque lo más probable era que sus enemigos también los hubieran encontrado, dar cualquier tipo de ventaja podría resultar fatal.
A diferencia del grupo de Enok, Albella y sus hombres no sabían contra quienes se iban a enfrentar, pues las tácticas necesarias contra quinoids, multrows o voidmaws eran muy distintas. Por lo que Albella decidió que debían quedarse donde se encontraban y tenderles una emboscada.
―Arum, Rafflesia, Bean ― susurró Albella, llamando a los tres Ubax del grupo.
―Prepárense para emboscarlos― volvió a decir en la voz más baja que pudo.
Los tres Ubax de inmediato se adelantaron, enterraron sus raíces y guiando la energía en la tierra realizaron una técnica de respiración mágica que les permitió camuflarse como flores comunes y corrientes del sistema de cavernas.
―Enokitake― Albella llamo a otro de sus hombres.
Esta lepiota contaba con una habilidad racial bastante útil para estos casos. Sin necesitar escuchar las ordenes de su ama quito los seguros de sus hombreras. A diferencia de las armaduras genéricas que utilizaban los demás lepiotas, la armadura de Enokitake estaba especialmente diseñada para los miembros de su especie.
― ¡Pad! ―
― ¡Pad! ―
Las hombreras cayeron al suelo. Y al mismo tiempo en que los tres ubax empezaban esconder sus presencias, de los hombros de Enokitake empezaron a salir tres tumores. Estos hongos que hacían parte de su cuerpo empezaron a reunir parte de la energía interna de Enokitake y pronto su cuerpo irradiaba energía como si se tratara de cuatro seres.
La emboscada esta lista.
Albella retrocedió. La caverna de donde venía era un callejón sin salida por lo que al haberla recorrido en toda su extensión le garantizaba la seguridad de no ser atacados por las plantas sanc.
Mientras tanto, el grupo de multrows empezaba a acercarse al segmento donde se unían los caminos. El túnel más cercano de los dos que se separaban del principal, que se seguía extendiendo hasta donde la vista alcanzaba, estaba a la derecha: de ahí provenían las 9 presencias del grupo de Albella; unos metros más adelante había un camino hacia la izquierda.
La respiración de Enok empezó a tornarse entrecortada, la excitación del combate que se avecinaba hacia que su cuerpo excretara mucha más mucosa de lo normal. A diferencia de sus hombres su cuerpo había perdido la disciplina que había adquirido en los entrenamientos de su juventud, ya que se había entregado a sus deseos carnales cuando llego a la posición de poder que tenía.
Pronto llegaron al túnel que tornaba a la derecha. La iluminación del lugar era mínima, pero los multrow tenían una mediocre visión nocturna que les daba ventaja sobre las plantas. Por lo que pronto pudieron visualizar las siluetas de sus enemigos.
Los moluscos perdieron todo racionamiento y como bestias enojadas se abalanzaron sobre sus presas. De haber atacado primero habrían tenido la ventaja, pero sin saberlo habían pasado a los ubax que se encontraban camuflados.
El ubax de loto fue el primero en sacar su arma, cubriéndola de llamas y cortando por atrás la rodilla del hombre obeso que se encontraba más cerca.
― ¡Aaargh! ― gritó de dolor Enok cayendo al suelo.
La súbita iluminación que causo la espada de Arum dio inicio a la batalla. Todos los miembros del grupo de Albella que habían dejado de imbuir sus armas con poder elemental encendieron sus espadas. Ambos grupos chocaron, los golpes metálicos, los gritos y el olor a sangre torno ese túnel en un infierno.
Albella solo pudo observar por un momento desde atrás, la envestía de los multrow ocasionó que dos de sus hombres: Morel y Phallios, perdieran el equilibrio y fueran asesinado antes de poder recuperar la postura. Por lo que se unió a la batalla antes de poder reunir información. La diferencia en números se había vuelto más grande.
Deathcap, la lepiota que utilizaba el elemento de viento, con un movimiento de su espada elimino al quinoid cangrejo que estaba frente a ella. Utilizando su energía envió chuchillas de aire intentando salvar a sus compañeros, pero solo logro cortarle un brazo a un multrow y la pierna a otro, luego de que mataran a los dos lepiotas.
Amanita, otra de las lepiotas que utilizaba el elemento de fuego, acabo con la vida del multrow frente a ella. Y con una muy bien practicada técnica de movimiento se posicionó frente al multrow que estaba detrás de este y lo apuñalo, terminando con la vida del segundo.
Desde el techo, que para este túnel era bastante alto, los multrows que habían subido, atacaron. Terminando con las vidas de Deathcap y Amanita.
Enokitake, quien termino con los dos multrows a quien Deathcap les había cortado alguna extremidad se enfureció al ver a sus compañeras morir. Albella se le adelanto y con una técnica que producía pétalos de fuego cada vez que blandía su espada elimino al que parecía más problemático, el que parecía un quinoid pulpo.
Los tres ubax se habían lanzado sobre Enok, acabando con su vida con docenas de apuñaladas. Y cuando se disponían a ayudar a sus compañeros; grandes y delicadas manos que parecían enredaderas los agarraron. De los tres, el único que logró reaccionar a tiempo fue Arum, quien corto la planta que lo había agarrado por sorpresa. Pero sus dos compañeros fueron arrastrados hacia la oscuridad sin que pudieron hacer nada para ayudarlos.
― ¡Plantas sanc! ― gritó alarmado Arum cortando y quemando otras dos manos que intentaron agarrarlo.
De las heridas de estas criaturas salpicaba acido.
Albella y Enokitake, los únicos compañeros de Aurom que sobrevivían hasta el momento palidecieron al escuchar al ubax. La pelea había sido corta y brutal, de los diez multrows solo quedaban tres; mientras que las plantas sanc se habían asegurado de que el equipo de Albella se redujera también a tres. Ambos bandos habían perdido 7 hombres. Era una tragedia. Albella pensó rápido en cómo salir de este predicamento.
― ¡Tenemos que unir fuerzas! ― grito Albella frenando su segundo ataque y perdonándole la vida al multrow que parecía un quinoid caracol.
Su deseo de sobrevivir era superior al odio que sentía por estos desagradables seres. Pero el Multrow no aprecio su buena voluntad, soltando una sonrisa burlona intento apuñalar a Albella.
Afortunadamente para ella, y desafortunadamente para él, una mano agarró su pierna y de un jalón lo arrastro hacia la oscuridad de los túneles.
― ¡Aaahhh! ― grito el multrow antes de desaparecer.
― ¡Tregua, tregua! ― gritaron alarmado los últimos dos multrows al ver a su compañero ser arrastrado.
Albella asintió y viendo a su alrededor noto que no había cuerpos en el suelo. Las astutas plantas habían estado recolectado a los muertos sin que se dieran cuenta. El multrow con apariencia de quinoid caracol había sido un error, pues asumieron que Albella lo mataría.
Estas plantas eran más inteligentes de lo que esperaba.
― ¡Arum retrocedamos! ―ordeno Albella viendo que cada vez aparecían más de estas manos que parecían enredaderas.
El pequeño ubax, quien estaba utilizando su pequeño tamaño para combatir a las flores sanc, dio una voltereta en el aire y retrocedió.
Albella, Enokitake, Arum y los dos multrowsempezaron a correr hacia la caverna que el grupo de Albella había recorridohace unos minutos. Era imposible escapar, pues era un camino cerrado, peronecesitaban por lo menos un poco de tiempo para poder reorganizarse.
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