Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

7

COMENTEN POR FAVOR 😭😭

Ahora que aún ando editando RELATIVE, este fic es todo lo que me queda para poner mis nuevas ideas, por favor, apoyenlo 😭😭

.

Sunoo se aferraba con toda la fuerza que tenía a Ni-ki, en sus manos sujetaba su pijama y se abrazaba tan fuerte a él que separarlo podría ser imposible.

-Ya pasó, ya pasó- Ni-ki no sabía qué hacer en ese momento, nunca había visto a Sunoo siquiera colocarse triste, aún al perder un partido, Sunoo nunca se mostraba débil ante nadie.

Y ahora estaba ahí, llorando enfrente a él dejando salir todas sus lágrimas y lamentos ¿Qué habría podido pasar?

Lo tenía en brazos en ese momento, sentía cómo el cuerpo contrario temblaba y el frío de su piel, estaba descalzo y con una remera, si no le habría la ventana iba a congelarse.

¿Qué pasó?

Ni-ki se sentó en la cama, con Sunoo sentado en sus piernas.

Estuvo así por al menos 9 minutos, donde en ningún momento lo soltó ni trató de alterar algo, solo dejó que Sunoo hiciera lo que quisiera, liberaba de sus feromonas cada tanto para así Sunoo pudiera calmarse.

-Perdón...- dijo Sunoo en medio de sus sollozos.

-¿Porqué te disculpas?- Ni-ki quiso sujetar su rostro para limpiar sus lágrimas, pero Sunoo no quería que lo viera, así que se apoyó en su pecho.

-Sí eres importante para mi... p-perdón por tratarte tan mal hace rato... lo siento- su voz sonaba tan apagada y tan pero tan triste, que Ni-ki no podía evitar creerle

-Te perdono, está bien, conozco bien el cómo eres.

-S-sé que a veces... muchas veces... doy tan malo contigo... y-y yo no sé cómo sigues queriendo ser mi amigo... sí yo soy tan horrible contigo... perdón...

¿A caso Sunoo estaba siendo sincero con sus sentimientos?

-E-en verdad lo siento... por favor, no te vayas- otra vez sentía lágrimas en sus ojos, llorar lo hacía sentir débil, pero en ese momento por alguna razón, se sentía fuerte -te quiero, Ni-ki.

Algo muy malo pasó ¿No?

Ni-ki suspiró y abrazó a Sunoo por la cintura mientras esté lloraba de nueva cuenta.

-Yo igual te quiero- ¿Debía preguntarle lo que pasó? ¿O debía esperar a que se lo diga?

-Ni-ki... ¿Tú serás mi amigo aunque pasen muchas cosas?

-Siempre seré tu amigo.

-¿No importa lo que pase?

-No, no importa qué pase o si pasó algo, siempre seremos amigos- sonrió -por mucho que trates de alejarme o por mucho que trates de evitar mi cariño, siempre voy a estar aquí para ti.

Esas palabras resonaron en la mente de Sunoo.

"Siempre voy a estar aquí para ti"

Sunoo tomó aire antes de sentir como sus manos temblaban.

-Cuando era pequeño... mamá echó a mi papá de casa... yo amaba a papá.

Ni-ki estaba en completo silencio, acariciando su espalda, transmitiendole compañía aunque no hablaba.

-Mamá era buena cuando era niño... al menos hasta donde empezó a ir a fiestas y volvía al día siguiente... yo tenía nueve años la primera vez que me dejó solo por cinco días...- sorbía su nariz -Y-yo pensé en irme de casa... porque mamá llegaba ebria y me gritaba mucho... o aveces cosas peores...

Ni-ki sintió una presión en su pecho, le dolía saber que Sunoo pasó por eso en algún momento... o si es que seguía pasando por eso.

-Ho-Hoy mamá trajo a alguien a casa...- sentía las lágrimas en sus ojos otra vez -Y y-yo no dije nada a-aunque sentí algo raro en él... y-y... me dijo que me bañara...- sus manos volvieron a temblar -p-pero entró al baño... y... y trató de... e-él... m-me agarró y metió sus manos en mi ropa...

Ni-ki sentía un nudo en la garganta y una inexplicable necesidad de golpear a ese tipo, sea quién sea.

-Y yo grité... pero mamá no hizo nada...- empezó a llorar otra vez, hablaba mientras sus lágrimas corrían por sus mejillas -e-él me agarró del cuello... yo... yo pensé que moriría... y por un momento creí que talvez... talvez era lo mejor...- se aferró a Ni-ki tanto como pudo -y-yo ya no podía re-respirar... y-y mamá no hizo n-nada...

Sorbió su nariz y se separó lo suficiente para ver a Ni-ki y que este pueda verlo.

-Yo... ¿Soy tan difícil de querer?

El rostro de Sunoo destruyó a Ni-ki.

Sus ojos algo rojos y sollozando, bajando de lágrimas sus mejillas sonrosadas al igual que su nariz por el llanto, sus labios tan tristes al igual que sus cejas.

-No... para nada... yo te quiero desde el momento en que nos conocimos- secó sus lágrimas con la manga de su pijama. -No tengas miedo cuando estás conmigo ¿Si?

Sujetó su rostro con ambas manos y Sunoo solo se dejaba hacer.

-Yo te voy a proteger de todo en este mundo... mientras estés conmigo, estas a salvo.

Sunoo no dijo nada, solo se apoyó en su pecho, buscando calor, ahora que ya había pasado un poco más de tiempo, el frío que sentía era bastante fuerte.

-Tu pelo sigue mojado- sintió cómo Ni-ki lo bajaba de su encima y se separaba de él.

-¡No!- Sunoo se desesperó, no quería estar solo, al menos no en ese momento, se aferró a la pijama de Ni-ki mientras sentía las lágrimas correr por sus mejillas, rogando porque se quedara -No te vayas... p-por favor...

-Solo iré por la secadora, no tardaré ni un minuto- le sonrió -es más, si me tardo más de quince segundos, mañana te prepararé el desayuno y te lo traeré.

-No quiero que te vayas...- su labio inferior temblaba.

-Solo serán quince segundo- se agachó y por pura inercia, le brindó un pequeño beso en la frente -volveré.

Y entonces Sunoo lo soltó.

-Uno... dos...

Ahí Ni-ki se apresuró hasta el baño de su madre y sacó la secadora junto a una toalla y por si a caso un botiquín.

-Volví- Ni-ki dijo con una sonrisa.

-Fueron dieciséis...- Sunoo jugaba con sus pulgares.

-Ah, me pasé con un segundo- le sonrió -Ven, abrígate- le pasó un pijama, de los más cálidos que tenía, era algo grande para Sunoo, pero no importaba.

El omega se sacó la ramera que llevaba, en frente de Ni-ki, sus manos temblaban, la pijama que Ni-ki le había dado tenía botones, le costaba mucho poder abotonarlo.

-Déjame, yo lo hago- Ni-ki se agachó para poder cerrar su pijama.

Ni-ki se quedó mirando unos segundos algunas marcas en los brazos de Sunoo, parecían quemaduras, pero eran redondas y pequeñas, era extraño.

-A mamá le gusta fumar...- fue lo único que Sunoo dijo al ver que Ni-ki se quedó mirando sus cicatrices.

Se quedó callado por un momento y luego sintió algo frío encima de eso.

Cuando volvió su vista a Ni-ki, este estaba poniendo cremas y alistando una gaza para ponerlo encima.

-Las heridas tienen que cuidarse... así dejarán de doler- lo hacía con tanto cuidado que Sunoo sentía que estaban dándole una caricia -cuando algo te duela, ven a mi- dijo envolviendo las heridas con gazas- yo siempre voy a estar para ti... siempre.

Sunoo vio sus brazos y estos estaban envueltos y curados con pomada y delgadas ganas que daban mejor protección a sus heridas.

-¿Me dejas secar tu cabello?- Ni-ki dijo mirando los ojos de Sunoo, los cuales ya habían parado de llorar, el mayor no dijo nada, pero asintió con la cabeza.

Ni-ki conectó la secadora y empezó a secar su cabello con suavidad y un nivel bajo en el aire.

Ahora Sunoo estaba cálido con esa pijama, a parte sus heridas no ardían al rozar con la ropa, era una extraña clase de comodidad.

Tenía sueño.

Sus ojos luchaban por mantenerse abiertos, se tambaleaba mientras Ni-ki terminaba de sacarle el pelo.

-Ya está- dijo el alfa -tu shampoo huele a lavanda, en el club de jardinería tenemos varias- le sonrió y cuando miró a Sunoo, este le dedicó una sonrisa dormilona -¿Vamos a dormir?

Sunoo asintió, volviendo a aferrarse a Ni-ki en un abrazo.

-Alistaré las frazadas, tu dormirás en la cama y yo--

-No- dijo Sunoo -Quiero estar contigo- frotó su nariz en su clavícula -Dijiste que no me dejarías.

-Cierto, lo dije- sonrió mientras destapaba su cama y acomodaba a Sunoo primero, acostado de lado y luego se metió él, extendió un poco su brazo y Sunoo de inmediato se refugió ahí, en medio de sus brazos, esos que rodeaban su cuerpo.

-Me gusta estar aquí...

-Puedes venir a casa cuando quieras y lo sabes.

-Me refiero a que me gusta que me abraces- luchando contra el sueño, se separó un poco y subió su rostro.

Ahí hizo lo que hace mucho pero muuuuuucho tiempo dejó de hacer.

-Buenas noches- Sunoo sonrió -sueña con  los angelitos- y besó su frente, a pura voluntad, luego de eso volvió a acostarse en su brazo.

-S-sí... tú igual...

Que labios más suaves y esponjosos.

Esa era una pésima señal.

Ahora ¿Cómo hago para que mi corazón deje de latir tan fuerte?
















































Cami~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro