Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XVIII

*NOTA DE AUTORA IMPORTANTE, CAPÍTULO CON CONTENIDO SENSIBLE* 

Capítulo 28.

—Alessandra la gorda, Alessandra la gorra

Hincada y tirada, con su poca dignidad. Arrastrándose con sus pies hasta el baño, cerrando la puerta con fuerza. Ella, débil y sola se echó a llorar en un rincón. Sin aquel rizado que alegraba sus días para sostenerla con fuerza, sin un amigo genuino que le dijera lo valiosa que era. Necesitaba ese recordatorio, lo necesitaba en el fondo de su corazón.

¿Era hermosa? Él, él chico que tal vez ella amaba, se había ido; y no podía recordárselo, pues era fácil de olvidar.

Gorda, horrible. Llena de pecas y sin gracia. Muy alta e inteligente. ¡Un monstruo!

¿Qué podía ella pensar tras mucha humillación? La secundaria era difícil y si no llegabas a los estándares necesarios que la propia sociedad te imponía, te destruía completamente; hasta dejar a un humano sin vida propia o amor... Dejarlo con el deseo de poder ser algo que nunca podrá llegar a ser.

Miró el retrete miles de veces por medio del espejo, luchando contra su interior. Si romper aquella promesa que le hizo a él, o dejarse llevar por la presión. Ella quería ver lo que él miraba, pero cada reflejo suyo le causaba desagrado, hasta repulsión. Miró de nuevo su rostro, rojo de tanto llorar y con algunos golpes que le habían proporcionado "sus amigas". Recordaba de nuevo sus palabras sobre el beneficio de adelgazar. Así iba a ser bonita, así los hombres se iban a fijar en ella y por fin sería aceptada.

Gorda, fea, gorda, fea.

Esas palabras se repetían una y otra vez en su mente, sin dejarla descansar o pensar. Se jaló los pelos fuertemente, queriendo salir de ese lugar. Lloro aún más fuerte y en su momento más débil, levantó su puño contra el espejo y lo rompió en miles de pedazos. Golpeó una y una vez, clavando los cristales entre sus nudillos y manos. Su reflejo en miles de pedazos, su autoestima por los suelos... la llevó a romper aquella decisión, a romper aquella imagen pura que la identificaba.

Llevó su otra mano a su boca y expulsa todo lo que estaba en su estómago.

Entre sangre y lágrimas ella misma comenzó su autodestrucción, viendo lo que otros ven en ella sin ser la verdad.

Ahí tirada, siguió lamentándose su decisión. Miró de nuevo su acción, sin saber que desde ese momento, todo estaba por cambiar.

***

Una libra tras otra, se notaba en la medida de su ropa. Cada vez más floja y cada vez más vacía.

Iba y venía, sonriendo con hipocresía. Encajaba con el prototipo establecido, pero no se aceptaba a ella misma. Buscaba con desesperación una identidad, la razón de vivir y su verdadera personalidad. Quería encajar

Levantó su blusa y sollozó, tres años seguidos de ocultarse. De verse tan delgada y demacrada. No comía y cuando lo hacía, lo tiraba.

Sin darse cuenta cayó al suelo sin ser consciente que tal vez, sólo tal vez, sería el último día de su vida. Del último suspiro que dio, de la última oportunidad que tuvo para amarse a ella misma.

Y sobre todo, de no romper aquella promesa que olvidó con los años y el afán de la aceptación.

***

Blanco y vacío. Cuerpos movilizándose de un lado a otro, el sonido de las máquinas y los llamados de emergencia. Ella abrió sus ojos, sin conocer la situación en que se encontraba. Vio a sus padres a su lado, llorando y lamentándose por ser tan descuidados y poner su trabajo antes que la familia.

Alessandra creció sin nada que le faltara, excepto la atención de sus padres.

Por eso cuando conoció a aquel muchacho que la protegía, encontró por primera vez una persona que se interesaría verdaderamente por ella. Que le cuidara de cualquier situación y cuando hacía falta, la defendía. Recordaba cómo se había enamorado de pequeña por él, luego entendió que era más como el hermano que nunca tuvo. Lastimosamente por cosas de la vida, él se fue sin despedirse, pero dejando su esencia impregnada en su corazón.

—¿M-ma-má? —susurró con la voz ronca. Sentía su garganta seca y apenas le salía la voz. Su mamá se levantó de inmediato y acarició su mejilla.

—Cariño... has vuelto con nosotros —vio a su madre que le miraba con temor y ternura, percibía la desesperación y la esperanza a su alrededor.

—Yo... lo siento mamá y papá —sus ojos empezaron a lagrimear y sus padre sólo le abrazaron, mostrándo que a partir de ese momento, estaban juntos en esto.

Y esa no fue la historia, tras un año de recuperación, esfuerzo y volverlo a ver a él en una pantalla, hizo que sus ganas de renovarse fueran cada vez más fuertes. Debía ser valiente, debía salir adelante por ella misma. Debía amarse, cuidar esa promesa que conservaba en su corazón y la mantenía viva, con la esperanza en ell misma.

Cada día miraba la balanza y se sentía orgullosa de su proceso. Desde la libra extra hasta su comida completa.

Ella estaba siendo renovada, estaba formándose para llegar a ser fuerte y que nada le derrumbara.

Una noche en su habitación, con lágrimas en los ojos, pronunció: "Lo cumplí Devon, lo cumplí".

Y sin más se fue a dormir por primera vez, con un amor propio que estaba más fuerte que nunca.

Aprendió que debía de amar su cuerpo, y ese amor la impulsaba a tener el peso ideal para ella, a estar sana. Ser gorda no era sinónimo de ser fea, y nunca lo será. Pero para ella, la imagen de hoy y ayer, era la misma, porque Alessandra era la misma, con un empaque distinto.

Perdió muchos amigos, pero ganó lo más importante: la confianza que depositamos en nuestro interior para conservarla, y luchar por ella.

Los humanos estamos hechos de caídas y errores. Algunos de ellos fueron por tomar el camino más rápido; otros, por el resultado de nuestro orgullo herido o la terquedad de querer tener la razón; otros tienen por no escuchar y otros simplemente estupidez. Y muchas veces, las más frecuente, es por hacer lo que los demás piensan que debemos hacer. Pero cabe resaltar que todos y cada uno de ellos, nos han formado para no volvernos a tropezar, teóricamente, porque volvemos a caer. Una y otra vez. Vaya humanidad. Hasta que tocamos fondo y reflexionamos; es en ese mismo instante, en ese momento, que el humano vuelve a levantarse. Y cuando se levanta, no hay nada que lo detenga.

***

Entrenamiento y esfuerzo. Día tras día madrugaba para lograr su objetivo: ser parte del cuerpo policial de la ciudad de Buenos Aires. Y todo iba bien en la academia de policías, hasta que ella lo conoció a él.

Leonardo; linda sonrisa, más que encantadora, guapo , y demasiado alto; el suspiro de cada mujer ingresada en ese departamento. ¿Qué oportunidades tendría ella?

Salida de recuperación, con un peso promedio y un poco desarreglada. Se notaban aún sus cicatrices y sus estrías. Su cuerpo había sufrido bastantes cambios pero estaba agradecida con él, le permitía respirar, caminar, hacer lo que amaba y disfrutar cada día.

Lo miraba en los entrenamientos, le sonreía de lejos y Alessandra parecía que no se quedaba atrás. Un día decidida, le invito a tomar un trago, quedó ilusionada cuando él aceptó.

Después de ese día, fueron tal vez tres citas, cuando ella pensó que irían a algo muy serio... Sería su primera relación. Vaya ilusión. ¿No? Pero no fue así. ¿Cómo una chica, como ella, pensaba que podía salir con alguien como él? Él no la tomaba en serio.

Esa noche lloró, pero se levantó con nuevas fuerzas. Era hermosa y valiente, si él no quería, él se lo perdía.

Después de casi un año, su cuerpo ya no era el mismo, entrenaba más fuerte, tenía más músculo aunque aún tenía sus cicatrices, comía lo que disfrutaba y se sentía feliz. Sus cicatrices eran señal de pelea, ya se sentía orgullosa por ellas.

Ella se sentía hermosa y no por el cambio físico, era porque había algo diferente en ella, había un brillo especial que todos querían tener; y era esa confianza en ella misma que transmitía.

¿Y cómo no? Inteligente y segura, flexible, tierna, fuerte, de bella sonrisa y resaltaba en todo lo que hacía. Aprendió que su belleza estaba en su corazón, que era algo que nunca iba a cambiar, su físico podría variar con el paso de los años, pero su corazón... ese siempre estaría con ella.

Ese hermoso que Devon le decía a diario, ese hermoso que Devon trataba de recordárselo y ahora ella entendía... era hermosa. Devon le dijo que era su sonrisa y sus ojos que le daban acceso a su alma y su alma era lo que la hacía hermosa.

Y fue en ese momento de su vida cuando conoció a su compañero en su trabajo: Aaron, el amor de su vida... vaya historia que hay que contar.

N/A 2022: 

Quiero que se lleven este mensaje y es el amor propio y es tan fácil decirlo porque no es fácil. La vida es un proceso y el amor propio es el más complicado. Los medios nos muestran un "ideal" y la verdad es que es difícil no compararse con otras personas o con los famosos o modelos. Es difícil yo lo sé, sé que los medios pueden ser tóxicos y los estándares de la sociedad son difícil de llegar y por lo mismo, los debemos mandar al diablo. Nosotros somos hermosos y nuestra belleza interior llega en diferente tipo de cuerpo y cada cuerpo es precioso. 

Les prometo que todas nos hemos sentido inseguras, alguna vez doblegamos a la presión social pero queda en nosotros seguir y cambiarlo. En amarnos y conocernos para saber que debemos dejar de compararnos. 

Si tienes algún trastorno alimenticio, por favor acude a profesionales y habla con alguien de confianza. Si conoces a alguien que esté pasando por eso, acude a los profesionales para que te guíen en como ayudar a tu familiar o amigo. 

Algo muy importante: nuestra boca tiene poder y no sabemos lo que podemos dañar a alguien con nuestras palabras. 

Los quiero y yo los veo como unas personas bellísimas. No dejemos que nadie toque nuestra identidad y nuestra sonrisa. 

CAPÍTULO DEDICADO A : @yamibrandann @@Smith_megan

Con amor, bry

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro