IV.
Capítulo 4.
— ¿Está lista señorita? — miro el suelo blanco bajo mis pies, no podía dejar de mover mi pierna y mordí mi labio fuertemente. Tenía miedo y me sentía más sola que nunca. ¿Y si mis padres se enteraran? Estaría muerta.
—Dígame que esto es mentira — susurré con un pequeño temblor en mi voz. Tenía la garganta seca y me sentía mareada. Esto no podía ser cerdas.
Yo cogí con mis manos temblorosas el resultado y salí corriendo del lugar. Mis piernas no respondían y apenas podía sentir el oxígeno llegar a mis pulmones.
Esto era mucho que procesar. No estaba lista. Tengo diecisiete años y apenas sé lo que quiero a pesar de que mi familia ha planeado mi vida entera.
Por largas horas estuve perdida sin rumbo, fue hasta el atardecer que decidí visitarlo. Confiando en que tal vez no todo estaría perdido, lo tenía a él y una familia que me amaba.
Y ese fue mi mayor error. Confiar. Después de tocar la puerta todo se fue al infierno.
Nunca me había sentido tan sola y a partir de ese momento caí en un abismo y fueron malas decisiones tras otras.
No había paz, había gritos desesperación. Me di cuenta que no era dueña de mis sentimientos, de mis sueños, de mi vida, de mi cuerpo ni de mi alma. Era prisionera y no lo sabía. Fue hasta que huí que lo supe. Me había perdido. Estaba perdida y sin rumbo.
20 de febrero de 2009. Madrid, España.
G A B R I E L A
La canción sonaba por las bocinas de la pista, mi cuerpo se movía automáticamente con la canción, sintiéndola en cada poro de piel. Era un baile que me representaba y cada movimiento lo hacía parte de mí. Quería soltar lágrimas pero no me lo podía permitir; y entre más escuchaba la letra, más me conectaba al pasado. Había perdido tanto que no sabía cómo ponerlo en palabras, había llorado tanto por lo que no he podido recuperar pero peleo cada día para luchar y salir adelante.
Tears come streaming down your face
When you lose something you cannot replace
oh and tears come streaming down your face
And I
Mis estudiantes seguían mis pasos, escuchando el tiempo para lograr la coreografía; pero a su vez, todos eran ajenos de lo que esta canción podía significar para mí. La melodía se pegaba a mi oído y me traía memorias que no quería traer a colación. Pero al final de todo... para esto es el baile: transmitir y apasionarte. Saber que la letra invade cada molécula de sentimiento, recordando en cómo fallé y como me levanté (cien veces más de lo que alguna vez pedí).
Tears streaming down your face
I promise you I will learn from all my mistakes
oh and the tears streaming down your face
And I
Por el espejo miraba mi silueta moverse con elegancia, mi rostro en sufrimiento o eso creía yo. Mis estudiantes detrás de mí están concentradas en completar cada paso. La música entraba en lo más profundo. Si algo le dije a cada estudiante es que de nada sirve bailar si tu rostro no se conecta con el resto de tu cuerpo, es entonces cuando creas arte en tu interior que se va reflejando en el exterior.
Lights will guide you home
And ignite your bones
And I will try to fix you
La música iba cesando, llevándose la última estrofa. Una estrofa que promete tanto y no dice nada para mí. Estoy tan lejos de casa, y muy lejos de ser reparada. No puedo juntar todas las piezas de mi vida si nunca puedo recuperar la fundamental que perdí hace tiempo. Pero entonces ves esa luz al final del túnel aunque yo misma me había auto saboteado para apagar cualquier luz de esperanza.
Él. Parado en el umbral de la puerta de la clase, sonriéndome mientras me ve bailar e interactuar con mis estudiantes cuando finalizó la clase. Su sonrisa que se contagia en un segundo y me hace plantear si él es un futuro tan incierto y maravilloso que me hará superar mi pasado. Nadie me puede reparar, lo roto nunca vuelve a su lugar, pero se aprende a seguir y crear algo nuevo. Quiero algo nuevo con él, solamente con él. Asusta y me da miedo porque sería abrirme y ser completamente vulnerable, como me prometí nunca serlo. Y allí estaba yo, creyendo y confiando en que podía ser feliz nuevamente sin que me culpe por querer ser feliz sin ella.
La clase había dado su fin y mis estudiantes iban saliendo poco a poco, dejando el salón vacío, rodeado de espejos y un gran silencio.
—Eso fue hermoso — aplaudió mientras se dejaba recostar en el umbral de la puerta para acercarse a mí y cogerme de la cintura para darme vueltas. Yo me contagié de su sonrisa y le abrazó del cuello para poderlo besar. A veces pienso que soy la Gabriela que dejé atrás con él, pero en una versión mejorada. ¿Sería capaz de volverme y a la vez perderme?
—Estoy sudando y no he de tener un olor muy agradable — dije mientras me trataba de separar pero él no apartaba sus manos de mí. Yo sigo sonriendo ampliamente porque poco a poco aleja esos pensamientos negativos y me concentraba en él. El chico que me ha sacado suspiros y mi parte más vulnerable. Estar con él se siente bien, se siente seguro. Como no me sentía desde hace mucho.
—Eso no me importa lo más mínimo, sigues hermosa. Si me permites decirlo — me bajó para que mis pies tocaran el suelo y besó mi frente con cariño—. ¿Tú hiciste esa coreografía? — Yo asiento mientras voy por mis cosas, me pongo mi abrigo sobre mi ropa de baile y luego apagó las luces. Dejándonos a oscuras. Cosa que él no desaprovechó para tomar mi mano, darme una vuelta y atraerme a su cuerpo —. ¿Me permites un baile con esta bella dama? — yo me sonrojo y enrollo mis manos alrededor de su cuello para acercarlo a mí y acariciar su mejilla con barba que se estaba dejando crecer. Me encantaba.
Daniel es encantador y tierno pero guapo. Facciones definidas, una mandíbula marcada, una nariz perfilada, unas cejas abundantes, el cabello sedoso y corto, unos ojos enormes y cafés. Tenía una mirada dulce y calmada pero su alma muy callada. ¿Qué ocultará? A veces pienso porque tiene miedo de soltarse y eso solo me hace afirmar que necesitamos más confianza... más fortaleza.
No quería armar un castillo de naipes sabiendo que cualquier viento lo derribaría.
—No hay música — susurro.
—¿Quién necesita música cuando estamos conectados tú y yo? — me dijo en un susurro y yo podía jurar que me sonrojé y no podía quitar mi sonrisa de mi boca. Por minutos permanecimos así: él y yo. Pegados uno al otro, meciéndose de un lado a otro sin rumbo ni plan, por un momento posé mi cabeza en su pecho mientras continuamos bailando. Era muy alto, me sacaba una cabeza por lo cual era aún más íntimo porque mi cabeza reposaba en su corazón y podía oírlo latir. Siempre fui una chica insegura por ser alta, pero con él me sentía tan pequeña, de un buen modo.
No me sentía protegida, me sentía respaldada. No me sentía débil, me sentía recargada. Era algo nuevo. Como nunca me había sentido. Ni siquiera con Él.
Tanto tiempo luche para protegerme que nunca creí sentirme segura de mi misma, con otra persona. Y eso no me restaba, no me hacía menos yo, menos fuerte. Me hacía humana. Nunca estaremos bien si estamos solos... y aunque lo sabía, me costaba admitirlo.
Ese es el error del humano, creer que no necesitamos ayuda. Llevo meses y meses protegiéndome y ocultándome, creyendo que todo lo podía. Cuando solo era una mentira.
Bastó todo enero para que me diera cuenta que no necesitaba estar sola para superar mi pasado, ni tenía que alejarme de todos. Tenía que tomar esos veinte segundos. Veinte segundos como hizo Daniel para abrirme a un futuro incierto.
¿Saldría lastimada? No lo sé. Y no me quiero agobiar. Quiero vivir el momento.
—Papá siempre trabajaba hasta tarde, nunca lo miraba. Mamá se quedaba conmigo y lo esperaba hasta tarde. Una noche pelearon tan feo que creí que se iban a separar. Esa noche papá nos citó en la sala, nos prometió que iba a estar más tiempo con nosotros. Desde ese día llegaba a la hora de la cena y se ponían a bailar Fly Me To the Moon en la sala con mi madre, le llevaba una rosa para hacerla sentir amada — mientras me lo contaba cogió una de mis manos entre las suyas y empezó a guiarnos en un precioso vals. Mis ojos no se despegaban de los suyos y por primera vez, estaba abriéndose y contándome más de él—. Mi padre me dijo que nunca cometiera el error de dejar de enamorar a la mujer que amara porque nunca hay que dar por hecho a la gente que amamos. Entonces de niño siempre quise saber que era amar y que era bailar con my girl — sonreí y entonces él empezó a cantar esa canción tan suave y melodiosa, casi me pierdo entre las líneas de su voz que le dio un ambiente aún más romántico—. I guess you'd say... What can make me feel this way? — entonces giró de nuevo mi cuerpo con una mano para después acercarme a su pecho y movernos al ritmo de su voz. No era magia, era conexión.
—My girl (my girl, my girl)... Talkin' 'bout my girl (my girl) — le acompañé cantando, juntando nuestras frentes mientras bailábamos sin sentido ni ritmo alguno. Entonces él me miró directamente a los ojos, con una profundidad que no me aterró... más bien me hizo sentir aún más conectada con él. Daniel se abría, me contaba sobre él y dejó el tiempo atrás, olvidando el control y viviendo el momento. Esa canción era parte de su vida y ahora parte de nuestra historia. Había una laguna en sus ojos pero me permitía navegar en él. Paso a paso Gabriela, paso a paso como es este baile entre él y yo.
Daniel seguía cantando para nosotros, creando nuestro momento, nuestra canción y un nuevo inicio para él y para mi. Un nosotros.
* * *
—¿Ya puedo ver? — después de salir de mi trabajo y que cerrara el local, me acompañó a mi apartamento para que me diera una ducha y así llevarme casi arrastrada. Me había tapado los ojos y solo me quedaba confiar en él. Su sonrisa era como la de un niño emocionado y no iba a quitar el factor sorpresa que él quería que tuviese esta cita.
—Aún no pequeña impaciente — dijo dándome un beso en mi cuello y yo sonrío inconscientemente. De lejos podía escuchar más ruido de lo habitual y entonces yo estaba aún más confundida.
—¡Sorpresa!—entonces Daniel había quitado el pañuelo de mis ojos para que pudiera ver la entrada a una feria con juegos y luces por todos lados.
—¡Esto me encanta! —casi le grito en el oído a Daniel. Me había dejado llevar por la emoción y prácticamente me tiré a sus brazos, enrollando mis piernas en su torso y besando cada parte de su rostro.
—Sabía que te iba a encantar — sonrío y yo me bajé de sus brazos.
Mi niña interior solo jaló la mano de Daniel para guiarlo al carrusel. Era mi atracción favorita, saca lo más inocente y más divertido que cada persona. Además que me gustaba ver a Daniel sonriéndome, dejándose llevar y sin estar tenso. Su cuerpo se movía conmigo y al pagar los tickets tomamos asiento en dos caballos, uno al lado del otro. Yo incliné mi cuerpo hacia un lado para acercarme a él, y Daniel me sonrió inclinando su cuerpo hacia mí. Yo le dejé un beso mientras me reía. Estaba feliz y emocionada. No todos los días ves a un Daniel serio en un parque de atracciones.
—Me estoy mareando — dijo al separarse del beso y yo le miré a los ojos.
—No lo pienses tanto, imagina que estamos únicamente tú y yo... — estiré mi mano para que la cogiera y él así lo hizo—. Y si vas a vomitar que sea al otro lado — arrugué la nariz y Daniel soltó una carcajada.
Entonces logré despistarlo y que no sintiera atracción. Supe que me miraba fijamente y le sonreí genuinamente. Una parte de mí sabía que Daniel tenía muchas luchas internas y confianza a su alrededor. Yo quería ser esa persona que lo ayudara. Porque una parte de mí se sentía en deuda con él por todo lo que ha hecho por mí, aunque él no lo supiese. Cuando bajamos del juego, mi lado infantil solo pudo oler el algodón de azúcar del puesto al lado y dejar que mis pies me guiaran.
—¿Quieres algodón de azúcar? —asiento entusiasmada ante la pregunta de Daniel —. Dos por favor — le dijo al vendedor, vi de reojo como quería sacar su billetera pero entonces yo me adelanto y pago ambos dulces —. Oye...
—Daniel, soy una mujer independiente y segura que quiere invitar a su cita a un algodón de azúcar. ¿Me lo vas a negar? —puse mi mano en mi cintura y levanté una ceja. Quería parecer intimidante. Daniel rió mientras levantaba sus manos en señal de rendición.
—Y yo no soy nadie para detenerte o negar algo.
Yo sonreí por su respuesta y le besé su mejilla al chico que me estaba volviendo loca. Un momento tan lindo y se vio interrumpido cuando dos chicos se metieron en la fila y cogieron nuestros algodones. Yo no iba a permitir eso.
—¿Disculpa? Hay una fila atrás de nosotros y debes respetarla —toqué su hombro para que girara y me viera a los ojos. Ambos chicos giraron y se rieron de mí, viéndome despectivamente mientras pagaban.
—Oye tío, calma a tu mujer. ¿Sí? Parece loca — ¿loca yo? Oh no, se metieron con la chica equivocada.
— Primero, no necesito que un hombre me "calme" — estaba furiosa ¿cómo son tan imbéciles para decir algo como ello?—. Segundo... ¿Cómo me llamaste? —dije levantando una ceja y señalándole con el dedo, Justo fue cuando Daniel se puso en medio de ambos.
—Tranquila Gabriela, no importa la verdad —yo negué e hice de lado a Daniel para enfrentar a ambos chicos.
—No me voy a tranquilizar y no me digas que me tranquilices porque eso no hará que me tranquilice — entonces me crucé de brazos y miré a ambos chicos—. Que una mujer sea más fuerte y tenga presencia no la hace loca. Así que o se disculpan y me dan lo que es nuestro o lo pagarán peor.
Ellos se rieron como si dijera un chiste y yo solo sonreí triunfante. Nunca subestimes a una mujer. Nunca. No sabía con quién se metían. A veces me gustaba sacar mi fuego interior.
* * *
—No puedo creer que le hayas jalado las orejas para que aprendieran a no meterse en las filas — después de tener a mi cita tenso durante los últimos minutos y que casi creyera que se iría por arruinar nuestra cita, miraba a Daniel relajado y riéndose. Claramente le había dejado una enseñanza a esos idiotas: nunca le digas loca a una mujer y JAMÁS te interfieras en una cola, es de mala educación.
—Que poca educación la de esos chicos —arrugué mi nariz y yo me encogí de hombros.
— Cada día me sorprendes. ¿Sabes? —dijo parándose justo en frente mío y cogiéndome de los hombros—. Cuando pienso que eres de tal manera, vienes y romper ese molde y me muestras cada día una nueva versión tuya que me gusta cada vez más. Me gustas mucho Gabriela, eres una mujer tan genuina — sus palabras me habían calado hondo en mi corazón porque hace tiempo me había reprimido de ser yo, por temor. Pero entonces lo conozco a él e inconscientemente me suelto y suelto mi verdadero yo. Por tanto tiempo oculta y ahora que siento me cuesta parar mis emociones.
—Muchos dicen que soy un poco intensa y "mandona" aunque yo le digo tener liderazgo y carácter fuerte —le guiñé un ojo a Daniel mientras entrelazaba nuestras manos.
—Eso hace que me gustes más —le sonreí tiernamente y él besaba mi frente. Tan pequeño gesto que tenía mil y un significados.
* * *
—¿Qué tan seguro es esa atracción? —Allí estaba Daniel preguntándole al empleado que manejaba la atracción, que daba muchas vueltas, si el juego era lo suficientemente seguro. Había pedido certificaciones y la velocidad del juego. Yo rodé los ojos y cogí la mano de Daniel para obligarlo a subir. Se quejó pero no le hice caso.
—Escúchame con cuidado Daniel. No siempre tendrás el control de todas las situaciones de tu vida, a veces lo mejor es soltarlo y dejar de preocuparte o te perderás las cosas maravillosas que tiene por vivir adelante —esta vez conecté sus ojos con los míos, sujetando su mentón para que me viera directamente a los ojos—. Coge mi mano Daniel, estoy aquí contigo.
Le guiñé un ojo con diversión y entonces pude ver más de su alma como él la mía. No se trataba del juego, era algo que iba más allá de los dos. Para este momento ya no hablaba del juego únicamente, sino de la vida que me imaginaba con él. No quería soltarlo y no quería que él me soltara. Inconscientemente me había aferrado a él y no quería pensar que había cometido un error en confiar ciegamente, de nuevo.
Tenía esperanza de algo nuevo, un nuevo comienzo. Apenas tenía diecinueve años y sentía que la vida ya me había pisoteado demasiado como para darme una oportunidad.
N/A: HOLAAAAAAAAAAAAAAAA nuevo capítulo, nueva escena y nueva información acerca de nuestros personajes.
Espero les haya gustado este capítulo, lo hice con mucho amor. ¡Disfruten!
Este capítulo se lo dedico a todos esos lectores que están trabajando duro en estos tiempos difíciles.
Si quieren estar en el grupo de whats app, me avisan. Igual si quieren dedicación de capítulo pongan YOOO.
btw, Gloria Pritchett es Sofia Vergara en Modern Family. Yo solo diré algo: ella es icónica.
Los amo con todo mi corazón.
xoxo, Gossip Girl. Ntnaa mentiras es su servidora Bry.
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