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Si actualización quieren tener, comentarios me han de deber 👹
CO MEN TEN 👺👺
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Sunoo despertó por la ausencia de calor a su lado, toda la noche estuvo totalmente aferrado a Ni-ki pero al abrir sus ojos, este no estaba ahí.
Con desesperó lo busco por la habitación, ni siquiera él sabía porqué necesitaba tenerlo cerca, pero le daba miedo no verlo.
Se levantó rápido de la cama y tropezó rascándose la rodilla, pero volvió a pararse rápidamente para volver a buscar a Ni-ki, bajó las escaleras y ahí lo vio, cortando un poco de tomate mientras algo cocía en la estufa.
-Ah, ya despertaste- Ni-ki dijo con una sonrisa.
-¿Porqué te fuiste?- preguntó Sunoo bostezando un poco, con su pelo algo despeinado.
-Ayer te dije que haría el desayuno ¿no?
-Talvez lo dijiste- se acercó a él hasta estar a su lado y muy sutilmente con su mano sujetó la pijama de Ni-ki.
-Sigues con algo de sueño, ¿Porqué te levantaste? Yo te habría llevado el desayuno.
-Es que te fuiste...
Ni-ki procesó eso por un momento, Sunoo odiaba estar solo, pero por mucho tiempo le tocaba estarlo, ahora que él estaba ahí, probablemente haga que Sunoo lo siga a casi todo lado.
-¿Qué quieres tomar para el desayuno?- preguntó el alfa.
-Lo que haya está bien- respondió Sunoo acercándose más al cuerpo de Ni-ki, aferrándose un poco a su brazo.
-Hay muchas cosas, puedes elegir lo que más te guste.
Tomó el valor de con mucho sigilo y nerviosismo, sujetar la cintura de Sunoo con el brazo el cual este sujetó.
-¿Te gustan los huevos revueltos?- cuando llegó a rodear su cintura, sintió cómo su estómago empezaba a dar vueltas, eran como burbujas.
Se sentía extraño, pero más extraño fue que Sunoo se acercara más a Ni-ki.
-Sí, me gusta- aprovechó el estar cerca para aspirar su aroma, Ni-ki lo hacía sentir algo cómodo... talvez demasiado, por lo que frotó su nariz contra el pecho de Ni-ki, cerca a su clavícula.
Las neuronas de Ni-ki se cruzaron, sus manos comenzaron a sudar y sintió sus orejas rojas.
-¿Q-qué te gusta qué?
-Los huevos revueltos, tu me preguntaste- miró para arriba.
Ni-ki bajó su vista y vio a Sunoo, sus ojos color sol mirándolo, sus espesas pestañas adornando sus ojos, sus mejillas y nariz sonrosadas por el frío de la mañana y talvez un resfriado, cuando bajó un poco más su vista, cayó en cuenta que Sunoo llevaba su pijama, la cual le hacía grande y podía ver parte de su pecho desde ahí arriba y su bonita clavícula.
-Cierto... a-ahm... ¿Ya elegiste con qué desayunarás?- cambió de tema, mirando enseguida para otro lado, pero manteniendo su mano en su cintura.
-¿Puedo tomar chocolate?- dijo Sunoo -ese que me diste la anterior vez- aunque el recuerdo de lo que pasó ayer en la noche en su casa era terrorífico, en ese momento no tenía miedo.
-Sí, lo prepararé para ti.
-Gracias, Ni-ki... ¿Podemos desayunar en la cama? Es que hace frío... creo que estoy por enfermarme...
-Claro que podemos, ve primero y luego yo--
-No... es que yo... ahm...
Ni-ki comprendió rápido, Sunoo no quería estar solo, así que solo le sonrió.
-Iremos de un momento ¿Si? Solo falta preparar tu chocolate y mi té de Jazmín.
-Bueno...
Sunoo se quedó a su lado, en todo momento, no quiso separarse ni dos segundos de él, era como un niño pequeño en ese momento.
Ni-ki adoraba el aroma de ese té de Jazmín, era su flor favorita, el aroma era dulce sin ser empalagoso y fresco, pero tan delicado al mismo tiempo.
-¿Me ayudas con las tazas?- dijo Ni-ki llevando una pequeña mesa de cama donde estaban galletas, panes, el huevo revuelto y tomate picado por si Sunoo quería.
Sunoo solo hizo lo que Ni-ki quiso que hiciera y lo siguió muy de cerca hasta llegar a la habitación, donde el mayor puso las tazas a un lado mientras el alfa acomodaba la mesa de cama.
-¿Quieres ver alguna película?- preguntó Ni-ki, a penas eran las 9:23 am. Era algo temprano para ser un día sin clases, cuando estaba solo, se despertaba a las 11 y su desayuno era su almuerzo al mismo tiempo.
-Talvez la bella durmiente- dijo Sunoo -O mejor Aladin, me gusta la canción- sonrió suavemente.
-Aladin entonces- Ni-ki hizo caso inmediato y mientras la película cargaba, se acomodó al lado de Sunoo junto a la bandeja con comida y las bebidas.
-¿Puedes levantar tu brazo?- dijo Sunoo sin revelar sus intenciones.
-¿Así?- dijo Ni-ki, levantando su brazo izquierdo, el contrario a Sunoo.
-No, el otro- se separó un poco, listo para atacar.
-¿Entonces así?-levantó su brazo derecho, y entonces sintió cómo Sunoo se acomodó de manera inmediata ahí.
Por Dios, Sunoo ¿Al menos sabes lo que haces?
.
.
-Mira, Cielo, Ni-ki trajo a un amigo- dijo el padrastro del alfa, novio de su madre ya por 3 años y comprometidos.
-Seguro es Sunoo, siempre viene, ¿Sabes? Sospecho que ese niño no se siente bien en su casa, siempre para aquí y tiene varios moretones en sus brazos.- dijo su novia, viendo dos razas lavadas en el lavaplatos, ya eran las 10:38 y Ni-ki no se levantaba tan temprano solo porque si.
-¿Crees que deberíamos denunciar o algo?
-Pero, amor ¿Con qué pruebas?- dijo suspirando -si lo hacemos así por así, Sunoo podría verse aún más afectado, es el mejor amigo de Ni-ki, él estaría mucho peor si algo le pasara a Sunoo.
-Sí... ¿Dónde estarán? Me da pereza cocinar así que podemos pedir el almuerzo a domicilio.- sonrió sosteniendo la mano de su novia.
-En su habitación supongo, iré a saludar y preguntarles qué quieren comer.
Mientras ella subía, se preguntaba qué era lo que pasaba en la vida de ese pequeño niño que pocas veces hablaba sin que se lo pidiesen, aunque Sunoo no era un niño, pronto cumpliría 18 años.
Tocó la puerta pero no hubo respuesta, se escuchaba el suave sonido de la televisión reproduciendo la mitad de la película de Aladin.
Abrió con sigilo, viendo cómo su hijo dormía abrazado a su mejor amigo.
Sunoo aún en sueños parecía estar sufriendo.
Sus cejas se contratan al igual que sus labios y una que otra lágrima se escapaba de sus ojos cerrados.
-No quiero...- susurró Sunoo, en medio de sus sueños.
La madre de Ni-ki miraba en Sunoo alguien tan indefenso, le rompía el corazón pese a no ser su hijo.
-Esta bien, estoy aquí- dijo Ni-ki, sin percatarse que su madre los veía por una pequeña brecha en la puerta.
Secó sus lágrimas con sus dedos, mientras rodeaba todo su cuerpo con sus brazos, algo medio dormido, pero de todos modos se aseguró que Sunoo estuviera bien tapado y cómodo, lo dejó acostado sobre su brazo mientras las manos de Sunoo se guiaban hasta sujetar la pijama de Ni-ki.
-Sigue durmiendo, nada te va a pasar aquí.
La madre de Ni-ki sintió algo nuevo en su pecho, nunca su hijo, ni una sola vez, le dijo o mando señales de que alguien le gustaba o quería mucho.
Pensó que sería muy desastroso, que talvez su hijo sería todo un "enamoradizo loco" pero no parecía ser así.
Pensó que si tendría pareja, lo trataría de manera muy intensa y terminaría alejandola, pero no era así.
Sunoo le gustaba ¿No? Porque cada toque que Ni-ki le daba era tan delicado, tan suave, transmitiendo seguridad con un solo roce, dándole protección.
Te crié bien.
Sonrió mientras cerraba la puerta, eso era perfecto, Sunoo y su hijo, tendría que planear la boda de una vez.
Porque ojo de loca no se equivoca.
Cami~
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