Los guardias de mi hermano avanzaron peligrosamente hacia nosotros.

Tras una pequeña presentación con los recién llegados, saque mi daga y mi pistola.

Cuando todo mi equipo y los recién llegados estuvieron listos, los guardias nos rodearon con las espadas en alto.

Ángel sonrío, y yo con el.

-Hora de patear traseros

Salte encima de un guardia, cayendo sobre su cabeza e impulsándome con ella para saltar hacia mi hermano, debilitando al guardia y haciendo que Christian lo decapitara.

Mientras los demás atacaban a los guardias, yo me enfrentaba cara a cara con mi hermano.

Corrió hacia mi y lo esquive rodando por debajo de el. El dio un paso y me atrapó justo debajo de su gran y fuerte pie.

-Al parecer este será tu último día.

Alzó la espada y la empuñó. La esquive por poco, pero mi cabellera cayó al suelo.

Lo que siempre me daba seguridad era la larga cabellera que poseía. Ahora que estaba justo delante de mi, cortada y sin vida, me di cuenta quién era.

Era una cobarde, una chica que solo quiere volver a los brazos de su madre. Era Lily Dalaras, una niña cobarde.

Espere a que mi hermano me matará, cuando escuche el golpe de alguien.

Era Aren. Había detenido a Ángel con un puñetazo.

Ángel escupió su propia sangre y lo maldijo.

-Traidor! Eres un traidor!

Aren sonrío.

-Dime algo que no sepa.

Empezaron a pelearse con una brutalidad impresionante.

Por qué me defendía? Por qué quería que viviera? Realmente me quería?

Deje los pensamientos para después y corrí a ayudar a Olympia, Christian, Dark y Astrid.

Los guardias nos empezaban a superar, a rodear y a acabar con nuestras fuerzas.

-Oh vamos! -Einar se quejó.

Tras pelear por un largo rato, nuestras fuerzas de acababan y los guardias subían de cantidad.

Entonces, cuando pensé que todo estaba perdido, la voz de una mujer resonó en mis oídos.

-A la carga!!!

Era la Reina Sara, con todo su ejército de guerreras.

Casi esperaba que me mataran a mi, pero ellas se abalanzaron contra los guardias enemigos. Eso le causó una distracción a Aren, y mi hermano lo aprovechó.

Derivó a Aren y clavo una de sus espadas en su pierna.

Inmediatamente pensé en los libros griegos, los libros de mi padre. El desgarrador grito de Aren hizo que recordara los dulces que Ángel nos había dado aquel día... estaban hechizados. Y yo amaba a Aren antes de ser hechizada.

Al parecer Angel noto que su hechizo se rompió.

Las manos me ardían, igual que mis ojos.

Sin notarlo, me eleve unos 5 metros del suelo, con ambas manos en llamas, y los ojos rojos como el fuego. La luna se tornó roja y todos dieron un paso atrás.

Ángel se quedo pálido.

-Que eres?

Con una voz que no parecía mía, respondí severamente.

-Yo soy Lily Dalaras, y no dejaré que te vayas sin pecado tras provocar la muerte de mis padres.

Entonces, el ardió en llamas. Llamas hermosas y brillantes. Pero, el no murió. Se convirtió en un ave roja.

Deje de flotar y lo mire a sus pequeños ojos azules.

-Vuela.

Y se fue. Los guardias malditos cayeron al suelo sin vida. Habíamos ganado. El hechizo de odio hacia Aren había terminado.

Corrimos uno hacia el otro y nos fundimos en un apasionado beso. Observe como Einar hacia lo mismo con Olympia, quién lo pateo después de eso.

-BAKA!!!!

Sip, la Olympia de siempre.

Ahora solo quedaban Christian y Carm...

Mi rostro se ensombreció. Ella ya no estaba con nosotros.

-Hey, Lily!

Astrid me llamo con los ojos en lágrimas.

Un grupo de guerreras rodeaban algo, junto a la reina y Dark.

Las guardias me cedieron el paso. Ahí estaba el príncipe, sangrando de muchas partes de su cuerpo.

Empecé a mover las manos para hacer un hechizo, pero el me detuvo.

-No Kira. Yo quiero estar con Carmen. Nacimos juntos, moriremos como guerreros.

Empecé a llorar, la reina también lloraba en silencio, pero Christian parecía no prestarle atención.

Entre lágrimas, susurre:

-Descansa, maldito príncipe mimado.

El asintió levemente con la cabeza y volteo a ver a su madre.

-Te perdono.

Luego, sus ojos perdieron su brillo. El príncipe había muerto.

La reina se me acercó y me abrazo. También Astrid. Y Aren. Y Dark. Y Olympia. Y Einar.

Todos me abrazaban consolándome.

Entones, todos me soltaron y se arrodillaron ante mi.

La reina agarro su corona y me la dio. La mire confundida, pero ella aclaró.

-Lily, o Kira, o como sea que te llames. Yo ya estoy vieja para esto, y con mi hijo muerto ya no hay ningún heredero. Yo quiero que seas la reina de Heiwoku.

Sonreí y me arrodillé, dejando que la reina me pusiera la corona sobre mi cabeza.

Ella me ayudó a levantarme, alzo mi mano y grito.

-Larga vida a la Reina Lily Dalaras I, Reina de Heiwoku!

Aren no perdió tiempo. Corrió hacia mi y beso mis labios.

Los labios de una digna reina.

Bueno, yo soy Lily Dalaras. No Kira Fasuto, no nadie más. Era Lily.

Y nada cambiaría eso.