↠4.- Una visita sorpresa
Lo que quedaba de noche terminó por irse como el ligero soplido a una vela.
Los rayos de sol se colaban por las rendijas de la cortina que comenzaba a molestar el rostro de una pelirroja. Con fastidio abri+o sus ojos marrones y se levantó de la cama, la cual no era tan cómoda.
—Fastidio...— Se quejó con la cortina barata, pero ya no era tiempo para eso porque el autobús que debía tomar, pronto llegaría.
Se destapó de las sábanas y con un tanteo por el suelo, recogió sus jeans y el sostén. A veces Tsubaki puede cambiar su forma de ser habitual en las mañanas que despierta cansada...
Se acercó a recepción para entregar la llave y terminar por pagar su tiempo de estadía, pero antes que ella estaban una pareja de adolescentes... que raro.
Tsubaki se fijó en la chica de larga cabellera negra, por un momento recordó su ilusión, pero inmediatamente negó con su cabeza descartando la idea.
—¿Señorita?—La recepcionista ya había acabado con los estudiantes y ahora la miraba de manera extraña.
—Oh... perdón— Entregó su llave y esperó un momento para que le dijera cuanto era.
Pero miró con reojo la puerta de salida y sus ojos almendrados observaron a un bus pasar. Tomó su equipaje del suelo mientras ajustaba su mochila en la espalda.
—¡Rayos!— A sus espaldas la recepcionista debía entregarle su vuelto—¡Quédeselo!— Y abrió con fuerza la puerta.
Tsubaki chocó con varias personas y al acto se disculpaba mientras no dejaba de correr detrás del autobús. Las personas a su alrededor la miraron mal, pero eso no era algo que le importara ahora.
Ella debería estar sentada en ese bus.
—¡Espere! ¡Por favor, espere!— Su aliento se entrecortaba y sus pies comenzaban a doler, maldecía su falta de resistencia, aún así no paró de correr tras el transporte.
Pero su pie tropieza torpemente por culpa de una rajadura en la acera. Su equipaje de mano salió volando varios metros adelante, pues su reflejo y sentido reaccionó para cubrir su rostro.
Tsubaki estaba frustrada, debía verse ridícula ahí tirada en el suelo. Las personas murmuraban a su alrededor junto con miradas juzgadoras, pero ninguna se ofreció para ayudar...
—¿Estás bien?— Una voz masculina hizo que la pelirroja subiera su rostro cubierto de suciedad.
—¿Eh?— Era el joven de la hostal, él tenía su mano extendida hacia ella. Tsubaki la tomó y se incorporó.
—Usted es bastante activa para ser una señora mayor— Eso enojó a la pelirroja, ella no era tan vieja— Su equipaje— Le extendió con su mano libre, pero el joven se percató de lo lastimada que quedó su mano izquierda— Eso debe doler—
Pero la conversación con el joven alto e irrespetuoso tuvo que detenerse por la llamada desde el transporte. Ambos miraban a la chica de cabellos negros y largos que se asomaba por la puerta.
—¡Souhei, vamos!— El chico asintió y ayudó a la pelirroja a subirse en el transporte.
Luego de eso se llevó el regaño del conductor y la risa de los ancianos que estaban sentados.
El autobús siguió con su ruta normal, mientras que ella estaba sentada detrás de la joven pareja, Tsubaki a parte de estar muriendo internamente, determinó que su ilusión que tuvo en la madrugada en realidad fue real. Reconoció el rostro sonriente de la hija mayor de Hana-san.
"Entonces... ella debe ser Yuki"
Sin embargo decidió fingir que no sabe nada, no quiere parecer una acosadora o algo por el estilo.
—Qué bien que engatusaste al conductor— Tsubaki estaba oyendo la conversación que tenían ambos. Pero sus ojos captaron como la chica de cabellos le terminó por golpear—Oye— Dijo el chico que la ayudó junto a una sonrisa.
—Yo no engatuso a nadie—Bufó esta molesta mientras el chico solo se le arrimaba—Pesas— Dijo más calmada.
El resto de viaje, Matsaru sufrió en silencio hasta que la por fin llegó su parada. Esperó un momento antes de bajar, ya que al parecer Yuki iba en la misma dirección que ella y pues para no ser tan sospecho, ella decidió esperar un poco.
—Duele...— Tsubaki se detuvo en su andar y bajó su mirada al origen de su dolor. El pie.
Tuvo que colocarse a un costado del camino y descansar un poco entre la vegetación. Su espalda se apoyó en el árbol y se dejó caer hasta quedar sentada en el suelo. Con dolor tuvo que recoger su pierna y retirar su botín junto con su media. Lo retiró con cuidado y lentitud hasta observar lo grave de su situación.
Sus cejas estaban contraídas al dolor de su tobillo hinchado,
acercó sus dedos hasta la protuberancia y sus labios se contrajeron al sentir el ligero roce.
—Obviamente le va a doler si se toca— Sus ojos almendrados se abrieron sorprendidos al escuchar esa voz—Usted señora es muy imprudente— Ahora Tsubaki no se contuvo del regaño.
—No soy tan vieja, apenas tengo 21 años— Souhei se agachó y vio mal el pie. Luego su mirada se giró hacia su derecha en donde se encontraba la pelinegra— La anciana está mal... podemos llevarla a casa de tu madre, Yuki— La pelinegra miraba un poco mal a la pelirroja, pero terminó por asentir.
La muchacha se acercó hasta Tsubaki— Yo la llevaré— La mayor fingió sorprenderse por la iniciativa de la pelinegra, pero ella ya conocía su fuerza por ser una híbrido. En cambio Sohei se encargó de llevar el equipaje.
—Lamento molestarlos—Dijo Tsubaki una vez que estaba subida en la espalda de la pelinegra. Su paso era firme y no se notaba cansancio, pero el clima no era del todo bonito.
El sol estaba en todo su esplendor; el sonido de las cigarras y el agotador calor era la sensación del verano, algo que le traía a Tsubaki una paz en su interior.
—Umm... ¿Ustedes son primos?— La repentina pregunta hizo que los muchachos se exaltaran, pero el castaño solo reía mientras que la pelinegra aguantaba las ganas de golpearlo de nuevo, pero su rostro estaba levemente sonrojado.
—No señora, ella es mi novia— Contestó Souhei—Veníamos a visitar a su madre ya que en Tokio estamos de vacaciones.
—Yo también vengo de Tokio, acabo de terminar mi semestre—Dijo la pelirroja—Entonces ustedes eran los que se hospedaron en la hostal— Ambos se quedaron callados por la declaración de la mayor—¡Ah! No-no piensen mal, no los estoy siguiendo ni nada de eso, solo soy muy observadora...—
—¿Acaso no es una asesina serial?— Pregunta Yuki, pero el más alto responde.
—No, está muy vieja como para matarnos—La risa de ambos adolescentes llenaron el ambiente.
—¡Oigan!— Y así los tres terminaron por bromear durante el trayecto faltante hasta el hogar de la pelinegra.
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Soy una fan de este ship desde que vi la película.
Souhei y Yuki debieron ser más canon
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