Magnus incluso sonrió cuando Jace dijo eso último. Entonces un suave quejido, casi un gruñido sin fuerzas, de Alec los hizo separarse y avanzar rápidamente ambos hacia él.

Tessa y Catarina, agotadas, ya se habían retirado a descansar un momento.

-¿Alec? -Jace tomó una de sus manos, mientras Magnus tomaba la otra con un "Alexander. Amor"-. Alec, estoy aquí, tenemos buenas noticias... -esos ojos dorados buscaron lo de Jem, preguntando sin palabras, necesitando una confirmación. Tenían buenas noticias, ¿cierto?

Jem asintió. -Alexander y los bebés están bien, pero desde ahora no más...

-Sí, sí, no más runas -Jace lo cortó, volviendo a mirar a Alec, retirando el cabello húmedo de sudor de su frente-. Espera.... ¿Yo sí puedo usar runas? Porque...

-No vuelvas a decir embarazo parabatai -le dijo Magnus, sonando cansado pero divertido-. No funciona así. Ya te lo dijimos.

-¡Yo también lo siento! -gritó Jace.

-En realidad... -empezó Jem.

El rostro de Jace se iluminó y Magnus gruñó. -No me digas que eso realmente existe. ¿Quieres otro Will con la "Viruela demoníaca" aquí?

Jem sonrió, recordando a su parabatai. -No iba a decir eso. Sólo que, en realidad, tu presencia, Magnus, y la de Jace hicieron posible esto. Jace compartió su dolor y tú con él. Alexander solo no habría resistido. Sin ustedes, ellos no habrían sobrevivido...

Ellos. Alec y sus hijos.

Jace parpadeó varias veces, para no llorar de nuevo. -¿Entonces las runas en mí...?

Magnus no lo ocultó. Sus lágrimas caían libres mientras acercaba su rostro al de Alec, su mano libre en el vientre de él. -Te amo tanto, Alexander. Los amo tanto. Perdóname.

Otro gruñido cortó la explicación de Jem y la disculpa de Magnus.

Alec intentó hablar o abrir los ojos, pero era difícil. En su lugar, apretó, aunque apenas lo notó, la mano de Magnus.

-Está bien -se apresuró a decirles Jem-. Sólo agotado. Podrá hablar y despertar pronto. Dejenlo descansar y ustedes hagan lo mismo.

Alec quería decirle que lo escuchaba, que también lo amaba, que estaba bien, estaban bien. Pero no tenía fuerzas. Apretó, tanto como pudo, la mano de su brujo y lo pensó: "Estamos bien. También te amamos. No te disculpes".

Magnus abrió los ojos de golpe, separándose de Alec para mirarlo y después a Jace. -¿Escuchaste eso?

Jace frunció el ceño. -¿Escuchar qué?

Magnus buscó a Jem, pero él parecía tampoco haber notado nada...

¿Lo había imaginado?

-Nada.

CONTINUARÁ...

😱😱😱 ¿qué pasó?