Estaba en el cine esperando a mi hermano, pero no aparecía por ningún lado. Decidí entrar a la sala que estrenaba la película que iba a ver en el cine. Al principio, todo iba bien, pero pusieron un anuncio de la guerra y un hombre se burló de los soldados.

-Oiga un poco de respeto.- dijo un rubio de ojos azules a mi lado.- Esa gente da su vida por salvar a personas como usted.

-Cuidado con lo que dices.- amenazó el otro hombre.

Me quedé mirando al rubio y pareció notarlo. Me fijé atentamente y no superaba los veinticinco años, pero aún así, no pesaba más de setenta kilos y definitivamente media menos de 1,75 metros de altura.

Salí del cine y encendí un cigarrillo. Fui a salir del callejón pero oí gruñidos y golpes. Me acerqué a ver lo que estaba pasando y eran el hombre de antes y un amigo suyo pegando al rubio del cine.

-¡Dejadle en paz!- grité.

-Eh, mira lo que tenemos, una que peleona.- dijo uno de ellos.

-Déjamelos a mí, Penny.- Bucky apareció a mi lado.

Bucky les dio una paliza y los hombres se fueron. Me acerqué al rubio y vi que tenía una herida en la ceja, le di un pañuelo para que se limpiase la sangre y se me quedó mirando atentamente.

-Steve, esta es mi hermana Penny.- miré a Bucky.

-¿Este es Steve?- sonreí.- He oído muchísimo sobre ti, y me preguntaba cuando podría conocerte.

-Yo también he oído hablar de ti.- me miró y le sonreí.