Capitulo XVII: Hermanos? (Kira)
Ángel me lanzo contra una mesa como un costal de papas, lo cual hizo que rebotara y me pegara en la cabeza haciéndome sangrar.
Mi hermano me agarro de la barbilla y me hizo mirarlo a los ojos.
-Has cambiado mucho, y veo que ya no puedes depender de ti misma... necesitas a alguien...
Luego me dio una abofeteada. Quería gritar, llorar y matar... necesitaba ver al mundo desangrado...
Ángel me sonrío, yo solo pensaba en sangre.
Luego, me quito la cinta. Reprimí los labios para no soltar un grito desgarrador, pero si maldije en silencio.
-Te voy a...
Pero no pude terminar. El me pateó en el vientre, sacándome el aire y una lagrima.
-Shhh... Lily... calladita te ves más bonita
Me levante con dificultades y el sonrío aún más. Notaba como su boca se estiraba demasiado.
-Esto será divertido...
Me lancé sobre el para atacar, y como supe, el saco su pistola y disparo.
Justo a tiempo, puse las ataduras justo donde la bala voló y me desato. Su sonrisa se desvaneció.
-Pequeña basura...
Salté sobre su cabeza, tomando unas llaves con extrema agilidad. Corrí hacia la puerta donde mi grupo estaba y la desbloquee. Luego use las llaves para bloquear otra bala.
El corrió hacia mi y rodo por debajo de mis piernas, haciéndome caer con un grito.
El me agarro del cuello y me golpeó varias veces en la cara.
Empecé a sangrar de la nariz, pero aún no era el fin...
Sonreí y el paro de golpear.
-Pero que...?
-Olympia!
Justo fue cuando una paloma color avellana salió del cuarto donde mi grupo yacía encerrado.
El ave voló hacia Ángel y se transformó en una humana.
Ángel aulló de dolor y confusión cuando Olympia pateo su... parte de abajo.
Olympia seguía sangrando, pero corrió de vuelta al otro cuarto sin dirigirme palabra alguna.
Me incliné hacia mi hermano y lo agarre de la barbilla, como hizo el conmigo.
En el reflejo que me daban sus asustados ojos, pude ver cómo el fuego ardía en mis ahora rojos ojos.
Le di su última advertencia.
-Vuelve a subestimarme y la próxima ves que despiertes será en el Tártaro.
El asintió, y yo sonreí.
-Gracias! Te quiero hermanito!
Salí corriendo para ayudar a Olympia y a mi grupo
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