Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo treinta y dos

🌌Capítulo editado🌌
《30 ~ 10 ~ 20》


Isabella.

Cada minuto era más lento que el otro, el inusual reloj que colgaba de la pared parecía no seguir andando, quedándose atascado en una sola hora exacta. La vaga luz que entraba por las viejas cortinas de los últimos rayos del sol mantenían a la habitación cálida y con un aire confortable hacia mi persona. No hacía mucho tiempo que había despertado de mi inconsciencia y no hacia mucho tiempo que el sol caía sobre el horizonte tiñendo la ciudad de hermosas tonalidades naranjas y rosas.

Una suave y tibia brisa se coló entre las cortinas blancas, removiéndome lenta y vagamente mis cabellos castaños, cerré mis ojos ante la sensación brindada. Ese vacío en el centro de mi corazón volviendo a ser parte de mi vida como solía serlo antes de que llegará este país, antes de que conociera a la persona que sería lo más importante para mí, mí fuente de luz.

Nuevamente las esperanzas por preservar mi vida eran nulas. Ya nada me importaba como antes, el conseguir una mejor vida para ser merecedora del amor que recibía de mi Taehyung, eran escasas ahora, los anhelos que había plantado en esa bella relación viéndose arrebatados frente a mí y era tan doloroso. Ver como mis sueños a futuro al lado de ese hombre eran arruinados por la misma persona que me arruinó la vida anteriormente. El deseo y el anhelo de salir de esta casa viéndose cada hora que pasaba aquí más lejano, un suceso que no pasaría prontamente.

Pero existía ese porcentaje dentro de mí que aún quería luchar por escapar de aquí. Por conseguir la libertad que merecía, por primera vez en mi vida enfrentarme a la fuente de mis peores miedos e injusticias y salir de una vez de este agujero en el que estaba atrapada desde hace tiempo.

—T-Taehyung..—musite. Podía ver su bello rostro en mis pensamientos, sus caricias en mi cuerpo, las hermosas palabras que me decía al oído. De pronto unas ganas de llorar me invadieron, esta vez con la oportunidad de cubrir mi rostro con mis manos, callando los lastimeros sollozos que salían de mis labios. Lo necesitó.

Lo necesitó tanto cómo el mismo aire que necesitaba para respirar. Y entonces logré entender lo importante que se había vuelto Kim Taehyung en mi vida, de lo dependiente qué me había vuelto de ése maravilloso hombre. Ahora lo entendía.

De pronto dos toques suaves en la puerta se oyeron en toda la habitación. Él estaba aquí, parado en aquél umbral de la puerta, y su rostro se veía más demacrado que ayer. Entró rápidamente y cerró la puerta a sus espaldas, no traía nada consigo o por lo menos no ha simple vista, sus pasos eran lentos, la madera crujía bajo sus talones y entonces llegó a un lado de mí cama, sostuvo mi mano por efímeros segundos para eventualmente quitarla.

—Shh-shh..no te atrevas a gritar..—y decía eso ya que no había señales de una tela sobre mis labios. Al igual que tampoco estaban las cuerdas atadas a mis manos y tobillos, estaba "libre" y era irónico. Me anime a sentarme sobre la cama, mi cuello y espalda doliendo en el proceso, había pasado muchas horas acostada. Pero fue el único dolor que pude sentir, mi corazón latió con frenesí, me alarme.

Toqué, piñizque y moví con brusquedad mis piernas pero no sentí ni la más mínima sensación. Totalmente nada.

—¿Qu-que me hiciste?.

—No te asustes Izzy, no es permanente—dijo con completa tranquilidad—Solo te suministre un poco de anestesia epidural, dura de una a tres horas por lo que es tiempo suficiente para mí..—le mire afligida—No habrás creído que te dejaré sola, y sin ataduras sabiendo que puedes irte o llamar a alguien en cualquier momento, por eso te suministre esto..

Me limité a guardar silencio.
Una sonrisa perversa se bordó en sus labios, luego se giró y se acercó a una repisa, llena de lo que parecía una colección de discos de vinilo, antiguas.

—¿Qué te apetece escuchar hoy?—se giro a verme mientras sostenía algunos discos—¿Los reconoces? Son los mismos que te había regalado en nuestra primera cita—una risa se escuchó en la habitación—Que recuerdos, pon atención, esta te encanta..

Dernière danse comenzó a sonar en toda la habitación. Marlon se alejó del toca discos y se dejo caer suavemente por la pared hasta llegar a la frialdad del suelo. Sentado en una esquina de la habitación, me veía con contemplación, adoración. Me dejé caer sobre el respaldo de la cama, mi rostro contrayéndose en dolor.

—Je remue le ciel, le jour, la nuit..—murmuraba al ritmo de la canción. La última luz del día iluminó la habitación para finalmente dejarla bajo una oscuridad inminente. Solloce, viéndole con temor.



Sarah.

Habíamos convertido el viaje, en una plática reflexiva para todos nosotros. El ambiente se había vuelto un tanto vacío, habíamos estado conversando sobre todo lo que había sucedido entonces, en lo que fue el inicio de todo esto hasta ahora. Y en lo complicadas que se habían vuelto las cosas desde que nuestra Isabella tuvo su recaída después de tantos meses estable.

Con los demás nos habíamos separado en la parada de autobuses. Siendo sólo Taehyung y yo los que continuamos el viaje hasta nuestras residencias. Un viaje en completo y absoluto silencio, en donde ni siquiera nos dirigimos las miradas y solo disfrutábamos de la frescura de esta tarde en primavera. El sol poniéndose en el horizonte, cayendo finalmente dejando vagas tonalidades de un hermoso naranja, la evidencia de nubes siendo escasas. La presencia de una brisa fresca, fría, pasaba y acariciaba nuestros rostros. A Isabella le hubiera gustado ser espectadora de un atardecer como este, junto a la compañía de Kim Taehyung, quién tantas sonrisas y hermosos momentos le había brindado.

El vecindario en donde vivíamos comenzó a hacerse visible entre las arboledas. Los faroles iluminaban ahora nuestro camino, los ladridos y bullicio de la gente distrayéndome de mi propia mente, de mis propios pensamientos, estos siendo la peor arma para el humano. En una situación como esta despertando esos sentimientos que eran inminentes en una situación así de delicada, y ese pensamiento persistente en mi cabeza, diciéndome una y mil veces que quizá las cosas pudieron haber sido diferentes si nunca hubiera dejado sola a mi mejor y única amiga. Que quizá pude haber hecho algo para evitar esta tragedia que ahora se estaba lamentando por todos nosotros.

—Aquí nos separamos—comentó Taehyung. Su cuerpo dándose vuelta en mi dirección, sus manos descansaban en sus bolsillo delanteros de su pantalón.

—di un suspiro—Mañana debemos asistir a la universidad—y quizá ese era un dato irrelevante ante nuestra verdadera preocupación—No podemos pedir más días libres, hemos ocupado todas las oportunidades que te da la universidad...

—Lo sé..—me pareció extraño que Taehyung estuviera actuando tan calmado—Hemos perdido muchas clases..—se encontraba muy ido. Sus ojos siempre evitando los míos, resguardándose bajo esa capa de indiferencia conmigo y por supuesto a la misma situación. Y es que sabía cuanto era el dolor que sentía ahora, las ganas de salir corriendo y no volver si no era con Isabella, esa insatisfacción de no haberla protegido como lo prometió.

Eso lo sabía y lo entendía perfectamente.

—Tae..—le llame con voz apacible—Por favor no cometas el error de cerrarte a los demás, no reprimas tus emociones y desahógate con la persona que tu quieras—eso pareció llamar su atención—Todos estamos sufriendo por la desaparición de nuestra Isabella, todos estamos muy mal por todo lo que esta pasando...por eso no debes excluirte y sobrellevar este dolor tú solo, por favor no lo hagas y conversa con nosotros, solo habla y drena esa emoción.

—Yo no-

—le interrumpí—Tú si. Te estas encerrando en esa burbuja y poniendo bajo llave esas emociones que te desgarran en alma. Se como te sientes Taehyung, porque nuestra Isabella me importa tanto como a ti, se cuanto estas sufriendo, se cuanto temor estas sintiendo por como debe estar ella, la incertidumbre de saber si esta bien o mal, su esta corriendo peligro o si vamos a encontrarla a tiempo y sana. No quieres que los demás te vean frágil, porque tienes esa necesidad de ser el fuerte en esta situación, ser ese que consuela a los demás...—mi voz se quebró en ese instante—¿Pero quién te consolara a ti?.

—Y-yo..no se que hacer Sarah..—y entonces aquella máscara que había portado en todo este tiempo se había roto—No se como actuar en una situación como esta, porque nadie te prepara para algo así de fuerte, ni la vida misma que tantas caídas te da te advierte de esto—las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos—T-todo sucedió tan de pronto, me he sentido tan abrumado estas horas, que no tengo cabeza para pensar en algo, mis acciones siendo guiadas por mi culpa, y es que no puedo evitarlo, el sentirme así. Me he mantenido así de excluido porque me he encargado de autoconvencerme que esto sucedió por mi culpa, ese hijo de puta se la llevó en mis narices, todo paso frente a nuestros ojos, todo tan cerca pero a la vez tan lejos, yo lo vi Sarah, pasó a un lado de mi en ese pasillo, cuando apenas y había dejado a mi bonita en el cuarto-un sollozo escapó de sus labios, llevando sus manos a sus ojos—E-ella me pidió que no la dejara sola, que por favor no fuera y me quedara recostado a su lado, le dije que todo estaría bien, que nada pasaría..

Un nudo se formó en mi garganta.

—P-pero ya ves. Ella ahora desapareció, ese infeliz se la llevó y quién sabe en donde se encuentran..—tragó saliva—L-le prometí que seria su escudo, que nada podría alcanzarla, que caminaremos juntos en este largo camino de regreso a una vida normal y llena de felicidad...—me acerque a él cuando note que rompería en llanto. Su rostro cayó y descanso sobre mi hombro mientras le el envolvía entre mis brazos. Su llanto contagiándome—S-si le pasa algo no se como podre seguir con mi vida, sin ella no soy nada. No podría soportarlo Sarah..—lloró con desconsuelo—E-ella s-simplemente se convirtió en lo más importante y preciado de mi vida..

—solloce entre el abrazo—De-definitivamente nadie podría seguir sin la presencia de Isabella, Taehyung. Nadie.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro