Tras entrar en el cuarto, me fijé de detrás del guardia habían unas cadenas. Me aproximé rápidamente hacia ellas.

-Quítate! -Le dije al guardia.

El inmediatamente se quitó, y encadene a la chica ahí mismo. Me senté cerca de ella y le apunte a la cabeza con la pistola. Kira pateo el suelo.

-Que quieres?

La mire, desafiante. Pronto, como Angel me prometió, ella sería mía. Solo debía cumplir mi parte del trato.

Señalé al guardia.

-Lo necesito a el.

-A... a mi?

Kira se puso en guardia. Amaba cuando hacia eso. Cargue el arma y le volví a apuntar a su amiga.

-Quién te envía? -Pregunto ella.

-Tu hermano, por supuesto. Necesita al guardia, y como "trofeo" a ti pequeña.

Kira y el guardia intercambiaron miradas, y ella me miro sonriendo.

-Aquí no tenemos ningún guardia.

La mire, extremadamente confundido.

-Como? Y quién es el entonces?

-Es alguien de mi banda.

Mire detrás de mi. La chica había desaparecido. Maldije dentro de mi y apunte a Kira.

-Tranquilo amigo, no quiero que mates a tu trofeo...

"Una distracción!" Me dije muy tarde. Una espada se clavo en mi pie. Aúlle de dolor mientras veía a la amiga de Kira clavando aún más la espada.

-Buena emboscada Olympia -Dijo Kira.

La chica sonrío y clavo más la espada en mi pie. Grite de dolor.

-No hay tiempo de alagos, tenemos que irnos! -gritó el exguardia.

Me arrastre hacia Olympia (como Kira la había llamado) y, aprovechando su distracción, le arrebate la espada y se la clave a donde mis fuerzas llegaron: a la punta de su pie, clavándola al suelo.

Ella gritó y siguió llorando, Kira se lanzó sobre mi.

-Que te pasa?!

Pero ella no respondía, solo peleaba por ahorcarme con sus pálidas manos.

Mientras tanto, el nuevo integrante del grupo de Kira trataba de quitarle la espada a Olympia y despegarla del suelo.

Kira alcanzó mi cuello, y lo hubiera apretado si la voz de alguien no hubiera gritado desde el exterior:

-KIRA FASUTO!