Capítulo veinticinco
🌌Capítulo editado🌌
《18 ~ 09 ~ 20》
Las horas de clases habían avanzado lo suficientemente rápido para mi gusto. Y como cada tarde después del terminó de mi última clase, venía al sitio en donde más paz podía lograr encontrar. Y es que se había vuelto un lugar tan mío, un lugar tan íntimo en donde me sentía tranquila, aquí era la parte más indefensa, las más vulnerable de mí, la que salía a la luz.
Mi alma completa se mostraba desnuda al universo. Y eso era lo más gratificante que se podía experimentar, porque aquí se sabían todos mis sentimientos, mis más grandes miedos plantándose aquí. Y nadie podía juzgarte ni atacarte por ello, nadie.
Y entonces sentí esos brazos tan cálidos que me han sostenido tantas veces en mi estadía en el continente asiático. Esos brazos tan reconfortantes que me han protegido de todas las balas que me tira el universo, y me contienen en momentos en donde no logro hallarme en el mundo.
Su abrazo se volvió tan cálido, tan pero tan cariñoso, que hicieron estremecer a mi noble y frágil corazón. El aliento cálido detrás de mi oreja, y un beso rozando un poco el lóbulo de mi oreja. Tan tierno.
—¿Qué haces aquí, Bonita?—murmuró muy bajito en mi oído—Te estuve buscando después de mí clase, te extrañé—sonreí.
—También te extrañé—afirme—Y sabes que aquí puedo conseguir la paz que necesitó en mi vida, lo que he anhelado siempre lo tengo unos efímeros minutos en este apartado y silencioso lugar...
—¿Estas bien, Izzy?—me estremecí un poco ante tal diminutivo, pero logrando hacer finalmente caso omiso a ello. A la incomodidad que persistía aún al oír ese apodo que tanto tormento me causa.
—Estoy bien—le aseguré. No dándole tantas vueltas al verdadero sentimiento detrás de todo esto. A la preocupación.
—No te creó—él me dio la vuelta y me encaró, sus ojitos viéndose tan preocupados—Habla conmigo bonita..—acercó un dedo a mi rostro, acariciando mi perfil para luego correr un mechón de mi cabello—No me gusta verte así, Izzy...
Agache la cabeza.
—S-solo..es que me he sentido un poco extraña estos días. Hace unos días, bastantes días de hecho, recibí un mensaje a mi celular...—di una pausa—Y era de parte de mi ex novio...
Sentí como las manos que descansaban en mis brazos se tensaban.
—De-decía que sabía en donde estaba, que me encontraría y me traería devuelta con él a Chile—dije al borde del llanto, un terrible colapso nervioso—Y-yo desde ese día que desconfío aún más de todo, veo peligro en donde no lo hay, y puede que también me haya sentido observada...esa horrible sensación de que me están viendo desde alguna parte es sin duda muy horrenda Tae..—agache la cabeza.
—¿Por qué no me lo dijiste?.
—Creía que solo estaba siendo paranoica.
Él volvió a poner sus manos en mi rostro, sus grandes y delgadas manos sosteniendo mis mejillas blanquecinas.
—Nunca pienses algo así. Siempre debes confiar en tu intuición, nada de pensar que eres paranoica ¿Esta bien?, porque no es así, de ninguna manera, no después de todo lo que has pasado sola. Ese infeliz te hizo mucho daño y no esta mal sentir miedo a veces, desconfiar de los demás...y lo único que te pido, es que no desconfíes de mí ¿Ok? Eso me partiría el corazón, no dudes jamás en contarme algo, por más pequeño e insignificante que sea, yo siempre siempre, estaré a tu lado si me lo permites por supuesto-y terminó con esa maravillosa sonrisa en sus labios.
—Siempre tienes algo que decir ¿No?—sonreí enternecida. Mi corazón arrebozando de amor y fidelidad por ese hombre de ojos rasgados, que con unas palabras y hechos robo mi corazón.
—Siempre si se trata de ti—se acerco y acarició su nariz con la mía—¿Vamos con los demás?—asentí.
—Vamos.
La tarde había llegado y con ello los cálidos y fuertes rayos del sol no eran más que una simple caricia tibia en nuestros rostros. Los hermosos colores del atardecer tiñendo el firmamento de naranjas, morados y rosas pasteles, las nubes pareciendo ser lo más suave que el ser humano quisiese tocar con la punta de sus dedos. En ese momento caí en cuenta de lo bonito que sería poder disfrutar de esto en tranquilidad, sin que nadie te tome y te interrumpa, lamentablemente ese no era mi caso. Porque tenía ese miedo constante en mi vida de que la persona que deseaba lejos de mi lado, llegase.
—¿No crees que nuestras manos se crearon para encajar a la perfección?—insinuó Taehyung con una sonrisa. El dedo pulgar de su mano acariciando el dorso de la mía, a la misma vez que estas se iba balanceando por el aire de la tarde.
—Quién sabe, quizá solo fueron otra maravillosa casualidad del destino...—dije con el corazón llenito de amor—Porque otras de las maravillosas casualidades del destino fue haberte conocido, Kim Tae..
Él giró su rostro y me sonrió en grande.
Sin decirme nada a cambio, porque con solo esa sonrisa y ese brillo en sus ojos me lo había explicado todo. Y no podía estar más feliz por lo que vi en ellos. Y es que sabía que había elegido bien esta vez.
Previamente nos detuvimos.
Un edificio de no más de quince pisos se hizo visible ante nuestros ojos. Le había comentado a Taehyung la idea de pasar un tiempo grato con mis hermanos, quería que ellos se conocieran más y compartan un poco de conocimiento cultural. Él había aceptado con mucha emoción, estaba bastante ansioso por caerles bien a mis hermanos y tener su aprobación para mi relación con él. Por lo que, a escondidas de mi-supe por su linda hermanita-había estado practicando un poco de inglés.
—¿Es aquí no?—inquirió.
—Ajá, eso me indica mi GPS—sincerice—Espero que Borja me haya dado bien la dirección del hotel—le di una ultima mirada a la pantalla de mi celular y lo guardé en el bolsillo de mi chaqueta—Bien, entremos entonces.
—La aventura nos aguarda—chillo con emoción mi tierno novio, alzando su puño en el aire, y rematando con esa sonrisa.
Sonrisa especial.
De mí chico especial.
Saludamos cordialmente al hombre que esperaba en la entrada y le dijimos que veníamos a ver a unas personas del piso tres, habitación dieciséis. Él señor muy amablemente nos había pedido que nos quedáramos en recepción y que vendría rápidamente a decirnos lo que pasaba.
—Los señores Bravo esperan en su habitación señorita—informó el hombre—Pueden pasar con tranquilidad.
—Muchas gracias—agradecí con una sonrisa y entonces nos encaminamos con Taehyung hasta los ascensores. Un trayecto bastante silencioso pero muy cómodo y grato para ambos por el simple hecho de que éramos nosotros. Él y yo complementándonos mutuamente. Me recosté sutilmente sobre su hombro, aspirando ese aroma tan característico.
Una vez que las puertas del ascensor se abrieron, claramente desalojamos el lugar y caminamos por el extenso pasillo del tercer piso. A simple vista todo parecía ser de una alta gama, todo muy lujoso y bien puesto en su lugar. Me gustaba. Con Taehyung llegamos a la puerta con el número dieciséis y tocamos el timbre de la misma. Aguardando a la atención de mis dos hermanos preciosos, luego de eso la sonrisa resplandeciente de Borja nos recibió en la puerta. Al parecer había tenido hace poco un baño ya que sus cabellos castaños aún seguían húmedos.
—Mateo..—saludo cortésmente mi hombre. Lo que ocasionó que una risa inocente saliera desde mi garganta hasta los oídos de ambos. Borja le miró con la diversión bailándole en los ojos.
—Tae, él es Borja—le corregí dulcemente. Un leve tono carmesí tiñó las mejillas abultadas de mi chico especial. Tímido.
—¡Oh! Lo lamento es que...aún no me acostumbro a esto de que sean iguales—se disculpó, luciendo su poco inglés aprendido en unas cuantas horas con un video de YouTube—¿Él me entendió Izzy?.
Preguntó ahora en su idioma natal.
—Lo has hecho muy bien cariño, Borja te ha entendido perfectamente—pase mi mano por su mejilla en una caricia—De verdad te estas luciendo Kim Taehyung.
—Hago lo que puedo Izzy—se excusó con una sonrisa media avergonzada.
Borja carraspeo llamando nuestra atención, él mismo haciéndose a un lado para darnos paso a su humilde morada temporal en su estadía en Corea del sur.
—Pueden pasar, Mateo se está dando un baño. Hoy tuvimos un día bastante agitado, divertido y ajetreado—decía mientras nosotros entrábamos al lindo y acogedor espacio departamental—Las calles en Seúl son demasiado intrigantes.
—Así es—respondió con ánimos mi Tae—Nuestra tierra siempre ha sido la que más acapara la atención de los turistas, ya sea por la cultura, la gastronomía o simplemente por la gente que reside aquí—reí levemente por eso, porque era tan así y no era algo que no se supiera. Ya no era secreto que los turistas preferían buscar pareja en Asia que en otro continente.
O eso había escuchado.
A mi me seguían pareciendo extraños los asiáticos, pero Taehyung era mi excepción al respecto de eso. Siempre lo sería. Borja había cerrado la puerta a sus espaldas y nos invitó a Taehyung y a mi a tomar asiento en los sofás que nos ofrecía. Eran bastante cómodos a decir verdad.
—¿Desean algo de beber?—preguntó mi hermano. Ambos con Taehyung asentimos—Con Mateo descubrimos una cerveza demasiado exquisita en los mercados por los que pasamos. Se llama ¿So-soju?—Taehyung asintió rápidamente.
—¡Si! Así se llama. Es una de las más populares que hay aquí—explicó—Si gustan puedo invitarlos a beber algún día de estos antes de que regresen a Chile.
Sonreí con emoción.
—Eso sería estupendo Borja—le animé—Podrían salir los tres y así pasar un rato agradable y conocerse más—dije con una sonrisa animada, ansiosa de la buena manera por que esa salida se concretará.
—Estoy de acuerdo contigo Taehyung—comentó mi hermano, inclinándose levemente hacia mi hombre para estrechar su mano amablemente—A Mateo le va a agradar tanto la idea como a mí—nos sonrió. Taehyung asintió y su mano volvió a entrelazarse con la mía.
Estábamos a punto de ir a la cocina cuando el móvil de Taehyung comienza a sonar fuertemente por toda la sala de estar. Su sonrisa fue en disculpa y se alejó un poco para poder hablar sin molestar a los demás que estaban con él. Esa bella sonrisa que nos había dado se fue desvaneciendo poco a poco, y mientras más pasaba con ese celular pegado a su oreja su semblante iba decayendo más.
—¿Tae?—le llame preocupada. Él me sonrió a duras penas y volvió su vista a un punto ciego en la habitación—¿Pasa algo?
—Estoy yendo para allá en este mismo instante madre, te veo allá—y colgó. Se veía realmente consternado, preocupado—Dios.. ¿Cómo es que tiene que pasarle algo así?—murmuraba. Borja me vio por un momento y procedió a irse de la sala.
Me acerqué a mi novio con lentitud. Pasando primero mis manos por sus tensos hombros y entonces recorrí sus brazos hasta llegar a sus manos en donde deposite un beso en cada dorso de ellas.
—¿Mi amor que pasa?—indague. Y entonces me alarme cuando una lágrima se deslizaba por su mejilla morena.
—Es Yoon-hee..t-tuvo un accidente—dijo con su voz temblorosa—La arrolló un auto en la calle principal a nuestra casa..—su dolor era inmenso. Podía verlo en cada poro de su suave piel, sus lágrimas y sus manos temblorosas me lo decían. Y supe entonces que su dolor era el mío también.
Ambos éramos uno en ese momento.
—Oh Tae..—murmure con pena—¿Cómo fue que pasó? ¿Hace cuánto pasó?.
—él negaba—Ella solo había cruzado para alcanzar un globo que le había dado mi madre, y entonces pasó. Aquél imbécil sin corazón ni humanidad solo se hizo a un lado y dejó el cuerpecito de mi hermana tirado en el suelo, mientras el globo yacía elevándose por los aires sin detención...—suspiro—Mi madre la llevó inmediatamente al hospital de niños en donde siempre la atienden a ella, a-ahora la tienen en observación..mi madre quiere que me vaya al hospital ahora..lo siento.
—No no no, no te disculpes amor. Tu hermana es más importante ahora—con los ánimos por los suelos le acaricie la mejilla—¿Quieres que vaya contigo?.
—No, no te molestes. Quiero que aproveches el tiempo con tus hermanos, se que no los has visto desde hace mucho tiempo, no quiero arruinar el encuentro—me miro apenado. Eventualmente se me acercó y beso por un largo rato mi mejilla, para luego pasar y acariciar con su nariz la misma—Te llamaré por cualquier cosa.
—Estaré atenta, puedes llamarme a la hora que sea ¿Esta bien?. Siempre tendré tiempo y disposición para ti, bonito—le sonreí y me acerqué a él para besar sus labios en un beso cariñoso, único entre nosotros, tan intimo y electrificante—Te amo mucho ¿Lo sabes cierto?.
—Y yo te amo más a ti. Siempre...
El fue alejándose, tomo sus cosas y abrió la puerta para retirarse del departamento.
—Siempre..—él me sonrió y entonces se marchó después de eso. Escuché pasos detrás de mí, mis hermanos veían con confusión el espacio—Están aquí..
—¿Me perdí de ver a tu novio?—inquirió Mateo. Le sonreí con diversión.
Hacía ya quince minutos que había dejado la habitación de hotel de mis hermanos. No habíamos estado hablando mucho después de que Taehyung se había ido, ellos creían que era mejor que estuviera con él. Acompañándolo en este momento tan crucial y delicado para toda su familia.
Las calles estaban llenas.
La brisa de la noche se hacia presente esta noche de un día Miércoles a las ocho con quince pm. El sonido de la melodía en mis oídos me hacían transportarme a otro mundo, una realidad en donde no existen los temores, las angustias, las heridas. Y solo sería la armonía, el amor y la paz los que reinarán en este mundo que ansío por estar. Un mundo en donde podría estar segura y tranquila con todos y todo a mi alrededor. Sin tener más preocupaciones.
Y de pronto.
Un gentío comenzó a avanzar a mis alrededores, dando tropezones y empujones a su paso. Intente abrazarme a mi misma entre tanta gente y evitar así que me chocarán o se me cayera algo. Pero por mucho esfuerzo que le haya puesto a que nada de eso pasará, pasó. Mi celular salió volando de mis manos, viéndome en la tediosa tarea de buscarlo en el suelo mientras mas gente seguía pasando sin importarle el que yo este allí.
—¿Dónde estas aparato necesario para mi vida?—di un suspiro cuando lo divise en mi campo de visión—Bingo, ya te tengo..
Pero alguien había sido más rápido que yo y lo había recogido del suelo. Me levanté rápidamente y me animé a quitárselo de las manos. Pero no pasó, y en cambio, una de sus manos había tomado mi muñeca y tirado hasta él. "Él".
—Te encontré Izzy.
N-no.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro