Darthañan y Frigglene empezaron a caminar hacia los cuarteles militares en el castillo. Frigglene se enfrentaba en duelos con los guardias y caballeros que encontraba, mientras Darthañan leía alguno de los libros que había seleccionado de la biblioteca de Helvella. En las condiciones que se encontraban sus brazos aun necesitaba alrededor de tres meses para recuperarse por completo.

―Señor Darthañan, Señora Frigglene ¿tienen un momento? ― pregunto Albella, saliendo de entre uno de los lujosos pasillos de madera.

―Buenos días Albella― saludaros ambos.

―No tienes que hablarnos con tanta formalidad. Estamos en tu casa. ― agrego Darthañan con una sonrisa.

―Lo intentare― respondió Albella pasando de una sonrisa a una expresión neutra.

Enseguida la siguieron hasta el estudio principal, que se encontraba en el cuarto piso del castillo. Este estudio tenía el doble de tamaño del primer piso donde se estaban quedando, había una mesa gigante en el centro, con un mapa de Lhimkio extendido sobre esta, apilados en distintos lugares había cientos de documentos, y los 6 estantes llenos de libros hacían juego con las 25 sillas de exquisita calidad.

Albella se sentó en una de estas sillas y le indico a la pareja que tomaran asiento. Un sirviente entro con un pequeño carrito que tenía tres tazas de té y varios pasa bocas frutales.

―Con permiso― dijo el sirviente antes de salir y cerrar las puertas del estudio.

Albella agarro una de las copas y tomando un sorbo miro a la pareja.

― Hemos captado una señal de energía de 15 novavolts.

Darthañan casi se tropieza cargando las dos tazas de té que recién había cogido.

― ¿Pe perdón? ― tartamudeó Darthañan retomando el equilibrio.

―Exactamente como escucharon, hemos captado ondas de energía que llegan a casi los 15 novavolts.

― ¿No es eso imposible? El mayor registro en los últimos años no pasa de los 250 electvolts― dijo Frigglene recibiendo la taza de té que su esposo casi lanza por los aires.

―Amor eso es solo en Almawarth― respondió Darthañan. Su rostro mostraba como lo había desestabilizado esa noticia.

― ¿Qué quieres decir? ― pregunto Frigglene inquietada por la extraña respuesta.

Darthañan materializo una moneda entre sus manos. En una cara tenía una estrella de seis puntas y en el otro estaban grabadas las frases "Nosotros Recordamos" "Nosotros volveremos" la primera en la parte de arriba y la segunda en la parte de abajo.

―No sé cómo explicártelo, este no es nuestro mundo original― dijo Darthañan intentando encontrar las palabras correctas.

Frigglene intento comprender lo que su esposo acababa de decir ¿acaso eran extraterrestres?

Albella noto que Darthañan estaba complicándose y añadió.

― Almawarth es un mundo sintético, creado en una dimensión temporal por nuestros ancestros.

Frigglene habría reaccionado de forma negativa de no haber recibido las primeras explicaciones de su esposo sobre las familias guardianas. Las familias encargadas de proteger la vida de las distintas especies inteligentes de Almawarth. Las familias fundadoras del Imperio Telluriam.

Y antes de que Frigglene pudiera preguntar sobre una de las dudas que necesitaba aclarar para darle sentido a lo que le estaban diciendo.

―Todo esto es información que ha pasado de generación en generación por los últimos 2800 años. El mundo original del que provenimos todos, no solo las familias guardianas, se llama Tellurus― continuo Albella.

Darthañan la interrumpió.

― La idea era explicártelo poco a poco luego de que nos casáramos, pero tantas cosas han pasado que ya no se ni por dónde empezar.

Frigglene sonrió, su esposo estaba empezando a comerse todos los pasa bocas de los nervios.

― ¿Qué te parece si comienzas desde el principio?

A diferencia de lo que se veía en su sonrisa Frigglene estaba bastante sorprendida por lo que estaba escuchando, pero decidió mantener la calma pues de lo contrario las explicaciones de su esposo se prolongarían y terminarían enredadas sin ningún punto en concreto. Justo como había estado sucediendo los últimos días en los que Darthañan le había intentado explicar sobre las familias guardianas.

―Nuestro mundo original se llama Tellurus. Es una esfera que viaja por el espacio infinito junto a sus soles y lunas.

Darthañan hizo la forma de la esfera con sus manos mientras explicaba.

― En los años antes del cataclismo aparecieron unos seres que empezaron a aniquilar a todas las naciones en tierra. Porque también hay agua, agua salada, el mundo estaba prácticamente inundado de agua salada. Se les llama océanos y como en nuestros ríos habitaban peces y criaturas marinas...

Darthañan se empezó a desviar del tema por lo que Albella lo interrumpió.

―Todas nuestras especies fueron llevadas al borde de la extinción por esas criaturas. Y en un intento desesperado por sobrevivir nuestros ancestros crearon un nuevo mundo en esta dimensión cilíndrica que conocemos como Almawarth.

Darthañan se pasó el bocadillo que tenía en la garganta y sin esperar a que Albella terminara añadió.

― Amor, esta dimensión apareció porque el rey de los titanes acabo con la capital de los Drathon de un solo puño. Pero fue tanta la fuerza que utilizo que destruyó ese continente y creo un vortex que unió el mundo de los vivos y los muertos.

Frigglene ya se empezaba a perder. Toda esta información era bastante disparatada y no entendía como esto tenía que ver con esas medidas de energía.

Albella noto esto por lo que decidió concluir con la explicación de forma concisa.

―Entre el mundo de los vivos, Tellurus, y el mundo de los muertos, Gorgo, había una vía. Una dimensión que nuestros ancestros utilizaron para esconderse.

―Almawarth fue el producto del intento desesperado de nuestros ancestros por sobrevivir.

―Al ser nuestro mundo, Almawarth, una creación sintética la energía que podemos generas con los recursos que tenemos disponibles es limitada.

―Pero en Tellurus, nuestro mundo original, la energía que compone Almawarth es solo una fracción de lo que hay disponible.

Frigglene intento organizar la información en su cabeza y decidió darle sentido a todo esto más adelante. De hacer más preguntas las cosas terminarían enredándose más. Por lo que trato de concluir la conversación.

― ¿Entonces lo que quieren decir es que estas hondas de energía que han captado están relacionadas con Tellurus?

―Exacto ― respondió Albella.

―Podría ser un paso hacia nuestro mundo original como en la isla imperial, o un objeto que proviene de ahí, o hasta una criatura que acaba de aparecer― añadió Darthañan por todas las posibilidades que abría este descubrimiento.

A Frigglene la sorprendió que su esposo dijera que en la isla imperial había un portal hacia Tellurus, pero antes de que pudiera preguntar más se escucharon unos golpes en la puerta del estudio.

―Señora Albella los invitados ya llegaron y se encuentran en la villa de recepción.

― ¡Mierda! ― dijo Albella rápidamente cubriéndose la boca con una servilleta.

―Gracias, diles que ya vamos para allá― respondió Albella un poco más calmada.

Enseguida coloco la taza de té vacía sobre la mesa.

―Otros nobles que no perteneces a Vorpiax se han dado cuenta de esto mismo y han mandado "grupos mercantiles" para desarrollar una exploración conjunta.

― ¿También son familias guardianas? ― preguntó Frigglene.

―No, pero toda esta energía atrae a cualquiera con ambiciones de poder. Todas las islas cercanas deben de estar al tanto de lo que sucede en Lhimkio.

―Y buscas nuestra ayuda para tratar con estas personas― afirmo Darthañan limpiándose las boronas de su camisa y pantalón.

Albella suspiro, al saber que Darthañan pertenecía a las familias guardianas pensó que sería bastante competente como su padre, pero al haber presenciado como este humano logro complicar tanto una explicación sencilla sus expectativas fueron destruidas en estos pocos minutos.

Frigglene pareció entender lo que Albella estaba pensando y sonrió.

―No te preocupes, Darthañan solo se vuelve un enredo cuando me tiene que hablar a mí.

―Es que me pones nervioso― le guiño un ojo Darthañan.

Frigglene lo ignoro y continuo.

―Cuando se trata de cualquier otra cosa...― en ese momento se detuvo y pensó― que no sea directamente conmigo o con nuestros hijos, Darthañan es más competente de lo que parece.

― ¡Frigg! ― se quejó Darthañan.

―Perfecto, entonces es hora de negociar con esas víboras― concluyo Albella levantándose de su silla.

Darthañan y Frigglene la siguieron, salieron del estudio y se dirigieron a la villa de recepción en donde los representantes de los distintos poderes, que se enteraron de la poderosa fluctuación de energía, se encontraban esperando.

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Listo!!!  ya estamos comenzando el primer arco de esta historia.  =)

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