XV
Capítulo 15.
G A B R I E L A
"Quisiera mentir y decir que lo odio, de esa forma sería más fácil alejarme. Quisiera ser más fuerte para no rendirme ante mis sentimientos. Quisiera poder decir que su traición es lo suficientemente grande para no volver a caer en sus brazos. Quisiera pensar que el accidente y la pérdida me nublaron el juicio para pensar en una nueva oportunidad a su lado. Pero, en todo estaría mintiendo porque no hay segundo en que mi mente no pensó en buscarlo y decirle que lo perdonaba y lo entendía. Daniel siempre fue noble, nunca tuvo intención de lastimarme pero aún tenía la pequeña espinilla en que aún no estaba preparada en confiar plenamente nuevamente en él. No quiero ver blanco y negro, quiero ver nuestros matices y volver a intentarlo porque no quiero seguir adelante y arrepentirme de lo que pudo ser lo nuestro. No quiero más hubiera, quiero vivir mi vida, quiero arrepentirme, quiero llorar pero quiero reír y disfrutar mi camino. Ya lo he hecho, ya he llorado, ya he sufrido y ahora quiero disfrutar. Después de todas las opciones, decido volver a él, mi libertad me guía a él, la razón me recuerda la razón por la cual me fui pero mi corazón me recuerda el porque lo amé para empezar. En un momento el odio momentáneo se vuelve plausible y recuperable.
Quiero que esto nos haga más fuerte, quiero volver a ver sus ojos al despertar y que sus labios me digan te amo como aquella noche en donde le entregué mi corazón, mi cuerpo y mi alma". Quiero ser amada con imperfecciones y de forma incondicional, porque hoy... hoy decidí amar imperfectamente sin esperar que no vengan errores".
17 de julio, 2009. Madrid, España.
-Y aquí puedes dejar tu cepillo de dientes -Daniel me guiaba por su apartamento, todo era blanco, espacioso...
-¿Creés que por el momento podamos dormir en habitaciones separadas? Quiero mi espacio... al menos para acostumbrarme.
-Te daré el espacio que necesites ¿si? Este es un nuevo inicio para ambos, quiero que te sientas cómoda y en casa... porque desde que te fuiste aquel día, nada se ha sentido en casa como regresar a tus brazos. Y sé que suena muy cursi pero es que me has cambiado la vida
-El día del accidente, antes de caer inconsciente, tú llegaste. Mi mente te quería odiar pero también me hizo recordarte cuando pensé que podía morir. Allí comprendí que si salía de eso te tenía que buscar, porque de tanto tiempo tratando de luchar, sabía que tú te habías vuelto mi lugar seguro.
Sonreí inconscientemente y me refugié en sus brazos, acurrucando mi cabeza en su cuello y pasando mis brazos alrededor de su torso.
-Te quiero Gabriela y no tienes ni idea de cómo mi corazón se detuvo cuando me dijeron que podías morir. Te juro con mi vida que ahora serás parte de mi vida en todo sentido, porque te quiero en ella... no veo mi futuro si no estás- susurró contra mi cabello, en un segundo aparte un poco mi cabeza para conectar nuestras miradas.
-Quiero saber todo pero todo de ti... quiero conocer a Daniel, porque si decido estar en tu vida y tú quieres estar en la mía, debo saber quien es el hombre del que estoy enamorada y eso incluye sus defectos y sus mayores tormentos -él con su mano derecha cogió mi mentón, se inclinó a mí y dejó un tierno beso en mi frente.
Me sentía feliz... sonreí abiertamente. Estaba feliz a su lado, me sentía bien. No quería seguir luchando. Muchas veces para ser feliz debemos sacrificar, y entender que la gente se redime, la gente tiene imperfecciones y no significa que nos amen menos.
Esto se sentía bien, volver a él se sentía más que bien.
-Yo... soy jugador del Real Madrid... siempre me ha encantado el futból y es una gran parte de mí. Tengo dos mejores amigos... creo que el momento en que les cuento que me has perdonado me dirán que no te merezco y que deberías alejarte de mí. Ellos me advirtieron desde el primer instante en que te dijera toda la verdad.
Yo reí porque me miraba directamente a los ojos, me abrazaba fuertemente como si temiera que esto fuera un sueño y yo me marchara al segundo que cerrara los ojos.
-¿Cómo se llaman? - le miré porque por como hablaba de ellos, sabía que sus dos amigos eran parte esencial de su vida.
-Devon y Sebastian- Daniel me cogió de la cintura y me cargo para ir a la cama y ponerme entre sus piernas, frente a frente, entrelazando nuestras manos y apoyando nuestras frentes-. Pregúntame lo que quieras. Crecí siendo muy cerrado, no compartía mucho mis emociones o lo que sentía pero ante ti, quiero ser vulnerable y ser un libro abierto para que leas cada parte de mí y no hacerte pensar que existe algo entre líneas. Nuestros lenguajes de amor son distintos pero sé que aprenderemos a conocernos para que podamos comunicarnos y entendernos. Soy tuyo Gabriela, te lo digo desde mi corazón, seré lo más transparente contigo y tengo miedo de que vuelvas a irte y me rompas el corazón, porque en este instante me tienes completamente a tu disposición.
Daniel había creado un círculo de confianza, un lugar tan íntimo para hablar. Todas sus palabras fueron dirigidas a mi, no pestañeó y me miraba con amor y ternura. Era un hombre distinto, no era quien se tensaba ante una pregunta o evitaba un tema de conversación con besos. Se miraba con más confianza y más vulnerable. Estaba siendo vulnerable para mi.
Tenía la cara de un niño regañado, me daba ternura. Por un momento soltó unas lágrimas y yo besé sus mejillas para limpiarlas.
-¿Por qué tuviste tanto miedo de mostrarme quién eras? - yo acaricié su rostro con detenimiento, mientras que mi rostro se inclinaba para verlo. Era hermoso pero lo que más me encantaba de él, era la belleza de su alma.
-Eras diferente, no me conocías y solo quería escapar y parecías ese lugar seguro. Eres una mujer que llama la atención y me sentí intimidado. No sentía presión contigo, sentía que podía respirar y ser yo mismo. No solo te mentí a ti, me mentí a mi mismo en crear una burbuja. Fui egoísta Gabriela, porque te quería solo para mi que me olvidé que te necesitaba integrar en mi mundo. Lo lamento, tú merecías que te diera todo de mí y no pensé en ti.
Fue honesto y lo entendía, porque yo conocía su mundo. Quería ser empática pero lo que yo quería era que aun en la presión, yo siempre sería su hogar porque estaba complementando su mundo.
-¿Me quieres en tu mundo? Hoy podrían ligarte a una mujer loca, que huyó de su familia, un utero impredecible , una mujer que hace una semana era una mujer sin hogar. Tengo tantas imperfecciones...
- Sé que eres imperfecta ¿pero sabes qué? Lo maravilloso de ti brilla más que tus defectos y ese brillo llega a mi vida. ¿Tu pasado? Tu pasado es un tornado que dejó piezas por construir pero tú misma, aunque tentó tu fortaleza y en ningún momento tus paredes parecieron rendirse ante su fuerza y te decidiste a reconstruirlo todo. Te llevó paciencia, mucho más esfuerzo pero lo has logrado y te has convertido en la mujer que admiro. Buscaré protegerte Gabriela porque no quiero que mi mundo te dañe, una parte de mí tampoco quería eso para ti porque sabía lo que te podía afectar y dudé de tu fortaleza, que fue un gran error porque entre tú y yo, tú tienes mucha más resiliencia. Nunca más te volveré a subestimar-Daniel tomó aire y acarició mi mejilla-. Tu pasado te trajo hacia mí, tu pasado hizo que yo pueda amarte, te hizo fuerte y te hizo la mujer que yo admiro. Te amo. ¿Lo entiendes verdad?
-¿Me admiras? -puse mi mano encima de la suya y le miré con ternura, estaba tan enamorada. Si amas, entonces admira su fuerza. Sus palabras afirmaban y quitaban cualquier duda que tenía. A veces buscamos ver el blanco y negro en todo, en catalogar algo como bueno o malo, cuando hay matices y el perdón es el matiz del blanco y el negro y la fe es el color que rompe con el esquema.
Daniel me traicionó pero su traición no fue negra, también está los actos blancos de bondad y amor que ha hecho por mi; decidí perdonarlo y no catalogar a Daniel en el blanco y negro. Y porque confío en él, en lo que podemos lograr juntos y amarnos, decido ponerle color a nuestra historia, ponernos color.
-Puedo decir con certeza de que eres la persona más increíble que conozco, si un día tenemos hijos ten por seguro que les diré que peleaste contra dragones y quimeras, en que con fortaleza tomó una espada y venciste cada obstáculo de tu vida sin miedo alguno. También le diría que si hay un problema, mamá siempre tendrá las respuestas porque es muy sabia y lo conoce todo, porque ella siempre tiene la razón - sonrió de forma inocente -. Eso les diré porque ellos te van a admirar como yo te admiro cada parte de ti...
-¿Nuestros hijos? - sonreí inconscientemente. Daniel nos miraba formando una familia, había visto nuestro futuro juntos. Por más altibajos que habíamos tenido y una parte de mi cabeza decía que fuera con precaución porque podría salir herida, mi corazón gritaba que yo le amaba y que debía irme a ciegas en el nombre del amor. Yo me había arriesgado, me había desnudado por completo y estaba expuesta. La diferencia es que encontré un hombre que aun así, me atrapó en sus brazos y me cubrió, me quiere proteger y está dispuesto a exponerse a mi lado. Él, reconoce sus debilidades, me demuestra cada día sus fortalezas y me conoce tan profundamente que conoce mis debilidades y me ayuda a transformarlas en fortalezas. Le amo.
-Sí... nuestros hijos porque Gabriela, déjame informarte que yo te imagino en mi futuro... te lo dije aquel día. Compré una casa porque aunque no estaba seguro de lo que quería o podría hacer, en todas las alternativas estabas tú. Y sé que acabo de asumir que quieres hijos y- entonces empezó a tartamudear sin saber que decir y yo reí un poco -. ¿De qué te ríes? No es gracioso...
Hizo un puchero y yo sonreí.
-Si quiero hijos... solo si me prometes que estarás involucrados en su vida en cada aspecto... que no te pierdas ningún momento porque si hago mi vida contigo... en mi memoria debes estar en cada momento feliz. Te proyecto a mi lado Daniel... veo un futuro juntos.
-Gabriela... si sé que tienes quince lunares en tu espalda, en que tu color favorito es el verde pero no cualquier verde, sino el de las hojas de las plantas y que tu olor favorito es el de la miel. ¿Cómo me voy a perder lo que serán los mejores momentos de mi vida? Si te rogué para tenerte en mi vida ¿Por qué desaprovecharía seguir involucrándome en cada parte de ti? Si estoy contigo, estaré con nuestros hijos porque serán lo más bonito que tenga junto a ti. Además, si quieres yo también me pongo tu apellido y me lo tatúo en mi pecho. Quiero todo contigo Gabriela... quiero ser lo mejor para ti y para nuestros hijos. Soy un hombre nuevo y déjame presentártelo porque tengo más para darte. Eres mi pasado, mi presente y serás mi futuro, un día pondré un anillo en tu dedo y te recordarás de este momento en que no es una promesa vacía, es mi corazón entrando con el tuyo, jurándo lealtad.
Yo sonreí, puse mis manos en sus mejillas y le di un tierno beso.
Estaba llorando, nuevamente estaba abriendo mi corazón, dejándome caer en sus brazos por la misma fe que nos tengo. Confiaba en nosotros porque este Daniel era un hombre nuevo.
-Por más que quiero ir despacio contigo, se que te amo Daniel.
-Yo te amo Gabriela... y seré paciente porque mereces el tiempo y el mismo universo.
-¿Sabes que cuando te emocionas, tus ojos se vuelven color y ámbar y se te eriza el pelo de tu nuca - yo acaricié su cuello y solo nos pegó todavía más -, pero también pasa cuando tienes miedo... a diferencia que muerdes tu labio - yo paso mi mano por sus labios.
Miedo era perderme en el camino, emoción era la expectativa que tenía en el futuro.
-¿Qué hice para merecerte?
Me sonrió de la forma más pura e inocente, sin segundas intenciones.
-Lo mismo que yo hice para merecerte, amándote. Somos imperfectos pero me encanta nuestra imperfección porque juntos... nuestro amor imperfecto se vuelve perfecto.
19 de julio, 2009. Madrid España.
Daniel me dijo que esta vez quería hacer las cosas bien. Invitó a sus padres, a sus mejores amigos y a mi amiga Pilar para un almuerzo en el área social de su edificio. Cuando le dije que me presentara su mundo y su vida, cumplió su palabra.
Me dio su diario, me mostró sus miedos y me abrió la puerta a cada parte de él. Cada día le conocía más, incluso me puse a ver los partidos de su equipo con él. Ahora podía comprenderlo mejor, ahora podía entender porque me trató de apartar de la mira pública o incuso porque quiso un lugar seguro fuera de la fama conmigo. Quería un espacio seguro y ahora lo tiene, pero también me tiene en su mundo y sabe que puede confiar en mí para lo que necesite.
Seré su apoyo en su carrera, su columna para cuando piense que se derrumbará; y seré la puerta de escape cuando quiera tirarlo todo a la mierda. Seré su constante como él lo será para mí.
Ahora lo más importante para mí, era formar parte de su familia. Sé que Daniel adora a su familia, sé que es parte de él y quiero estar involucrada.
-Tu madre... no le agrado. ¿No estamos haciendo esto muy apresurado?
Daniel negó mientras me miraba de forma divertida, yo estaba dando vueltas en la cocina mientras esperaba a que la comida saliera del horno. Había preparado pierogi, era mi receta favorita porque la aprendí directamente de mi abuela y la que mejor me salía. Estaba nerviosa, hoy conocería formalmente a las personas más importantes para Daniel.
Estaba con un vestido blanco de tirantes, tenía el delantal negro de Daniel, mi pelo estaba suelto y me maquillé ligeramente. Quería dar una buena impresión, después de todo, quería formar parte de Daniel. No era la chica perfecta, de lejos lo era pero quería ser perfecta por una noche para agradarles.
-Mi mamá quiere verme feliz, estaba conmigo cuando me llamaron cuando tuviste el accidente. Sabe lo que sufrí cuando te fuiste ese día. Mi papá quiere conocerte, está intrigado por todo de ti. Mis mejores amigos son los más emocionados en conocerte. Por otro lado, Pilar me odia, ella si me quiere arrancar la cabeza.
-Pues me lastimaste, es obvio que como mi amiga quiere arrancarte la cabeza - me burlo de su expresión de terror.
Pilar es sobreprotectora conmigo, y prácticamente odia a Daniel aunque lo perdonó cuando vio que nunca se separaba de mi durante el tiempo que estuve en el hospital y me cuidaba.
-Ella si me da miedo...
-Debería - le sugiero y entonces suena el timbre por primera vez y yo me voy a ocultar atrás de Daniel, pegué un brinco y solo pasé mis manos por el delantal para limpiar el sudor que salía de mis manos. Estaba nerviosa.
Es tiempo...
Era tiempo de emerger y fusionar nuestras vidas.
* * *
-Entonces eres bailarina.. - la madre de Daniel bebía una copa de vino mientras me hacía pregunta tras pregunta, estábamos ella y yo a solas.
-Soy maestra de baile, bombera voluntaria y trabajaba como mecánica en un taller de carros.
-¿Y no has pensado en estudiar? Eres muy jóven y tienes mucho por delante - dejó su copa en la mesa y me miró de arriba hacia abajo
-Necesito trabajar para vivir, no podría estudiar - susurro bajando mi mirada. ¿Si quisiera estudiar? Claro que quisiera pero tengo que adaptarme a mi realidad y no puedo pagarla.
-Tal vez ahora que vives aquí pienses un poco más en tu futuro, seguramente mi hijo no te deja pagar nada y cubre tus necesidades básicas. Tal vez si invirtieras un poco en tu futuro...
-Con todo respeto, desde que vine a Madrid he logrado pagarme cada una de mis deudas y cuentas. No necesito a su hijo, no lo necesité antes, ahora tampoco. Invierto en mi futuro porque estoy invirtiendo en mi felicidad. Perdón si no estudio, estaba más preocupada por darme un techo y un alimento cada día. No tengo el apoyo de nadie, hasta que encontré en mi camino personas que me fueron ayudando poco a poco, ahora tengo a Daniel pero es mi compañero de vida... no quien depende mi felicidad. Soy feliz, ahora complementé mi vida con él y solo busco eso de Daniel.
-Bueno el amor que le tienes a Daniel te ayudó a salir de un albergue nuevamente ¿no es así? -me miró de arriba hacia abajo y bebió de su copa de vino con indiferencia. Sus palabras me habían calado fuerte pero no quería demostrarlo.
- Siempre fue mi sueño estudiar, había sido aceptada en la Universidad de Zurich para estudiar la carrera de economía pero tuve que huir de mi hogar e iniciar de cero, sin dinero, un techo o siquiera una persona en la que pudiera confiar -levanto mi mentón orgullosa porque no es que yo nunca pensara en mi futuro, yo lo tenía claro pero cuando uno hace planes y no se encamina a donde tienes que llevar, seguramente todo se va a desmoronar. Yo tenía planes, ahora tengo planes, distintos pero me emociona lo que me viene en mi futuro y sé que es exitoso porque planeo ser feliz-. Desde ese instante la única persona que ha estado para mi, soy yo. Así seguirá siendo, si estoy con su hijo es por amor y nada más, porque me gusta estar conmigo pero más bonito si estoy con su hijo. Y estoy orgullosa. Se que estudiando podría sacar un mejor trabajo pero no quiero depender de Daniel, si un día lo nuestro no funciona, se que tendré mi estabilidad para recuperarme y salir adelante, estando en un albergue, un apartamento o en la calle. Me he levantado demasiadas veces como para rendirme ahora. Soy feliz, una mujer con trabajados de medio tiempo, que hace y dice lo que le hace feliz, que no se ha arrepentido de nada en su vida, incluso de sus peores decisiones. Soy feliz y exitosa y eso no me lo puede arrebatar nadie.
Entonces ella sonrío, y yo quede confundida.
Pasó de ser la inquisidora que me quería matar con la mirada, a darme una mirada más maternal.
-No eres la nuera que soñé pero puedo ver lo que mi hijo vio en ti. Te ama... estoy segura. Él daría todo por ti y sé que tú por él. Se que no estás por su dinero, sé que lo que hizo mi hijo estuvo mal y te admiro por la fuerza que tienes para tragarte el orgullo y haberlo perdonado para luchar por su amor. Eres fuerte... eres una leona y necesitamos más leonas en esta familia -cogió mi mano entre la suya y dejó un anillo de oro con forma de una V en mi dedo-. Bienvenida a la familia, se requiere valor para dominar a un Viscasillas. Te tengo dos consejos sí, Daniel no es tan fuerte como tu, cuidalo por favor. Odié verlo con el alma partido porque desde yo puedo ver que no es un amor cualquiera, es el amor que todos envidian. Ese amor que no espera lo perfecto, que conoce hasta lo peor de la otra persona, y aun así con cada defecto, se vuelven a escoger una vez porque reconocen que hay algo más fuerte que la perfección, y es cuando el alma encuentra su gemela para consolarse.
Sonreí con ternura y le abracé.
Sabía lo importante que era para Daniel la familia y ser aceptada por su madre era un respiro para mí.
Amaba a Daniel y mi pequeña ilusión se expandió. Lo amaba tanto que me aterrorizaba hacerlo.
* * *
-Yo le dije al imbécil de mierda que no te mintiera, yo fui la voz de la razón aunque no parezco eh. A veces me da un destello de sabiduría -Devon hablaba, el amigo rizado de Daniel. Era toda una personalidad, loco, espontáneo y sin un pelo en la lengua. Me encantaba, tenía una energía atrayente.
Los amigos de Daniel eran lo opuesto a él. Devon era loco y hablador, Sebastian era prudente y callado. ¿Daniel? Daniel era la paz.
-Debiste escucharlo - dije divertida a Daniel y acercándome para abrazarle y darle un pequeño beso en su mejilla. Al menos sabía que tenía amigos que le apoyaban.
La pasión de Daniel era el futból y sus amigos, era un sueño que luchó por alcanzar y estaba orgullosa. Jamás imaginé lo importante que era Daniel en su mundo, las copas que había ganado, los premios que había alcanzado y menos la admiración que tienen los niños en él.
Me imaginaba a nuestro futuro hijo jugando con Daniel a la pelota, Daniel le enseñaría a jugar y nuestro hijo lo admiraría como los otros niños en el mundo. Sonreí inconsciente, quería ese escenario, lo quería a él.
También tener sexo con él en los vestidores después de un partido, suena fascinante.
-También le dije que si era un idiota yo te conquistaría -bromeó mientras acariciaba las mejillas de Daniel -. Porque por más guapo que sea y tranquilo que se vea, a veces no le funcionan las neuronas y es lento.
-Suerte de él que los idiotas lentos son mis favoritos -abracé su cuello con ternura y yo le miraba con amor. ¿Cómo no amarlo? Mientras hablábamos con sus mejores amigos, nunca dejó de hacerme sentir cómoda en el ambiente y haciéndome mimos.
Me gustaba sentirme nuevamente en casa y creyendo en un lindo futuro a su lado.
Estaba emocionada, era un nuevo comienzo de nuestra historia.
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