Volamos por lo que me parecieron horas, hasta que esas aves nos siguieron.

-Kira, creo que nos están siguiendo...

Crystal, la dragona de Kira, se lanzó hacia el bosque, tratando de evadir a las aves. Logrando que Carmen se despertara

-Ese no es... Aren?! -Olympia observó.

No se en que santo momento Olympia se recuperó de las heridas del chico pelirrojo, pero ya solo le quedaban cicatrices y energía suficiente para matar.

Aterrizamos en un area despejada de árboles. Nos bajamos de la hermosa dragona y observamos a Kira como pegaba su nariz con el hocico del animal. Pronto, Crystal había desaparecido en el cielo nocturno.

Nos pusimos en guardia, ya que un pequeño arbusto de había movido.

Entonces, el grito resonó en mis oídos. Un grito que recordaré por el resto de mi vida.

Al voltear, todo pasó en cámara lenta.

Una espada llena de incrustaciones de oro yacía dentro del vientre de...

Carmen...

Mire a los demás, quien estaban tan perplejos como yo. Las lágrimas empezaron a salir de mis ojos mientras corría a su cuerpo caído.

Ya no quería a nadie más, Kira ya no era atractiva. Carmen me miro a los ojos, con esos ojos grises llenos de lágrimas.

-Carmen! No! No me dejes!

Pero ella solo susurro algo. Un nombre parecido a Ángel. Kira escucho, y se volvió más roja que su cabellera pelirroja.

Luego, Carmen susurro otra cosa.

-Te veo en el Eliseo Christian...

Ahí fue cuando todo quedo en silencio. La frustración, la ira que me rodeaba y circulaba en cada nervio de mi cuerpo hizo que me levantara.

-Quién fue el desgraciado, para que lo pueda despedazar?

Kira me volteo a ver.

-El chico pelirrojo, Angel... mi hermano...

Einar hablo, después de haber estado en shock.

-No te molesta si lo matamos?

Ella sonrió con un aire obscuro

-Me vendría bien una mano para acabarlo

Antes de cualquier cosa, Olympia trajo flores blancas y azules. Entendí el mensaje.

Cubrimos de flores a Carmen, una mujer que no merecía morir. Pero estaba en el Eliseo. Ella nunca había pecado.

Justo cuando terminamos, una chica rubia corrió hacia nosotros. Einar y Olympia sacaron las armas, pero Kira los detuvo.

-Que quieres? -preguntó Kira

-Nada, ayudarles con una batalla final -contestó la rubia.

Justo ahí fue que Ángel salió de los árboles, con unos guardias de metal encantados que rebosaban de vida.

El chico sonrío

-Que empiece la fiesta.

♪───Ｏ（≧∇≦）Ｏ────♪

*llora*

Perdón si están igual (o peor) que yo, pero les advertí: Carmen tendría un papel importante.

Y tranquil@s, que Astrid y Dark no se mueren, ya que tengo otra historia preparada para ellos -w-

Ahora que lo pienso, tengo trabajo excesivo.

Ahora sí, bye!