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Ni-ki despertaba confundido sobre qué día era y qué hora era, eso era lo malo de dormir en la tarde, siempre perdía la continuidad del tiempo.

Iba a pararse para tomar un vaso de agua, pero sintió algo jalando de su ropa y un cosquilleo en su brazo derecho, cuando volteó a ver, un dormido Sunoo sujetaba con fuerza su remera y acostado en su brazo, usándolo como almohada.

Se quedó un momento viéndolo, se veía tan tranquilo y tan angelical, cuando estaba despierto siempre estaba a la defensiva y con una expresión que hasta parecía enojada, pero cuando dormía en verdad todo su rostro se relajaba y sus pomposos labios dejaban de apretarse para formarse en un pequeño piquito, sus mejillas suaves tomaban un color rosa carmín y sus pobladas pestañas se hacían notar.

Solo faltaban sus ojos color sol para que esa vista sea más perfecta.

Ah, la maqueta...

Ni-ki sabía que debían terminarla, pero no quería despertar a Sunoo.

Con cuidado trató de liberarse del agarre de su ¿Menor? ¿Mayor? Aún no sabía eso.

Sujetó su mano, tratando que suelte su remera, pero estando acostado era difícil, así que se sentó un poco, quedando un poco encima de Sunoo quien estaba cómodamente aferrado a él.

Luego de unos segundos, logró que Sunoo soltara su remera, dejó la mano contraria en la cama, para que siga descansando y con mucho cuidado trataba de sacar su brazo por debajo del rostro de Sunoo.

Le tomó mucho tiempo, pero finalmente lo logró.

Mientras acomodaba las almohadas en su alrededor y las sábanas igual, Sunoo despertó.

El omega solo pensó en el escenario en el que estaban en ese momento.

Ni-ki estaba encima de él, sosteniendo su muñeca en contra de la cama, era algo de noche y a parte las luces estaban apagadas.

-¿¡Qué mierda tratabas de hacer!?- Sunoo por puro reflejo empujó a Ni-ki haciendo que este cayera de la cama.

Algo dentro de Sunoo creció, un sentimiento que odiaba a muerte, el miedo.

-¡No es lo que piensas!- Ni-ki se excusó, aunque decirle "estaba acomodándote" tampoco sonaba bien.

-Esto es lo que me gano por venir a casa de un completo desconocido- se paró de la cama y acomodó su chaqueta.

-No es eso- Ni-ki igual se paró, tratando de detener a Sunoo para explicarle lo que pasaba  -Yo solo trataba de ponerte cómodo y--

-Ya te dije que no necesito ni quiero tus explicaciones sin sentido, maldito depravado.

-Pero yo-- cuando sujetó la camiseta de Sunoo, este se giró por completo hacia él, proporcionando una cachetada en su mejilla.

Ah, en verdad tiene fuerza.

Ni-ki, pese a la cachetada que le fue proporcionada y al suave sabor de la sangre en su boca, sujetó la muñeca de Sunoo.

-Te dormiste y al parecer yo igual, creo que ya volvió la luz así que pensaba terminar el trabajo mientras tu dormías... pero mientras acomodaba las sábanas despertaste.

-¿Porqué no me hiciste despertar? El trabajo igual tengo que hacerlo yo, no solo tú.

-Porque te veías tan cómodo durmiendo y... parecía que en verdad estabas cansado, sería muy cruel de mi parte ¿No crees?

-¿Cuántas veces tengo que decirte que no necesito tu lastima?

-Aún no son suficientes, porque yo seguiré preocupándome por ti- sintió como las manos de Sunoo se relajaron un poco -¿Volverás a tu casa? Está lloviendo a mares y hasta se aproxima una tormenta eléctrica.

El omega suspiró, debía quedarse hasta que dejara de llover, aunque eso implicará el hecho de convivir mucho tiempo con ese alfa.

-Sí, me quedaré... pero solo hasta que deje de llover- podía ver cómo una tonta sonrisa se posaba en los labios del alfa. -...¿Puedes soltarme?- sus manos seguían sujetas por las de Ni-ki.

-Ah, sí, ¿Terminamos la maqueta?

-Ni modo que la dejemos a medias, tonto.

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-¿A caso nunca parará de llover?- Sunoo miraba la ventana, ya eran las 9:30pm y llovía aún más fuerte que antes.

-¿Y si te quedas por hoy?- Ni-ki dijo desde su lugar. -No tenemos que dormir juntos- dijo de inmediato cuando Sunoo lo miró con cara de pocos amigos -Traeré un futón para mí, mi mamá siempre los tiene al alcance por si tenemos visitas.

-¿Vienes de Japón?- Sunoo preguntó.

-Sí, nací ahí y viví hasta mis 12 casi 13 años, cuando entré a la secundaria vine a Corea porque mi mamá tenía más opciones de trabajo aquí.

-Oh... ¿Y tú papá?

-Falleció cuando tenía 11- dijo con simpleza -era un excelente papá,  pero tuvo un incidente, él era conductor de trenes y un día, mientras hacían limpieza... pasaron cosas- le sonrió a Sunoo.

-Perdón por preguntar.

Cuando Ni-ki vio el rostro de Sunoo, este parecía adolorido, ese "perdón" parecía sincero.

-¿Y tus padres?- se atrevió a preguntar Ni-ki y Sunoo desvió la mirada de inmediato.

-Se separaron- trató de decirlo con simpleza, pero Ni-ki percibió la tristeza en sus palabras de inmediato.

-¿Con quién vives?

-Con mamá...

Sus respuestas eran tan cortas que era obvio que no quería hablar sobre eso, así que Ni-ki cambió de tema.

-¿Cuándo es tu cumpleaños?- le dirigió una sonrisa.

-Ah, el 24 de junio- respondió.

-Entonces eres mi mayor con seis meses- chasqueó la lengua -con lo chiquito que eres creí que yo sería--

Y un golpe le fue brindado en el estómago, Sunoo si que era fuerte, le sacó el aire.

-No te burles de mi altura- esbozó una suave sonrisa -eso no importa cuando juego voley, ahí soy el más alto de todos.

Sunoo no era el más alto del equipo, pero saltaba hasta que su mano llegaba a los 3,32 metros, no era poca cosa.

-E-Eres fuerte- recuperaba el aire de a poco.

-Gracias- dijo -Supongo que tendré que quedarme esta noche ¿No?

Ahí Ni-ki se puso feliz, Sunoo había aceptado quedarse en su casa, eso era maravilloso.

-¿Qué quieres para cenar?

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-No voy a ponerme tu ropa- Sunoo se quejaba puesto que Ni-ki insistía en darle una pijama.

-Tu ropa está sucia, con pintura y pegamento, la pondré en la lavadora y secará para mañana, apura.

Y Sunoo de mala gana aceptó el cambio de ropa.

-Yo igual me tengo que cambiar- Ni-ki dijo sacándose la remera que llevaba enfrente de Sunoo sin dar siquiera un aviso -¡Auch!- un zapato le fue lanzado a la espalda.

-¡Ve a cambiarte a otro lado!- dijo Sunoo -Yo igual voy a cambiarme así que sal de aquí.

-Ya voy, ya voy- agarró su pijama y salió dirigiéndose al baño para poder cambiarse -¿Entonces eres omega?

-¿Qué chucha te importa?- Sunoo alistó otro zapato para tirar si es que hacía otra pregunta más.

Sunoo era muy cuidadoso con su aroma y su celo, tomaba los inhibidores en sus horas exactas y hasta ahora solo tuvo un incidente en su primera escuela, donde por dos horas su aroma si pudo percibirse, pero a parte de eso, todo estaba bien calculado.

-Me voy, me voy- corrió antes de ser atacado con su propio calzado.

El mayor suspiró, sacándose su ropa, viendo que tenía esa venda en su pantorrilla, por un corte con vidrios rotos en casa, su mamá lo aventó hasta una ventana la cual se rompió por el impacto.

Luego vio otro moretón en su pierna, que manchaba gran parte de su muslo izquierdo y algunas cicatrices que formaban parte de su piel.

Suspiró para ver sus brazos, uno vendado del antebrazo, un día, cuando estaba en crisis, se quedó solo en casa... y pues no pensaba mucho en ese momento.

Luego vio las quemaduras en sus brazos, la cicatrices que estas dejaban las que ya se estaban borrando.

Luego recordó el día en que su madre trató de apuñalarlo y le dejó una herida en su tórax.

Sí que doy asco.

Se colocó la camisa que Ni-ki le dio  por suerte era manga larga y procedió a ponerse los pantalones, eran grandes.

-¿Ya puedo pasar?- se escuchó desde afuera de la habitación  -te traje chocolate caliente.

-Ya puedes pasar- le gustaba el chocolate caliente.

-¿Te gustan que tenga crema?- Ni-ki traía uno con crema y uno sin crema, se quedaría con el que Sunoo no quisiese.

-Con crema..

Esa pijama era cómoda pese a ser tan grande.

Levantó sus dos manos para poder tomar las tazas de chocolate caliente pero por lo grande que era la pijama sus manos no se notaban, pero de todos modos agarró la taza.

-¿Estás cómodo?- Ni-ki preguntó sentándose a su lado.

-Sip...- estaba relajado y pese que había dormido hace poco, tenía sueño otra vez.

Sus ojos se cerraban de a poco y bostezaba suavemente.

-¿A dormir?- dijo Ni-ki agarrando la taza de chocolate de Sunoo, ya vacía, acomodando las almohadas para que duerma cómodamente.

Fue sorprendente lo rápido que Sunoo se durmió después de acostarlo en la cama.

Ni-ki suspiró mientras miraba un poco a Sunoo, era tan bonito, era casi seguro que era un omega.

Mientras tapaba su cuerpo, Sunoo se movió para estar más cómodo, al hacerlo, una parte de su torso quedó expuesta y del mismo modo el pantalón que usaba se bajó por lo grande que era.

Ni-ki miró su piel, se veía tan suave, pero había algo más, vio una mancha morada en su pierna que iba incrementando su tamaño poco a poco.

¿Se habrá caído? ¿Pasó en su entrenamiento de voleibol? Estaba preocupado, porque cuando vio su torso, vio un parche para el dolor ¿Tan duro era el entrenamiento? No, tenía compañeros que igual estaban en el club y en ningún momento se vio moretones así.

Pero no hizo nada en ese momento, Sunoo estaba plácidamente durmiendo y a parte de eso, si le preguntaba, sabía que Sunoo se molestaría y no le respondería.

¿Qué puedo hacer por ti?

Cami~