Capítulo tres
✨Capítulo editado✨
«24 ~ 05 ~ 20»
Los cuatro días que había tenido libres antes de empezar el semestre, habían sido los días más cortos que he tenido en mí vida. Después de haber obtenido nuevamente el brazalete, mis ánimos habían mejorado un poco, ayudamos en algunas cosas a la señora Ahn y ella nos habló un poco sobre sus hijas, dos mellizas preciosas, nos habríamos llevado bien seguramente, una se llamaba Ahn Hye-jin y la otra Ahn Yu-jin.
Vi mí celular con pereza, eran las 08:19 de la mañana, según mí horario el primer bloque de hora comenzaba a las 10:00 en punto, tendría tiempo suficiente para arreglarme un poco y ordenar mis cosas antes de marcharme. Vi la cama de Sarah, estaba vacía, seguramente sus clases empezaban más temprano que las mías, me hubiera gustado irme con ella, pero para mi mala suerte ambas habíamos elegido carreras diferentes y nuestros horarios no coincidían.
Salí de mí cama, aún somnolienta y me dirigí al clóset para sacar la ropa que me pondría para salir y una toalla para ir a bañarme. Por suerte el baño estaba frente al cuarto, odiaría que alguien me viera recién despertando, toda ojerosa y con mi cabello todo enredado.
Fueron cinco minutos los que me tomó ducharme. Ahora me encontraba abrochando mis cordones de los zapatos, debía bajar a tomar algo de desayuno, la señora Ahn había venido a mí habitación, quería saber que quería para desayunar, me enternecía ver lo amable que era con nosotras, casi podía creer que nos trataba como a sus propias hijas.
—Por fin bajas Isabella..—me dijo sonriente la señora Ahn—Ya tengo listo tu desayuno, tostadas con mantequilla y un poco de café, la azúcar esta en el estante—dijo y se alejó de la mesa.
Debía admitir que se veía delicioso.
—Muchas gracias señora Ahn..—dije tímidamente. Hace mucho alguien no me servía el desayuno. Vi otra vez la hora en mi celular, eran las 08:33am. Aún demasiado temprano para salir, quizás esperaría hasta las 09:00 y me iría tranquilamente a la Universidad.
—¿Qué es chistoso Isa?—me pregunto sin quitar su mirada de mí rostro.
No había parado de reírme desde que vi a Sarah casí caer de los escalones cuándo venía hacia mí. Ella me miraba seria, con esos ojos cafés molestos.
—Es que de verdad me causó mucha gracia, venias tan divertida, que ni siquiera te tomaste el tiempo de fijarte que tan abajo estaba el próxima escalón—carcajee.
—Bueno, por lo menos logre que te rieras un poco, hace mucho no te escuchaba reírte tan naturalmente. Siempre andas fingiendo risas, cuando te cuento chistes, yo se que son fomes, pero aún así te intentas reír..—dijo mirándome—Eso lo hace peor..si no te gusta no te gusta y no deberías forzarte a sentir algo que no sientes..eso es malo..
—¿Cuándo pasamos de reírme de ti a que me estés dando sermones sobre mis sentimientos?..—la situación se volvió algo incómoda, pero nada que no se pueda solucionar con Sarah.
—Solo te decía, no te me enojes..—sonrió, tomando mi mano sacudiéndola con diversión. La alarma que había visto para avisarme sobre mi próximo bloque había sonado, eran ya las once con diez de la mañana, debía llegar en tres minutos a la clase si quería estar presente y que el profesor/a no me cerrará la puerta en mis narices.
—Bien, debo irme Sarah, tengo bases integradas ahora, no puedo perderme eso el primer día de clases..¡Adiós!—dije lanzándole un beso al aire.
—¡Te veo en dos horas! ¡Aprende mucho!
—Bien, sean bienvenidos a la primera clase de Bases integradas de la química, bioquímica, biología celular y genética. Soy la señorita Hwang Hyuna y seré su maestra este semestre. Quiero dejarles en claro desde ya, que no aceptó atrasos ni faltas a la clase, aunque eso no me afecte, deben saber que deben tener un 30% de asistencia en mi clase si quieren pasar el ramo..
Ya decía yo que desde que la vi parada en la puerta sería mi dolor de cabeza todo lo que lleva el semestre.
—Como objetivo de la clase deben saber aplicar las leyes que rigen las reacciones químicas..-
Vaya, esto sería más pesado de lo que me imaginaba, pero a darle con todo nomás, que no vine a perder el tiempo.
—Disculpa, ¿Tienes un lápiz que me prestes?..—no me gire, no pensé que me estuvieran hablando a mí, hasta que sentí como alguien picaba mí brazo.
Me queje, no quería desconcentrarme.
—¿Qué quieres?—dije fastidiada y lo más bajito que pude para que la profesora no nos retara por estarla interrumpiendo.
—¿Me prestas un lápiz? Olvide el estuche en mí casillero, ¿Puedes? Te lo devolveré sin falta, lo prometo—dijo haciendo un estúpido puchero.
No era necesario que prometiera.
Esas cosas eran innecesarias, sólo eran palabras vacías, disfrazadas para que cualquiera cayera al escucharlas. No me preocupaba que no me devolviera el lápiz, solo era uno, no era la gran cosa.
Sin decirle nada le extendí un lápiz pasta de color negro, él me guiño el ojo, y se volvió a su asiento nuevamente. No habría pasado mucho tiempo más y al fin, y mis clases habían terminado, después de dos exhaustivas horas concentrada en la pizarra y en los diferentes PowerPoint que ponía cada profesor. Por fin podía relajarme y darme un suspiro al menos.
Y es que para ser mis primer día de clases, había sido horriblemente agotador.
Agradecía que mañana mis clases fueran en la tarde y no tendría que levantarme demasiado temprano, poder dormir un par de horas más, eran todo lo que pedía en la vida. Sarah me había enviado mensaje de que me esperaba en la misma cafetería, sus clases habían terminado hace unos cuarenta y cinco minutos antes que las mías. Ya casi todo el salón estaba vacío. Guarde mis cuadernos y por último mi estuche para poder irme, moría de sueño, quería un poco de descanso mental por tantas horas trabajando y pensando en partículas y células. Los pasillos aún estaban llenos, aquí las clases se impartían desde las ocho de la mañana hasta las ocho y media de la tarde más o menos, dependiendo. Lo bueno que en la mayoría de mis clases, todas terminaban no más tarde de las cinco de la tardé, era un alivio enorme.
—¡Disculpa! ¡Tú, la chica extranjera!—me detuve a ver quién llamaba tanto.
¿Acaso me llamó chica extranjera?.
Vaya jodido apodo que tenía ya.
—¿Pasa algo, ojitos rasgados?—dije tratando de seguirle el hilo del apodó, el solamente río, sin molestarse.
—Te venía a entregar tu lápiz, como ves, cumplí mi promesa..—dijo totalmente orgulloso de su obra buena del día.
Vaya mierda que cumpla su promesa.
No quitara el hecho de simplemente son una basura creada para gente ingenua.
Como yo.
Pero había aprendido, o eso quería creer.
—Gracias, ojitos rasgados.
Sí me hubiera tomado el tiempo de analizar el rostro del ojos rasgados, podría asegurar que había un sonrojo en sus mejillas abultadas. Aunque debía admitir que le hacia ver muy adorable.
—Por cierto, soy Jimin.
Jimin. Lindo nombre.
—Me llamo Isabella..—el chico simplemente sonrió, mientras llevaba sus manos dentro de los bolsillos delanteros de sus jeans.
—Bueno, me encantaría charlar contigo pero debo ir a buscar a mis amigos, espero verte en la próxima clase, Isabella—hizo un ademán de despedida para luego irse por el lado contrario del pasillo.
Seguía de pie en medio del pasillo, mis ojos puestos en esa figura escurridiza que esquivaba a las demás personas que iban y venían por los pasillos, dejé de mirarlo cuando finalmente desapareció de mi campo de visión. Giré y volví a caminar en dirección a la cafetería, ya los pasillos comenzaban a despejarse y la campana volvía a sonar como hace unas horas y entonces otro grupo de jóvenes comenzaba apenas sus clases esta tarde.
Taehyung.
Hace un rato me había juntado con mis amigos en la cafetería, ya todos habíamos terminado la jornada de clases por lo que todos decidimos pasar un rato en conjunto para charlar. Era algo a lo que ya nos habíamos acostumbrado, la mayoría ya cursaba su segundo año de Universidad, yo era parte de ese reducido grupo, Jimin era parte de ese 1% junto a Yoongi Hyung.
Los demás ya los conocíamos, pero nunca nos habíamos animado a hablar con ellos, se veían algo rudos a comparación de nosotros que solo nos veíamos como unas masitas inofensivas ante cualquier persona. Y era cierto.
—Hace rato te llevas mirando a esa chica, ¿La conoces acaso?..—ese fue Hoseok Hyung. Cursante de tercer año en el arte de la danza urbana—Taehyung te estoy hablando, por favor préstame atención.
—Claro que no la conoce, Tae Tae nunca ha salido con nadie en todos sus aburridos y tediosos veinticinco años..—comentó con diversión Jungkook-ssi, con esa sonrisa sobresaliente, y entonces despabile rápidamente, observando como todos mis amigos reían ante el comentario de Jeon Jungkook. Le golpeé amigablemente el hombro al azabache.
—¡Hey! No digas eso, yo si he tenido novia, en mi adolescencia por ejemplo, salí con una chica por cinco meses..—dije con orgullo, esa fue la relación que más perduró. Había tenido más noviazgos en mi adolescencia pero estos no pasaban más allá de los dos meses, por que ya al tiempo se aburrían de mi por ser un tanto tímido e introvertido. Todo lo contrario a lo que las chicas de hoy en día buscan de un hombre "perfecto" para ellas.
—¡Oh! Ella está en mí salón..—comentó Jimin con emoción, digiriendo sus ojos a la misma dirección en la que había estado mirando yo—Ambos estamos en la clase de la señorita Hwang, Bases integradas—aclaró. Mientras sus manos se unían sobre su estómago, su cuerpo acostado sobre la silla en la que estaba.
Me sorprendió que Jimin la conociera.
—Ella me prestó un lápiz, nunca sentí que alguien se preocupará tanto por mí—dramatizo mi querido amigo. Reímos.
—¿Hablaste con ella chimchim?..—me atreví a preguntarle.
—No mucho. Es algo ruda.. muy callada, pero no le quita lo guapa..es extranjera..—dijo sin más, no tomándole tanto peso.
Jimin tenía razón.
Era guapa.
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