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XIV

.D A N I E L

"Si el olvido fuere selectivo, no habría daño ni caos ni turbulencia en nuestros pensamientos, por lo que podría ser la solución a nuestros problemas, pero al mismo tiempo repetiremos los mismos errores una y otra vez. Tal vez olvidar es una cura efímera, superficial y momentánea. Si olvidamos nuestras memorias, dejamos de ser nosotros poco a poco, escapando de la realidad y viviendo en paramnesia.

Y abrió los ojos esa noche, confundida y sin una pizca de felicidad. Parecía que su alma la había abandonado junto con su esencia particular de amar la vida. La había despertado, estaba con nosotros pero no era ella. Una parte de mí pensó que la perdería, aunque ya lo había hecho y no tenía reclamo alguno.

Esa noche todo cambió, fueron tantas emociones, tanto dolor y pérdida que nuestras vidas no serían las mismas. Ahora ya no solo compartimos un pasado, sino un recuerdo que nos marcaría y uniría más que nunca."

15 de julio, 2009. Madrid España.

Los médicos la rodearon, las preguntabas la atormentaban. Ella se miraba perdida, apenas podía pestañear o respirar tranquila. Estaba desorientada, le dio un ataque de ansiedad. Nunca la escuché quejarse aunque su cuerpo completo estaba en dolor, y lo podía sentir, ella quería demostrar que era fuerte. No la vi permitirse sentir, porque lo primero que hizo fue preguntar por el niño, preguntaba por sus compañeros y si lo había logrado su equipo.

No se dejaba tocar, estaba inquieta, no quería que nadie la tocare hasta que le contestaran sus preguntas. No quería intervenir porque no estaba seguro si ella me quiere aún a su lado, seguramente en otras circunstancias me hubiese mandado a volar, pero en este momento me era instintivo querer proteger a la mujer que amo. Quería que sintiera mi apoyo, que sintiera tranquilidad y cogí su mano e hice que me viera a los ojos ante el caos que la atormentaba. Quería llorar, sus ojos estaban con lágrimas.

-Salvaste al niño, está con su madre en casa. El fuego se apagó, la comunidad abrió un albergue para los damnificados. Ninguno de tus compañeros está lesionado y así como tú cuidaste de todos ellos, debes de cuidarte tú. Deja que te hagan los exámenes, nadie quiere verte herida. Tienes a muchos ángeles preguntando por ti y desando tu más pronta recuperación - pasivamente, ella me miró con una sonrisa, apretando mi mano. Quería llorar pero solo se recostó en la camilla para que los médicos la atendieran.

Una vez le dije eso, vi su alma en paz, aunque aún tenía sus tormentos internos. Todavía tocaba la peor parte, la parte más sensible para ella... estaba embarazada y ella no tenía ni la menor idea. No quería que sintiera culpa, ella no la tenía y nunca la tendrá.

El tiempo pasó, todo estaba bien con ella, no tenía secuelas y sus heridas sanarían eventualmente. Tendría reposo obligatorio, alguien tendría que cuidarla.

-Yo lo haré, yo me encargaré que tome la medicina, que no haga esfuerzo, que venga a sus citas y lo más importante, que ella esté bien -no dudé ningún segundo, alguien tendría que estar para ella como ella siempre está para la gente que ama. En ningún momento solté su mano, traté de apuntar todo lo posible de las recomendaciones del médico porque ella no estaría sola. Yo le ayudaría y no porque quisiera regresar con ella o recuperarla, sino porque la amo y si tengo en mi poder el hacer algo para su bienestar, lo haré; y sé que será terca y buscará mil motivos para alejarme, pero no la dejaré. Sé que ella es capaz, puede hacer cualquier cosa si ella se lo propone, pero quiero estar para ella cuando ella pida mi ayuda.

Entonces fue cuando entró la ginecóloga, Gabriela no tuvo tiempo para objetar.

-Buenas tardes Gabriela, mucho gusto soy la Doctor Kepner, tu ginecóloga a cargo durante tu ingreso. Tengo unas preguntas que hacerte y ponerte al día, sé que puede ser muy abrumador porque has estado dormida mucho tiempo y para tí pareciera horas. Trataré que este proceso sea lo menos tedioso para ti.

Gabriela estaba abrumada y confundida, seguramente tendría mil dudas y quisiera gritar a los cinco vientos. Su vida había dado un cambio drástico que no esperaba y no estaba dentro de sus planes.

-No lo entiendo... - la voz de Gabriela salía rasposa, le costaba articular un poco las oraciones. Cerró los ojos por diez segundos y soltó mi mano para acariciar su entrecejo.

-Señorita, usted está embarazada y su estado es muy delicado. Por ello necesito que me conteste algunas preguntas para que pueda tratarla y que su embarazo no conlleve ninguna complicación.

Instantáneamente Gabriela llevó sus manos a su vientre, se paralizó y ni pestañeó.

-¿Ha estado embarazada en el pasado? ¿Ha sufrido de algún aborto planeado o espontáneo? - el médico indagaba sobre su pasado, la miraba agobiada, la miraba sufriendo y sin saber que responder. El tema había cambiado abruptamente, y Gabriela lo había notado, estaba entrando en pánico. Ella apretó más mi mano, me miró pidiendo explicaciones y sólo quise transmitirle de que todo estaría bien, que nadie la dejaría, que tenía el apoyo que ella necesitaría y sobre todo, que no se repetiría el pasado.

Ella no estaba obligada a nada, ella era la dueña de sus decisiones y no sería juzgada ni señalada. Me tendría en todo momento. Yo lo que quería era su paz.

-¿Y esto qué tiene que ver? ¿Qué son estas preguntas? Es mi privacidad - ella se miraba mareada, no quería responder. Sabía el dolor que le producía en tal solo recordar a Melody....

Era recordar su punto de quiebre, el momento donde todo cambió para ella y tuvo que huir de la fantasía para emprender en la realidad. Era su punto cero, su punto de partida, donde por mucho tiempo gritó para ver la luz y evitar ahogarse.

Esta vez no volvería a caer, ella ya ha renacido y ahora solo terminará de hacerse más fuerte.

-Lo lamento señorita Leven pero es necesario saberlo, usted sufre del síndrome antifosfolipídico, una enfermedad autoinmune. Y es necesario saber su historial médico para poderlo tratar y darle el medicamento necesario -el médico se miraba serio- usted está embarazada y en este caso, si quiere seguir con el embarazo, es necesario el mejor cuidado posible para evitar que pierda al bebé, un reposo total, cero esfuerzo, tener vigilancia cuidadosa porque su salud está muy débil. Si quiere seguir con el embarazo debemos realizarle todos los laboratorios y análisis pertinentes para evitar un aborto

Gabriela me miró a los ojos, su mirada tenía terror. La palabra aborto era su pesadilla, era su forma de recordatorio que antes no tuvo opción pero ahora no solo tenía opciones sino tenía apoyo.

- Hace unos años tuve un aborto espontáneo... tuve preeclampsia y mi cuerpo no lo soportó después de una caída por las escaleras- mintió en lo último para protegerse pero era un gran paso para ella abrirse en este tema. Estaba incómoda y sus manos automáticamente fueron a su vientre, quería protegerlo, apenas sabía de su existencia y ya la miraba determinada-. ¿Qué es lo que tengo que hacer?

-Como su doctor debo serle honesto y este embarazo puede poner su vida en riesgo, usted tiene antecedentes de pérdida fetal y preeclampsia, además, que usted llegara a este hospital es un milagro, de lo contrario, no hubiésemos podido diagnosticarle tromboembolismo arterial que no está grave pero el embarazo solo lo puede empeorar. Básicamente, derivado del síndrome antifosfolipídico, su cuerpo está generando más anticuerpos y le está produciendo coágulos innecesarios, estos coágulos o está interrumpiendo que la sangre fluya por su pierna. Debemos realizar más exámenes para descartar que tenga otra enfermedad autoinmune. Todo esto es para su bienestar y la del feto

Vi cómo su mundo se derrumbó en un segundo, como aguantaba su llanto y gritos.

Su cuerpo la estaba atacando, su propio cuerpo podría matarla.

Nadie merece seguir recibiendo malas noticias. Gabriela venía fortaleciéndose aún cuando venía desde cero, y ahora su mundo parecía derrumbarse. Gabriela se había quedado nuevamente sin hogar, ahora estaba grave de salud y podía perder un motivo por el cual, desde el segundo cero, se ha aferrado.

Su rostro lo dijo todo cuando supo que estaba embarazada, había encontrado en ella la decisión, estaba seguro que no le fue difícil. Aunque no quería que sintiera culpa del pasado o que ella estaba en las mismas condiciones que en el pasado.

Cuando el doctor se fue, ella cerró los ojos y empezó a llorar. Me quedé paralizado sin saber que hacer, sin saber como reaccionar.

-No importa la decisión que quieras tomar, estaré aquí para ti. No estas sola Gabriela y no lo volverás a estar. Por más que me quieras dejar ir, estaré hasta que esté seguro que estés bien - acaricio su mejilla-, tienes mi apoyo incondicional y sé que no he sido lo que tu mereces pero permíteme estar contigo - yo tenía lágrima en los ojos porque odiaba verla mal, odiaba ver como su pesadilla se repetía. No quería que ella sintiera que tenía la culpa de algo -. Esto va más allá de nuestras posibilidades y capacidades, esto no tiene nada que ver contigo y estoy seguro, puedo jurar con mi vida, que eres una leona que haría todo lo posible para cuidar lo que ama. Sea la decisión que tomes, dime que hacer por ti, porque sé que no necesitas ser rescatada pero también sé que no puedes estar sola y estaré allí... aunque luego me tenga que marchara.

Ella solo me abrazó y rompió a llorar, la volví a ver quebrada... la vi vulnerable. No habló, solo lloró por horas, yo no sabía que hacer, no sabía que decirle para consolarla, pero decidí callar y ser lo que ella necesitaba.

Fue una promesa inquebrantable, una promesa que perdurará por mucho tiempo, aun cuando yo no lo supiera. La amo, es la mujer de mi vida, la he escogido y estaré con ella a cualquier costo. Seré lo que ella necesita por el momento, le demostraré que no está sola y que es dueña de todas su decisiones a partir de entonces, y si su decisión, después de todo esto, ella ya no me quiere más, lo respetaré porque la respeto a ella.

G A B R I E L A

-Eres una asesina, nunca serás una buena madre. Lo que hiciste no tiene ni perdón de Dios. Decepcionaste a tu familia, a tus antepasados, pero sobre todo, a la pobre criatura inocente que no tenía la culpa que su madre fuera una puta, irrespetuosa.

Su voz me retumbaba, me perseguía y atormentaba, solo que había una pequeña diferencia... no causaba efecto negativo en mi, ya no me paralizaban, ya no tenían poder sobre mi.

Por la persona que más me debía amar, fui llamada puta, denigrada a ser la sucia y la deshonra de la familia. Antes, sus palabras me destrozaban, ahora me recuerdan lo fuerte que puedo ser.

Podía escuchar su voz una y otra vez, insultándome mientras la doctora me decía que estaba embarazada y que mi salud peligraba.

No soy una asesina ¿o lo soy? ¿tan mal estoy para pensar en no ser mamá? ¿Y si no estoy lista? Y si no quiero... ¿y si no soy suficiente? Por primera vez las interrogantes desaparecieron y me pregunté ¿qué es lo que realmente quiero?

Volvía sentirme abrumada, sentía que la habitación se encogía, que el oxígeno no me llegaba a los pulmones. Daniel cogía mi mano y yo la apreté más fuerte. Debía calmarme, tenía tiempo y yo tenía el poder hoy.

Estaba vulnerable delante de él, desnudé mis miedos nuevamente y otra vez sentí su calor y su hogar en mi corazón. Me había dicho nuevamente que me amaba, y lo creía. Sé que me ama y no puedo negar que yo también lo amo, que el dolor que sentí por la mentira fue porque me había expuesto tanto delante de él que me sentí traicionada. Pero no podía negarlo, no podía seguir huyendo de lo que siento por él. Daniel me ama y yo lo amo, seguí huyendo nos haría daño.

La sociedad me condición a que solo tenía una opción, y aunque duele y me atormenta, existen más opciones y no me dejaron elegir en el pasado pero ahora tenía todo a mi favor y mi poder.

-No quiero perderlo como perdí a Melody pero me está consumiendo por completo, no me he podido cuidar yo misma este tiempo y lo he perdido todo ¿cómo podría podría cuidarlo? Nunca seré una buena madre, nunca podré proteger a nadie... no lo hice en el pasado con Melody y menos con nuestro hijo... no he comido bien, me he esforzado el triple, arriesgue mi vida en el incendio... no he dormido y lo peor de todo es que no te he olvidado y eso me ha consumido por completo en mis noches de insomnio.

-Nada es tu culpa, tu no sabías que estabas embarazada, hiciste todo lo que pudiste y estuvo a tu alcance para salir adelante. Te lo dije en el pasado y te lo sigo diciendo, eres una guerrera que nada la detiene y es imparable, conquista lo que quiere y no se deja intimidar. Cada cosa que se propone lo logra y cada desafío lo enfrenta. Está bien necesitar ayuda y ser vulnerable, no podemos ser autosuficiente. Te admiro, nunca te culparía de nada porque sé que haces tus mejores esfuerzos cada día para levantarte de la cama y luchar... aunque la gente te ha decepcionado y uno de ellos he sido yo. Perdóname por ser un imbécil y no haber estado allí para ti cuando más lo necesitabas. Ahora estoy aquí... déjame estar porque lo haré, lucharé para permanecer a tu lado. Te amo Gabriela, siempre lo haré. Y porque te amo, sé que tú sabes lo que es mejor para ti. Mi mayor error fue anteponer mis deseos a los tuyos y no pensar en las consecuencias de mis acciones, ahora te pido una nueva oportunidad.

Respiré profundo para tomar fuerzas y continuar con lo que tenía planeado hacer. Estaba decidida, en mi mente recordaba todo lo que viví con él... ¿Podía perdonarlo? La respuesta era sí.

-Te amo Daniel porque sentí que robaste una parte de mí cuando me mentiste y no sé si confío en ti pero te necesito de una manera que no sé explicarlo. Me está consumiendo y no sé si quiero seguir suprimiendo mi idea de dejarte cuando es obvio que el mundo me trae nuevamente a ti.

Suspiré por un largo tiempo, tratando de calmar mi respiración. Extendí mi mano para acariciar su rostro con ternura, sus ojos brillaban al verme mientras me escuchaba con atención, no perdía mi mirada y eso hacía que me recordaba la profundidad y la facilidad que él tenía de ver mi alma a través de mis ojos. Estaba cansada pero aún así tenía un aliento de valentía que conservaba para luchar por mi.

» Por favor... si te pido que te vayas lucha por mi, no te rindas conmigo. No esta vez... lucha para recuperar mi confianza porque sé que quiero estar contigo. Estoy muy cansada como para luchar contra mis propios sentimientos y la vida es muy corta para seguir pensando en lo que hubiese pasado.

Cerré mis ojos, quería dormir pero quería hablar con él, quería estar con él. Un rato más.

-Estoy aquí para ti, como tú me quieras a tu lado. Te amo Gabriela y a partir de hoy no te volveré a mentir, formarás parte de mi mundo y sea la decisión que tomes, tomaré tu mano porque te amo y no me volveré a rendir contigo.

Cuando escuché eso de sus labios sentí una paz después de mucho tiempo, tenía su apoyo incondicional y eso era lo que necesitaba oír.

-Sé que lloraré y sé que me dolerá, esto me va a consumir por completo, te mentiría si te dijera que estoy lista para tenerlo porque no es así. Necesito luchar por mí, ponerme a mí de primero y pedir ayuda, porque ya necesito saber a donde quiero ir, para mantenerme firme y que ni el viento me arranque de mi lugar. No quiero seguir con el embarazo.

Estaba desesperada, estaba llegando a una crisis pero el me abrazó y allí supe que no necesitaba nada más, lo necesitaba a mi lado porque me cansé de estar sola, me cansé de luchar, me cansé de querer ser autosuficiente.

Tenía su apoyo, podía respirar.

-Sé que muchos podrían verlo como una segunda oportunidad, pero aún no estoy lista... Quiero ser madre, no sé si ahora... y siento que se me acaba el tiempo para elegir- Daniel me miraba fijamente y cogió mi mano-. ¿Qué opinas tú?

Daniel se quedó plausible con mi pregunta, se acercó a la camilla y cogió mi mano entre la suya.

-No es que opine yo, si tu decides seguir con tu embarazo, yo te apoyaré en todo lo que necesites. Si no lo quieres, todo estará bien, al final es tu cuerpo y lo respeto porque te amo. Sé que tomarás la mejor decisión. Y sobre cualquier deseo mío, está tu salud y tu autonomía.

Por primera vez, sentí que tenía opciones, en que nadie me juzgaría, porque él me miraba con amor y solo me hizo olvidar las razones por las cuales me había convencido de odiarlo, cuando jamás podría odiar un amor tan fuerte y latente como el que tengo por Daniel. Sus palabras eran mi calmante.

Lo amo aun, lo extrañé y sufrí todo este tiempo pero era demasiado obstinada como para admitir que no quería dejarlo ir. Lo quería a la par mía, quiero que busque mi perdón y recupere mi confianza.

Estuve días en una camilla y él nunca se fue. Escuchaba su voz todas las noches, me leía Alicia, peinaba mi cabello y pedía por mi salud.

Él estuve aunque lo alejé.

Pero sobre todo... me permitió elegir...

Tomé una bocanada de aire, analizando mis opciones y por primera vez me quería elegir a mí, mi salud y mi felicidad.

Esa noche dormí tranquila, sabiendo que no estaba sola, pero nada me podía dejar tranquila, la vida se ensimismaban en no dejarme descansar y en elegir. El tiempo no funciona conmigo, el tiempo me pone a prueba, la vida cree que soy un fuerte soldado cuando poco a poco me quiebra sin dejar un respiro.

Había sufrido un aborto espontáneo a media noche, mi cuerpo rechazó al feto, mi cuerpo estaba en sintonía con mi mente, pero dolió... algo me fue arrebatado nuevamente, aunque también fue un alivio para mi corazón.

El sentimiento de saber qué era lo necesario, pero a la vez un sueño anhelado perdido pero que aún no estaba lista para afrontar. No sentí culpa, pero lloré toda la noche en sus brazos.

En mis sueños pensé en Melody, que tenía otra compañía y que probablemente en mi mente estarán, recordándome que aún soy fuerte.

Lloré por la perdida, mi cuerpo estaba a mil, mis emociones a flote pero sentía paz. No quiero sentirme culpable por sentirme aliviada pero lo siento de esa manera.

¿Por qué me pasaba esto? Estaba cansada y solo quería ser feliz. Debía darme la oportunidad para ser feliz y este era el primer paso.

Tengo que pensar en mí. No estaba siendo egoísta, estaba siendo humana.

N/A: Honestamente tengo haces meses este capítulo pero aún no sabía como continuar, tenía dos opciones y confié en lo que mi corazón me dijo. Espero que les guste... espero que les guste el reencuentro de esta pareja que cada vez me encanta más. ¿Qué creen que pasará después con Gabriela y Daniel?

Los amo mucho mis amores y gracias por esperarme.

Con amor, Gaby.

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