Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XVIII

Capítulo 18.

1 de diciembre de 2009. Inglaterra, Londres.

G A B R I E L A

"Me creerias que los sueños son solo sueños, y si se hacen realidad, es porque nunca fueron sueños sino siempre te pertenecieron. Imaginamos a lo grande, pensamos y soñamos pero nosotros con nuestras decisiones decidimos nuestro futuro. De niña creía y soñaba con convertirme en mi muñeca de porcelana, pensando en que en algún momento alguien me tomaría en brazos y me haría su princesa, me entregaría el mundo y que nada era complicado. Y Pero al final solo fue solo un sueño y la realidad me abrió los ojos. Mi realidad era otra, mi realidad no era ser una muñeca o una princesa, sino yo misma explorar el mundo de la forma más cruel pero me llevó a mi camino. No era de porcelana, era una mujer de hierro.

Todas mis decisiones me llevaron hasta aquí y aunque no pueda entender porque sufrí, si puedo decir que el rosal tiene espinas y belleza. No era una flor frágil, era una flor con espinas. Las espinas fueron mis barreras que solo el verdadero amor incondicional logró evitar.

No quiero ser frágil pero me siento vulnerable. Quiero llorar y desaparecer pero la vida me enseñó a que debo enfrentarme a mis mayores miedos. No puedo dejarme caer nuevamente. El monstruo que dormía bajo mi cama ya no está.

Mi nonna solía decir que una fantasía nacía desde los anhelos más profundos de nuestro corazón y que nuestra realidad se fusiona en un momento. Quisiera tenerla conmigo para besarle su rostro, bailar con ella y abrazarla toda la noche. Quería su consejo y cariño. ¿Qué necesito hacer? Nonna, estás en las estrellas y en la luna, tu calidez me rodea con cada recuerdo. La magnata que siento, la sensación de ver el reflejo de la luna en el agua, esas ondas que me transmiten paz, una paz que sobrepasa cualquier entendimiento. Esa magnanta es recordarte y amarte. Perteneces en mi corazón y ahora sé que puedo enfrentar lo que sea porque tengo tu resiliencia, soy una Leven, soy tu sangre y tu fortaleza".

-Te está demandando por difamación- tomé entre mis manos la demanda que Oscar Rhys Wellesley, el monstruo bajo mi cama, quien arrebató mi inocencia y mi decisión. El hombre que alguna vez creí amar y ahora su recuerdo era nulo. Por mucho tiempo sentí impotencia, porque nadie me creyó en su momento y tuve que callarlo y odiarme en secreto. Mi piel se quemó y se pudrió... Por mucho tiempo él fue el dueño de mis decisiones y mis tormentos. La amargura de llorar por las noches y hacerme creer que era mi culpa y merecía cada golpe y cada maltrato de su boca. Me manipuló a tan temprana edad, que llegué a creer que sin él no era nada. Solo era una niña bajo su merced. Sé que fue una víctima pero no me considero una, me considero fuerte porque logré superarlo. ¿Pero a qué costo? ¿Todas aquellas mujeres en mi posición también lo lograron? ¿O aún sentirán el ardor en su piel y creyéndose las mentiras de aquel que usó su poder y fuerza contra ellas? Tenía miedo de las repercusiones.

Mi abogado sabía que este caso lo teníamos ganado porque bajo la ley, yo no era responsable de lo que publicaban los medios y la información que habían accedido. Solo tenía diecisiete años cuando quería deshacerme de lo que fue, en su momento, el peor error y desgracia de mi vida. Me marcó para siempre y en vez de ser la víctima, era la culpable para todos. No soy una asesina, y aún cuando por decisión lo hubiese abortado, estaba en mi derecho.

Oscar me lleva cinco años y yo era menor de edad cuando teníamos una relación. ¿Por qué nadie dice que esa relación debía ser prohibida e ilegal. Los medios no lo dicen... solo dicen que yo soy la puta que no se hizo cargo de su responsabilidad. ¿Qué hay de él? Él siguió en su fantasía, yo fui repudiada y golpeada por mi propia familia; perdí mi hogar por completo y mis sueños. Fui dada por muerte.

Tal vez él me desea estar muerta, tal vez su conciencia le mintió para poder dormir en paz.

¿Debía yo sentir culpa? No

La demanda era simple, querían que yo diera un comunicado aclarando las notas de la prensa y una ratificación aclarando que Oscar Rhys Wellesley no estuvo involucrado en el aborto. No lo iba a hacer... No estaba legalmente vinculada a protegerlo, suficiente hice en el pasado. Yo sufrí las consecuencias y espero que él se pudra en las suyas.

-No lo haré

-Sé que tú no tienes la culpa de la nota de prensa pero es la familia real y de una u otra forma tienen poder.

-Que lo hagan porque aunque no soy ninguna víctima puedo usar ese papel a mi favor. Era una niña que en ningún momento tuve decisión. Puedo acusarlo de abusar de mí al ser menor de edad, puedo destruir su futuro como futuro rey de Inglaterra y si quisiera... hacerle pagar. No lo quiero hacer por mí, se lo debo a todas las niñas que son y serán víctimas de abuso... no quiero apagar mi voz porque ninguna voz se apagará, si esta grita con la verdad.

Daniel estaba en el sillón y yo me había roto, estaba llorando nuevamente. Me abracé a mi misma y fue cuando mi novio se levantó y fue hacia mí, besó mis manos y mis mejillas, buscando limpiar mis lágrimas.

-Haz lo que tengas que hacer... hazlo pagar - yo le miré con ojos de amor y le abracé. Daniel debería estar entrenando pero puso su trabajo en pausa para venir conmigo.

Ya no estoy sola... tengo apoyo y sé que puedo hacerlo.

15 de diciembre de 2009. Londres, Inglaterra.

-Ethan Willson, abogado de la familia real. ¿Está lista para realizar el comunicado? Y de forma inmediata levantaremos cualquier demanda en su contra.

Yo sonreí con hipocresía.

-Me sorprende que su cliente no tenga la suficiente valentía para hacerme frente, pero creo que usted es capaz de trasladar mi mensaje. Si siguen con la demanda, yo lo demandaté por violación, yo era menor de edad y aunque tenía la edad para consentir las relaciones sexuales, tengo testigos y cámaras de vigilancia que pueden demostrar que durante mi relación con Oscar... efectivamente sufrí abuso, maltrato verbal y físico. Me creerán porque yo tengo la verdad y puedo demostrarla- entonces le mostré el video que tenía, donde yo apenas tenía dieciséis años, Oscar estaba golpeándome y me había abofeteado. Recuerdo perfectamente ese día, yo salí de fiesta a escondidas con mis amigas y él se enteró y se volvió loco, creyendo que le fui infiel... me golpeó por contradecirlo y porque su orgullo de hombre no le permitía ver que podía tener una vida sin él-. Allí tenía dieciséis años y él tenía veintiuno. Usted sabe lo mal que se vería ante el público sí yo publicara esto e interpusiera mi demanda. No le conviene a Oscar, ni a su querida esposa ni a la familia real que el futuro rey de Inglaterra sea un abusador y un violador. Así que espero que la próxima vez que nos reunamos, él tenga el coraje para presentarse y plantarme cara, hablaré únicamente con él, negociaré con él.

Intenté no llorar pero estos días me había esforzado por recopilar los testimonios de los antiguos trabajadores de mi casa e incluso de su casa, muchos estaban dispuestos a hablar, también tuve que buscar las cámaras de vigilancia y tuve por primera vez, la suerte a mi favor. Lloraba porque era revivir mi tormento pero tenía que ser fuerte para proseguir. No debía ser débil.

Daniel me abrazó cada noche, no durmió porque si dormía, sentía que algo me iba a atormentar.

Tengo que ser fuerte.

-Nos vemos mañana en mi despacho - yo asentí, no me dejé ver débil, no temblé, no lloré, no dejé que escuchara mi voz quebrada.

Tenía una espada, tenía esperanza y tenía la verdad.

16 de diciembre de 2009. Londres, Inglaterra.

Mis manos sudaban, mi respiración se acortaba. Las paredes se encogía mientras iba subiendo por el elevador.

Mi mente quería decirme que estaba lista, que no estaba indefensa. Apreté la mano de Daniel entre la mía con fuerza.

Yo podía enfrentarlo, podía decirle la verdad en la cara sin quebrarme. Podía hacerlo.

Las puertas del elevador se abrieron, escuchaba de lejos a mi abogado preguntando a la recepcionista la oficina del otro abogado. Miré al techo, cerré los ojos por un segundo, me imaginé a ángeles a mi alrededor, una música de marcha que me guiaba a la batalla. Traté de concentrarme en lo que tenía por decirle... y cuando lo tuve enfrente... me quedé muda.

Todas las maldiciones, los insultos, la verdad que le quería gritar, no salieron. No me dejé tocar, estaba perdida. Todos se me quedaron viendo y yo abrí la boca pero no pude emitir un sonido. Yo solo volví a salir y la respiración se me habái entrecortado. Cerré los ojos reteniendo las lágrimas.

Él no había cambiado, era la misma persona que tenía en frente, aquella persona que odiaba con mi alma. Me derrumbé en el suelo, las miradas de las personas en los pasillos se me quedaban viendo. Estaba siendo una ridícula, no tenía la fuerza suficiente para enfrentarme.

Daniel salió después de mí, se agachó a mi altura y me abrazó.

-Si quieres nos podemos ir, el abogado se encargará.

Yo no dije nada, me quedé estática, efocándome en no llorar. Yo solo negué con mi cabeza y busqué tranquilizarme.

-No soy lo suficientemente fuerte -me dije a mi misma, más que para él. Daniel solo me siguió abrazando y dejando besos en mi frente.

Tomé cinco respiros profundos, imaginé todo lo que podría conseguir pero mi cuerpo aún estaba paralizado. Quería entrar a la habitación y enfrentarlo, pero no estaba lista, mi cuerpo aún no. No había sanado, o tal vez solo lo reprimí y traté de olvidar.

-Haz lo que necesites hacer ¿si? Sé que puedes... te he visto hacer lo imposible. Él no es nada... él no tiene poder sobre ti. Tu ya decides, ya eres dueña de tu futuro... no dejes que te maneje... ya no más - susurró en mi oído. Todos en ese piso nos miraban pero yo solo le abracé de vuelta.

-No puedo hacerlo -dije en voz baja, mi mente me recriminaba, me decía que lo hiciera por las víctimas, por mí y por la justicia. Las voces de mi cabeza me invaden, los sucesos se repetían una y otra vez en mi cabeza-. ¡Ya basta! - grité asustando a Daniel y a todos en el piso. temblaba, yo miré mis manos y cerré nuevamente mis ojos.

Gabriela, has llegado tan lejos... pero debes pensar en tí y en solo en ti.

-¿Nos vamos a casa amor? - le miré a los ojos, limpié mis lágrimas. No me había dado cuenta cuando había empezado a llorar. Mi cuerpo tal vez necesitaba un minuto para sí mismo, para ayudarme a enfrentar. Mi mente era otro mundo... estaba lista para combatir pero tenía miedo.

Debía recordarme lo que es para mí el miedo... un impulso.

Entonces me levanté, negué hacia Daniel. Tomé otro suspiro y con mano temblorosa abrí la puerta. De nuevo estaba él, enfrente de mí y sonriendo de forma hipócrita.

-¿Ahora quién es la que no tiene la suficiente valentía para enfrentarme? Claro... con todas las mentiras que me dice tu abogado.l

Entonces de miedo... ahora estaba enojado.

¿Mentiras? ¿Qué no era suficientemente valiente?

-Quiero decirte tantas cosas porque eres el peor ser humano que he conocido... tú sabes lo que me hiciste y sé que tengo las de ganar. Así que me vas a escuchar si no quieres que estemos en un juicio tedioso donde al final tú perderás, serás registrado como un abusador y ya sabemos que la familia real te va a desechar y quitar completamente el apoyo. Te ibas a casar conmigo por mi dinero porque ambos sabemos que estás en la quiebra. Nunca compartas secretos en la cama con la mujer que más has lastimado y traicionado su confianza. No tienes nada, solo un nombre que no te sirve de nada porque eres una desgracia.

Él se calló por completo, se acercó a mí y por instinto retrocedí.

-¿Me tienes miedo o qué? - mis piernas temblaban, mis manos se movían con ansiedad. Yo levanté la mirada... no podía doblegarme.

-Aléjate de mí y me vas a escuchar - puse una distancia entre ambos, mi cuerpo se empezó a tranquilizar-. Vas a admitir que me maltrataste, que te aprovechaste de mí. Harás un comunicado pidiendo perdón públicamente y abrirás una fundación con la familia real para apoyar a las mujeres que han estado en situación de violencia familiar. Y yo firmaré un secreto de confidencialidad y tu querida esposa no sabrá tu situación financiera y el gran fraude que les has dado porque tienes título pero no tienes dinero-sonreí con triunfo. Yo tenía las de ganar.

-No haré eso - se rió en mi cara, mirándome como si estuviera loca -. No he abusado de ti... tuve sexo contigo porque eras una rogada. Eso es lo que eres, me abriste las piernas y ahora no quieres pagar tus consecuencias. Fuiste y serás una puta... conformate con eso cariño.

Puta... para él eso era. En su mente retorcida jamás me hizo mal, sus golpes yo me los merecía, su maltrato verbal era para corregirme y él era la víctima en toda esta situación.

-Tienen videos de golpes... y esos videos si salen a la luz será mucho peor para ti - él miró a su abogado, luego a mí. Su mano temblaba.

-Son falsos... nunca le pegué a ninguna mujer.

-Claro que lo has hecho, y no solo a mí, también a los que trabajaban en tu casa y creo que puedo hacer que testifiquen en tu contra. Eres un maltratador, alguien que ha abusado de su privilegio y dinero. Si planteo la demanda, no eres ni capaz de pagarme por los daños y perjuicios. Ya no soy la misma niña débil que manejaste a tu antojo. Ya no soy la que puedes manipular. Aprendí a vivir sin ti, aprendí a odiarte... aprendí a que soy mucho más cuando no estoy contigo. Así que acepta mi trato o me encargaré de destrozarte. Yo ya he sufrido mucho y me toca el buen karma... en cambio tú... ahora vas de caída.

Oscar y su abogado se vieron, Oscar se miraba enojado y me agarró de los hombros para tirarme al suelo. Todo sucedió tan rápido que no pude reaccionar, mi cuerpo se había encogido, por instinto cerré los ojos... pero el golpe nunca llegó.

Yo estaba tirada en el suelo, Daniel se había interpuesto y había empujado a Oscar al lado opuesto.

-¿Quién te crees para levantarle la mano a Gabriela? - Daniel nunca se enfadaba, Daniel era tranquilo, paciente y nunca fue violento, aún cuando en los partidos los jugadores intencionalmente lo han golpeado. Daniel nunca se altera, Daniel sabe controlar sus emociones pero por primera vez tenía la cara roja, tenía a Oscar en el suelo agarrando su camisa-. Dimelo... ¿Cómo te atreves? ¿Cómo te puedes ver en el espejo todos los días? Sigues insistiendo en que no has hecho nada pero mírala... atrévete a mirarla - giró su rostro para que me viera-. Le has hecho daño... y no eres consciente de tus acciones. Te juro que te voy a destrozar por haber dañado a esa mujer... -entonces lo soltó. Oscar se miraba indefenso en el suelo, su abogado le tendió los papeles.

-Firma antes que renuncie - Oscar se levantó con cuidado, tomó los papeles y firmó el documento.

Entonces mi guerra interna terminó. Así lo sentí en ese momento.

Él iba a pagar lo que me hizo.

Y lloré... porque fui afortunada de tener justicia ¿cuántas mujeres todavía no la han tenido? ¿Cuántas aún tienen miedo?

Daniel me abrazó y me mantuvo en sus brazos, no me soltó en ningún momento. Cuidó de mí, se encargó de los papeles, de hablar con los abogados, de darme una ducha, ponerme el pijama y meterme en la cama. Me trató con cariño... cuidado y devoción.

Su tacto era mi hogar y sus brazos mi refugio.

Lo tenía a él... me tenía a mi misma y sabía que después de la tormenta vendría un arcoiris anunciando una nueva etapa.

Lo hice Melody... dejé mi remordimiento, dejé mi miedo y me permití ser libre al enfrentar mis demonios. Lo hicimos Melody, tal vez ya no estás conmigo pero te siento cada vez más cerca de mi. Perdón por no lograr ser tu mamá, por haber escapado y no enfrentarme a lo que me atormentaba. Ahora sí soy la madre que te merecías pero te fuiste muy temprano. ¿Tal vez así lo quiso el destino? Tal vez no era nuestro momento. Necesitaba sanar... y lo estoy haciendo.

Melody, ya no estoy sola... encontré un amor genuino y sin condición. Tengo un amor incondicional que me acompaña. Tú perdida me persigue pero ya no me estanca.

Seré feliz... puedo ser feliz y me lo merezco.

Lo que yo no esperaba es que no estaba de cerca de una nueva etapa brillante.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro