XXXVII
Capítulo 37.
"Había visto a tantas personas marcharse de mi vida, que cuando lo vi despedirse, supe que ya no iba a volver. Y ojalá me estuviera mintiendo, ojalá fuera una ilusión, porque no quería que se volviera realidad"
"¡Devon Rodrigo volvió a Madrid después de su largo descanso!"
"Devon renovó su contrato con el equipo del Real Madrid"
"¿Devon se cansó de jugar a la casita de muñecas?" (+FOTOS)
"Devon en el aeropuerto de Madrid. ¡Regresó!"
25 de Julio, 2019. Madrid, España.
—¡Devon! ¡Devon! ¡Aquí! ¡Aquí!
—¿Tuviste un romance mientras estuviste afuera?
—¿Quién era esa niña?
—¿Por qué decidiste volver?
Los flashes me cegaban, los reporteros evitaban que caminara con tranquilidad. A través de mis lentes de sol trataba de buscar el camino libre hacia la salida del aeropuerto. Dos guardaespaldas me protegían de cualquier cosa, los reporteros buscaban hablar y yo mezclaba tantas voces que se me hacía imposible procesar toda la información.
Mierdas y más mierdas, la gente buscaba algo de mí, que yo no les podía ofrecer. La gente busca hablar mierda de mí, sin que yo me pueda defender, sin que yo pueda decir la verdad. ¿Quién la creería? Cuando es más fácil tragarse una mentira de farándula, que realmente investirse con la empatía.
Y aquí estaba yo, de nuevo en Madrid. Aunque mi corazón seguía en Argentina.
No sé si fue la idea más correcta o la mejor opción, pero sabía que tenía que hacerlo. Tenía que hacerle creer a Matías que había ganado. Todo, a costa de mi felicidad y de alejarme de mi familia. Incluso si Evane no me volvía a recibir de la misma forma, incluso si perdía su amor.
Sentía una prepotencia, porque no podía ir corriendo directo a los brazos de Less y decirle que realmente no las estaba abandonando, que yo tenía un plan. Pero la tenía que mantener fuera de esto, tenía que hacerlo solo y después regresar por ellas. Pero la vida te lanza más mierda cuando menos lo esperas. Lo peor de todo es que los medios me pintaban como lo peor de lo peor.
Tuve que enviar un mensaje anónimo a la prensa para avisar mi regreso, tenía que dar la información errónea sobre mi regreso al equipo. Pero nada era real, él tenía que creérselo.
Tal vez tenía la sonrisa fingida, que era tan fácil de aparentar. Me había acostumbrado a demostrar mi falso yo, lo inexistente que era mi felicidad.
Quería volver.
Mis pies querían volver.
Pero otra parte de mí, me dejaba paralítico. Porque era mayor el deseo de poner su bienestar, sobre el mío.
Volver a casa ya no se sentía volver a mi hogar. Simplemente mi casa ya no se sentía mi hogar. Mi hogar estaba con ellas, a miles de kilómetros de distancia.
Mamá me había llamado, me había recriminado. Me dijo que no siguiera sus pasos, que no huyera ni dejara de luchara por lo que quería. Pero mi batalla estaba perdida desde antes de haberla peleado. No quería causar daño.
Mi hermana no me dijo nada, me preguntó si realmente estaba huyendo, que si creía que estaba haciendo lo correcto. Que si alejarme era la solución más adecuada. Y entre más me cuestionaban, más dudaba de mi decisión.
Pero no había marcha atrás. Y lo supe por el siguiente mensaje:
"Número Desconocido: espero no volver a saber de ti. Cumpliré mi parte. "
Y lo único que espero, es que cumpla su palabra o yo con mis propias manos me cercioraré que jamás les vuelva a tocar un pelo. Como que me llamo Devon de que lo haré.
El sacrificio duele, quema y perdura en la consciencia; pero sin ellos, el hombre jamás alcanzará su último fin.
L E S S
Se había ido. Se había ido para no volver.
Estaba enojada, frustrada, dolida...
... pero sobre todo, estaba decepcionada. Le había entregado cada parte de mi vida: abriendo las puertas de mi hogar y de mi hija.
Shami. Shami estaba llorando. Me había despertado con sus gritos. Exclamando "Se fue, se fue". Y por un momento creí que era una pesadilla que me asechaba en las noches. Que él realmente estaría sin camisa preparando el desayuno o jugando a la pelota contra la pared. Creí por un momento que me regalaría esa sonrisa que me enamoraba cada día; que soltaría una de sus bromas o me entregaría un plato con diferentes sabores que solo a él se le ocurriría. Incluso podía cerrar los ojos e imaginarme regañarlo por no lavarse las manos antes de comer.
Pero era la realidad. Él se había ido. Y nos había abandonado cuando me prometió nunca irse. Pero las palabras se las lleva el viento. Y sus acciones hablaron por él. Le rogué que se quedará, me humille para hacerle ver que era mejor un equipo de tres. Que lo necesitábamos.
Pero se fue. Dejando la cama vacía y fría. Dejando su aroma impregnada en cada rincón de nuestra casa. Mi hogar. Pero ahora sin él.
Y ese solo era el inicio de todo lo que estaba por venir.
***
—Gracias por venir señorita Ferrari y señor Bazán, los resultados de los análisis de ADN a la niña Noah Shamira Arias Ferrari están en este sobre. Según el protocolo deberá leerse en presencia de dos testigos, sus respectivos abogados y el juez. ¿Están todos presentes? —mis manos estaban ansiando buscar los dedos que se entrelazaban perfectamente con los míos, en su lugar, una silla vacía y la falta de su presencia que hacía sentirme serena. Less, concéntrate, él se fue. Ya no es parte de tu vida, fue su elección. Fue su decisión no seguir aquí, a tu lado, apoyándote. Estas sóla, luchando contra tu propio fantasma y tus miedos. Eres fuerte, eres independiente. No lo necesitaste antes, no lo necesitas ahora.
Pero eran mentiras para sustentarme. Eran mentiras para hacerme la fuerte y atravesar esto. Por mí y por mi hija. Por nadie más. Todos se van, todos los que aman se alejan en un punto de la vida.
—Sí, todos estamos presentes —levanté mi vista para ver a Matías, que me sonreía con insuficiencia y uno de sus brazos apoyados atrás de la silla de al lado. Los testigos eran Roxan y un amigo de Matías, que no me acuerdo su nombre en este momento.
—¿Y tú noviecito? ¿No está? ¿Se ha enfermado? —habló con sorna, bajo, para que solo yo oyera el tono malicioso, envenenando sus palabras en un dulce sonido de triunfo. Pero no le demostraré que ganó. Porque sigo aquí, luchando por lo único que debe importarme.
No le dirigí la palabra, no la merecía.
—Prosiguiendo, los análisis dicen: Noah Shamira Arias Ferrari tiene noventa y nueve por ciento de concordancia con el ADN del señor Matías Bazán Rodriguez, lo que verifica que es el padre biológico —habló el abogado. Yo tragué en seco, reteniendo las lágrimas.
Era real, todas mis sospechas eran verdaderas. Matías es su padre. Matías, el hombre que derrumbó mi identidad por tanto tiempo, el hombre que me ocultó en mis propias sombras, señalándome en el silencio como la culpable; condenándome al sufrimiento y la pérdida de quien amo.
—Leyendo esto, se proseguirá a la demanda por la custodia de la pequeña. Pueden retirarse —habló el juez, yo sin poder decir nada. Me sostuve de la mano que me tendía Roxan, añorando que no fuera la de ella, sino de aquel hombre que hace enloquecer mi mundo y da una sonrisa para hacerte sentir que todo lo puedes hacer. Las lágrimas se retenían, pero no podía permitirme llorar. Fuera de la sala, me estaba esperando mi hija, que jugaba a las muñecas con un policía. Al verme, ella levantó su mirada y salió corriendo para que la recibiera en brazos. Yo me agaché y le abracé con fuerza.
Ella lo es todo. Él se fue. Concéntrate en lo que importa. Porque la inocencia de mi hija no hacía ver lo que realmente estaba pasando: que su madre se había enamorado estúpidamente de alguien que solía huir cuando todo se ponía mal. Caí como idiota, caí por estúpida. Me enamoré y derrumbé mis murallas por mi idiota cabeza de brócoli. ¿Lo peor? No me arrepiento, porque nunca antes me había sentido más viva, más amada... y a la vez tan humillada.
Amar duele, duele y arde al mismo tiempo.
—¿Estás bien mami? —me separé lentamente de ella y asentí sin siquiera pensarlo, acariciando su carita y viéndole con ternura.
—Estaremos bien, te lo prometo mi niña —ella me miró con desconfianza.
—Yo también lo extraño mami, no te hagas la fuerte. Pero si algo estoy segura, es que la familia jamás se olvida. Él no nos puede olvidar, yo sé que volverá. Lo siento aquí —cogió mi mano con delicadeza y la colocó en su pecho. Sonreí con ternura, soltando un par de lágrimas—. ¿Sentiste? Es mi corazón, diciendo que él jamás nos abandonará. Lo sé mami... no pierdas la fe.
Pero no le dije nada, porque en el fondo de mi corazón, deseaba que así fuera.
Quise cerrar mis ojos e imaginarme que él, en este mismo instante, nos rodearía con sus brazos y besaría nuestras mejillas.
Lo deseaba tanto. Que hasta me sentía una ingenua por creerlo.
Él no volvería. O porque no quiso luchar, o fue tan imbécil y débil por creer en la palabra de Matías.
* * *
Shami estaba dormida, dormida como un ángel. Fue hasta ese momento que pude lograr tirarme al sofá y permitirme llorar.
Todo esto me estaba consumiendo. La demanda, su regreso, las pesadillas y la partida del innombrable. Si... Devon es el innombrable. No quería saber de él. Volvió por ingresar a su estúpido equipo de fútbol. Volvió para volver a salir con otras mujeres. Volvió para mostrarme que signifiqué tan poco en su gran mundo.
— Te fuiste maldito, te fuiste hijo de puta cuando prometiste no irte — golpeé la almohada una y otra vez, dejando caer cada lágrima que reprimí. Sollozando y maldiciendo en voz alta. Me levanté, pero caí de rodillas.
No tenía ni fuerzas. tenía mi quebrantamiento y no había nadie para sostenerme. Lo extrañaba y no había pasado ni una semana de su puta partida.
Maldito amor, maldito él. ¡Maldita vida! Lo odio por hacerme sentir débil y miserable. Lo odio por hacerlo extrañar. Lo odio por volver a entrar a mi vida. Yo estaba bien sola, estaba bien con mi hija.
Pero no... él quiso adentrarse en mi hogar y mi vida, inmiscuyendo en cada rincón y llevándose mi corazón. ¡Se lo había dado todo! ¡Todo!
Seguí llorando, refugiándome en mi misma. Tratando de no pensar en él, cuando era inevitable. ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste? Arde... duele, mi corazón palpita desesperado, buscando el tuyo. Pensé que nos sanábamos las heridas, cuando profundizaste en la mía y la dejaste abriendo y sin cicatrizar.
Yo no era la mujer maravilla, era humana. Sentía, podía permitirme ser vulnerable y dejarme quebrantar. Aunque demostrara que soy capaz de todo. Pero todo humano necesita desahogarse y dejarlo todo, para luego retomar fuerzas y enfrentarse sólo al mundo después. Esto no me dejaría tirada, yo me recuperaría, como lo he hecho muchas veces. Y con un factor en común: siempre conmigo misma.
Aunque la razón por luchar siempre sería mi hija.
Me levanté con cuidado cuando a lo lejos noté una foto en la mesita de noche. La tomé entre mis manos, analizándola.Eran él y Shami abrazados. Sonreí con nostalgia al recordar ese día. Fue el día en que me dijo que lo único que deseaba era perderse con nosotras y nunca volver al mundo. En huir... Y por un momento pensé que se iba a cumplir, pero fueron más mentiras.
Antes era un recuerdo idealista, ahora es un recuerdo melancólico. No tiré la fotografía, solo dejé caer unas lágrimas, abrazando la fotografía. Aferrándome al recuerdo.
No lo puedo odiar, porque no se puede odiar a alguien que por años amaste y entregaste tu corazón. Odiarlo significaría odiar momentos de mi vida, que en su momento, me hicieron feliz. Aunque justo en este momento duele.
Pero dejará de doler, espero que dejará de doler. Dice que el tiempo todo lo cura, o todo lo olvida; o simplemente se aprende a vivir con el recuerdo.
No me di cuenta del tiempo, paseé ensimismada en mi misma, que no escuché la puerta de mi casa sonar. Dejé la fotografía de nuevo en la mesa y me encaminé a la puerta de entrada.
Quería que fuera él, pero fue otra sorpresa. Y no estaba segura si era buena o mala
— ¿Puedo pasar?
N/A: Se que he tardado muuuuucho en actualizar....
Y realmente lo siento bastante... ACLARO: nunca dejaré de escribir esta historia WUAJAJAJ tengo que hacerles sufrir antes de dejar la historia concluida JAJAJAJ
En fin... espero que les guste el capítulo. JIJI. Se viene lo grueso.
¿Quién creen que es la persona? DEJEN SUS APUESTAS, YO APUESTO MIL DOLARES A QUE FUE EL CARTERO. JE
btw: ayer fue mi cumpleaños. Lol. Pueden enviar sus felicitaciones y regalos atrasados. Just saying.
En finnnnnnnnnnnnnn, los adoro por ser como son.
Btw 2: dejen teorías locas sobre qué pasara en los siguientes libros, me han llegado ideas tan buenas y alocadas que alimentan mi imaginación y a la vez me preguntó porqué no escriben su propia historia. La teoría más loca se llevará un premio JEJEJ le pondrán nombre a un personaje.
Comenten que creen que pasará ahora... wujuuu el loquillo de Devon tiene una idea. ¿Se les ocurre algo?
Pronto habrá sufrimiento del bueno, espérenlo. Saben que su escritora las ama.
Y chicos guapos... recuerden que hay grupo de facebook y también un grupo de whats app, díganme por privado si quieren ser parte. ¡No se muerde ni nada! Somos gente buena... lol
Con amor, Bry.
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