XVIII
Capítulo 18
"Fui y seguiré siendo tu ángel. No quise irme pero no me arrepiento de amarte. Oh amor mío, ojalá pudiera tomar tu mano y ayudarte a superar mi pérdida. Te amo, siempre lo haré. Te estaré protegiendo de tus mayores miedos y de ti mismo. No te rindas amor, este no es el final del camino".
Londres, Inglaterra. 24 de noviembre de 2018.
Decir adiós era inevitable. En un momento de la vida siempre hay que decirlo, desprendiéndose de las personas que amamos, que deseamos tenerlas un tiempo más en nuestras vidas. ¿Y cuándo por fin se va? Queda ese vacío, en que ni con una copa o dos se puede llegar a olvidar. Se hace más grande, se vuelve profundo y depende de uno mismo para descubrir cómo volverlo a llenar. La muerte es inevitable y el peor escenario para vivir.
Nunca hay que ver un vaso y ver cuánto falta para que se acabe, si no cuanto le falta para que se llenase. Y esa posibilidad la sentía lejana, la sentía infinita.
Miraba la copa una y otra vez, recordando cada momento, cada sonrisa, cada beso y la primera vez que pensé que había encontrado el amor que pasaría el resto de mi vida. Pero todo se acabó.
Ella ya no estaba.
Y era mi culpa.
Yo le miraba, dentro de una caja. Con una mirada serena y sus heridas maquilladas. Recordando cada momento junto a ella, lo que nos faltó y deseé vivir. Estuve sin poder hablar, comer o dormir, parecía una pesadilla viviente. Todo me golpeó en la realidad cuando su cuerpo era enterrado bajo tierra. Allí lo sentí, allí me desplomé y lloré. Sebastián me abrazaba junto a Daniel y yo solo podía llorar sin control. Grité su nombre desesperado, con la esperanza de que me escuchara. Era un grito de auxilio. El aire se iba de mis pulmones, la corbata me asfixiaba. Me la quitó Sebastián mientras intentaba tranquilizarme. Yo solo me aferré a ambos, no tenía fuerza ni energía.
"Samantha Harlow 1990-2018. Buena amiga, hija y novia. Su sonrisa era como el sol en el alba, cálido y hermoso".
Releí sin poder creérmelo las letras en la lápida, en la pequeña lápida. Me separé de ambos y me arrastré entre la tierra para acariciar los bordes de la lápida, sin poder contener las lágrimas, sin siquiera importar el mundo exterior. Ella ya no estaba y costaba decir en voz alta las cosas de las cuál yo me enamoré de ella en pasado, porque ella ya no estaba, se fue, para siempre. Ella... vivió. Todo era pasado como nuestros recuerdos y eso hacía que me consumiera en mi propia miseria y las nostalgias del pasado. Todo parecía absolutamente de negro, pintado, pincelado, cómo si la vida misma se encargara de recordarme que perdió su color. No recuerdo sus últimas palabras o la última vez que le dije te amo, sólo su cuerpo en el carro, perdiendo la vida a mi lado.
Era mi culpa.
Cerré los ojos alejando cualquier pensamiento que me atormentaba, que me señalaba y me hacía sentir miserable. Era una miserable, yo debía estar ahí, no ella.
Ella te amaba.
Ella luchó. Todo en pasado... ya no hay futuro para ambos. Y lloré y lloré porque ya no había esperanza para los dos. Decidí arriesgarme y perdí todo. La perdí a ella.
Sólo eran palabras que se las llevaba el viento, eran palabras de consolación que no dan ningún ápice de consolación, sólo me recordaban que el causante de que ella muriera, fui yo, solamente yo. Yo conduje, yo no reaccioné, yo no la salvé. El frío, el invierno, era como indagar en mi corazón; congelado y ciego.
Dejé las rosas blancas en su lápida, la tierra estaba recién puesta, la lluvia caía apenas y mi mente solo podía repetir una y otra vez las imágenes de ella muriendo entre mis brazos, escapando con mi amor, con lo que una vez soñé.
La gente sigue preguntando una y otra vez porque la amé tanto, y yo no sé como contestar y no quería. Todos pueden contar su propia versión, pero esta es la mía y no me juzguen por amarla, porque ella lo merecía. Sólo sé que un día la vi y lo supe, supe que me estaba enamorando perdidamente, aún cuando no era correspondido. ¿Pero qué culpa tenía? Ella era la esencia de lo que yo buscaba y mi corazón a gritos pedía que la tuviera a mi lado. Y la tuve en mis brazos y fui malditamente feliz.
—¿Por qué? ¿Por qué te la llevaste? No era su tiempo... merecíamos nuestra historia.
No se a quien se lo dije, tal vez a Dios o al vacío, al universo o a mi karma. ¿Por qué ella? Había gente peor y el alma más puro y que fue atormentado, le arrebataron la vida. No pudo vivir su felicidad.
Y sufrí, sufrí como nunca había sufrido por amor. Primero porque me alejó, luego porque sólo era su amigo, luego lo eligió a él, y por último, su último adiós.
Samantha se fue de este mundo dejando una huella en mí, una profunda. Pero también dejó historia en el mundo. Muchos pueden abrir su biografía en Wikipedia o simplemente leer todas esas revistas y darse un concepto de ella. Podías ver sus portadas, sus pasarelas y aún así... solo conocerías una parte de ella.
Se dejó maltratar pero luchó hasta ser dueña de sus decisiones.
Me lastimó pero yo aprendí algo con ella.
Aprendí amar de la forma más noble, de la real forma. No como los libros dictan, si no con el corazón y la mente unida. Porque me uní a Sam, con ella reconstruida, dejando el pasado y decididos a formar un futuro. Por eso la amo, porque con ella aprendí el significado del amor.
Vaya mierda se siente al perderlo, pero fue real y aún cuando la deseo a mi lado, tengo que vivir con la culpa de que yo fui el responsable.
—Devon... te dará un resfriado si te quedas ahí —me giré para encontrarme a mi hermana, sosteniendo un paraguas y sonriéndome con tristeza—. ¿Podemos dar una vuelta? —asiento y me levanto, dando una última mirada a su tumba, a donde sus restos descansaría.
Caminé sin ánimo, casi sin vida, en pura monotonía.
—Nunca la volveré a ver —susurro. El entierro fue más real aún, porque sabía que las últimas memorias que tuve con ella, eran las que iban a perdurar siempre en mi memoria porque una vez a tres metros sobre tierra, sólo quedaría las fotos, sus restos y su nombre en los labios de quien la recordarán. Yo no podría olvidarla.
—Yo... no sé cómo decirte esto. Quiero que sea el momento oportuno —suspiró—. El día que fuiste a prisión, ella te dejó una carta, más bien dentro de tu guitarra y yo la saqué luego de todo esto, no sabía si estabas preparado pero creo que la necesitas leer, pero quiero que estés estable... siento que necesitas escuchar esto para salir adelante.
Bajé la mirada y guardé las manos en los bolsillos de mi abrigo.
—Te lo agradezco. Gracias por estar aquí.
—Si quieres te dejo sólo para que puedas leerla, pero necesito que seas fuerte Dev, ella no hubiera querido verte así —colocó su mano en mi hombro y me refugió en sus brazos—. Siempre tendrás a la familia, recuérdalo.
Yo asentí y le di un pequeño beso en su mejilla. Mi hermana aún me amaba, aún cuando la expuse ante el mundo.
Mi familia seguía a mi lado. Por lo menos esa parte que yo amo no me abandonó. Mis mejores amigos viajaron hasta aquí por mí.
Alejé cualquier pensamiento y me quedé viendo el sobre improvisado que contenía la caligrafía de Sam, esa delicada y en carta que resaltaba.
Suspiré y la abrí con cuidado, oliendola, recordando que era su perfume favorito, chocolate y rosas. Como ella. Adentro, había una carta, doblada perfectamente en tres. Con una fotografía nuestra. Miré al cielo y tomé valentía antes de leerla.
"Son momentos difíciles para ti, lo veo en tu mirada. En cómo sufres en silencio por los que tu amas. Y sinceramente, es una cualidad que yo amo de ti. Es impactante ver como tú lo das todo por las personas que te importan, porque en el amor... todo se sufre. ¿No es correcto? Tampoco guarda rencor y tú tienes ese maravilloso corazón que no guarda rencor a pesar de que las personas a tu alrededor te han fallado. Yo te fallé. ¿Lo recuerdas? Claro que lo haces, pero decidiste amarme y no sabes lo afortunada que soy al tenerte en mi corazón. Porque vales oro y no importa lo que los demás a tu alrededor digan de ti. Eres fuerte, un hombre honesto sincero y fiel. Lo eres Devon y tienes un corazón noble. Te amo, creo que amarte fue la mejor decisión que pudo tomar mi corazón. Soy feliz, desde que estoy contigo me estoy descubriendo, encontré lo que significa la independencia, el amor incondicional y el amor propio. Soy la mujer que soy por ti, tu no te rendiste, luchaste por ambos. Ahora es mi turno de luchar por ti y para que sigamos adelante.
Soy tu novia y con orgullo lo portaré. ¿Los chismes? Que se vayan a la mierda, te amo y estaré hasta que todo esto termine.
Te lo escribo en una carta porque sé que estás enojado y ahora sólo quieres arrancar cabezas a quienes han expuesto nuestra vida, pero sé que si lo lees, me llegarás a besar y atravesaremos esto juntos, como el equipo que somos. ¿Era Savon? ¿O era Damantha? No lo sé, pero amo saber que estamos juntos. Amor no me dejes, yo quiero estar a tu lado y protegerte, consolarte y enseñarte que podemos solucionar esto.
Te amo, aquí estoy contigo, también tu hermana y tu papá. Y quiero que sepas que no importa que pase hoy a mañana o las consecuencias que tiene, yo te amo y estaré a tu lado.
Me recuperé y tengo amor propio. ¿Y sabes por qué sé que eres la persona con una gran capacidad de amar? Porque...
El amor todo lo sufre, lo cree, lo espera y soporta. Porque... ¿Qué es amor sin perdonar? ¿Sin esperarlo hasta que sea el momento adecuado? ¿Qué sentido tiene si no se soporta? ¿Si uno no cree a tal intensidad por amor? Porque es confiar en esa persona a ciegas, sin esperar algo a cambio y sin sufrimiento, no hay ganancia. Y tú creíste en mí, como ahora yo creo en que tú saldrás de esto como un ganador, que tú esperaste por mí como yo esperaré por ti amor, también todo lo has soportado y esta es una última prueba. Te lo prometo. Y para muchos, no te merezco, pero sé que sí. Porque somos humanos, y nos enamoramos Devon, eso se vale.
Tú nos proteges. ¿Pero quién lo hace contigo? Estamos aquí Devon, no nos apartes. Yo te amo, tu mamá, Ignacio y tu hermana, te amamos y mucho. Estamos juntos, déjanos protegerte, porque lo necesitas. Sé que quieres ser ese caballero con armadura blanca, pero ya lo eres y es tiempo de que te ayudemos, que sanes todas las heridas, y cicatrices. Te amo. Nada es tu culpa amor, eso debes recordarlo.
Quiero que le sonrías a la vida, porque este desierto sólo te hará más fuerte de lo que ya eres Devon. Tu puedes atravesar cualquier tempestad que te propongas y yo estaré a tu lado para sanar cualquier herida, como tú lo hiciste conmigo. Fuiste a la cárcel. ¿Y qué? Defendiste a tu madre y eso es de admirar, tú eres de admirar.
Te amo y si acabas de leer esta carta, déjala a un lado, quítate ese enojo, sonríe y venme a buscar porque te esperaré con un abrazo. También tu familia y es más, te cociné una rica comida que disfrutaremos juntos, luego vendrá el postre. ¿Quieres? Es especialmente para ti. Eres el amor de mi vida, te amo muchísimo, como no tienes idea.
¿Qué esperas? Siempre te estaré esperando con los brazos abiertos. Siempre estaré en tu corazón, a tu lado... y te prometo que no me iré.
Con amor, Sam. Tu Sam."
Pero yo ya no podía dejar esta carta y salir a buscarla, tampoco abrazarla, ni comer su comida porque ella estaba muerta. Y sólo podía aferrarme a su carta como sus últimas palabras, como su último te amo, como su último recurso para protegerme, porque así me sentía, desprotegido, vulnerable. Te quiero aquí Sam, quiero tus abrazos, tus te amo. No me bastó este corto tiempo que te tuve, te quiero para toda la vida. No fue suficiente. No me basta. Quiero más... más. No me basta que estés a mi lado, te quiero físicamente a mi lado.
Y no creo que esto sea fácil de superar, es algo que me ha marcado, para siempre.
Caí de rodillas sin siquiera pensarlo, dejándome envolver por la lluvia; ya no me importaba nada de nada. Sólo abracé la carta, lloré en amargura y logré repetir su nombre miles de veces, creyendo que con esto, ella regresaría, pero no fue así, estaba de nuevo solo.
Esa noche soñé con ella. Atesoré sus palabras y sus te amos, aunque fueron productos de mi imaginación.
Puerto Madero, Argentina. 2 de diciembre de 2018.
No podía volver, solo escaparme, encerrarme en mí mismo y nunca volver abrir los ojos. Dolía, porque aún la sentía, aún la extrañaba, aún pensaba que esto era un mal sueño; pero era mucho peor, era una pesadilla. Una que se repetía constantemente en mi cabeza, las imágenes de ella siempre golpeaban con fuerza, y no paraban. Se sentía como si fuese ayer, como si ella aún estuviera conmigo, pero era una ilusión que me alimentaba a diario. Ella ya no estaba, no volvería. Y era mi culpa.
Mi culpa.
—Whisky por favor —susurré y el camarero me miró dudoso, sabía que tenía una apariencia deplorosa, me doy lástima porque juré que jamás me desahogaba con el alcohol, pero todo era cada vez más fuerte que encerrarme en una habitación dejó de ser una opción.
Mi familia y amigos están preocupados pero yo les dije que estaría bien.
Pero no lo estaba y no creeré estarlo. Me sentía la escoria, un asesino.
No quería siquiera recordar su nombre, porque me recordaba la culpa de estar vivo. Y la prensa no ayudaba, mi familia seguía desprotegida y yo aquí como cobarde huyendo en vez de enfrentar la realidad.
Cuando me entregaron mi bebida, no la tomé... debía cumplir mi promesa. No volvería a caer, solo ruego al cielo que este sufrimiento se acabara. Me levanté para pagar y me fui, no caeré tan bajo como antes, soy más... fuerte.
Buenos Aires, Argentina. 7 de diciembre de 2018.
Y aquí estaba yo, en frente del el viejo edificio donde yo crecí, donde formé al Devon que hoy todos conocen. Esta casa me vio crecer, vio mis ilusiones y mi primer corazón roto y no mentiré que duele en lo profundo regresar pero creo que para sanar, necesito ir a mi primer herida, al primer momento que marcó mi infancia. Decidí volver, decidí buscarme por primera vez. Para perdonar, sanar heridas. Porque estaba dispuesto,
Era momento de sanar, de purificar mi corazón y alma. Incluso mi mente debía reconstruirse.
Porque Samantha no hubiera querido que me ahogara con mi culpa.
Yo debía seguir, cimentar las bases y conocer quien realmente era Devon. EL chico con la capacidad de amar sin medida. Debía dejar de huir, debía aprender a controlar mis emociones y sobrellevar el dolor.
Tenía que encontrarme de nuevo cualidades, en vez de atacarme al espejo con las viejas heridas, aquellas que te susurran cada defecto para hundirte.
"Por años nos protegiste Devon, es momento que tu debas protegerte, se lo debes a tu corazón"
Cerré con fuerza mis ojos, recordando las palabras de mi madre antes que yo me fuera. Cuando cogí una pequeña mochila, mi guitarra, un viejo balón que mi madre aún conservaba, cartas y una mudada. Porque quería desconectarme de todo y poder conectarme conmigo mismo.
Era momento de enfrentarme a la realidad, sin que nadie me la interrumpiera.
Cogí la primera carta y me dispuse a escribir.
"Día 1.
Soy Devon, tengo que aceptar que estoy lleno de heridas. Incluso culpas del pasado. Tengo una muerte que lleva acechándome, dedos que me señalan seguido, incluso voces que me dicen que no debería estar vivo. Pero aquí estoy y quiero ser fuerte. ¿Esta es mi hermosa última oportunidad? Porque quiero iniciar de cero, quiero conocerme y este es el primer paso.
Aceptarlo.
No buscar el amor en otra gente o querer ser correspondido, sino aceptarme como soy y amarme.
Debo dejar de sentir culpa, yo no soy el culpable. El culpable está preso... Él se llevó a mi Sam y ahora debo aprender a vivir sin ella. Respira Devon... pronto saldrás de este hoyo.
Porque con cada error, yo aprendí amar. Ahora me tocaba amarme, a dejar de culpar y odiar por lo que ya pasé. Porque merezco seguir y no ver las líneas que he trazado a lo largo de mi camino. He cometido estupideces como cualquier humano, pero eso es parte de la vida. ¿No? Y ahora toca reivindicarlo que me pertenece, mi felicidad.
¿Y quién sabe? Tal vez este lugar siempre me esperó, y me traerá nuevas sorpresas y memorias que valen la pena recordar. "
N/A 2022: La verdad es que mi yo de 18 años no sé que daño le hicieron porque la verdad es que si está bien fuerte y con ganas de llorar me dejó. Sean honestas ¿quién lloró con la muerte de Samantha y el dolor y el impacto que hizo en Devon? Yo sí. Y eso que yo lo escribí.
Este capítulo está dedicado a: @MimiCQ24 @KenelyMatarrita7 y @JohannaLoaiza28 SI QUIEREN DEDICACIÓN PIDANLA AQUÍ AQUÍ.
Con amor, Bry.
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