-Yo no quiero formar parte de ESTE clan!

El joven pelirrojo de 14 años le gritaba a su padre, tan enojado que su cara estaba muy roja.

Su padre negó con la cabeza.

-Angel, tú eres de nuestros mejores guerreros. Además, eres mi hijo, tú eres el próximo líder.

-Y qué hay de Lily?

El jefe del clan palideció. Tocar el tema de su pequeña hija era casi un suicidio.
Angel rompió su incómodo silencio.

-A ella la quieres más que a mi, no es cierto?

-Los quiero a los dos por igual! Es solo que...

El chico pateó el suelo.

-Me usas como arma, o no padre?

El padre del chico guardo silencio, dandole satisfacción a Angel. El era el único que lo podía hacer callar. El jefe nunca se dejaba intimidar.

-Lily es otro caso...

-Sospecho que me quieres para defender a tu pueblo, o no?

-Hijo...

Angel sonrío con desdén.

-Acabas de perder a tu hijo... o debería decir...

El chico se acercó a su padre y susurro a su oído:

-Arma.

Luego, corrió hacia su casa para empacar sus cosas, dejando a su pobre padre perplejo.

Tras abrir la puerta, una pequeña cabellera pelirroja sujeta en dos trenzas con moños se abalanzó contra el.

-Hermanito!

Lily, con apenas 4 años, agarro la pierna de su hermano con fuerza. El chico la apartó de un empujón.

-Déjalo monstruo.

La pequeña lo miro confundida. Ahora que?

-Hermanito...

-No me llames así.

-Pero...

-QUE TE CALLES!!!

Lily empezó a llorar.

-Papi dice que te tengo que apoyar porque eres mi hermano...

Angel la miro, con una mirada irritada, aunque no por eso borraba su maliciosa sonrisa.

-Que papi te dijo que debías protegerme?...

Le dio una patada en la cara a su hermana, haciéndola caer casi inconsciente, con su pequeña nariz rota.

-Déjame en paz

Luego, corrió a su habitación, para recoger sus cosas y dejar a su clan.

Le hecho una última mirada.

-Adiós pueblo maldito

Se dio la vuelta y se marchó. Para siempre.